Conclusión

(Tomado del libro “La pascua Cristiana”)

 

Por

Fred Coulter

www.laverdaddedios.org

 

          Este libro le ofrece al lector un estudio detallado y minuciosamente documentado de la Pascua, como es observada en tanto el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Como está registrado en el Antiguo Testamento, la Pascua era observada en el día 14 del primer mes—el mismo día que el Señor Dios, Jehovah Elohim, le había entregado Sus promesas a Abraham. Fue en este día que Dios le dio a Abraham la promesa de bendiciones, tanto físicas como espirituales para su semilla. La promesa de las bendiciones físicas fue cumplida a través del Antiguo Pacto con Israel, y la promesa de las bendiciones espirituales está siendo cumplida a través del Nuevo Pacto con la Iglesia.

          Cuando vino el tiempo de terminar el Antiguo Pacto y establecer el Nuevo Pacto, el Señor Dios, Jehovah Elohim, se convirtió en Jesucristo—Dios en la carne. Por medio de Su muerte, Él terminó el Antiguo Pacto y selló las promesas del Nuevo Pacto. Él entregó estas promesas en la noche del 14 de Nisán—el mismo tiempo que le fueron dadas las promesas a Abraham y en el mismo día que fue instituida la Pascua del Antiguo Pacto. El Antiguo Pacto fue establecido 430 años después del pacto con Abraham y duró aproximadamente 1500 años. El Antiguo Pacto finalizó el 5 de abril en el 30 d.C. cuando Jesús murió en el día de la Pascua—el día 14 del primer mes del Calendario Hebreo Sagrado. Al terminar el Antiguo Pacto con Israel, Jesucristo inició un nuevo comienzo. Ese nuevo comienzo fue el Nuevo Pacto con la Iglesia.

          Muchos nuevos comienzos están registrados en la Biblia. Cuando el mundo antiguo terminó con el diluvio, hubo un nuevo comienzo con Noé y sus hijos después del diluvio. Después de la muerte de Noé, hubo un nuevo comienzo con Abraham. Cuatro generaciones más tarde, hubo un nuevo comienzo con Israel, iniciado por la Pascua en Egipto y culminando con la ratificación del Antiguo Pacto en el Monte Sinaí. Ese pacto terminó con la muerte de Jesucristo, lo cual colocó el Nuevo Pacto en vigor y efecto. El Nuevo Pacto está levantando semilla espiritual, quienes tendrán un nuevo comienzo cuando Jesucristo regrese. Ellos se volverán seres espirituales glorificados y gobernarán con Él en la tierra durante el Milenio. Cuando el Milenio haya terminado, habrá un nuevo comienzo para todas las generaciones de seres humanos que han muerto y han ido a la tumba. Todos serán resucitados a una nueva vida en la carne y tendrán la oportunidad de elegir el camino de la vida eterna, durante el tiempo del Juicio del Gran Trono blanco después del Milenio. Después de este periodo de juicio, la tierra será consumida con fuego y todos los malvados serán destruidos, preparando el camino para los nuevos cielos y la nueva tierra, que dará inicio a las “eras de la eternidad” para la familia de Dios.

          Jesucristo ha revelado que Él es el único que comienza y termina estas grandes eras en el plan de Dios. Él dice: “Yo soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin,” dice el Señor, “Quien es, y Quien era, y Quien debe venir—el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8). Fue Jesucristo Quien instituyó el Nuevo Pacto en el día de la Pascua, el día 14 del primer mes. Jesús mismo estableció este día por Sus mandatos ¡y por Su ejemplo! Jesús mismo estableció este tiempo para la renovación del Nuevo Pacto por cada cristiano.

          Jesús mismo estableció el día 14 del primer mes, de acuerdo al Calendario Hebreo Sagrado, como un día para observar la ceremonia de la Pascua cristiana, la cual conmemora el comienzo del Nuevo Pacto en Su sangre y renueva la relación del pacto de cada cristiano con Él y con Dios el Padre. Los hombres en su auto justicia han rechazado Sus mandatos y han cambiado la fecha de su observancia, el tiempo del día, los símbolos, la frecuencia de observancia y el significado. Pero ¡los hombres no tienen la autoridad de cambiar y modificar lo que Jesús mismo estableció por Sus mandatos personales!

          Las Escrituras del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento están llenas de evidencia de que el día 14 del primer mes en el Calendario Hebreo Sagrado es el día de la Pascua que Dios ordenó. Los registros Escriturales e históricos dejan indudablemente claro que la observancia de una Pascua en el 15 es una tradición de los judíos y nunca fue ordenada por Dios. La tradición de una Pascua en el 15 está en oposición directa a la Palabra de Dios, la cual establece el 14 como el día de la Pascua. El Nuevo Pacto no puede ser renovado en el día 15 del primer mes, porque ese día no conmemora la muerte de Jesucristo. El error no concuerda con la verdad. La verdad que está en las Escrituras—tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo Testamento—establecen y sostienen absolutamente el 14 como el día de la Pascua—el día que Jesús instituyó el Nuevo Pacto en Su sangre. Ese es el único día que el pacto puede ser renovado.

          Participar en servicios del domingo de resurrección no puede renovar el Nuevo Pacto. El domingo de resurrección no sólo es observado en el día incorrecto, sino que ha sido derivado del paganismo y está específicamente condenado en la Palabra de Dios. La Biblia condena al domingo de resurrección porque se originó con la adoración de la diosa babilónica Ishtar (pronunciada Easter), la supuesta “reina del cielo.” Aquellos que participan en celebraciones del domingo de resurrección al alba, no se dan cuenta que Dios ve estos servicios como adoración al sol e idolatría (ver Ezequiel 8;15-16). La celebración de la misa, o la participación de la supuesta “Eucaristía Santa,” no pueden renovar el Nuevo Pacto, porque no siguen los mandatos de Jesucristo. Es celebrada en los días incorrectos, en tiempos incorrectos del día y usa simbología incorrecta. Esta también ha sido derivada del paganismo, no de la Palabra de Dios. La observancia semanal de la comunión del Señor o de la Cena del Señor tampoco pueden renovar el Nuevo Pacto. También es observada en el día incorrecto y en el momento incorrecto, y en la mayoría de los casos usan simbología incorrecta. Además, el Nuevo Testamento muestra que la ceremonia de la Pascua cristiana no debería ser llamada la “Cena del Señor.” Ninguna de estas prácticas sustitutas del hombre se ajusta a la verdad de la Palabra de Dios.

          Dios no aceptará ninguna de estas falsificaciones religiosas en adoración a Él en ningún momento. ¡La verdad de Dios no puede ser adorada con una mentira! Este tipo de adoración es inútil y vana, incluso como dijo Jesús: “Este pueblo Me honra con sus labios, pero sus corazones están lejos de Mí. Pero en vano Me adoran, enseñando por doctrina los mandamientos de hombres” (Marcos 7:6-7).

          LA ÚNICA RENOVACIÓN VERDADERA DEL NUEVO PACTO EN LA SANGRE DE JESUCRISTO ES LA OBSERVANCIA ANUAL DE LA PASCUA. Cualquier otra práctica a aquella que Jesús mismo ha ordenado—independientemente de la percibida necesidad, la sinceridad, la santidad proclamada o presunta autoridad religiosa—no puede renovar el Nuevo Pacto. ¡Ninguna practica u observancia que sea contraria a las enseñanzas de Jesucristo puede mantener a alguien en pacto con Dios! Esas son las tradiciones de los hombres y no llevan a la vida eterna. Solamente aquellos que renuevan el Nuevo Pacto de gracia en el tiempo y de la manera que Jesucristo ordenó—por medio de la participación en la Pascua cristiana en el día 14 del primer mes—tienen la promesa de la vida eterna. Observar cualquier otra práctica es pecado y al final traerá la muerte: “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23).

          Los “cristianos” profesantes quienes pecan al desobedecer los mandatos de Jesucristo, no están bajo el Nuevo Pacto de vida eterna, sino que están en realidad en pacto con la muerte. El profeta Isaías muestra que aquellos que rechazan la verdad de Dios y se aferran a las mentiras de los hombres, están en pacto con la muerte: “Por tanto escuchen la Palabra del SEÑOR, ustedes hombres desdeñosos quienes gobiernan este pueblo en Jerusalén. Porque han dicho, “Hemos hecho un pacto con la muerte, y hemos hecho un acuerdo con la tumba; cuando la vara abrumadora pase a través, no vendrá a nosotros; porque hemos hecho de las mentiras nuestro refugio, y nos hemos ocultado bajo falsedad,” por tanto, así dice el Señor DIOS: “He aquí, Yo coloco en Sion una Piedra por fundamento, una Piedra probada, una Piedra Angular preciosa, un fundamento seguro;…” (Isaías 28:14-16).

          Esta profecía de Isaías muestra claramente que las enseñanzas y los mandatos de Jesucristo son el fundamento de la vida eterna. Aquellos que rechazan Sus mandatos y se rodean a sí mismos de mentiras y falsedad, están en pacto con la muerte. Esta es una verdadera descripción de las prácticas tradicionales del judaísmo y del cristianismo convencional y de todas las religiones del mundo. Ya que sus prácticas no son las prácticas de Jesucristo, no llevan a la vida eterna, sino que traen muerte a todos los que las siguen.

          Jesucristo ha revelado el ÚNICO CAMINO para entrar al Nuevo Pacto y recibir el regalo de la vida eterna de Dios el Padre. Él mismo estableció el Nuevo Pacto con Su propia sangre y Él mismo revela el ÚNICO CAMINO VERDADERO para entrar en esa relación especial con el Padre. Jesús declaró: “Jesús le dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, excepto a través de Mí” (Juan 14:6). Jesús también dijo, “Nadie puede venir a Mí a menos que el Padre, Quien Me envió, lo atraiga…” (Juan 6:44). La relación de pacto comienza con el llamamiento de Dios el Padre. Cada individuo debe responder al llamado de Dios, al arrepentirse del pecado y siendo bautizado en agua, lo cual representa ser unido a la muerte del pacto de Jesucristo. Cuando estas condiciones se cumplen, Dios el Padre otorga el regalo del Espíritu Santo, el cual habilita a cada uno a adorar a Dios en obediencia amorosa a Su Palabra, la cual es la Verdad. Jesús dijo: “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre EN ESPÍRITU Y EN VERDAD; porque el Padre ciertamente está buscando aquellos que lo adoren en esta manera. Dios es Espíritu; y aquellos que lo adoran deben [griego dei, obligado, bajo compulsión divina] adorar en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24).

          El uso del griego dei, muestra que es imperativo adorar a Dios de acuerdo a la verdad de Su Palabra, como es revelada por el Espíritu Santo. Jesús no está haciendo una sugerencia—ES UN MANDATO. ¡El texto griego es muy enfático!

          Los cristianos que están verdaderamente en pacto con Dios el Padre, estarán continuamente adorándolo en espíritu y verdad. Estarán practicando las enseñanzas de Jesucristo, las cuales Él recibió del Padre. Estarán observando la ceremonia de la Pascua cristiana cada año en el día 14 del primer mes—el día que Jesús estableció para la renovación de la relación del pacto. Observarán esta ceremonia en el momento del día que Jesús instituyó los nuevos símbolos y de la manera apropiada que Él mismo ordenó, participando en el lavamiento de los pies, y participando del pan sin levadura y del vino.

          Después de instituir la nueva ceremonia de la Pascua en la noche que Él fue traicionado, Jesús dio el siguiente mandato a Sus discípulos. Estas palabras son fundamentales para el Nuevo Pacto: “Si Me aman, guarden los mandamientos—a saber, Mis mandamientos.Aquel que tiene Mis mandamientos, y los está guardando, ese es quien Me ama; y quien Me ama será amado por Mi Padre, y Yo lo amaré, y Me manifestaré Yo mismo a él.”Si alguno Me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre lo amará, y Nosotros vendremos a él, y haremos Nuestra morada con él” (Juan 14:15, 21, 23). Las palabras de Jesús son claras. Aquellos que lo aman, estarán guardando Sus mandamientos, incluyendo Su mandato de observar la Pascua cristiana en la noche de su traición. Por otro lado, aquellos que no lo aman, no estarán guardando Sus mandamientos, los cuales Él recibió de Dios el Padre: “Aquel que no Me ama, no guarda Mis palabras; y la palabra que ustedes oyen no es Mía, sino del Padre, Quien Me envió” (Juan 14:24).

          Las palabras de Jesucristo, las cuales Él recibió del Padre, son el fundamento del Nuevo Pacto. Cualquiera que rechaza las palabras de Jesucristo, no puede estar en pacto con Dios el Padre. La relación de pacto no está abierta a aquellos que adoran a Dios vanamente con la tradición humanamente ideada de una Pascua en el 15, o la eucaristía, o la comunión, o la cena del Señor. La relación del Nuevo Pacto es ofrecida solamente a aquellos que aman a Jesucristo y a Dios el Padre y están guardando Sus mandamientos.

          Su relación del Nuevo Pacto con Jesucristo y con Dios el Padre debe ser renovada cada año al participar de la Pascua cristiana. La verdadera observancia de la Pascua cristiana involucra mucho más que entender el tiempo y la forma que Jesús ordenó. Se extiende mucho más allá de las disputas doctrinales y las diferentes opiniones de eruditos de la Biblia, ministros y teólogos. Trasciende todos los argumentos religiosos y los conflictos sobre las palabras. La Pascua cristiana es el fundamento del plan de Dios para aquellos que Él llama—¡ahora y por la eternidad!

          El plan de Dios se está logrando a través de la muerte y resurrección de Jesucristo, nuestra Pascua: “Pero vemos a Jesús, Quien fue hecho un poco menor que los ángeles, coronado con gloria y honor a cuenta de sufrir la muerte, para que por la gracia de Dios Él mismo pudiera probar la muerte por todos; porque era conveniente para Él, para Quien todas las cosas fueron creadas, y por Quien todas las cosas existen, traer muchos hijos a la gloria, para hacer al Autor de su salvación perfecto a través de sufrimientos” (Hebreos 2:9-10).

          Ningún otro sacrificio puede reemplazar o sustituir el asombroso sacrificio de Jesucristo. Sólo Su sangre puede reconciliar a los seres humanos pecadores con Dios el Padre. Así como cada uno es reconciliado, el Cristo resucitado actúa como Sumo Sacerdote a la diestra de Dios, diariamente obteniendo la gracia amorosa de Dios: “Pero Dios, Quien es rico en misericordia, por causa de Su gran amor con el cual nos amó, Aun cuando estábamos muertos en nuestras ofensas, nos ha dado vida junto con Cristo. (Porque han sido salvos por gracia) Y nos ha levantado juntos [a través de la operación del bautismo] y nos ha hecho sentar juntos en los lugares celestiales en Cristo Jesús [Quien es nuestra esperanza de gloria], para que en los siglos que vienen pudiera mostrar las excesivas riquezas de Su gracia en Su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.

          “Porque por gracia han sido salvos a través de fe, y esta no es  [griego ouk, la imposibilidad] de ustedes mismos; ES EL REGALO DE DIOS, no [griego ouk, la imposibilidad] de obras, para que nadie pueda jactarse. Porque somos SU [DE DIOS EL PADRE] HECHURA, SIENDO CREADOS EN CRISTO JESÚS hacia las buenas obras [de fe, amor y obediencia] que Dios ordenó de antemano para que pudiéramos caminar en ellas” (Efesios 2:4-10).

          Estas palabras de Pablo revelan el magnífico amor y gracia de Dios el Padre hacia cada uno que Él llama por medio de Jesucristo. Al apóstol Pablo se le otorgó un profundo entendimiento espiritual de la gracia de Dios y Su asombroso plan para la humanidad. Pablo fue inspirado a registrar estas revelaciones divinas en su epístola a los efesios. El autor ha expandido las palabras inspiradas de Pablo en Efesios 3 en una traducción especial amplificada, para enfocarse en el magnífico plan y propósito del hombre de Dios el Padre. La traducción amplificada del autor ha sido diseñada para ir mas allá que otras versiones amplificadas en que el significado de la Biblia entera es llevado al descubierto en cada verso. La traducción del autor expande y amplifica cada palabra para sacar su significado completo, sin listar referencias a otros versos, como sería necesario para una presentación técnica. El autor ha traducido el pasaje de esta manera para capturar el significado completo y la inspiración de las palabras de Pablo a los efesios. La esperanza del autor es que esta traducción habilitará al lector a entender más plenamente el plan de Dios y Su asombroso propósito para aquellos que aceptan a Jesucristo como Su Pascua. Esta herencia eterna gloriosa le es ofrecida libremente a usted—si está dispuesto a amar a Dios con todo su corazón, su alma, su mente y con todas sus fuerzas, como dijo Jesús.

EFESIOS 3

1. Por esta causa yo, Pablo, soy el prisionero de Cristo Jesús por ustedes gentiles,

2. Si ciertamente han escuchado del ministerio de la gracia de Dios que por ustedes me fue dado;

3. Cómo Él me hizo conocer [dándome compresión y entendimiento de ello] por revelación el misterio (incluso como escribí brevemente antes,

4. Para que cuando lean esto, sean capaces de comprender mi entendimiento [tal como solo Dios puede otorgar] en el misterio de Cristo),

5. El cual en otras generaciones no fue hecho conocido a los hijos de hombres, como ha sido ahora revelado a Sus santos apóstoles [quienes fueron comisionados y enviados por Jesucristo, llevando Su autoridad] y profetas por el Espíritu;

6. Que los gentiles podían ser coherederos, y un cuerpo conjunto, y copartícipes de Su promesa [de vida eterna] en Cristo a través del evangelio,

7. Del cual yo me convertí en un siervo de acuerdo al regalo de la gracia de Dios, la cual me fue dada a través del trabajo interno de Su poder.

8. A mí, quien soy menos que el menor de todos los santos, me fue dada esta gracia, para que pudiera predicar el evangelio entre los gentiles—incluso las riquezas inescrutables [lo inconcebible e incomprensible] de Cristo;

9. Y para que pudiera iluminar a todos en lo que es el compañerismo del misterio que ha sido escondido [escondido y retenido de la vista o el conocimiento] desde los siglos en Dios, Quien creó todas las cosas por Jesucristo.

10. Para que la múltiple sabiduría de Dios pudiera ahora ser hecha conocida a través de la iglesia a los principados y los poderes en los lugares celestiales [sí, incluso los ángeles],

11. De acuerdo a Su propósito eterno, el cual Él ha forjado  [específicamente solucionado de antemano] en Cristo Jesús nuestro Señor,

12. En Quien tenemos valor y acceso directo [siendo admitido en la presencia misma de Dios el Padre a través de la oración] con confianza por medio de Su propia fe [la fe misma de Cristo implantada dentro de nuestras mentes y corazones].

13. Así entonces, les ruego que no desmayen ante mis tribulaciones por ustedes, las cuales están trabajando para su gloria.

14. Por esta causa yo doblo mis rodillas al Padre de nuestro Señor Jesucristo,

15. De Quien la familia entera en el cielo y en la tierra es nombrada.

16. Que pueda otorgarles [conceder graciablemente y otorgar gratuitamente], de acuerdo a las riquezas de Su gloria, el ser fortalecidos con poder por Su Espíritu en el hombre interior;

17. Que Cristo pueda morar en sus corazones por fe;

18. Y que siendo arraigados [eso es, estabilizados, anclados y establecidos] y cimentados en amor [amor de Dios, amor divino], ustedes puedan ser completamente capaces de comprender con todos los santos cual es la anchura y longitud y profundidad y altura [del plan eterno de Dios y propósito],

19. Y de conocer el amor de Cristo, el cual sobrepasa el conocimiento humano; para que puedan ser llenados con toda la plenitud de Dios [con Su Espíritu Santo saciando cada fibra de su ser, para que, en la resurrección al regreso de Cristo, le pueda ver como Él es y sea como Él es, un hijo o hija de Dios, compuesto de espíritu].

20. Ahora, a Él, Quien es capaz de hacer abundantemente excesivo por encima de todo lo que pedimos o pensamos, según el poder que está obrando en nosotros,

21. A ÉL SEA GLORIA EN LA IGLESIA POR CRISTO JESÚS A LO LARGO DE TODAS LAS GENERACIONES, INCLUSO HASTA LOS SIGLOS DE ETERNIDAD. AMÉN.

 

          Antes de escribir este pasaje inspirador y revelador, Pablo escribió una oración de esclarecimiento para los cristianos en Éfeso. El autor ha traducido la oración de Pablo de la misma forma que el pasaje anterior. ¡Que Dios el Padre y Jesucristo concedan el cumplimiento de esta oración en su vida!

EFESIOS 1:16-23

16. No ceso de dar gracias por ustedes, haciendo mención de ustedes en mis oraciones;

17. Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, pueda darles el espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de Él [Dios el Padre].

18. Y puedan los ojos de su mente ser iluminados [espiritualmente ilustrados] para que puedan comprender cuál es la esperanza de Su llamado, y cuál es la riqueza [sí, incluso la abundancia opulenta] de la gloria de Su herencia en los santos,

19. Y cuál es la excesiva grandeza de Su poder hacia nosotros que creemos, de acuerdo al trabajo interno de Su enorme poder,

20. El cual Él forjó en Cristo, cuando lo levantó de los muertos, y lo colocó a Su mano derecha en los lugares celestiales,

21. Muy por encima de todo principado y autoridad y poder y señorío, y de todo nombre que es nombrado—no solo en esta era, sino también en la era por venir;

22. Porque Él ha subordinado todas las cosas [incluso la amplitud del universo] bajó Sus pies [dándole a Él el derecho al gobierno y al dominio], y le ha dado ser cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,

23. La cuál es Su cuerpo—la plenitud de Él Quien llena todas las cosas en todo.

 

La esperanza y la oración personal del autor es que el conocimiento y el entendimiento de la verdadera Pascua cristiana pueda ser un nuevo comienzo para usted, y que usted pueda estar en pacto verdadero con Dios el Padre y Jesucristo—ahora y por toda la eternidad.