Restaurando el Cristianismo Original—para hoy!
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Carta para Septiembre y Octubre
Septiembre 27, 2011
Queridos Hermanos,
Dado el tiempo de los Días Santos y la Fiesta de Tabernáculos este año, estamos combinando las cartas de Septiembre y Octubre en una sola. Mientras la mayoría de los hermanos estarán atendiendo uno de nuestros 15 sitios de fiesta, algunos—por la edad, salud u otras circunstancias—no serán capaces de atender. Por eso es que en nuestro ultimo envío enviamos todos los mensajes para los Días Santos y Fiestas de este año—para que aquellos que deban permanecer en casa no pierdan esto. En verdad, Dios desea que todos guardemos Sus muy importantes Fiestas. Mas aun, todos nuestros mensajes de las Fiestas estarán disponibles en nuestro sitio web iglesiadedioscristianaybiblica.org, donde pueden ser descargados en cualquier momento en formato de audio y texto.
Con agradecimiento especial a Roy Assanti, nuestro gerente de oficina en Australia, estamos incluyendo en este envío el folleto de la conferencia de Ancianos y hombres lideres del 2011, mantenida a finales de Mayo. Nos tomó mas de lo que anticipamos compilar todo esto en su forma final y haberlo impreso. Esperamos que disfrute viendo a todos quienes atendieron, así como leyendo todos los excelentes consejos de salud presentados por Roger Kendall, nuestro Anciano en Vermont y la región noreste.
La importancia de los Tiempos Señalados de Dios
Como vemos el continuo alboroto en el mundo, ansiosamente miramos las venideras Fiestas y Días Santos de Dios. Recuerde, estos son los “tiempo señalados” o las “fiestas señaladas” del Señor (Levítico 23). Estos tiempos señalados—el Sábado semanal, Días Santos y Fiestas—son tiempos santos. Dios diseñó estos tiempos usando los cielos, la tierra y la luna: “Y Dios dijo, “Hayan luces en el firmamento de los cielos para dividir entre el día y la noche, y sean por señales, y por temporadas designadas [literalmente, tiempos señalados], y por días y años; y sean por luces en el firmamento de los cielos y den luz a la tierra.” Y fue así.” (Génesis 1:14-15). Así entonces, los “tiempos señalados” de Dios son permanentes.
Dado que Dios creó estos “tiempos señalados,” ellos le pertenecen a Él. Esto significa que Él no creó estos días solamente para los Israelitas y judíos, como los religiosos afirman a menudo. En vez, Él los creó para toda la humanidad. Por esto es que Jesús declaró que Él era el “Señor del Sábado.” Al decir esto, Jesús también estaba declarando que Él es el Señor de Sus “tiempos señalados.”
Esta declaración es importante porque Jesucristo, como el Señor Dios del Antiguo Testamento, fue Uno de los Que crearon el día Sábado y los “tiempos señalados”—y los santificó, bendijo y los hizo santos (Génesis 2:2-3; Levíticos 23). Jesús hizo inequívocamente claro que Él no vino a abolir la Ley o los Profetas: “No piensen que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no vine a abolir, sino a cumplir. Porque verdaderamente les digo, hasta que el cielo y la tierra pasen, una jota o una tilde en ninguna forma pasará de la Ley hasta que todo haya sido cumplido. Por tanto, cualquiera que rompa uno de estos mandamientos menores, y enseñe a los hombres así, será llamado menor en el reino del cielo; pero cualquiera que los practique y enseñe, éste será llamado grande en el reino del cielo.” (Mateo 5:17-19).
