Restaurando el cristianismo original—¡para hoy!

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Fred R. Coulter

Ministro

 

Agosto 15, 2017

 

Queridos hermanos,

 

          En aproximadamente 5 semanas comenzaremos observando los días santos de otoño—comenzando con Trompetas el 21 de Septiembre, Expiación el 30 de Septiembre, la Fiesta de Tabernáculos del 5 al 11 de octubre, y el Ultimo Gran Día el 12 de octubre. Como hacemos cada año, estaremos enviándoles todos los mensajes para cada día santo, así como mensajes para cada día de la Fiesta. La Palabra de Dios nos enseña que el Sábado y los días santos revelan, en secuencia, el “armazón” del plan de salvación de Dios para toda la humanidad—¡desde Adán y Eva hasta la Nueva Jerusalén!

          Pero Dios no reveló todo este conocimiento de una. De hecho, Él ha “ocultado esto a plena vista” a través de la Biblia. Esto puede ser encontrado en el Antiguo Testamento, donde en su mayoría está sellado como con un seguro. Mucho más es encontrado en el Nuevo Testamento, especialmente en el libro de Apocalipsis. El Nuevo Testamento es la llave para las porciones “bloqueadas” del Antiguo Testamento. Así es como Dios ha revelado Su propósito para el hombre—¡eternidad en el glorioso Reino de Dios!

          Cinco factores adicionales son necesarios para entender el plan secreto de Dios, llamado el “Misterio de Dios.” Estos 5 factores son: 1) Obedecer la voz de Dios. Hoy, tenemos la voz de Dios—Su palabra hablada contenida en la Biblia; 2) El amor de Dios por toda la humanidad, como es declarado en Juan 3:16; 3) Nuestro amor personal por Dios (Deuteronomio 6:1-6; Mateo 22:36-40; Marcos 12:28-29) y nuestro amor por los hermanos, nuestro prójimo, e incluso nuestros enemigos; 4) El engendramiento del Espíritu Santo de Dios dentro de nosotros; y 5) Dividir correctamente las Escrituras (II Timoteo 2:15).

          Cuando todas estas están en su lugar—combinado con amor, humildad y un deseo genuino por la verdad—Dios nos revelará Su misterio. El apóstol Pablo escribe: “Pero de acuerdo a como está escrito, “El ojo no ha visto, ni el oído ha oído, ni han entrado al corazón del hombre, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que lo aman.” Pero Dios nos las ha revelado por Su Espíritu, porque el Espíritu examina todas las cosas—incluso las cosas profundas de Dios.

          “Porque ¿quién entre los hombres entiende las cosas del hombre excepto por el espíritu del hombre el cual está en él? En la misma manera también, nadie entiende las cosas de Dios excepto por el Espíritu de Dios.  Ahora, no hemos recibido el espíritu del mundo, sino [hemos recibido] el Espíritu que es de Dios, para que podamos saber las cosas graciablemente dadas a nosotros por Dios; tales cosas también hablamos, no en palabras enseñadas por sabiduría humana, sino en palabras enseñadas por el Espíritu Santo para comunicar cosas espirituales por medios espirituales. Pero el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque son tonterías para él, y no puede entenderlas porque son discernidas espiritualmente” (I Corintios 2:9-14).

          Lo que Pablo escribe está de acuerdo con la promesa de Dios dada al profeta Daniel: “Y oí, pero no entendí. Entonces dije, “Oh mi señor, ¿Cuál será el fin de estas cosas?” Y él dijo, “Sigue tu camino, Daniel, porque las palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán purificados, y emblanquecidos, y refinados. Pero el malvado hará malvadamente; y ninguno de los malvados entenderá, pero el sabio entenderá” (Daniel 12:8-10).

          Como fue prometido, Dios ha revelado este conocimiento “poca a poco” a través del tiempo. También Él prometió que “un buen entendimiento tienen todos aquellos que hacen Sus mandamientos” (Salmo 111:10). En verdad, todo esto comienza con “obedecer Su voz.” Y un área clave de la obediencia es la observancia del Sábado semanal y los días santos (Sábados anuales). En Éxodo 31, encontramos que en Monte Sinaí Dios estableció la observancia del Sábado como una “señal” especial de pacto perpetuo entre Dios y Su pueblo: “Y el SEÑOR habló a Moisés diciendo, “Habla también a los hijos de Israel, diciendo, ‘Verdaderamente [en verdad] ustedes guardarán Mis Sábados [plural; incluye los días santos anuales], porque esto [la observancia de los Sábados de Dios] es una señal entre ustedes y Yo a través de sus generaciones para que sepan que Yo soy el SEÑOR Quien los santifica.

          “Guardarán el Sábado por tanto, porque es santo para ustedes. Todo aquel que lo profane ciertamente será condenado a muerte, porque quien quiera que haga algún trabajo en este día, aquella alma será cortada de entre su pueblo. Seis días puede el trabajo ser hecho, pero en el séptimo día es el Sábado de descanso, santo para el SEÑOR. Quien quiera que haga algún trabajo en el día Sábado, ciertamente será condenado a muerte.

          “Por tanto los hijos de Israel guardarán el Sábado, para observar el Sábado a través de sus generaciones como un pacto perpetuo. Esta es una señal entre los hijos de Israel y Yo para siempre; porque en seis días el SEÑOR hizo los cielos y la tierra y en el séptimo día descansó, y fue refrescado’ ”” (Éxodo 31:12-17).

          Mientras Dios estaba hablando estas palabras a Moisés, Aaron y los hijos de Israel hicieron el becerro de oro—el dios sol de Egipto—y lo adoraron. Así, se rebelaron y sufrieron grandemente por rechazar los mandamientos de Dios.

          Es lo mismo hoy con el mundo que “profesa ser cristiano.” Para ellos, el Sábado y los días santos tienen poco o ningún significado, porque están todos envueltos en su “becerro de oro”—la observancia del domingo y los festivos.

          Como resultado, así como los hijos de Israel, todos ellos están espiritualmente cegados por sus propias falsas creencias, elecciones y acciones. Jesús dijo: “Por esta razón les hablo a ellos en parábolas, porque viendo, ellos no ven; y oyendo, ellos no oyen; ni entienden. Y en ellos es cumplida la profecía de Isaías, la cual dice, ‘Oyendo ustedes oirán y en ninguna forma entenderán y viendo verán, y en ninguna forma percibirán; porque el corazón de esta gente se ha engordado, y sus oídos son sordos para oír, y sus ojos han cerrado; no sea que ellos vean con sus ojos, y oigan con sus oídos, y entiendan con sus corazones, y sean convertidos, y Yo los sane’” (Mateo 13:13-15).

          A su tiempo, Dios despojará sus ilusiones y su mundo creativo—junto con su bondad bonachona, idolatría y falsa salvación. Estas prácticas en realidad constituyen rebelión abierta contra Dios, así como escribe Isaías: ““Ay de los hijos rebeldes,” dice el SEÑOR, “Quienes llevan a cabo un plan, pero no Mío, y quienes forman una alianza [la religión única mundial por venir], pero no de Mi Espíritu, que pueden añadir pecado al pecado;

          “Ve, escribe esto ante ellos en una tableta, y anótalo en un libro, para que pueda estar para el tiempo por venir [el tiempo del fin] por siempre, que este es un pueblo rebelde, hijos mentirosos. Son hijos quienes no oirán la ley del SEÑOR; quienes dicen a los videntes, “No vean,” y a los profetas, “No nos profeticen cosas rectas, háblennos cosas suaves, profeticen ilusiones; salgan del camino, sepárense del camino, causen al Santo de Israel cesar de delante de ustedes.”

          “Por tanto así dice el Santo de Israel, “Porque han despreciado esta palabra, y confían en opresión y perversidad, y confían en ellas; por tanto esta iniquidad será para ustedes como una grieta lista por caer, aumentando en un muro alto, cuya ruptura llega repentinamente, en un instante. Y Él lo romperá como la ruptura de la vasija del alfarero que es aplastada en pedazos. Él no perdonará, de modo que allí no será encontrado en los fragmentos un trozo para traer fuego del hogar, o para tomar agua del pozo”” (Isaías 30:1, 8-14).

          Prueba de esta actitud rebelde en contra de la Palabra de Dios es encontrada en un hecho profundo: En el “mundo cristiano,” probablemente no hay un solo ministro, pastor, sacerdote u obispo—incluso el mismo papa—quien no sepa que el Sábado es el séptimo día de la semana. Todos ellos pueden citar el cuarto mandamiento. Pero rechazan creerle y obedecer a Dios. Como resultado, creen y observan ciegamente el domingo, como es instituido por Roma, clamando que este es el día de adoración del Nuevo Testamento. Para empeorar las cosas, se han convencido a sí mismos y a sus seguidores que los festivos ocultos y paganos de Satanás son en verdad “cristianos.” Pero como declara Dios, Él desprecia y rechaza tal falsa adoración: “Yo odio, desprecio sus días festivos, y no Me deleitaré en sus asambleas solemnes” (Amos 5:21).

          Es exactamente como dijo Jesús en la parábola del sembrador: “Cuando cualquiera oye la Palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata eso que fue sembrado en su corazón. Este es aquel que fue sembrado por el camino. Aquel que fue sembrado sobre el lugar rocoso es el que oye la Palabra e inmediatamente la recibe con gozo; pero porque no tiene raíz en sí mismo, no permanece, porque cuando la tribulación o la persecución surgen por causa de la Palabra, es rápidamente ofendido. Y aquel que fue sembrado entre espinos es el que oye la Palabra, pero las preocupaciones de la vida y el engaño de las riquezas asfixian la Palabra, y ésta llega a ser infructuosa” (Mateo 13:19-22).

          Esta misma mentalidad cerrada es aún más pronunciada en el mundo agnóstico/ateo y se exhibe con mayor hostilidad. Ellos creen en evolución—que todo vino de nada, ¡todo por sí mismo! Por rechazar probar y creer que hay un Dios Creador—Quien ha creado todo en los cielos y la tierra—son más ciegos, hostiles y rebeldes que los religiosos. Y Dios ha prometido que Su juicio irá sobre ambos: “Y el SEÑOR dijo, “Porque este pueblo se acerca a Mí con sus bocas, y con sus labios Me honran, pero su adoración de Mí es conforme a las tradiciones de hombres aprendidas por rutina, y su temor hacia Mi es enseñado por los mandamientos de hombres; por tanto, he aquí, procederé a hacer de nuevo una obra estupenda entre este pueblo, incluso una obra estupenda y una maravilla, porque la sabiduría de sus sabios morirá, y la sabiduría de sus inteligentes desaparecerá.” ¡Ay de aquellos que profundizan para esconder sus propósitos del SEÑOR! Y sus obras están en la oscuridad, y dicen, “¿Quién nos ve? ¿Y quién nos conoce?” ¡Ciertamente, ustedes han volteado las cosas al revés! ¿Será el alfarero considerado como el barro de alfarero; porque la obra dirá de quien la hizo, “Él no me hizo?” ¿O la cosa formada le dirá a quien la formó, “Él no tuvo entendimiento?” (Isaías 29:13-16).

          Cómo Satanás el diablo mantiene al mundo en ceguera espiritual: No solo la gente “cierra sus propios ojos,” sino Jesús revela que Satanás el diablo, el “malvado,” está activamente engañando al mundo entero (Apocalipsis 12:9). Como Pablo escribe, Satanás, quien es el “dios” de esta era presente, mantiene a las masas cegadas espiritualmente de la verdad de Dios: “Por tanto, teniendo este ministerio, de acuerdo a como hemos recibido misericordia, no somos pusilánimes. Porque hemos renunciado personalmente a las cosas escondidas de ganancia deshonesta, no caminando en mañosa astucia, ni manipulando la Palabra de Dios engañosamente; sino por manifestación de la verdad, nos estamos encomendando nosotros mismos a toda conciencia de hombre delante de Dios. Pero si nuestro evangelio es escondido, es escondido para aquellos que están pereciendo; En quienes el dios de esta era [mundo] ha cegado las mentes de aquellos que no creen, no sea que la luz del evangelio de la gloria de Cristo, Quien es la imagen de Dios, brille hacia ellos” (II Corintios 4:1-4).

          Satanás mismo aparece como un “angel de luz” y sus ministros y agentes como “siervos de justicia.” Pablo escribe: “Porque tales son falsos apóstoles—trabajadores engañosos que están transformándose a sí mismos en apóstoles de Cristo.  Y no es de maravillarse, porque Satanás mismo se transforma a sí mismo en un ángel de luz. Por tanto, no es gran cosa si sus siervos también se transforman a sí mismos en ministros de justicia—cuyo fin será de acuerdo a sus obras” (II Corintios 11:13-15).

          Hoy, el método de Satanás es el pensamiento postmoderno de la nueva era. Este permea el pensamiento en cada nivel de la sociedad—religión, gobierno, educación, entretenimiento, medios y finanzas. De hecho, sus tentáculos engañosos han capturado casi que a todo el mundo. Como resultado, el mundo es atrapado en un poderoso vórtice espiritual de maldad que ultimadamente no dejará nada sin tocar. Esto es resaltado en el Prefacio de nuestro libro Festivos ocultos o Días Santos de Dios—¿Cuáles? El siguiente es un extracto de este prefacio:

 

          Una cosmovisión cuidadosamente elaborada siendo diseminada en la sociedad occidental hoy en día es una la cual no está fundada en los absolutos morales de antaño—un tiempo cuando la mayoría de la gente acordaba en lo que era correcto y lo que era equivocado, lo que era bueno y lo que era malo, quien era malvado y quien era recto, y cuales cosas eran verdaderas y cuales cosas eran falsas. En vez, esta nueva mentalidad mantiene con tenacidad que los individuos deben “considerar” todas las diferentes religiones y alternativas de estilo de vida de un mundo culturalmente diverso, aceptando todas las creencias y costumbres como iguales y validas (con la excepción del punto de vista cristiano, el cual es rechazado con hostilidad y desdén). En el nombre de “tolerancia,” juzgar el comportamiento moral es simplemente no permitido.

          El resultado inevitable de esta aproximación es un mundo donde se cree que no hay verdad absoluta, o si la hay, esta no puede ser conocida. El individuo llega a ser su propio dios, creando su propia “realidad”—y “verdad” es cualquier cosa que alguien quiera o imagine que es. Este perverso “pensamiento postmoderno,” como es llamado, ha ido como corriente principal en tan solo una generación.

          En su libro La muerte de la Verdad, Jim Leffel escribe: “Los postmodernistas creen que la verdad es creada, no descubierta… En una serie reciente de más de 20 entrevistas conducidas aleatoriamente en una gran universidad, la gente se le preguntó si había tal cosa como verdad absoluta—verdad que es verdadera a través de todos los tiempos y culturas para toda la gente. Todos menos un encuestado [un cristiano creyente de la Biblia] respondieron algo de estas líneas:

          ‘La verdad es cualquier cosa que usted crea.’

          ‘No hay verdad absoluta.’

          ‘Si hubiera tal cosa como una verdad absoluta, ¿cómo podríamos saber qué es?’

          ‘La gente que cree en verdad absoluta es peligrosa.’ “

          Leffel continua: “La verdad, declara una creciente conciencia colectiva, es relativa: lo que es verdadero, recto o hermoso para una persona no es necesariamente verdadero, recto o hermoso para otra. Relativismo dice que la verdad no está fijada por la realidad externa [especialmente por un Dios Creador en el cielo], sino es decidida por un grupo o individuos por sí mismos. La verdad no es descubierta, sino fabricada. La verdad siempre está cambiando no solo en asuntos insignificantes de gusto o moda, sino en asuntos cruciales de espiritualidad, moral, y realidad” (pp. 20, 31, negrilla y comentarios en corchetes agregados).

          No es difícil seguir esta mentalidad a su conclusión lógica. Si 20 personas tienen 20 conceptos diferentes sobre lo que es correcto y lo que es equivocado, ¿dónde entra ley y orden? Eventualmente, ilegalidad total—incluso anarquía—con seguridad sigue. Al tirar la verdad de Dios, una cae presa de su propia naturaleza corrupta y su vida llega a ser vacía, nula de propósito y entendimiento. Como notó el Rey David: “He aquí, has hecho mis días como un palmo, y la duración de mis días es como nada delante de Ti. Ciertamente todo hombre en su mejor estado es completamente vanidad. Selah.¡Ciertamente todo hombre camina en un espectáculo vano! Ciertamente están en un escándalo en vano. Él acumula riquezas y no sabe quién las recogerá” (Salmo 39:5-6).

          El apóstol Pablo profetizó de un tiempo cuando la ilegalidad reinaría en el corazón de los hombres. “Conoce también esto, que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos; porque los hombres serán amantes de sí mismos, amantes del dinero, jactanciosos, orgullosos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin control propio, salvajes, despreciadores de aquellos que son buenos, traicioneros, temerarios, egoístas, amantes del placer antes que amantes de Dios; teniendo una apariencia exterior de piedad, pero negando el poder de la verdadera piedad. Pero en cuanto a ti, aléjate de todos esos.Ellas están siempre aprendiendo pero nunca son capaces de llegar al conocimiento de la verdad” (II Timoteo 3:1-5, 7).

          Aunque el conocimiento en las ciencias ha incrementado exponencialmente en esta era postmoderna, la sociedad secular ha llegado a ser espiritualmente atrofiada, coja e incapaz de alcanzar la verdad de Dios en Cristo Jesús porque ha repudiado la Palabra de Dios.

          Pablo escribió que la creación misma es un testimonio para toda la humanidad de la verdad de Dios—y que al renunciar a Su verdad visible como es mostrada a través de Su creación, el hombre llega a ser vulnerable a incontables engaños y sofistica: “Porque las cosas invisibles de Él son percibidas desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que fueron hechas—Su eterno poder y Divinidad—de modo que no tienen excusa; porque cuando conocieron a Dios, no lo glorificaron como Dios, ni fueron agradecidos; sino se hicieron vanos en sus propios razonamientos, y sus tontos corazones fueron oscurecidos. Mientras profesaban a sí mismos ser los sabios, se hicieron tontos y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en la semejanza de una imagen de hombre corruptible, y de aves, y criaturas de cuatro patas, y cosas rastreras.

          “Por esta causa, Dios también los abandonó a la inmundicia a través de la lujuria de sus corazones, a deshonrar sus propios cuerpos entre ellos mismos, quienes intercambiaron la verdad de Dios por la mentira; y adoraron y sirvieron a la cosa creada más que Aquel Quien es el Creador, Quien es bendito en las eras. Amén” (Romanos 1:20-25).

          Satanás el diablo, quien es el “príncipe del poder del aire” (Efesios 2:2) y anti-Cristo, esta detrás de los muchos engaños que elevan lo creado por encima del Creador. Un vehículo que él utiliza para alcanzar esto en la sociedad hoy en día es, paradójicamente, la educación pública.

          Una antigua profesora, Beverly K. Eakman, es la actual directora ejecutiva del Consorcio Nacional de Educación y autora de Clonación de la mente Americana: Erradicando la moral a través de la educación (Huntington House). En su artículo revelador “Bushwhacking Johnny,” publicado en la edición de septiembre del 2002 de Revista de Crónicas, Eakman expuso como el sistema educativo está destruyendo la verdad, la moral y el pensamiento independiente en los jóvenes estudiantes de hoy al usar lo que es llamado “disonancia cognitiva” para desorientarlos psicológicamente. Ella escribe: “Cuando la disonancia cognitiva es empleada en contra de una persona que no lo sospecha—o peor, en contra de una audiencia cautiva tal como niños de colegio—el objetivo a corto plazo es estimular individuos inseguros para encontrar compañía, llevando a la mentalidad de grupo (pandilla). Esto hace más fácil reversar los valores mantenidos por la mayoría. La ‘verdad’ puede incluso ser puesta en contra de sí misma—por ejemplo, ‘libertad de expresión’ es usado ahora para legitimar pornografía [y otros estilos de vida degradantes e inmorales]. La propia libertad de expresión de la gente fue diseñada para protegerlos pero son dejados no solo vulnerables sino sospechosos del principio en sí.

          “¿Qué ‘nuevos valores’ están tratando los educadores de inculcar? Aquí hay una lista de 7 puntos, dada a los educadores en Carolina del norte en un taller de práctica:

                      No hay ni correcto ni equivocado, solo respuestas condicionadas.

                      El bien colectivo es más importante que el individual.

                      Consenso es más importante que principios.

                      Flexibilidad es más importante que logro.

                      Nada es permanente excepto el cambio.

                      Todas las éticas son situacionales; no hay moral absoluta.

                      No hay perpetradores, solo víctimas.

          “Note que todos los elementos de esta lista no involucran ningún tema particular; más bien, reflejan ‘resultados’ éticos que se esperan que un niño ‘internalice.’ ”

          Eakman continua: “La disonancia cognitiva ‘es una reacción estresante mental o emocional causada al intentar reconciliar dos creencias opuestas, inconsistentes,  o que están en conflicto mantenidas simultáneamente [doble mente].’… Así la disonancia cognitiva no es un  lavado de cerebro, ni tampoco es una publicidad subliminal. Es más como preparar a alguien para una caída psicológica. Esta juega con la mente al oponer varias ‘autoridades’ percibidas una en contra de otra [padres, profesores, amigos, líderes políticos, líderes religiosos y especialmente Dios y la obediencia a Él], exacerbando tensiones [en las mentes de los estudiantes]. Después de un poco, las deliberaciones intelectuales se apagan, y las emociones toman control. Solo los individuos de voluntad más fuerte pueden resistir—[y son marcados como] ‘los problemáticos.’

          “Así fue mi generación (los baby boomers), educados para ‘necesitar’ nuestros compañeros más de lo que necesitábamos nuestros principios, haciéndonos marcas fáciles para tales tácticas como la disonancia cognitiva. Nuestros hijos son ahora blanco facilísimo, con normas civilizadas siempre bajo ataque … [en donde] todas las elecciones son igualmente legitimadas…. Hoy, disonancia cognitiva es un método institucionalizado usado para alimentar a la fuerza lo que sea políticamente conveniente” (www.BeverlyE.com, negrilla y comentarios en corchetes agregados).

          El uso de disonancia cognitiva no está limitado a educación. Es usado en religión por el clero, en el gobierno por políticos y burócratas, en música, en entretenimiento y en todas las otras formas de medios de comunicación. Consecuentemente, muchas sociedades alrededor del mundo son por lo visto capturadas en una espiral descendente de inmoralidad (ilegalidad multiplicada) que se está aproximando rápidamente a la degradación e híper-inmoralidad de Sodoma y Gomorra. Pocas voces de cordura son levantadas para advertir en contra de la carnicería de maldad e inmoralidad—y tales voces son generalmente rechazadas, ridiculizadas o silenciadas.

          Analizando los métodos de mercadeo que los proveedores de maldad han usado en los pasados 50 años para alcanzar sus metas, David Kupelian escribe: “Como americanos, hemos llegado a tolerar, abrazar e incluso abogar por muchas cosas que habrían horrorizado a la generación de nuestros padres. Cosas como el aborto a demanda virtualmente hasta el momento de nacimiento, jueces prohibiendo los 10 Mandamientos en lugares públicos, una explosión nacional de sexo en los colegios, la lenta inanición de los discapacitados, miles de homosexuales abiertamente desobedeciendo la ley [con el gobierno aprobando demostraciones publicas obscenas y grotescas de actos sexuales hetero y homosexuales] y ‘casándose,’ y pornografía en internet creando adictos sexuales nocturnos en millones de casas de clase media.

          “Al mismo tiempo, nuestras cortes han restregado quirúrgicamente los salones de clase de América, limpios de todo vestigio de religión en la cual esta nación fue fundada—el cristianismo.

          “La pura verdad es, dentro del espacio de nuestros tiempos de vida, mucho de lo que los americanos alguna vez aborrecieron ha sido empaquetado, perfumado, envuelto en papel de regalo, y vendido a nosotros como si tuviera gran valor. Al jugar hábilmente en nuestros sentidos valores nacionales de igualdad, generosidad y tolerancia, aquellos mercaderes nos han persuadido a abrazar como ilustre y noble aquello lo cual todas las previas generaciones desde la fundación de América rechazaron como gravemente auto-destructor—en una palabra, malvado” (El mercadeo del mal, pp. 11-12, negrilla y comentarios en corchete agregados).

          Como resultado, ¡el mundo de hoy esta al revés! Dado que la gente ha rechazado la verdad de Dios, Dios los ha dado a sus propias ilusiones. La Verdad, especialmente la Verdad de la Palabra de Dios, ha sido marcada como error y mentira, y error y mentira ha sido empaquetado como verdad. Una frase bien conocida de Dresden James ilustra esta paradoja:

 

Cuando una bien empaquetada red de mentiras

ha sido vendida gradualmente a las masas durante

generaciones, la verdad parecerá

absolutamente absurda y su

hablante un loco delirante.”

 

          (Fin del extracto de Festivos ocultos o Días Santos de Dios—¿Cuáles?)

 

          Considerando el mundo en el que vivimos, debemos estar en guardia de modo que no somos atrapados por las estrategias de Satanás—las cuales subvertirían nuestro amor, fe y obediencia a Dios. Debemos creer la verdad, amar la verdad, y obedecer la verdad de Dios—toda palabra de la Escritura. Recuerde, nuestro entendimiento del plan de Dios es Su regalo para nosotros a través de la revelación de Su Palabra.

          Isaías enfatiza que debemos mantener nuestros ojos en la meta del Reino de Dios. Esto comienza con el Sábado, el cual incluye los días santos: “Así dice el SEÑOR, “Guarden justicia y hagan justicia; porque Mi salvación está próxima a venir, y Mi justicia a ser revelada [el regreso de Jesús está cerca]. Bendito es el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que se aferra a esto; que guarda el Sábado de profanarlo; y guarda su mano de hacer algo malo.”Porque así dice el SEÑOR, “Al eunuco que guarde Mis Sábados [y días santos], y escoja las cosas que Me agradan, y se agarre de Mi pacto; Incluso a ellos daré dentro de Mi casa y dentro de Mis muros un lugar [Nueva Jerusalén] y un nombre mejor que de hijos e hijas; les daré un nombre eterno [salvación eterna] que no será cortado. …[Esta bendición estará en aquellos quienes se unan a sí mismos al Señor] para servirle y para amar el nombre del SEÑOR, para ser Sus siervos, todos los que se guarden de profanar el Sábado, y se agarren de Mi pacto” (Isaías 56:1-2, 4-6).

          Aproximémonos a las Fiestas y días santos que vienen con estas cosas en mente—con amor y gozo, sabiendo que a través de estos días altos maravillosos, Dios ha revelado a Su pueblo el conocimiento de Su plan y propósito para la humanidad. Pablo nos anima a recordar que “nuestra salvación está ahora más cerca que cuando creímos primero. La noche está casi terminada, y el día está acercándose; por tanto, desechemos las obras de oscuridad y vistamos la armadura de luz” (Romanos 13:11-12).

          Hermanos, nuevamente les damos gracias por su amor, fe y oraciones. Entendemos que toda nuestra fortaleza viene de Dios el Padre y Jesucristo, la Cabeza de Su Iglesia. Oramos por ustedes diariamente—por su salud y sanidad, y por las bendiciones de Dios para levantarlo cuando este caído, para animarlo en tiempos de angustia, y fortalecerlo en tiempos de prueba. Les agradecemos por su fidelidad continua al enviar los diezmos y ofrendas de Dios, de modo que todos nosotros podemos continuar justos para amar y servir a Dios con todos nuestros corazones y mentes.

 

Con amor en Cristo Jesús,

 

 

 

Fred R. Coulter

FRC