Restaurando
el cristianismo original—¡para hoy!
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Fred R.
Coulter
Ministro
Diciembre 12, 2018
Queridos hermanos,
El año romano 2019 está a punto de comenzar
en medio de gran tumulto. En la mayoría de nuestro tiempo de vida, nunca hemos
vistas tales problemas enormes, con crisis tras crisis confrontando al mundo
entero—financieras, políticas y religiosas. Parece que hay problemas en todo
lado, lo cual afecta casi que a todos en formas diferentes. Vea alrededor del
mundo y encontrará aflicción, calamidad y dolor de nación a nación. Cada una es
llamada crisis. Sin embargo, hay más en la palabra crisis que lo
que la gente comprende, porque crisis (o krisis en griego) significa juicio.
En cada caso, la crisis representa ¡un juicio de Dios! De hecho, todas las
siguientes situaciones son “juicios automáticos” de Dios a causa del pecado e
ilegalidad:
·
Guerras, revueltas y
disturbios
·
Hambre y plagas
·
Ataques terroristas y
bombas
·
Inmigración masiva
ilegal—en Europa & USA (Israel moderno)
·
Toda clase de crímenes
y actividad criminal
·
Fuertes terremotos
·
Clima extremo—calor,
sequia, frio, lluvia e inundaciones
·
Asesinatos, tiroteos,
genocidios y muerte
·
Mentira, robo y saqueo
·
Depravación y perversión
sexual
·
Aborto—el pecado más
grande del mundo, con cientos de millones asesinados
Verdaderamente, todos estos son juicios de
Dios. Con la avalancha de noticias 24/7, es casi abrumador—demasiado para
manejar. Aquellos quienes no pueden enfrentarlo tratan de ocultar sus ojos de
eso, del TV y la radio. Algunos se ahogan en distracción, drogas, música,
entretenimiento y variados placeres—esperando que las miserias y calamidades de
alguna manera se vayan. Pero no—parecen estar multiplicándose. Es recordativo
de la canción, “Paren el mundo, ¡me quiero bajar!”—o al Salmo sobre volar como
un ave para evitar el problema y la maldad en todo costado. David escribió, “Da oído a mi oración, Oh Dios, y
no Te ocultes de mi suplica. Atiéndeme, y respóndeme; estoy
perturbado en mi problema y gimo en mi queja a causa de la voz del enemigo; a causa de la opresión del
malvado—porque me hicieron daño, y en ira me odian. Mi corazón está dolido dentro de mí, y los terrores de muerte han caído sobre
mí. Temor y temblor han venido sobre mí, y
horror me ha abrumado. Y dije, “Oh, ¡que tuviera
alas como una paloma! Me alejaría y estaría en descanso. He aquí, luego vagaría lejos; me alojaría
en el lugar desolado. Selah. Me
apresuraría a un lugar de refugio de la tormenta ventosa y la tempestad”” (Salmo 55:1-8).
Sin duda, sería bueno “escapar de todo”—evitar
el estrés, la tensión y frustración que estas cosas pueden causarnos. Sé que
rara vez podemos hacerlo. Sin embargo, podemos enfrentar estas situaciones con
la fortaleza y fe de Dios el Padre y Jesucristo y el consejo de la Escritura: “No te corroas a ti mismo por causa de los
malhechores, y no estés envidioso contra los trabajadores de iniquidad,
porque serán pronto cortados como el pasto; y
marchitados como la hierba verde.
“Confía en el
SEÑOR, y haz el bien; vive en la tierra, y
ama fidelidad. Deléitate en el SEÑOR, y Él
te dará los deseos de tu corazón. Encomienda tu
camino al SEÑOR; confía también en Él, y Él lo hará suceder. Y Él dará a luz tu
justicia como la luz, y tu juicio como el mediodía.
“Descansa en el
SEÑOR, y espéralo pacientemente; no te corroas a ti mismo por causa del que
prospera en su camino; por causa del que lleva a cabo acciones malignas.
Cesa la ira, y abandona la cólera; no te corroas a ti
mismo, eso lleva solo a maldad. Porque los malhechores serán cortados, pero aquellos
quienes esperan en el SEÑOR, ellos heredarán la tierra. No es más que un poco de tiempo, y el malvado no será más;
sí, considerarás diligentemente su lugar, pero él no estará ahí”
(Salmo 37:1-10).
Jesús lo puso de otra forma: “Estas cosas les he hablado, para que en Mí puedan tener paz. En
el mundo tendrán tribulación. ¡Pero sean valientes! Yo he vencido al mundo”” (Juan
16:33).
Podemos
confiar plenamente en las palabras y promesas de Jesús porque Dios está velando
por nosotros: “He aquí, el ojo del SEÑOR está sobre
aquellos quienes le temen, sobre aquellos quienes esperan en Su bondad, para librar sus almas de muerte y mantenerlos vivos en hambruna. Nuestra alma espera al SEÑOR; Él es nuestra ayuda y nuestro escudo, porque nuestro corazón se regocijará en Él porque hemos confiado en
Su Santo nombre. Tu bondad, Oh SEÑOR, sea
sobre nosotros, de acuerdo a como esperamos en Ti” (Salmo 33:18-22).
Sí, a pesar de todas estas cosas, podemos
tener paz mental real—porque conocemos el plan y propósito de Dios. A
través del poder del Espíritu Santo dentro de nosotros podemos controlar
nuestras mentes y emociones y no dejar que los problemas de este mundo
controlen nuestros pensamientos y sentimientos. Recuerde, los tiempos del fin
van a estar llenos de peligros y angustia—como profetizado plenamente por Dios
en la Biblia. Pero tenemos que vivir a través de eso; tenemos que soportar
hasta el fin. Y sólo podemos hacerlo así con ¡fe y confianza en Dios! Podemos
tener paz mental cuando entendemos a partir de la Palabra de Dios porque
estas cosas están pasando, comprendiendo que Dios está en control completo. Tan
solo porque estos eventos no son agradables, son perturbadores y angustiantes
no significa que tenemos que dejarlos controlar nuestros pensamientos y
emociones.
El poder y consuelo del Salmo 91: El rey David escribió este Salmo tremendo, el cual
Dios ha preservado
para nuestra inspiración y consuelo en tiempos de problemas y angustia. Él
muestra que podemos confiar en Dios, incluso en las circunstancias más severas,
a causa de Su “sombra” no vista y “alas”—los santos ángeles de Dios: “El que vive en el lugar secreto del Altísimo permanecerá bajo la
sombra del Todopoderoso. Ciertamente Él te librará de la trampa del cazador de aves y de la
pestilencia destructora. Te
cubrirá con Sus plumas, y bajo Sus alas tendrás refugio. Su verdad será tu
escudo y defensa.
“No estarás asustado del terror nocturno, ni por la flecha que vuele
de día, ni por la plaga que camine en oscuridad, ni por la destrucción
arrasando al mediodía. Mil
pueden caer a tu lado y diez mil a tu mano derecha; no vendrá cerca a ti. Únicamente con tus ojos observarás y verás la recompensa del
malvado.
“Porque has hecho al SEÑOR, Quien es mi refugio [de
David], incluso al Altísimo, tu habitación. Ningún mal te acontecerá, ni ninguna plaga vendrá cerca a tu
vivienda,
porque Él dará a Sus ángeles encargo sobre ti para guardarte
en todos tus caminos. Ellos te sostendrán en sus
manos, no sea que tropieces tu pie contra una piedra.
“Pisarás sobre el león y el áspid, el león joven y el chacal
pisotearás.