Note cuan grandes son las leyes y mandamientos de Dios, y como ellas son bendiciones maravillosas para nosotros: “La ley del SEÑOR es perfecta, restaurando el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, haciendo sabio al simple. Los preceptos del SEÑOR son rectos, regocijando el corazón; los mandamientos del SEÑOR son puros, iluminando los ojos. El temor del SEÑOR es limpio, perdurando por siempre; los juicios del SEÑOR son verdaderos y justos juntamente, más para ser deseados que el oro, si, mucho oro fino; mas dulces también que la miel y el panal. Mas aún por ellos Tu siervo es advertido; en guardarlos hay gran recompensa. ¿Quien puede entender sus errores? Oh, límpiame de mis faltas secretas; y mantén atrás a Tu siervo también de pecados pretenciosos; no les permitas gobernar sobre mí; entonces seré sin culpa, y seré inocente de gran transgresión. Las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables a Tu vista, Oh SEÑOR, mi Roca y mi Salvador.”” (Salmo 19:7-14).
Piense acerca de esto: ¿Por qué alguien creería y enseñaría que Jesús vino a abolir una ley perfecta y santa? Recuerde, Jesús era el Señor Dios manifestado en la carne. Como Creador, Él dio Sus leyes y mandamientos a la humanidad al comienzo. Después del diluvio, Él se los dio a Abraham, Isaac y Jacob. Luego, Dios rescató a los hijos de Israel de la esclavitud de Egipto, y les dio Sus leyes y mandamientos a través de Moisés—y les dio la Tierra Prometida. Las siguientes descripciones—encontradas a través de la Biblia—revelan igualmente el carácter de ambos Jesucristo y Dios el Padre:
· Dios es recto. Su camino es recto.
· Dios es perfecto. Su camino es perfecto. Su Ley es perfecta.
· Dios es el verdadero Dios. Sus mandamientos son verdaderos. Su Ley es verdad. Su Palabra es verdad.
· Dios es amor. Dios ama al mundo.
Dios dio Sus leyes y mandamientos porque Él nos ama. Por esto es que el apóstol Juan escribió: “Porque este es el amor de Dios: que guardemos Sus mandamientos; y Sus mandamientos no son pesados.” (I Juan 5:3).
Dado que estas declaraciones son verdaderas, ¿por qué alguien creería y enseñaría que Jesús vino a “eliminar” la Ley de Dios y el testimonio de los profetas? O, poniéndolo de otra forma, ¿es Jesucristo el ministro de pecado e ilegalidad? ABSOLUTAMENTE NO! Mas aun, es imposible para cualquier hombre abolir la Ley y los Profetas porque ningún hombre tiene el poder de hacer que los cielos y la tierra pasen.
Así entonces, ningún hombre—sin importar cuan importante pueda ser para sí mismo o para otras personas—tiene autoridad de Dios para proclamar que Dios ha abolido Sus Fiestas como son ordenadas en la Ley. Es imposible! El cielo y la tierra están aun aquí! Para estar seguro, Dios no reconoce las enseñanzas religiosas presuntuosas de los “eruditos” que rechazan Su Sábado y “tiempos señalados”—que proclaman en su lugar, los festivos ocultos de este mundo: domingo, halloween, navidad, años nuevos, cuaresma y easter—ciegamente llamándolos “Cristianos.”
Las Escrituras revelan que tales días falsificados—con todos sus mitos y fabulas—no se originaron solo en la mente de hombres. Ellos son, de hecho, las convocaciones impías de Satanás el diablo—el dios de este mundo (II Corintios 4:4). Esos son los impíos “tiempos señalados” de Satanás.” Mientras reconocemos los frutos de los caminos de la humanidad, no hay duda que Satanás ha engañado casi al mundo entero y cegado a la humanidad a la Verdad de la Palabra de Dios y el Evangelio de Jesucristo (Apocalipsis 12:9). Por esto es que el Nuevo Testamento llama al camino de Satanás el “Misterio de Ilegalidad” (II Tesalonicenses. 2:7) y el “espíritu de engaño” (I Juan 4:6).
Juan escribió: “Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero se encuentra en poder del maligno. Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado un entendimiento, para que podamos conocerlo a Él Quien es verdad; y estamos en Él Quien es verdad, y en su Hijo, Jesucristo. Él es el verdadero Dios, y la vida eterna.” (I Juan 5:19-20).
¿Cómo ve Dios el camino del “mundo cristiano” que ha rechazado Sus “tiempos señalados” y abrazado los festivos impíos, clamando que ellos son ordenados por Dios? “Pero al malvado Dios dice, “¿Qué derecho tienes para declarar Mis estatutos, y tomar Mi pacto en tu boca [clamando creer la Palabra de Dios, pero rechazando su autoridad]? Sí, odias ser enseñado, y echas Mis palabras tras de ti.” (Salmo 50:16-17). Como resultado, llegan a creer que su camino es bueno y que el camino de Dios es malo, como Isaías escribió: “¡Ay de aquellos que llaman al mal bien y al bien mal; que ponen oscuridad por luz y luz por oscuridad; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! ¡Ay de aquellos que son sabios en sus propios ojos, y prudentes en su propia vista! ¡Ay de aquellos que son poderosos para beber vino, y hombres de fuerza para mezclar bebida fuerte [la fuerte bebida espiritual de Babilonia la Grande—Apocalipsis 17:1-5]: Quienes justifican al malo por un soborno, y quitan la justicia del justo de él! Por tanto como el fuego devora el rastrojo, y la llama quema la paja; su raíz será como podredumbre, y sus flores subirán como polvo porque han desechado la ley del SEÑOR de los ejércitos, y despreciado la Palabra del Santo de Israel.” (Isaías 5:20-24).
El “cristianismo” moderno nunca reconoce los “tiempos señalados” de Dios—Su Sábado, Días Santos y Fiestas—o Su plan profético. Sin embargo el plan de Dios esta oculto a plena vista justo en la Biblia! Mientras profesan creer y aceptar a Jesús como Salvador, su desobediencia a la Palabra de Dios los ha dejado ciegos e incapaces de entender. Note lo que Isaías escribe: “¡Estén aturdidos y asombrados! ¡Cieguen sus ojos y sean ciegos! Ellos están borrachos, pero no con vino; tambalean, pero no por bebida fuerte, porque el SEÑOR ha derramado sobre ustedes el espíritu de sueño profundo, y ha cerrado sus ojos; Él ha cubierto a los profetas y sus gobernantes, y a los videntes. Y la visión de todos ha llegado a ser para ustedes como las palabras de un libro que esta sellado, el cual ellos dan a uno que es aprendido diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No puedo, porque está sellado.” Y el libro es entregado a quien no es aprendido, diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No soy aprendido.” Y el SEÑOR dijo, “Porque este pueblo se acerca a Mí con sus bocas, y con sus labios Me honran, pero su adoración de Mí es conforme a las tradiciones de hombres aprendidas por rutina, y su temor hacia Mi es enseñado por los mandamientos de hombres; Por tanto, he aquí, procederé a hacer de nuevo una obra estupenda entre este pueblo, incluso una obra estupenda y una maravilla, porque la sabiduría de sus sabios morirá, y la sabiduría de sus inteligentes desaparecerá.” ” (Isaías 29:9-14).
Los Tiempos Señalados de Dios revelan las profecías de Su Plan
Cuando verdaderamente dejamos que la Biblia interprete a la Biblia, encontramos que el Sábado de Dios, los Días Santos y Fiestas son la estructura profética que Dios el Padre y Jesucristo usan para llevar a cabo Su plan de salvación para la humanidad. En las Escrituras, Dios no revela todo aspecto del significado de estos días en un solo lugar. En vez, Dios los revela en varios lugares en Su Palabra, como Él dijo: ““¿A quien Él le enseñará conocimiento? Y ¿A quien Él hará entender doctrina? A aquellos que son destetados de la leche y retirados del pecho, porque el precepto debe ser sobre el precepto, precepto sobre precepto; línea sobre línea, línea sobre línea; aquí un poquito, allá un poquito;”” (Isaías 28:9-10). Por esto es que debemos “dividir correctamente la Palabra de Verdad” (II Timoteo 2:15), lo cual haremos si amamos a Dios y guardamos Sus mandamientos como dijo Jesús.
Entender los Días Santos de Dios comienza por aplicar el principio bíblico: “…lo espiritual no fue primero, sino lo natural [físico]—luego lo espiritual.” (I Corintios 15:46). Así, para los hijos de Israel, Dios centró el significado de esos días anualmente alrededor de las tres épocas de cosechas físicas. Sin embargo, el Nuevo Testamento revela el significado espiritual detrás de las épocas de cosecha. Este es el significado espiritual que representa el perfil del Plan de Dios, el cual refleja Su voluntad para la humanidad.
Importantemente, el significado espiritual del los “tiempos señalados” de Dios es revelado solamente por el Espíritu Santo—no por intelecto humano! Note lo que escribió el apóstol Pablo: “Mas bien, hablamos la sabiduría de Dios en un misterio, incluso la sabiduría escondida que Dios pre-ordenó antes de los siglos hacia nuestra gloria La cual ninguno de los gobernadores de este mundo ha conocido (porque si hubieran sabido, no habrían crucificado al Señor de gloria); pero de acuerdo a como está escrito, “El ojo no ha visto, ni el oído ha oído, ni han entrado al corazón del hombre, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que lo aman.” Pero Dios nos las ha revelado por Su Espíritu, porque el Espíritu examina todas las cosas—incluso las cosas profundas de Dios. Porque ¿Quién entre los hombres entiende las cosas del hombre excepto por el espíritu del hombre el cual está en él? En la misma manera también, nadie entiende las cosas de Dios excepto por el Espíritu de Dios. Entonces no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que pudiéramos saber las cosas graciablemente dadas a nosotros por Dios, tales cosas también hablamos, no en palabras enseñadas por sabiduría humana, sino en palabras enseñadas por el Espíritu Santo para comunicar cosas espirituales por medios espirituales. Pero el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque son tonterías para él, y no puede entenderlas porque son discernidas espiritualmente.” (I Corintios 2:7-14).
En nuestro libro El Plan de Dios para la humanidad revelado por Su Sábado y Días Santos, el plan espiritual de Dios—oculto a plena vista en las Escrituras—es explicado totalmente. (Si no tiene este libro, escribanos y le enviaremos una copia sin costo alguno.)
Guardar el Sábado de Dios es también una señal que conocemos a Dios: Nuestra fiel observancia del Sábado semanal y Días Santos (los cuales son Sábados anuales) constituye la señal que dio Dios para mostrar que le pertenecemos a Él: ““Habla también a los hijos de Israel, diciendo, ‘Verdaderamente ustedes guardarán Mis Reposos [semanales y anuales], porque esto es una señal entre ustedes y Yo a través de sus generaciones para que sepan que Yo soy el SEÑOR Quien los santifica… Por tanto los hijos de Israel guardarán el Sábado, para observar el Sábado a través de sus generaciones como un pacto perpetuo. Esta es una señal entre los hijos de Israel y Yo para siempre [la Iglesia es el Israel espiritual]; porque en seis días el SEÑOR hizo los cielos y la tierra y en el séptimo día descansó, y fue refrescado.’ ” ” (Éxodo 31:13, 16-17).
Dado que guardar el Sábado es un pacto perpetuo, es evidente que Dios tuvo la intención que Sus Sábados sean guardados hoy por la Iglesia. Por esto Jesús—Quien fue el Señor Dios del Antiguo Testamento, “Dios manifestado en la carne”—proclamó que Él es (tiempo presente) Señor del Sábado. Cuando fue confrontado por los fariseos, Jesús hizo este hecho absolutamente claro: “Y les dijo, “El Sábado fue hecho para el hombre [no solamente para los judíos, sino para toda la humanidad; vea Isaías 56:4-7; 58:13-14], y no el hombre para el Sábado; por tanto, el Hijo de hombre es Señor incluso del Sábado.” (Marcos 2:27-28).
Dado que el mundo no le cree realmente a Dios, no están deseosos de obedecer la “voz de Dios.” Ellos no tienen “fe para obediencia” para guardar Sus Sábados y Días Santos. Mientras pueden profesar un amor de Dios y tienen alguno conocimiento de la Biblia, no tienen el verdadero amor espiritual—hecho posible por el Espíritu Santo—necesario para obedecer los caminos de Dios. Note: “Si Me aman, guarden los mandamientos—a saber, Mis mandamientos. Y Yo pediré al Padre, y Él les dará otro Consolador, para que eso pueda estar con ustedes a través de los siglos: El Espíritu de la verdad, el cual el mundo no puede recibir porque no lo percibe, ni lo conoce; pero ustedes lo conocen porque vive con ustedes, y estará dentro de ustedes.… En aquel día, ustedes sabrán que Yo estoy en Mi Padre, y ustedes están en Mí, y Yo estoy en ustedes. Aquel que tiene Mis mandamientos, y los está guardando, ese es quien Me ama; y quien Me ama será amado por Mi Padre, y Yo lo amaré, y Me manifestaré Yo mismo a él.” Judas (no Iscariote) le dijo, “Señor, ¿Qué ha pasado que estas a punto de manifestarte a nosotros, y no al mundo?” Jesús respondió y le dijo, “Si alguno Me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre le amará, y Nosotros vendremos a él, y haremos Nuestra morada con él. Aquel que no Me ama, no guarda Mis palabras; y la palabra que ustedes escuchan no es Mía, sino del Padre, Quien Me envió. ” (Juan 14:15-17, 20-24).
La mayoría de los “cristianos profesantes” tienen celo por Dios, pero no de acuerdo al conocimiento correcto (Romano 10:2). Así entonces, no guardan las palabras de Jesús, las cuales en realidad son las palabras que Dios el padre Le dio a hablar. Mientras condenan a aquellos que guardan las leyes y mandamientos de Dios en cuanto a intentar ganar la salvación a través de obras, van estableciendo su “propia justicia” a través de sus obras que no están en las escrituras (verso 3)—tales como guardar el domingo y los festivos paganos de este mundo. Creen que son justos delante de Dios mientras colocan a un lado la verdadera justicia que viene de seguir el camino de Dios—el cual incluye seguir Sus “tiempos señalados.”
Entendimiento sería dado a los verdaderos discípulos de Jesús: Cuando Jesús explicó la Parábola del sembrador a Sus discípulos, Él dijo que la mayoría de la gente no sería capaz de entender el plan de salvación de Dios, el cual Él llamó los “Misterios del Reino de Dios.” Tal conocimiento solo sería revelado a Sus verdaderos siervos y discípulos. Note la explicación de Jesús: “Y Sus discípulos vinieron a Él y preguntaron, “¿Por qué les hablas en parábolas?” Y Él respondió y les dijo, “Porque ha sido dado a ustedes el saber los misterios del reino de los cielos, pero esto no ha sido dado a ellos. Porque quienquiera que tenga entendimiento, a él más será dado, y tendrá abundancia; pero quienquiera que no tenga entendimiento, incluso lo que tiene le será quitado. Por esta razón les hablo a ellos en parábolas, porque viendo, ellos no ven; y oyendo, ellos no oyen; ni entienden. Y en ellos es cumplida la profecía de Isaías, la cual dice, ‘Oyendo ustedes oirán y en ninguna forma entenderán y viendo verán, y en ninguna forma percibirán; porque el corazón de esta gente se ha engordado, y sus oídos son sordos para oír, y sus ojos han cerrado; no sea que ellos vean con sus ojos, y oigan con sus oídos, y entiendan con sus corazones, y sean convertidos, y Yo los sane.’ PERO BENDITOS SON SUS OJOS, PORQUE VEN; Y SUS OÍDOS, PORQUE OYEN. Porque verdaderamente les digo, muchos profetas y hombres justos han deseado ver lo que ustedes ven, y no han visto; y oír lo que ustedes oyen, y no han oído. ” (Mateo 13:10-17).
Lo que Jesús dijo a Sus discípulos se aplica a nosotros hoy. El conocimiento de los misterios del Reino de Dios—de Su plan y propósito, las cosas profundas de Dios—también serían dadas a nosotros. Cuando el profeta Daniel quiso saber la verdad de las profecías que Dios le había dado, se le dijo, “Sigue tu camino, Daniel, porque las palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán purificados, y emblanquecidos, y refinados. Pero el malvado hará impíamente; y ninguno de los malvados entenderá, pero el sabio entenderá.” (Daniel 12:9-10).
Las Escrituras dejan claro que los cristianos verdaderos—quienes están en pacto con Dios y bajo Su gracia—guardan los Sábados y Días Santos de Dios, los “tiempos señalados” de Dios. Porque amamos y tememos a Dios, somos bendecidos con un entendimiento que no ha sido dado al resto del mundo: “El temor del SEÑOR es el comienzo de la sabiduría; un buen entendimiento tienen todos aquellos que hacen Sus mandamientos…” (Salmo 111:10).
Esto solamente es posible porque Dios revela las cosas profundas de Su plan—el misterio o secreto de Su voluntad—a nosotros a través de Su Palabra y Su Espíritu. En Efesios, Pablo expande aun mas sobre lo que escribió en I Corintios 2: “En Quien tenemos redención a través de Su sangre, incluso la remisión de los pecados, de acuerdo a las riquezas de Su gracia, la cual ha hecho abundar hacia nosotros en toda sabiduría e inteligencia; habiéndonos hecho saber el misterio de Su propia voluntad, de acuerdo a Su buen placer, el cual se propuso en Sí mismo; que en el plan divino para el cumplimiento de los tiempos [a través de los tiempos señalados de Dios], pudiera traer todas las cosas juntas en Cristo, ambas las cosas en los cielos y las cosas sobre la tierra; Sí, en Él, en Quien también hemos obtenido una herencia, habiendo sido predestinados de acuerdo a Su propósito, Quien está haciendo todas las cosas de acuerdo al consejo de Su propia voluntad” (Efesios 1:7-11).
La voluntad de Dios el Padre es revelada en las Santas Escrituras, por hombres escogidos, santos y fieles. Ellos fueron los instrumentos personales de Dios, los cuales Él usó a través de poder de Su Santo Espíritu—el Espíritu de la Verdad—para escribir Su mensaje personal a Su pueblo para que ellos pudieran ser participes de Su voluntad por gracia a través de Jesucristo hacia vida eterna.
El apóstol Pedro deja esto absolutamente claro: “Porque no seguimos mitos inteligentemente inventados, cuando les hicimos saber el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, sino que fuimos testigos oculares de Su magnifica gloria; porque Él recibió gloria y honor de Dios el Padre cuando la voz vino a Él desde la Majestuosa Gloria, “Este es Mi Hijo, el Amado, en Quien estoy bien complacido.” Y esta es la voz desde el cielo que oímos cuando estuvimos con Él en la montaña santa. También poseemos la Palabra profética [el Antiguo y Nuevo Testamentos respirados por Dios] confirmada a la cual ustedes hacen bien en prestar atención, como a una luz brillando en un lugar oscuro [la verdad de Dios brillando en la oscuridad del mundo], hasta que el día amanezca [el regreso de Jesucristo] y la estrella de la mañana surja en sus corazones [la primera resurrección a vida eterna]; sabiendo esto primero, que ninguna profecía de la Escritura se originó como interpretación privada propia de alguien; Porque la profecía no fue traída en ningún momento por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron como fueron movidos por el Espíritu Santo.” (II Pedro. 1:16-21).
Pablo confirma la inspiración personal de Dios de la Escritura, aunque Él usó hombres para escribirla. Note lo que él le escribe a Timoteo: “Y que desde niño has conocido los sagrados escritos [el Antiguo Testamento], los cuales son capaces de hacerte sabio hacia salvación a través de fe, la cual es en Cristo Jesús. Toda la Escritura [Antiguo y Nuevo Testamento] es respirada por Dios y es útil para doctrina, para convicción, para corrección, para instrucción en justicia; para que el hombre de Dios pueda ser completo, totalmente equipado para toda buena obra.” (II Timoteo 3:15-17).
Las buenas obras de las que Pablo escribe son las obras que Dios pre-ordenó para que caminemos como un camino de vida—amando a Dios y guardando Sus mandamientos a través de la fe y la gracia de Dios. “Porque por gracia han sido salvos [de Satanás el diablo] a través de fe, y esta no es de ustedes mismos; es el regalo de Dios, no de obras [nuestras propias obras], para que nadie pueda jactarse. Porque somos Su hechura, creados en Cristo Jesús hacia las buenas obras que Dios ordenó de antemano para que pudiéramos caminar en ellas.” (Efesios 2:8-10).
Como Pedro escribe, Dios está dándonos Su naturaleza divina, la cual será perfeccionada en la resurrección. “De acuerdo a Su divino poder nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y a la santidad, a través del conocimiento de Quien nos llamó por Su propia gloria y virtud; a través de la cual Él nos ha dado las mas grandes y preciosas promesas, que a través de estas ustedes pueden convertirse en participes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que esta en el mundo a través de lujuria.” (II Pedro 1:3-4).
El plan y propósito de Dios el Padre y Jesucristo es que aquellos que son llamados para la primera resurrección al regreso de Cristo lleguen a ser los propios hijos e hijas de Dios como seres espirituales divinos. Como Juan escribe: “¡He aquí! ¡Que glorioso amor nos ha dado el Padre, que deberíamos ser llamados los hijos de Dios! Por esta misma razón, el mundo no nos conoce porque no lo conoce a Él. Amados, ahora somos los hijos de Dios, y no ha sido revelado aún lo que seremos; pero sabemos que cuando Él sea manifestado, seremos como Él, porque Lo veremos exactamente como Él es.” (I Juan 3:1-2).
El propósito de Dios es incrementar Su familia divina a través de Su creación humana. Dios revela este plan en Su Santa Palabra, la Biblia—donde está oculto a plena vista del mundo y de los escépticos. La clave para entender el Plan de Dios es Sus “tiempos señalados”—el Sábado semanal, los Días Santos y Fiestas—como son reveladas graciablemente por el Espíritu de Dios a aquellos que verdaderamente aman a Dios el Padre y a Jesucristo en espíritu y verdad.
Con este conocimiento en mente, esperamos y oramos que ustedes sean verdaderamente bendecidos viniendo a los Días Santos y la Fiesta de Tabernáculos. Necesitamos regocijarnos en todo lo que Dios hace por nosotros—por el conocimiento de Su plan y propósito para toda la humanidad como es revelado por Su Sábado y Días Santos, y por la promesa de recibir la naturaleza divina en la primera resurrección cuando Jesús regrese en poder y gloria.
Hermanos, como vemos los eventos de la profecía desenvolviéndose, estamos orando por ustedes diariamente—por su salud y sanidad, y por su protección. Nuevamente, gracias por su amor y oraciones por nosotros. Gracias por alcanzar a otros hermanos y personas nuevas. Gracias por sus diezmos y ofrendas para que podamos servir a los hermanos y predicar el Evangelio al mundo. Pueda la bendición de Dios reposar sobre ustedes en todo.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC