Restaurando el Cristianismo Original—¡para hoy!
Iglesia de Dios Cristiana y Bíblica
P.O.
Box 1442
Hollister,
California 95024-1442
(831)-637-1875
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iglesiadedioscristianaybiblica.org
Fred R.
Coulter
Ministro
Febrero 15, 2012
Queridos Hermanos,
Hace casi 2500 años, Dios predijo a través
del profeta Daniel de la alta y acelerada tecnología del mundo, en un solo
verso. Este es uno que ha conocido y escuchado citado por años concerniente al
tiempo del fin: “Pero tú, Oh Daniel, calla las
palabras y sella el libro, hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí
para allá, y el conocimiento será incrementado.” (Daniel 12:4).
La frase sencilla “Muchos
correrán de aquí para allá, y el conocimiento será incrementado” es una declaración
amplia de cómo sería el mundo en el tiempo del fin. El pasaje no coloca límite
a este “correr de aquí para allá” e “incremento del conocimiento,” ni conlleva
la escala o magnitud de su cumplimiento. Pero hoy esta frase no es difícil de
entender. Mientras inspeccionamos el mundo, podemos ver fácilmente que 7
billones de personas están activamente cumpliendo este verso millones, sino
billones, de veces cada día. (Esto muestra que Dios nunca cumple mínimamente
Sus profecías; Él siempre las cumple al máximo.)
Cuando Daniel quiso saber el significado de las profecías
que le habían sido dadas, el ángel le dijo, “Sigue tu
camino, Daniel, porque las palabras están cerradas y selladas hasta
el tiempo del fin. Muchos serán purificados, y emblanquecidos, y refinados.
Pero el malvado hará malvadamente; y ninguno de los malvados entenderá, pero
el sabio entenderá.” (versos 9-10).
¿Por qué es esto? Dios le dio a Daniel solo
la primera mitad de estas profecías intricadas en el siglo sexto aC. Él
dio la segunda mitad de estas profecías al apóstol Juan más de 600 años después,
en el 96-98 dC, las cuales están registradas en el libro de Apocalipsis. Pero
como el libro de Daniel, el libro de Apocalipsis fue escrito en tal manera que
este no sería—no podría—ser entendido sino hasta el tiempo de fin. Las “dos
mitades” son mutualmente dependientes; se necesita una para entender la otra.
Pero, de nuevo, tal entendimiento sería otorgado sólo en el tiempo del
fin. Cuando murió Juan y Jesús no volvió, el pueblo de Dios no tenía idea que serían
otros 1900 años hasta los eventos profetizados en Daniel y Apocalipsis fueran
cumplidos.
Desde antes del diluvio de Noe, el tiempo en el cual
estamos viviendo ahora es el único tiempo en la historia que ha experimentado
tal rápido incremento en el conocimiento y el transporte. Hay comunicación
mundial de audio y video instantáneo; noticias mundiales al instante; sistema
digital financiero mundial con comercio entre todas las naciones. Mas aun, hoy
es posible por primera vez, tener un sistema de gobierno global para gobernar
todas las naciones, como es profetizado en el libro de Apocalipsis.
Fiel a las promesas dadas a Daniel, en el
tiempo final el pueblo de Dios—aquellos que son sabios—entenderán. Dios
ha revelado este conocimiento a través de Sus Escrituras a la mas grande
Iglesia de Dios dispersa en muchas naciones—porque aman a Dios y guardan Sus
mandamientos.
Mientras eventos proféticos continúan ocurriendo, mas
y mas personas están llegando a ser conscientes que nuestro mundo esta
cambiando dramáticamente. Algunos en realidad están empezando a ver una conexión
entre los eventos actuales y la profecía bíblica. El Canal de Historia presentó
recientemente una serie analizando los eventos proféticos del libro de
Apocalipsis. Estos programas fueron sorprendentemente precisos porque siguieron
cercanamente la secuencia escritural. Tales programas podrían bastante bien
agitar el interés en Dios y las Escrituras, y podrían inspirar a algunos a
descubrir personalmente estas cosas en la Biblia. Ciertamente esperamos eso. Después
de todo, billones de Biblias en el mundo hoy, juegan parte vital en predicar el
evangelio. Jesús dijo, “Y el Evangelio debe primero
ser publicado entre todas las naciones.… Y
este evangelio del reino será proclamado en todo el mundo para testimonio a
todas las naciones; y luego vendrá el fin.” (Marcos 13:10; Mateo
24:14).
Más aun, hay muchos programas “Cristianos” en video,
radio e internet acerca de la profecía del tiempo final, con variados grados de
verdad y entendimiento. Sin embargo, mientras claman creer en Jesucristo, permanece
el hecho de que la mayoría del mundo “Cristiano” no sigue Sus enseñanzas. A
pesar de este interés en la profecía del tiempo final, hay poca evidencia que
la gente esté genuinamente arrepintiéndose y volviéndose a Dios. ¿Por qué? Ellos
son ciegos espiritualmente en varios grados porque se adhieren a tradiciones
religiosas de hombres y a los festivos ocultos.
De otro lado, el pueblo verdadero de Dios tiene
un entendimiento mas completo porque aman a Dios, Le creen a Dios y fielmente
guardan Sus mandamientos—particularmente los mandamientos del Sábado y los Días
Santos. Ellos son descritos como aquellos que “guardan
los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.… Aquí esta la paciencia de los santos; aquí están
aquellos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Apocalipsis
12:17, 14:12).
La Palabra de Dios promete: “El
temor del SEÑOR es el comienzo de la sabiduría; un buen entendimiento tienen
todos aquellos que hacen Sus mandamientos, Su alabanza permanece para
siempre.” (Salmo 111:10). El Rey David oró a Dios, “Dame entendimiento, para que pueda guardar Tu ley y
observarla con todo mi corazón.” (Salmo 119:34).
Jesús confirmó las palabras de las profecías
de Daniel cuando dijo, “Te alabo, Oh Padre, Señor del cielo y la tierra, que
has escondido estas cosas de los sabios e inteligentes [la elite del mundo], y las has revelado a bebés.”
(Mateo 11:25).
En Su ultima Pascua, Jesús reveló como podemos recibir
el conocimiento espiritual de como vivir y como entender las cosas por
venir. Primero, Él dio esta condición: “SI
Me aman, guarden los mandamientos—a saber, Mis mandamientos.” (Juan
14:15). Las palabras de Cristo concuerdan con el Salmo 111:10. Aquí está la
clave fundamental: Aquellos que verdaderamente aman y obedecen a Dios entienden
que Él es el único Quien revela el significado de Sus profecías. Él lo hace así
a través de Su Palabra, Su amor por nosotros, y nuestro amor de regreso hacia Él—y
a través de Su Santo Espíritu, exactamente como Jesús lo prometió: “Y Yo pediré al Padre, y Él les dará otro Consolador, para
que eso pueda estar con ustedes a través de los siglos: El Espíritu de la
verdad, el cual el mundo no puede recibir porque no lo percibe, ni lo
conoce; pero ustedes lo conocen porque vive con ustedes, y estará dentro de
ustedes.… Aquel que tiene Mis mandamientos,
y los está guardando, ese es quien Me ama; y quien Me ama será amado por Mi
Padre, y Yo lo amaré, y Me manifestaré Yo mismo a él.… Pero cuando el Consolador haya venido, el cual les enviaré
del Padre, el Espíritu de la verdad, el cual procede del Padre, ese dará
testimonio de Mí.… Sin embargo, cuando ese
haya venido, el Espíritu de la verdad, los guiará a toda verdad porque no
hablará de si mismo, sino cualquier cosa que oiga, hablará. Y les revelará las
cosas por venir.” (Juan 14:16-17, 21; 15:26; 16:13).
Así es como Dios nos da entendimiento de Su
Palabra y de Sus profecías—el cual el mundo no puede recibir. Todo viene
de Dios el Padre, a través de Jesucristo. Mientras estamos
hambrientos y sedientos de verdad y justicia, Él nos imparte más y más de Su
amor—y, entendimiento. Mientras estudiamos, debemos ser cuidadosos de “dividir
correctamente la Palabra de Verdad” (II Timoteo 2:15). Si somos descuidados con
la Palabra de Dios, podemos llegar a ser ciegos y la verdad llega a ser confusa.
Esto le pasa a la gente que profesa una creencia en Jesús, pero no creen
lo que Él enseñó. Así, no Le obedecen.
Cuando Jesús estaba enseñando en el templo, muchos judíos
creían brevemente en Él. Sin embargo, creer simplemente en Jesús no
hace a alguien automáticamente Su discípulo—ni significa que sea convertido o
que haya recibido el regalo de salvación, como muchos asumen. En vez, la
obediencia es evidencia de la creencia verdadera. “Por
tanto, Jesús le dijo a los judíos que habían creído en Él, “Si continúan en
Mi Palabra, son verdaderamente Mis discípulos. Y conocerán la verdad, y la
verdad los liberará.” Ellos le respondieron, “Somos semilla de Abraham, y
nunca hemos estado en servidumbre de nadie. ¿Que quieres decir con, ‘Llegarán a
ser libres’?” Jesús les respondió, “Verdaderamente, verdaderamente les digo,
todo el que practica pecado es siervo del pecado.” (Juan 8:31-34). Porque
creían y practicaban pecado, eran esclavos de Satanás el diablo. “Aquel que practica pecado es del diablo porque el diablo ha estado pecando desde el principio.…
[y] el mundo entero se encuentra en poder del
maligno.” (I Juan 3:8, 5:19).
Esta confrontación particular en el templo
se intensificó, con Jesús retando a los judíos: “¿Por
qué no entienden mi discurso? Porque no pueden soportar oír Mis
palabras. Ustedes son de su padre el diablo, y la lujuria de su padre
desean practicar. Él fue un asesino desde el principio, y no se
ha estado en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla una
mentira, está hablando de sí mismo; porque es un mentiroso, y el padre de
ellas.
“Y porque Yo hablo la
verdad, ustedes no Me creen [aunque profesaban creer en Él]. ¿Quien de ustedes puede acusarme de pecado? Pero si hablo
la verdad, ¿Porque no Me creen? Aquel que es de Dios oye las palabras de
Dios. Por esta razón no oyen, porque no son de Dios.”” (Juan
8:43-47).
Palabras poderosas de Jesús, en verdad. Pero ¿no eran
estos judíos religiosos? ¿No estaban en el templo de Dios en Jerusalén
donde Él había puesto Su nombre? Seguramente Dios reconocería eso, ¿cierto? ¡Absolutamente
no! Jesús claramente les dijo a esos hipócritas piadosos que ellos eran de su
padre el diablo—no de Dios, aunque profesaban una creencia en Él.
Estas Escrituras dejan muy claro que: No
importa quien es usted o en donde está, cualquiera que sea un siervo de
pecado—practicando pecado, viviendo en pecado—nunca entenderá la Palabra de
Dios o creerá verdaderamente en Jesucristo. ¿Por qué? Porque están cegados
por Satanás el diablo, el autor de pecado, justo como escribe el apóstol
Pablo: “Pero si nuestro evangelio es escondido,
es escondido para aquellos que están pereciendo [no tienen salvación
como creen]; en
quienes el dios de este mundo ha cegado las mentes de aquellos que no creen…”
(II Corintios 4:3-4). Como Dios dijo a Daniel, “Ninguno de los malvados entenderá.”
Sin importar cuan inteligentes o sabios del
mundo puedan ser algunos, nunca entenderán la Palabra de Dios o las profecías
de la Biblia porque continúan viviendo una vida de pecado—la cual en la
superficie les parece buena y recta (Proverbios 14:12; 16:25). ¿Por qué es esto?
Porque han rechazado la Palabra de Dios y la revelación de Él mismo a través de
Su creación. Pablo escribe: “Ciertamente, la
ira de Dios es revelada desde el cielo sobre toda impiedad e injusticia de los
hombres que suprimen la verdad en injusticia; porque eso que puede ser conocido
de Dios es manifiesto entre ellos, porque Dios se los ha manifestado; porque
las cosas invisibles de Él son percibidas desde la creación del mundo,
siendo entendidas por las cosas que fueron hechas—Su eterno poder y
Divinidad—de modo que no tienen excusa; porque cuando conocieron a Dios, no Lo
glorificaron como Dios, ni fueron agradecidos; sino que se hicieron vanos en
sus propios razonamientos, y sus tontos corazones fueron oscurecidos. Mientras
profesaban a si mismos ser los sabios [la elite intelectual
del mundo], se hicieron tontos [los
ateos del mundo, Salmos 14 y 53]. Y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en la
semejanza de una imagen de hombre corruptible, y de aves, y criaturas de cuatro
patas, y cosas rastreras.” (Romanos 1:18-23).
¡Esto es automático! Cuando la gente rechaza
a Dios, sus corazones y mentes son oscurecidos; llegan a ser tan engañados que
creen en realidad que son sabios, como dioses. Sí, el corazón humano es engañoso
y desesperadamente malo por encima de todas las cosas (Jeremías 17:9).
La misma ceguera u oscuridad espiritual
llega sobre las personas cuando escuchan la Palabra de Dios pero no creen—rechazando
obedecer. Esta es una ley viva—automáticamente traen ceguera espiritual sobre sí
mismos. Por eso es que Jesús habló a las multitudes en parábolas: “Y Sus discípulos vinieron a Él y preguntaron, “¿Por qué les
hablas en parábolas?” Y Él respondió y les dijo, “Porque ha sido dado
a ustedes el saber los misterios del reino de los cielos, pero esto no ha sido
dado a ellos. Porque quienquiera que tenga entendimiento, a él más
será dado, y tendrá abundancia; pero quienquiera que no tenga entendimiento,
incluso lo que tiene le será quitado.
“Por esta razón les
hablo a ellos en parábolas, porque viendo, ellos no ven; y oyendo, ellos no
oyen; ni entienden. Y en ellos es cumplida la profecía de Isaías, la cual
dice, ‘Oyendo ustedes oirán y en ninguna forma entenderán y viendo verán, y en
ninguna forma percibirán; porque el corazón de esta gente se ha engordado, y
sus oídos son sordos para oír, y sus ojos han cerrado; no sea que ellos vean
con sus ojos, y oigan con sus oídos, y entiendan con sus corazones, y sean
convertidos, y Yo los sane.’”
“Pero benditos son
sus ojos, porque ven; y sus oídos, porque oyen. Porque verdaderamente les digo,
muchos profetas y hombres justos han deseado ver lo que ustedes ven, y
no han visto; y oír lo que ustedes oyen, y no han oído.” (Mateo
13:10-17).
¡Piense acerca de cuan bendecidos somos hoy! Los
profetas del antiguo ni siquiera tuvieron todos los libros del Antiguo
Testamento disponibles para su uso. Los apóstoles de Jesús solo tuvieron el
Antiguo Testamento completo cuando comenzaron sus ministerios—aun tenían que
escribir lo que llegaría a ser el Nuevo Testamento. Pero nosotros somos
bendecidos de tener toda la Biblia—Antiguo y Nuevo Testamentos. Vivimos
en el tiempo del fin. Y fiel a la promesa de Dios a Daniel, ¡Él nos ha dado
gran entendimiento!
Esto significa que somos responsables:
·
Debemos amar a Dios el Padre y continuar
amándolo.
·
Debemos amar a Jesucristo y continuar
amándolo.
·
Debemos creer y continuar creyendo.
·
Debemos permanecer en la gracia de
Dios y continuar allí.
·
Debemos caminar en fe y continuar caminando
·
Debemos creer en esperanza y continuar
en esperanza.
·
Debemos vivir en el amor de Dios y
continuar viviendo en el.
·
Debemos pedir y continuar pidiendo.
·
Debemos buscar y continuar buscando.
·
Debemos golpear y continuar golpeando.
·
Debemos trabajar y continuar trabajando.
·
Debemos vigilar y continuar vigilando.
·
Debemos predicar el Evangelio y continuar
predicándolo.
·
Debemos alimentar el Rebaño de
Dios y continuar alimentándolo.
Note como Jesús instruyó a Sus discípulos en
estas mismas cosas. A través de Su Palabra Él nos amonesta, promete y
advierte para que no lleguemos a ser flojos y tibios. Siempre debemos estar
vigilando y listos;
“Pero busquen el Reino de
Dios, y todas estas cosas les serán añadidas. No tengan miedo, rebaño pequeño,
porque su Padre se deleita en darles el reino.… Sus lomos estén ceñidos y sus lámparas ardiendo, y
ustedes mismos sean como hombres quienes están esperando por su señor, cuando
sea que él regresare de la fiesta de bodas; para que cuando él llegue y
golpee, ellos puedan abrirle inmediatamente. Benditos son aquellos
siervos a quien el señor, cuando venga, encontrare vigilando. Verdaderamente
Les digo, él se ceñirá, y les hará sentarse, y vendrá y les servirá.
Y si viene en la segunda vigilia, o viene en la
tercera vigilia, y los encuentra vigilando, benditos son
aquellos siervos.
“Pero sepan esto, que si el
maestro de la causa hubiera sabido en que hora el ladrón vendría, el habría
vigilado, y no habría permitido su casa ser forzada. Ahora ustedes, por tanto,
estén listos; porque el Hijo de hombre esta viniendo en una hora que
ustedes no piensan.”
“Entonces Pedro Le dijo,
“Señor, ¿estás hablando esta parábola para nosotros solamente, o también
para todos?” Y el Señor dijo, “¿Quién entonces es el mayordomo sabio y fiel,
a quien el señor pondrá a cargo de su casa, para dar a cada uno la
porción de comida en la temporada? Bendito es aquel siervo a
quien el señor, cuando venga, encontrare haciendo así. De verdad, les digo, él
lo colocará sobre todas sus posesiones.
“Pero si aquel siervo dijera
en su corazón, ‘Mi señor demora su venida,’ y comenzare a golpear a los
siervos y siervas, y a ser glotón y llegar a ser borracho, el señor de aquel
siervo vendrá en un día que él no espera, y en una hora que él no sabe, y lo
cortará en pedazos, y nombrará su porción con los incrédulos. Y aquel siervo
quien sabía la voluntad de su señor, pero no se preparó, ni hizo acorde
a su voluntad, será golpeado con muchos azotes; pero el que no
sabía, e hizo cosas merecedoras de azotes, será golpeado con pocos. Porque
a quien quiera que mucho ha sido dado, de él mucho será requerido; y a
quien mucho ha sido encomendado, de él demandarán lo más.” (Lucas
12:31-32, 35-48).
Pablo era implacable al predicar el
Evangelio y servir a los hermanos. Él continuamente los animaba en sus
persecuciones y luchas—incluso cuando enfrenta sus propias pruebas severas. Él
siempre les señalaba el Reino de Dios. Necesitamos constantemente tener la misma
actitud: “Si por cualquier
medio puedo alcanzar hasta la resurrección de los muertos; no como si lo hubiera ya recibido, o si ya hubiera
sido perfeccionado; sino estoy luchando,
para poder también agarrarme de eso por lo cual también fui agarrado por Cristo
Jesús. Hermanos, no me cuento a mí mismo como habiéndolo alcanzado; pero esta
única cosa hago—olvidando las cosas que están atrás, y extendiéndome a
las cosas que están adelante, yo presiono
hacia la meta por el premio
del alto llamado de Dios en Cristo Jesús. Así entonces, tantos como sean
perfectos sean de esta mente. Y si en cualquier cosa ustedes son de
otra mentalidad, Dios les revelará incluso esto.” (Filipenses 3:11-15).
En Apocalipsis 3, Jesús nos anima
continuamente a amarlo y siempre ser fieles sin importar las circunstancias. Sabemos
que somos débiles y pocos en numero, pero Dios es poderoso. Dado que Él está por
nosotros, ¡nada puede estar contra nosotros! Aquí esta Su mensaje personal
a la iglesia de Filadelfia: “Conozco sus obras. He
aquí, Yo he puesto delante de ustedes una puerta abierta, y nadie tiene el
poder de cerrarla porque ustedes tienen poca fuerza, y han guardado Mi
palabra, y no han negado Mi nombre. He aquí, Yo haré de aquellos de
la sinagoga de Satanás, quienes se proclaman así mismos ser judíos y no lo
son, sino que mienten—he aquí, Yo los haré venir y adorar delante de
sus pies, y les haré saber que Yo los he amado.
“Porque han guardado la
palabra de Mi paciencia, Yo también los
guardaré de la hora de tentación la cual esta a punto de venir sobre el
mundo entero para probar a aquellos que viven en la tierra. He aquí, Yo
vengo rápidamente; retengan eso que tienen para que nadie pueda quitarles su
corona. Aquel que venza lo haré un pilar en el templo de Mi Dios, y él no
saldrá más; y escribiré sobre él el nombre de Mi Dios, y el nombre de la ciudad
de Mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual descenderá del cielo de Mi Dios;
y escribiré sobre él Mi nuevo nombre. Aquel que tenga oído, oiga lo
que el Espíritu dice a las iglesias.” (Apocalipsis 3:8-13).
Si vivimos nuestras vidas en este manera,
escucharemos, en la resurrección, a Jesús decirnos, “¡Bien
hecho, buen siervo y fiel! Porque fuiste fiel sobre unas cuantas
cosas, yo te pondré sobre muchas cosas. Entra en la alegría de tu señor.…
Vengan, ustedes que son benditos de Mi Padre, hereden
el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.”
(Mateo 25:21, 34).
Los tiempos señalados de Jesús el Mesías: Mientras tomó
un poco mas de lo anticipado, finalmente hemos terminado el nuevo libro, Los
tiempos señalados de Jesús el Mesías. Notará que algunos materiales
concernientes al nacimiento, muerte y resurrección de Jesús ya han sido
publicados previamente en nuestros otros libros, pero hemos actualizado la información
para esta nueva publicación.
Este libro es único en que es la única publicación
existente que empareja precisamente todos los “tiempos señalados” del Mesías
con la profecía de la semana 70 de Daniel 9. Por ejemplo, un capitulo prueba bíblicamente
e históricamente—hasta el día preciso—cuando Jesús comenzó Su ministerio. Dos capítulos
traen nuevo material sobre la crucifixión de Jesús, y dos capítulos detallan
los “tiempos señalados” de Su regreso para establecer el Reino de Dios y el
nuevo cielo y tierra. Estos son todos aspectos de la profecía de las 70 semanas
que nunca han sido entendidas correctamente.
Para cuando reciban esta carta, Thomson-Shore Printers
en Dexter, Michigan, estará imprimiendo el libro. Como hemos hecho con nuestros
otros libros, usted recibirá una copia directamente a través de Unit Packaging,
una compañía de envíos en Ann Arbor, Michigan.
Tarjetas promocionales de Iglesia en Casa: Dada la
sorprendente demanda, estamos totalmente agotados de tarjetas promocionales de Iglesia
en Casa. Hemos ordenado otras 45,000 tarjetas—20,000 para USA y 5,000 para
cada una de nuestras oficinas internacionales—con un costo total de $600. Deberíamos
recibirlas en Hollister prontamente después que reciba esta carta. Las tarjetas
pueden probar ser una de las mejores formas de promocionar Iglesia en Casa,
como los hermanos alrededor de todo el mundo han estado entusiasmadamente dándolas
a las personas, colocándolas en áreas comunitarias, dejándolas en espacios públicos,
etc. Podemos enviarle tantas como pueda usar—entonces cuando se le acaben, por
favor ordene mas.
Hermanos, su amor y fidelidad a Dios el Padre y
Jesucristo es evidente en sus comunicaciones—cartas, correos electrónicos y
llamadas. Oramos cada día para que las bendiciones de Dios sean sobre ustedes
en toda área de su vida—que Él los ayude, sustente y guíe con Su Santo Espíritu.
Sin importar las circunstancias, recuerde que “…todas
las cosas trabajan juntas para el bien de aquellos que aman a Dios, para
aquellos que son llamados de acuerdo a Su propósito.” (Romanos
8:28). Lo apreciamos y le agradecemos por su constante apoyo a través de sus
diezmos y ofrendas. Gracias por su continuar alcanzando a los hermanos que están
preocupados por las cosas que están teniendo lugar en las Iglesias que
atienden. Finalmente, recuerde siempre permanecer en gracia, caminar en fe,
creer en esperanza y vivir en amor.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC