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Fred R. Coulter

Ministro

Carta de Septiembre y Octubre

 

 

Septiembre 13, 2016

 

Queridos hermanos,

 

          Este año, a causa del tiempo de las Fiestas y Días Santos de Dios ajustados al calendario romano (CR),  hemos hecho esta carta para septiembre y octubre. De hecho, surge la pregunta, “¿Por qué las Fiestas de otoño parecen ser tarde este año?” La respuesta es: De acuerdo al calendario sagrado de Dios, el Calendario Hebreo Calculado (CHC), el día anterior a la Fiesta de Trompetas de este año es el final de un ciclo de 19 años. El año diecinueveavo siempre es un año bisiesto. En el CR, un año bisiesto significa adicionar el día 29 a febrero (cada 4 años). Pero en el CHC, significa adicionar un mes entero, el mes 13. Así este año las Fiestas de otoño son tardías en el año del CR. Sin embargo, de acuerdo al calendario sagrado de Dios, todo está a tiempo. (Para mayor información sobre el calendario sagrado de Dios, por favor solicite nuestro folleto sobre el CHC.)

          Como sabe, el calendario romano es exclusivamente un calendario solar, mientras que el calendario sagrado de Dios es un calendario coordinado lunar/solar en donde el tiempo y las temporadas están gobernadas por los movimientos y ciclos combinados de la tierra, el sol y la luna. Además, el CHC se cuenta sobre la base de un ciclo de 19 años compuesto de 12 años comunes (cada uno con un promedio de 354 días) y 7 años bisiestos (cada uno con un promedio de 384 días). Esto significa que cuando sea que hay un año bisiesto, los Días Santos ocurren tarde en el calendario romano.

          Además, la secuencia de días siempre debe ajustarse a la semana de 7 días, con el Sábado siendo el séptimo día, el cual Dios estableció en la creación: “Así los cielos y la tierra fueron terminados, y todo el ejercito de ellos. Y para el comienzo del séptimo día Dios terminó Su trabajo el cual había hecho. Y descansó en el séptimo día de todo Su trabajo el cual había hecho. Y Dios bendijo el séptimo día y lo santificó porque en el Él descansó de todo Su trabajo el cual Dios había creado y hecho. Este es el registro de los cielos y de la tierra cuando fueron creados; en el día que el SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos” (Génesis 2:1-4).

          Al bendecir y santificar el séptimo día, Dios ordenó que descansáramos de nuestro trabajo y usáramos el Sábado para honrarlo y adorarlo como nuestro Creador. Esta es la base del cuarto mandamiento: “Recuerden el día Sábado para guardarlo santo. Seis días trabajarán y harán todo su trabajo. Pero el séptimo día es el Sábado del SEÑOR su Dios. En el no harán ningún trabajo, usted, ni su hijo, ni su hija; ni su siervo, ni su sierva, ni su ganado, ni el extranjero dentro de sus puertas; porque en seis días el SEÑOR hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que está en ellos, y descansó el séptimo día. Por tanto el SEÑOR bendijo el día Sábado y lo santificó.” (Éxodo 20:8-11).

          En el Pentateuco (los primero 5 libros de la Biblia, o la “Ley”), Dios nos ordena guardar Sus Sábados anuales además de los Sábados semanales (Éxodo 12; 23:14-16; 34:18, 22; Deuteronomio 16; etc.). De hecho, en algunos pasajes, Dios nos dice que cada año hay 3 temporadas, o tiempos señalados, en las cuales debemos guardar Sus Fiestas y Días Santos. La mayoría de estos pasajes no especifican el mes o día del mes en que los Sábados anuales deben ser guardados.

          Sin embargo, en Levítico 23, después de reafirmar el Sábado semanal, Dios designa todos Sus tiempos señalados o Días Santos en el orden en que deben ser guardados—incluyendo el mes y día del mes.

          Dios declara que estos Sábados anuales son de Él—¡le pertenecen a Él! Él muestra que cada Día Santo es santificado como una “santa convocación.” Note: “Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo, “Habla a los hijos de Israel y diles, ‘Con respecto a las fiestas designadas [o tiempos; hebreo moed] del SEÑOR, las cuales proclamarán ser santas convocaciones, incluso estas son Mis fiestas designadas. Seis días el trabajo será hecho, pero el séptimo día es el Sábado de descanso, una santa convocación. No harán ningún trabajo. Es un Sábado para el SEÑOR en todas sus viviendas” (Levitico 23:1-3).

          Desde el verso 4 hasta el final del capítulo, Dios lista todas las Fiestas anuales y Días Santos en secuencia, con sus fechas específicas de acuerdo al CHC. Él declara: “Estas son las fiestas designadas del SEÑOR, santas convocaciones las cuales proclamarán en sus temporadas designadas” (verso 4). Estos Días Santos son Sábados anuales especiales—y pueden ser resumidos como siguen:

 

1.        El 14 del primer mes—la Pascua—una santa convocación, pero no un Día Santo (verso 5).

2.        Del 15 al 21 del primer mes—la Fiesta de Panes sin Levadura—por 7 días. El primero y el séptimo día son Días Santos (versos 6-8).

3.        En el tercer mes—Pentecostés—un Día Santo; determinado al contar 50 días (versos 9-21).

4.        Primer día del séptimo mes— Día de Trompetas—un Día Santo (versos 24-25).

5.        Décimo día del séptimo mes—Día de Expiación—un Día Santo (versos 26-32).

6.        Del 15 al 21 del séptimo mes—Tabernáculos—el 15 un Día Santo (versos 33-43).

7.        Día 22 del séptimo mes—Ultimo Gran Día—un Día Santo (versos 36, 39).

 

          Por favor note: El primer mes del CHC cae durante los meses de marzo/abril en el CR. El tercer mes (con Pentecostés) cae durante el final de mayo o inicio de junio en el CR. El séptimo mes ocurre durante septiembre/octubre en el CR.

 

          En el principio Dios creó los tiempos señalados: En el día uno Dios creó el tiempo en la tierra, luz y oscuridad—noche y mañana. Desde entonces, el día y la noche ha continuado sin falta. En el día dos, Él dividió las aguas sobre la tierra y por encima de la tierra e hizo el firmamento o cielo. En el día tres, Dios elevó la tierra seca y reunió las aguas juntas en mares y creó todas las plantas. Eso lo sabemos.

          Sin embargo hay un aspecto de la creación que a menudo se pasa por alto: La creación de Dios de Sus “tiempos señalados.” Y como veremos, su lugar en la secuencia de la creación es también importante. En el  día cuatro Dios estableció las temporadas designadas: “Y Dios dijo, “Hayan luces en el firmamento de los cielos para dividir entre el día y la noche, y sean por señales, y por temporadas designadas [hebreo moed], y por días y años; Y sean por luces en el firmamento de los cielos y den luz a la tierra.” y fue así. Y Dios había hecho [previamente] dos luces grandes, la luz más grande [el sol] para gobernar el día y la luz más pequeña [la luna] para gobernar la noche; y Dios había hecho las estrellas también. Y Dios las colocó en el firmamento de los cielos para dar luz a la tierra, Y para gobernar sobre el día y sobre la noche, y para dividir entre la luz y la oscuridad. Y Dios vio que era bueno. Y la noche y la mañana fueron el día cuatro” (Génesis 1:14-19)

          Aquí está lo que la mayoría de la gente pasa por alto: En el cuarto día Dios creó las “temporadas designadas”—antes que Él creara cualquier forma de vida en la tierra (aves, vida marina o bestias del campo). ¡Piense en eso! Las temporadas designadas o los tiempos designados fueron creados antes que Dios creara a Adán y Eva—antes que Él hiciera el Sábado del séptimo día. Él no creó la vida terrenal sino hasta el día 5 y 6. ¡Esto revela la importancia vital de los “tiempos designados” de Dios!

          En el día cinco Él creó toda la vida en las aguas y todas las aves del cielo. “Y Dios dijo, “Las aguas abunden con multitudes de criaturas vivas, y aves vuelen sobre la tierra en la faz del firmamento del cielo.” Y Dios creó los grandes animales marinos, y toda criatura viva que se mueve con las cuales las aguas fueron colmadas según su especie, y toda ave alada según su especie. Y Dios vio que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo, “Sean fructíferos y multiplíquense, y llenen las aguas de los mares, y las aves multiplíquense en la tierra.” Y la noche y la mañana fueron el día cinco” (Génesis 1:20-23).

          Luego, en el día seis, Dios creó cosas vivas en la tierra. “Y Dios dijo, “Que la tierra produzca criaturas vivientes según su especie—ganado, cosas rastreras, y bestias de la tierra—cada una según su especie.” Y así fue. Y Dios hizo las bestias de la tierra según su especie, y el ganado según su especie, y toda cosa rastrera sobre la tierra según su especie. Y Dios vio que era bueno” (versos 24-25).

          Finalmente, para terminar, en el día seis, la gloria de coronación de la creación de Dios del cielo y la tierra—¡Él creó a Adán y Eva! “Y Dios dijo, “Hagamos al hombre a Nuestra imagen, según Nuestra semejanza; y tengan dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo y sobre el ganado y sobre toda la tierra y sobre toda cosa rastrera que se arrastra sobre la tierra.” Y Dios creó al hombre a Su propia imagen, a la imagen de Dios Él lo creó. Él los creó hombre y mujer. Y Dios los bendijo. Y Dios les dijo, “Sean fructíferos y multiplíquense, y llenen la tierra, y domínenla; y tengan dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo y sobre cada cosa viva que se mueve sobre la tierra.”Y Dios vio todo lo que Él había hecho, y ciertamente, era extremadamente bueno. Y la noche y la mañana fueron el sexto día” (versos 26-28, 31).

          Además del Sábado semanal, los tiempos señalados de Dios  son tan importantes que Él planea todo lo que está haciendo en la tierra de acuerdo a la “estructura” de ¡Sus Días Santos! En verdad, ¡todo Su “plan maestro” para la humanidad está basado en ellos!

          Este entendimiento contrarresta cualquier argumento teológico que los Días Santos de Dios son algo “obsoleto” bajo el Nuevo Pacto. Claramente, los tiempos señalados de Dios o Fiestas anuales no son “observaciones de rituales” sin importancia que pueden ser puestos a un lado. Más bien, son tan significantes que es imposible comprender el Plan de Dios para la humanidad ¡sin observar Sus Fiestas! También es imposible tener una relación completa con Dios aparte de observar Sus días de Fiesta señalados—especialmente cuando se considera la importancia de la ¡Pascua y el sacrificio de Cristo!

          El apóstol Pablo entendía claramente esto. Hablando a una asamblea de filósofos griegos en el monte de Marte en Atenas, él dijo, “Hombres, atenienses, percibo que en todas las cosas son muy reverentes a deidades; porque mientras estaba pasando a través y observando los objetos de su veneración, encontré también un altar sobre el cual estaba inscrito, “A un Dios desconocido.” Así entonces, a Él a Quien ustedes adoran en ignorancia es Aquel que les proclamo.

          “Él es el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que están en el. Siendo el Señor del cielo y la tierra, no vive en templos hechos por manos; ni es servido por las manos de hombres, como si necesitara algo, porque Él da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y Él hizo de una sangre todas las naciones de hombres para habitar sobre toda la faz de la tierra, habiendo determinado de antemano sus tiempos señalados y los límites de sus viviendas; para que pudieran buscar al Señor, si tal vez pudieran palpar tras Él y pudieran encontrarlo; aunque verdaderamente, Él no está lejos de cada uno de nosotros” (Hechos 17:22-27).

          Como es usado aquí en esta ocasión, la frase “tiempos señalados” no se refiere a un Sábado o Día Santo; este es un tiempo establecido designando cuando algo debe ocurrir. Por ejemplo, Dios le dijo a Abraham y a Sara que la concepción y nacimiento de Isaac ocurriría en un tiempo establecido preordenado (Génesis 17:21; 21:2).

       En su epístola a los gálatas, Pablo se refiere al tiempo establecido del nacimiento de Jesús: “Pero cuando el tiempo [señalado] del cumplimiento llegó, Dios envió a Su propio Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo ley,…” (Gálatas 4:4). En verdad, toda profecía mesiánica desde Génesis 3:15 hasta el regreso de Jesús ha sido o será cumplida de acuerdo a los tiempos establecidos o señalados de Dios. Pablo muestra también esto en el libro de Romanos: “Y la esperanza de Dios nunca nos avergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones a través del Espíritu Santo, el cual nos ha sido dado. Porque aun cuando estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado Cristo murió por los impíos. Porque raramente alguien morirá por un hombre justo, aunque de pronto alguien pueda tener el coraje incluso de morir por un buen hombre. Pero Dios nos encomienda Su propio amor porque, cuando éramos aun pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:5-8). El “tiempo señalado” de la muerte de Jesús fue el día de Pascua—el día 14 del primer mes del CHC, en el 30 dC.

       Estos pasajes demuestran que Dios usa Sus tiempos señalados para todo lo que Él ha hecho, está haciendo y hará en el futuro. De hecho, cuando es entendido adecuadamente, el Sábado semanal, la Pascua y las Fiestas anuales proveen el realidad la estructura para todo el “plan maestro” de Dios—desde el comienzo hasta el fin. A través de Isaías, Dios declara: “¿Quién lo ha planeado y hecho, llamando a las generaciones desde el principio? ‘Yo el SEÑOR, soy el primero y el ultimo; Yo soy Él’” (Isaías 41:4). Este punto es verificado en Apocalipsis 13:8, donde leemos que “…el Cordero muerto desde la fundación del mundo.” Esto significa que Dios ha predeterminado el tiempo señalado exacto del sacrificio de Jesús aun ¡antes que Él creara a Adán y Eva!

          A través de las Escrituras y profecías de la Biblia, Dios nos reta a creer que Él está ejecutando todas las cosas de acuerdo a Su voluntad. Esto es especialmente cierto hoy, en los tiempos del fin, porque podemos ver claramente la Palabra de Dios siendo cumplida justo delante de nuestros ojos. Así, como observamos los eventos mundiales actuales, podemos saber que Dios está activamente ejecutando Su plan profético a tiempo de acuerdo a Sus “tiempos señalados.” Note: “Recuerden las primeras cosas de antaño; pues Yo soy Dios, y no hay ningún otro, Yo soy Dios, y no hay ninguno como Yo, declarando el fin desde el principio, y desde tiempos antiguos las cosas que aún no eran hechas, diciendo, ‘Mi consejo permanecerá, y Yo haré todo Mi placer;’Sí, Yo he hablado, y también lo haré suceder; Yo lo he resuelto, también lo haré” (Isaías 46:9-11; también vea Isaías 44:6; 48:12).

          En el libro de Apocalipsis, Jesús el Cristo proclama, ““Yo soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin,” dice el Señor, “Quien es, y Quien era, y Quien debe venir—el Todopoderoso.”“Yo soy el Alfa y el Omega, el Primero y el Ultimo”” (Apocalipsis 1:8, 11). Nuevamente, “Y me dijo, “Estas palabras son fieles y verdaderas; y el Señor Dios de los santos profetas envió Su ángel para mostrar a Sus siervos las cosas que deben pasar prontamente. He aquí, Yo vengo prontamente. Bendito es aquel que guarda las palabras de la profecía de este libro”” (Apocalipsis 22:6-7). Finalmente, “Y he aquí, Yo vengo prontamente; y Mi recompensa está Conmigo, para hacer a cada uno de acuerdo a como será su obra. Yo soy Alfa y Omega, el Principio y el Fin, el Primero y el Último” (Apocalipsis 22:12-13). (Le recomendamos los libros El plan de Dios revelado por Su Sábado y Días Santos y Los tiempos señalados de Jesús el Mesías—ambos disponibles sin ningún costo.)

          Con este conocimiento vital de los tiempos o temporadas señaladas de Dios, podemos entender cuán importante es obedecer a Dios al observar fielmente Sus Fiestas y Días Santos. Que Dios el Padre y Jesucristo lo bendigan con Su amor y el Espíritu Santo al guardar las Fiestas de otoño.

          Fechas de las Fiestas de otoño 2016 y Fiesta de Tabernáculos: Trompetas: Lunes 3 de octubre; Expiación: Miércoles 12 de octubre; Fiesta de Tabernáculos: Desde el lunes 17 de octubre hasta el domingo 23 de octubre; y Ultimo Gran Día: Lunes 24 de octubre.

 

          Como las condiciones del mundo continúan deteriorándose, es vital que todos permanezcamos cerca de Dios el Padre y Jesucristo. Podemos hacer esto con oración diaria y sentida y estudio Bíblico. Mientras continuamos viviendo en amor y obediencia a Dios, Él nos bendecirá con un mayor entendimiento de Su Palabra, más de Su Santo Espíritu, y la protección de Sus ángeles.

          Nuevamente, gracias hermanos por su amor y oraciones. Gracias por su fidelidad al servir a Dios y al ayudar a los hermanos y a otros. Estamos orando por ustedes cada día—por su salud, su sanidad, el consuelo de Dios en sus pruebas, y el entendimiento de Su Palabra, de modo que puedan crecer en gracia y conocimiento y alcanzar vida eterna. Nuevamente, gracias por su apoyo continuo a través de sus diezmos y ofrendas regulares, las cuales ponemos a trabajar haciendo la voluntad de Dios. Recuerde, Jesús dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, excepto a través de Mí” (Juan 14:6).

 

Con amor en Cristo Jesús,

 

 

 

 

Fred R. Coulter

FRC