“Porque ha [quien está confiando en Dios] colocado su amor sobre Mí, por tanto lo libraré; lo colocaré en
alto porque ha conocido Mi nombre. Me
invocará, y Yo le responderé; estaré con él en el problema; lo
libraré, y honraré. Con
larga vida lo saciaré, y le mostraré Mi salvación”” (Salmo
91).
¿Por qué tal maldad? Necesitamos comprender que todos los
problemas en el mundo son el resultado de Satanás, el pecado y la naturaleza
humana. Por tanto, lo que estamos atestiguando son los juicios activos de Dios
en contra de aquellos pecados—de modo que la gente puede tener una oportunidad
de arrepentirse. Pero deben escoger. Si escogen continuar en pecado, los
juicios de Dios llegarán a ser más y más severos—y Dios no discrimina personas
o naciones. Él siempre da advertencias y tiempo para arrepentirse. Si la gente
se arrepiente, Él honrará eso levantando y mitigando Sus juicios.
Imagine si pudiera volar sobre USA, o sobre todo
el mundo para el caso, y que tuviera la capacidad de Dios de saber todo lo que
pasa en el gobierno, las instituciones y religión—y en la vida de cada persona—sea
buena o mala. ¿Que vería?
Sin duda vería casi exactamente lo que Dios
vio en Jerusalén y Judá, como Él le reportó a Jeremías. Mientras leemos las
palabras de Dios a Jeremías, podemos asemejar la ciudad de Jerusalén
a Washington, D.C. o Londres, y Judá a USA al Reino Unido. ““Corre de aquí para allá por las calles de Jerusalén, y mira ahora,
y conoce, y busca en sus lugares abiertos, si puedes encontrar un hombre, si
hay uno que haga justicia, quien busque la verdad; y Yo la perdonaré [Dios
está listo para perdonar si hay arrepentimiento y conducta recta].
Y aunque ellos dicen, ‘Como vive el SEÑOR;’ seguramente
ellos juran falsamente”” (Jeremías 5:1-2).
Jeremías
le responde a Dios: “Oh SEÑOR, ¿No están
Tus ojos en la verdad? Los has azotado, pero no se han apenado; los has
destruido, pero han rechazado recibir corrección; han hecho sus caras más duras
que roca; han rechazado volver. Por
tanto dije, “Ciertamente estos son pobres; son tontos; porque no conocen
el camino del SEÑOR, ni el juicio de su Dios. Subiré por mí mismo a los hombres grandes, y les hablaré; porque
ellos han conocido el camino del SEÑOR y el juicio de su Dios.” ¡Pero
estos habían quebrado del todo el yugo y habían arrancado los lazos! Por tanto un león de la selva los matará, y un lobo de los
desiertos los robará; un leopardo observará sobre sus ciudades. Todo el que
salga de ellas será despedazado porque sus pecados son muchos y sus
infidelidades son multiplicadas” (versos 3-6).
Dios
le responde: ““¿Cómo los perdonaré [a Judá y Jerusalén]
por esto? Sus hijos Me han abandonado, y han jurado por aquellos
que no son dioses. Cuando los había alimentado hasta la saciedad, entonces
cometieron adulterio, y se juntaron en tropas en una casa de ramera.
Eran como sementales vigorosos, bien alimentados en la
mañana; cada uno relinchando tras la esposa de su prójimo. ¿No debería castigar por estas cosas?” dice el SEÑOR. “¿Y no
será vengada Mi alma sobre una nación tal como esta?” (versos 7-9).
“Porque la casa de Israel y la casa de Judá se han comportado
muy engañosamente contra Mí,” dice el SEÑOR. Han mentido contra el SEÑOR y dicho, “No es Él; ni tampoco
vendrá mal sobre nosotros; ni veremos espada ni hambruna. Y los profetas [los ministros y profesores de hoy] se harán como viento, porque la palabra no está en ellos;
así se hará a ellos.”” (versos 11-13).
Aunque Dios les suplicó arrepentirse—a la
gente, sus líderes, sus profetas y sacerdotes—y les advirtió volverse
de sus malos caminos, ellos rechazaron: “Pero
este pueblo tiene un corazón repulsivo y rebelde; se han revelado y están
apartados de Mí. Y no
dicen en su corazón, “Temamos ahora al SEÑOR nuestro Dios, Quien da en su
temporada tanto la lluvia temprana como la tardía; Él reserva para nosotros las
semanas designadas de la cosecha.”
“Sus iniquidades han alejado estas cosas, y sus pecados han
retenido cosas buenas de ustedes. Porque entre Mi pueblo se encuentran malvados; ellos acechan, como uno que pone trampas; ellos ponen una trampa,
ellos atrapan hombres. Como
una jaula llena de aves, así sus casas están llenas de engaño; por tanto han
llegado a ser grandes y enriquecidos. Han llegado a ser gordos, han llegado a ser pulcros. Sí,
sobresalen en obras malas; no defienden la causa, la causa del huérfano,
aun así prosperan; y no defienden el derecho del necesitado. ¿No los castigaré por estas cosas?’… ‘¿No será vengada Mi alma sobre tal nación como esta?
“Una
cosa asombrosa y horrible ha ocurrido en la tierra. Los profetas profetizan falsamente, y los sacerdotes ejercen
dominio por sus medios; y a Mi pueblo le encanta que sea así, y
¿qué harán al final de esto?’ ”” (versos 23-31).
Los juicios de Dios no están
viniendo por los pecados de los pocos—sino por los pecados graves de la vasta
mayoría de gente. Por toda la mentira, engaño, y robo; por toda la trama, traición
y engaño; por toda la codicia, juego de apuestas y fraude financiero; por todo
el adulterio, fornicación y homosexualidad; por todo el rechazo de Dios en la
vida de los individuos, en los colegios, en el gobierno y en las cortes. Desde
el hombre y mujer común, hasta el rico y famoso—todos están saciados en egoísmo,
narcisismo y codicia: ““Porque todos desde el más
insignificante de ellos incluso al más grande de ellos es avaro por ganancia; y
desde el profeta incluso hasta el sacerdote, todos negocian falsamente. [¿Quien
aún puede decir la verdad?] También han sanado
ligeramente al herido de la hija de Mi pueblo, diciendo, ‘Paz, paz,’
cuando no hay paz. ¿Estuvieron
avergonzados cuando habían cometido abominación? No, no estuvieron avergonzados
en lo absoluto, ni pudieron sonrojarse; por tanto caerán entre aquellos que
caen. En el momento en que los castigue, serán abatidos,” dice el SEÑOR” (Jeremías 6:13-15).
Nuevamente, Dios le suplica a la gente que
se arrepienta, pero no escucharían. “Así dice el
SEÑOR, “Párense en los caminos y vean, y pregunten por las viejas sendas
dónde está el buen camino y caminen en el, y encontrarán descanso para
sus almas. Pero ellos dijeron, ‘No caminaremos en el.’ También coloqué vigilantes sobre ustedes, diciendo,
‘Oigan el sonido del cuerno de carnero.’ Pero ellos dijeron, ‘No oiremos.’
Por tanto oigan, ustedes naciones, y sepa, Oh
congregación, que les pasará a ellos. Oye,
Oh tierra; he aquí, traeré mal sobre esta gente, incluso el fruto de sus
pensamientos porque no han oído a Mis palabras, ni a Mi ley, sino que la
han rechazado” (versos 16-19).
Por eso es que USA—así como muchas otras
naciones—está acosada con demasiadas calamidades. La mayoría de la gente no
tiene ni idea. Sin embargo, los pocos que leen y estudian sus Biblias pueden
saber porque estos problemas se mantienen golpeando las naciones del
mundo como olas gigantes del océano—llegando una tras otra. No hay duda:
estamos viviendo en tiempos peligrosos. Pero el fin, ¡aun no es!
El mundo no comprende esta verdad bíblica fundamental:
Nadie, sea una persona o nación, puede continuar viviendo en pecado y esperar
recibir las bendiciones de Dios. Sin embargo la mayoría de la gente en el
mundo, e incluso algunos en las iglesias de Dios, no comprenden esta verdad básica.
Satanás el diablo los ha engañado. Como el dios de este mundo, ha cegado sus
mentes (II Corintios 4:4). El apóstol Juan verifica aún más esto: “Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero se
encuentra en poder del maligno” (I Juan 5:19).
No hay duda que una ‘cubierta de engaño’ ha sido colocada sobre el mundo. Isaías
la describe como “…la cubierta la cual cubre a toda la
gente y el velo que está tejido sobre todas las naciones…” (Isaías
25:7). Todo esto es planeado por Satanás, “…la
serpiente antigua que es llamada el diablo y Satanás, quien está engañando al
mundo entero…” (Apocalipsis
12:9).
Este engaño es tan penetrante que la mayoría
de los que profesan ser cristianos, mientras dan servicio de labios a Dios, en
realidad abrazan numerosas practicas paganas. Algunos incluso están de acuerdo
con ideologías ateas. Aman su observancia del domingo y sus festivos ocultos—todo
esta enlazado con la adoración de Baal (o el sol), la adoración de Satanás. Sin
embargo han sido guiados a creer que están haciendo la voluntad de Dios. Sin
embargo, sus acciones testifican que son malvados: “El tonto ha dicho en su corazón, “No hay
Dios.” Ellos son corruptos, y han obrado maldad abominable; no hay uno quien
haga bien. Dios
observó desde el cielo hacia los hijos de hombres para ver si hubiera
alguien quien entienda, quien esté buscando a Dios. Cada uno ha rechazado; juntos han llegado a ser corruptos; ni uno
está haciendo bien, ni siquiera uno. ¿Nunca aprenderán los trabajadores de iniquidad?... no han invocado a Dios” (Salmo 53:1-4).
Isaías
profetizó precisamente estos tiempos: “He
aquí, la mano del SEÑOR no está acortada que no pueda salvar, ni está Su oído
pesado que no pueda oír [Dios no se ha ido].
Pero sus iniquidades han venido entre ustedes y su Dios, y sus
pecados han escondido de ustedes Su cara, que Él no oirá,
porque sus manos están profanadas con sangre, y sus dedos con
iniquidad; sus labios han hablado mentiras, su lengua ha murmurado perversidad. Nadie exige justicia, ni alguien aboga por la verdad; ellos
confían en vanidad y hablan mentiras. Conciben malicia y dan a luz iniquidad.
Incuban huevos de víboras y tejen la telaraña; el que come sus
huevos muere, y eso que es aplastado sale en una víbora” (Isaías
59:1-5).
Esto
es fiel al viejo proverbio, “Oh, la red que hemos tejido desde que decidimos
engañar.” Aquellos quienes hacen así siempre son atrapados en sus propias
trampas engañosas. “Sus redes no llegarán a ser ropa, ni
ellos se cubrirán a sí mismos con sus obras; sus obras son obras
de iniquidad, y los actos de violencia están en sus manos. Sus pies corren al mal, y se dan prisa a derramar sangre inocente;
sus pensamientos son pensamientos de iniquidad; desechos y destrucción están
en sus caminos. No han conocido el camino de paz, y no hay justicia en sus
caminos. Han hecho caminos torcidos para sí mismos; quienquiera que vaya en
ellos no conocerá paz.
“Por tanto la justicia está lejos de nosotros; ni la rectitud nos
alcanza. Esperamos la luz, pero he aquí, oscuridad; brillo, pero
caminamos en sombras profundas. Vamos
a tientas a lo largo del muro como el ciego, y vamos a tientas como si no tuviéramos
ojos. Tambaleamos al mediodía como en la noche; entre aquellos que son fuertes,
nosotros somos como hombres muertos. Todos
rugimos como osos, y lamentamos dolorosamente como palomas; buscamos
justicia, pero no hay ninguna, buscamos salvación, sin embargo está
lejos de nosotros;…
“Porque nuestras transgresiones están multiplicadas delante
de Ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros; porque nuestras
transgresiones están con nosotros; y nuestras iniquidades, las conocemos; en rebelión y negación del SEÑOR, y en alejarnos de nuestro Dios,
hablando perversidad y rebelión, concibiendo y hablando de corazón palabras de
falsedad.
“Y la justicia es llevada hacia atrás, y la rectitud se para lejos;
porque la verdad ha caído en la calle, y la honradez no puede entrar. Sí, la verdad falla; y el que se aparta del mal se hace a sí
mismo presa. Y el SEÑOR vio, y fue malo a Sus ojos que no había justicia”
(versos 6-15).
A causa
de la inclinación al mal de la naturaleza humana, y Satanás engañando al mundo
entero, todos los esfuerzos de hombres—sus gobiernos y religiones, sea
individualmente o colectivamente—son inútiles y no pueden resolver los problemas
que enfrenta la humanidad. LA UNICA SOLUCION ES EL REGRESO DE CRISTO Y EL ESTABLECIMIENTO
DEL GOBIERNO DE DIOS SOBRE EL HOMBRE. JESUS SERÁ REY SOBRE TODA LA TIERRA (Zacarías
14:9).
Él
gobernará desde Jerusalén: “Y sucederá que, en los
últimos días, la montaña de la casa del SEÑOR será establecida en lo más
alto de las montañas, y será exaltada sobre las colinas; y todas las naciones
fluirán a ella. Y mucha gente irá y dirá,
“Vengan, y subamos a la montaña del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob. Y Él
nos enseñará de Sus caminos, y nosotros caminaremos en Sus senderos.” Porque de
Zión saldrá la ley, y la Palabra del SEÑOR desde Jerusalén. Y Él juzgará entre las naciones, y reprenderá a mucha gente;
y ellos batirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en ganchos de poda.
Nación no levantará espada contra nación, ni ellos aprenderán más la guerra” (Isaías 2:2-4).
Los santos serán
resucitados al regreso de Jesucristo y gobernarán el mundo bajo Él: “Y vi tronos; y a los que se sentaron sobre ellos, y juicio
les fue dado; y vi las almas de aquellos que habían sido decapitados por
el testimonio de Jesús, y por la Palabra de Dios, y aquellos que no adoraron a
la bestia, o su imagen, y no recibieron la marca en sus frentes o en sus manos;
y vivieron y reinaron con Cristo mil años.… Bendito y santo es aquel que tiene parte en la primera
resurrección; sobre este la segunda muerte no tiene poder. Sino que serán
sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años” (Apocalipsis
20:4, 6).
Hermanos,
en estos tiempos críticos, necesitamos verdaderamente acercarnos a Dios el
Padre y a Jesucristo con esta
máxima meta espiritual en la
frente de nuestras mentes. Necesitamos continuar el construir y mantener
nuestra relación espiritual a través de oración constante y el estudio diario
de la Biblia. Si lo hacemos, no hay duda que podemos soportar lo que sea que el
futuro tenga—con la fe, y amor de Dios mientras desarrollamos el carácter piadoso
y la justicia verdadera.
Gracias por su amor y sus oraciones por
nosotros. Oramos por ustedes cada día. Gracias por alcanzar a otros hermanos y
a gente nueva al darles CDs, literatura y dirigiéndolos a nuestros páginas web.
Gracias por su apoyo continuo a través de sus diezmos y ofrendas. Ciertamente
Dios los bendecirá con Su amor y gracia, y proveerá con suficiencia en todas
las cosas, justo como Él lo ha prometido. Que Dios los bendiga con Su amor y
gracia en toda manera.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC