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Abril 7, 2016
Queridos hermanos,
Estamos enviándoles la carta de abril temprano a causa de la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura por venir. Dado que el Sábado 16 de abril es en realidad el Sábado antes de la Pascua, queríamos tener este material para ustedes ya mismo. Estamos enviándoles dos CDs—uno con los mensajes más recientes y uno con todo lo que necesita para guardar la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura. Incluye cinco estudios especiales de Preparación para la Pascua. También estamos enviando el folleto de la Ceremonia de la Pascua. Si necesita copias extras, por favor solicítelas inmediatamente de modo que puede recibirlas antes de la Pascua.
Este año, la Pascua debe ser mantenida en la noche de abril 21. Para la “Noche para ser muy observada”—a ser mantenida en la noche de abril 22—hemos incluido un mensaje especial sobre por qué Dios quiere que observemos esta noche especial de regocijo. Para el primer día santo, abril 23, tenemos un mensaje acerca de su significado singular para los cristianos hoy en día. Otro mensaje cubre el significado del último día santo, abril 29.
Este año, el Sábado semanal de abril 30 es el día después del último día santo—teniendo entonces un Sábado tras otro. Esto pasa muy raramente. Luego estaremos enviándoles el mensaje del Sábado semanal para abril 30.
Por último, hemos incluido un nuevo separador Calendario de los Días Santos cubriendo los años del 2016-2023. ¡Muchas gracias a Harry Curley por actualizar y proveer este nuevo separador!
¡Pero espere—eso no es todo lo que va a recibir este mes! El nuevo libro De un puntico de polvo a un Hijo de Dios—¿Por qué nació usted? ha sido impreso. En dos semanas, Unit Packaging Company, en Michigan, está programada para enviarle su copia. Automáticamente será enviada a todos los que estén en la lista de correos, entonces no tiene que solicitarlo.
¡Y hay más! Con cada copia estamos incluyendo la lectura de todo el libro (en CD)—más dos DVDs con la serie de videos de 12 partes De un puntico de polvo a un Hijo de Dios—¿Por qué nació usted? de Iglesia en Casa. A excepción de la Biblia, este nuevo libro—combinado con la lectura en audio y los 12 segmentos de video—es tal vez la presentación más inspiradora que hemos producido (especialmente con el ultimo segmento del segundo DVD y el himno “El Dios Todopoderoso”).
El gran propósito para la vida humana: En el libro de Proverbios encontramos un principio vital que aplica a todo esfuerzo de la vida: “Donde no hay visión, la gente perece;…” (Proverbios 29:18). Para el pueblo de Dios, nuestra visión se centra en nuestro asombroso propósito y último destino. En vez de afanarnos por las cosas físicas de este mundo, tenemos una meta más alta—una visión eterna. Mantenernos enfocados en nuestro destino—para llegar a ser hijos e hijas de Dios en el Reino de Dios por la eternidad—Cristo nos dio este mandamiento “visión” diaria: “Pero en cuanto a ustedes, busquen primero el reino de Dios y Su justicia,…” (Mateo 6:33).
Mirando en el griego, encontramos que esta declaración es ¡bastante profunda! “Buscar” es traducido del verbo zsteo, que significa “buscar absolutamente, buscar por, desear.” El verbo cercanamente asociado de la misma raíz es zeo, que significa “ser ferviente, hervir,” y la palabra en el griego para celoso es zeleuo, que significa “estar celoso”—todas de la misma raíz.
La palabra “primero” es protos, que significa “primero en tiempo, lugar y orden” (Léxico Griego-Ingles, Berry). Protos también tiene el significado de “primario en importancia.”
Todo esto describe como debemos cumplir nuestra parte de nuestro llamado. Debemos hacer esto al amar a Dios celosamente, así como Jesús ordenó. De hecho, el primer y más grande mandamiento trata con nuestro amor hacia Dios el Padre y Jesucristo: “Y uno de los escribas que habían subido a Él, tras oírlos razonar juntos y percibir que Él les respondió bien, le preguntó, “¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”
“Entonces Jesús le respondió, “El primero [protos] de todos los mandamientos es, ‘Oye, Oh Israel. Nuestro único Dios es el Señor, el Señor. Y amarán al Señor su Dios con todo su corazón, y con toda su alma, y con toda su mente, y con toda su fuerza.’ Este es el primer [protos] mandamiento. Y el segundo es como este: ‘Amarán a su prójimo como a ustedes mismos.’ No hay otro mandamiento más grande que estos”” (Marcos 12:28-31).
Jesús también dijo que debemos buscar la “justicia” de Dios con el mismo celo absoluto y determinación. Esto solo puede ser cumplido a través del poder del Espíritu Santo dentro de nosotros—el cual nos guía y nos da el deseo, el celo y la dedicación ferviente para Dios y Su propósito amoroso para nosotros.
La “justicia de Dios” es demostrada por Su amor, misericordia y perdón a nosotros a través del sacrificio y derramamiento de sangre de Cristo. Nosotros respondemos a través de arrepentimiento y al mostrar amor hacia Dios. La “justicia de Dios” también es el carácter que Él está desarrollando en nosotros a través del poder de Su Santo Espíritu: “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre, autocontrol; contra tales cosas no hay ley. Pero aquellos que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y lujurias. Si vivimos por el Espíritu, también deberíamos estar caminando por el Espíritu” (Gálatas 5:22-25). Así es como debemos crecer espiritualmente y vencer a Satanás, al pecado y al ¡sí mismo!
Algunas veces, esto es muy difícil. Pero con la ayuda de Dios, podemos vencer y desarrollar el carácter de Dios: “Por tanto, habiendo sido justificados por fe [a través del sacrificio de Jesús], tenemos paz con Dios a través de nuestro Señor Jesucristo. A través de Quien también tenemos acceso por fe a esta gracia en la cual permanecemos, y nos jactamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino también nos jactamos en las tribulaciones, dándonos cuenta que la tribulación da a luz resistencia, y la resistencia da a luz carácter, y el carácter da a luz esperanza. Y la esperanza de Dios nunca nos avergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones a través del Espíritu Santo, el cual nos ha sido dado” (Romanos 5:1-5).
Dios demuestra todo esto comenzando con la Pascua. Fue en el día de la Pascua, el día 14 del primer mes, que Jesús—el “Cordero de Dios, Quien quita el pecado del mundo” (Juan 1:29)—murió por nosotros. Todos hemos “pecado y venidos cortos de la gloria de Dios.” Sin embargo Él acepta la muerte sacrificio de Jesús y el derramamiento de sangre por el perdón de nuestros pecados, el cual nos justifica para Dios: “Pero estamos siendo justificados gratuitamente por Su gracia a través de la redención que está en Cristo Jesús; a Quien Dios ha manifestado abiertamente ser una propiciación a través de la fe en Su sangre, para demostrar Su justicia [justificación], respecto a la remisión de pecados que son pasados, a través de la paciencia de Dios; sí, para declarar públicamente Su justicia en el tiempo presente, que Él pudiera ser justo, y Aquel Quien justifica a aquel que es de la fe de Jesús” (Romanos 3:24-26).
Con el Espíritu Santo de Dios habitando en nosotros (Juan 14:23), tenemos acceso directo espiritual a Dios el Padre a través de la oración personal. Pablo escribe: “Porque a través de Él tenemos ambos acceso directo por un Espíritu al Padre. Así entonces, ustedes ya no son más extraños y extranjeros; sino son conciudadanos con los santos, y son de la familia de Dios. Están siendo construidos sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, Jesucristo mismo siendo la Piedra angular principal en Quien todo el edificio, siendo conjuntamente equipado, está incrementándose hacia un templo santo en el Señor; en Quien ustedes también están siendo juntamente construidos para habitación de Dios en el Espíritu.…. [estos son todos] de acuerdo a Su propósito eterno, el cual Él ha forjado en Cristo Jesús nuestro Señor, en Quien tenemos valor y acceso directo con confianza por medio de Su propia fe.” (Efesios 2:18-22; 3:11-12).
El apóstol Pedro también nos exhorta a ser diligentes para vencer nuestra naturaleza humana y desarrollar la santidad de Dios a través del Espíritu Santo—mientras siempre recordamos que hemos sido redimidos con la sangre de Cristo: “Por esta razón, estén preparados en sus mentes, sean auto-controlados, y estén esperando totalmente en la gracia que les será traída en la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no se conformen a la antigua lujuria, como hicieron en su ignorancia.
“Sino así como Quien los ha llamado es santo, ustedes mismos también sean santos en toda su conducta. Porque está escrito, “Sean santos porque Yo soy santo.” Y si ustedes invocan [en oración] al Padre, Quien juzga de acuerdo a la obra de cada hombre sin acepción de personas, pasen el tiempo de viaje de su vida en el temor de Dios; sabiendo que no fueron redimidos por cosas corruptibles, por plata u oro, de su frívola forma de vivir, heredada por tradición de sus antepasados; sino por la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin defecto y sin mancha” (I Pedro 1:13-19).
Pablo deja absolutamente claro que durante la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura, la levadura es un tipo de pecado, naturaleza humana y vanidad—lo cual debemos vencer a través del sacrificio y derramamiento de sangre de Cristo. Él amonestó a los corintios quienes estaban permitiendo pecado enorme en su congregación: “Su gloriarse no es bueno. ¿No saben que un poco de levadura leuda la masa entera? Por tanto, purguen la vieja levadura, para que puedan convertirse en una masa nueva, incluso como están sin levadura [en sus casas]. Porque Cristo nuestra Pascua fue sacrificado por nosotros. Por esta razón, guardemos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con el pan sin levadura de sinceridad y verdad” (I Corintios 5:6-8). Estos son mandamientos del Nuevo Testamento para guardar las fiestas de Dios.
¡Tengan una solemne y significante Pascua y una gran Fiesta de Panes sin Levadura!
Hermanos, regocijémonos en la grandeza de Dios, en Su amor, misericordia y perdón, y en la bendición fantástica de Su plan y propósito para nosotros. Nuevamente gracias por su amor y dedicación a Dios el Padre y a Jesucristo. Gracias por su amor y oraciones por los hermanos y por todos nosotros quienes nos esforzamos para servirles en amor y verdad. Gracias por sus diezmos y ofrendas, los cuales ayudan a hacer todo esto posible por los hermanos y aquellos a quienes Dios está llamando. Los amamos y estamos orando por ustedes diariamente—por su salud y sanidad, por las bendiciones de Dios en todo lo que hagan, por Su fortaleza en el tiempo de prueba o problema, y por su fidelidad continua a Dios el Padre y a Jesucristo en todas las cosas.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC