Restaurando el
Cristianismo original—¡para hoy!
Iglesia de Dios
Cristiana y Bíblica
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Fred R. Coulter
Ministro
Mayo 16, 2012
Queridos hermanos,
Para cuando
reciban esta carta, ya deberían haber recibido el nuevo libro, Los tiempos señalados
de Jesús el Mesías. Este libro combina 7 claves que desbloquean las profecías difíciles de
entender de las “cosas profundas” de Dios—ocultas en épocas pasadas. Esto trae percepción
agregada y completa, pruebas verificables de los “tiempos señalados” del Mesías,
las cuales involucran directamente la Pascua y los Días Santos. El significado profético
de estos “tiempos señalados” está contenido en las Santas Escrituras. Pero para
el mundo, la verdad de estos “tiempos” está cerrado—porque rechazan amar y
obedecer a Dios de acuerdo a la Escritura.
La primera clave para entender es que
Dios estableció estos tiempos como Sus “temporadas señaladas” o “fiestas” en el
cuarto día de la creación (Génesis 1:14-19). La segunda clave es el Sábado semanal y
la semana de 7 días, combinado con los “tiempos señalados” de la Pascua y los Días
Santos anuales (Levítico 23). La tercera clave es que los “tiempos señalados” aplican directamente a los
Pactos con Abraham; las naciones de Israel y Judá; la primera venida de Jesús
el Mesías; el Nuevo Pacto y la Iglesia del Nuevo Testamento; las naciones del
mundo; y el regreso de Jesús. La cuarta clave es que las profecías pertenecientes al tiempo final son
solo para ser entendidas en el tiempo del fin.
La quinta clave es
el entendimiento de como la profecía de las 70 semanas de Daniel 9 desbloquea
los “tiempos señalados” del Mesías. Gracias a la extensiva investigación de Carl
D. Franklin—la cual detalla las cronologías de los reyes antiguos de Asiria,
Babilonia y Medo-Persia—puede ser determinado exactamente cuando el “decreto
para construir Jerusalén” fue dado, y por cual rey. En verdad, Carl ha ordenado
las cronologías entrelazadas de los libros de Esdras y Nehemías y los reyes de
Persia. Cuando todos estos factores claves son combinados correctamente, las
fechas exactas del cumplimiento de la profecía de las 70 semanas llevando al Mesías
pueden ser precisamente determinadas. La sexta clave es que la profecía
de la semana 70 debe ser también combinada con el Calendario hebreo calculado,
el Reposo de la tierra del séptimo año y el Jubileo al año 50.
La séptima clave es
que debemos ser guiados por el Espíritu Santo de Dios para entender
estas “cosas profundas” de Dios, como escribe el apóstol Pablo: “Pero de acuerdo a como está escrito, “El
ojo no ha visto, ni el oído ha oído, ni han entrado al
corazón del hombre, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que Lo
aman.” Pero Dios nos las ha revelado por Su Espíritu, porque el Espíritu examina todas las
cosas—incluso las cosas profundas de Dios. Porque ¿Quién entre los hombres entiende las cosas del hombre excepto por
el espíritu del hombre el cual está en él? En la misma manera
también, nadie entiende las cosas de Dios excepto por el Espíritu de
Dios.
“Entonces no hemos recibido el espíritu
del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que pudiéramos saber
las cosas graciablemente dadas a nosotros por Dios, Tales cosas también
hablamos, no en palabras enseñadas por sabiduría humana, sino en palabras
enseñadas por el Espíritu Santo para comunicar cosas espirituales
por medios espirituales. Pero el hombre natural no recibe las
cosas del Espíritu de Dios; porque son tonterías para él, y no puede
entenderlas porque son discernidas espiritualmente.” (I Corintios 2:9-14).
Virtualmente
todos los aspectos del plan profético de Dios están conectados por la
estructura del Sábado de Dios y los Días Santos—Sus “tiempos señalados.” Con
estas 7 claves, los “tiempos señalados” rodeando la primera venida de Jesús
pueden ser determinados: el año y día de Su nacimiento; el comienzo de Su
ministerio, Su muerte por crucifixión; y Su resurrección y ascensión a Dios en
el cielo para ser aceptado como el sacrificio perfecto por los pecados del
mundo—el Cordero de Dios “muerto desde la fundación del mundo.”
La segunda venida de Jesús: Concerniente a los “tiempos señalados” de la
segunda venida del Mesías, no podemos identificar el “día o la hora” exacta, tal
como dijo Jesús (Mateo 24:36). Sin embargo, podemos combinar las profecías de 1)
el libro de Apocalipsis, 2) la última semana de la profecía de las 70 semanas,
3) los Días Santos de otoño, y 4) otras profecías del Antiguo Testamento, y podemos llegar a un entendimiento preciso
de la secuencia de eventos como son proyectados a desenvolverse. Dos capítulos en el
libro—“El tiempo señalado del regreso de Jesús” (Partes I & II)—tratan con
este tema. Más aun, los apéndices del libro contienen información detallada y
pruebas adicionales verificando la precisión de los “tiempos señalados” que
Dios ha usado para cumplir Su Palabra. Este libro adicionará grandemente a su
entendimiento de la Biblia, particularmente concerniente a la primera y segunda
venida de Jesús el Mesías. Este libro probará ser una excelente y emocionante
lectura. (Como anexo, puede ordenar la serie de profecía de Daniel y Apocalipsis,
la cual contiene el flujo coordinado de todas las profecías del tiempo final.)
Viajes durante la Fiesta de Panes sin
Levadura: Durante la Fiesta de
primavera viajé alrededor de 10,000 kilómetros por avión hasta Orlando,
Florida, Manchester, New Hampshire, y Atlanta, Georgia. A pesar de los altos
precios de la gasolina, tuvimos una gran concurrencia en cada ubicación. Fue
grandioso reunirse y tener compañerismo con todos los hermanos. En cada estudio
hablé del significado del Pan sin Levadura y los “tiempos señalados” de Jesús
el Mesías. El Espíritu de Dios fue evidente en el amor y gozo de los hermanos y
en la inspiración de los mensajes. Ya les hemos enviados los sermones grabados
de mi viaje. Fue un gran viaje y muy gratificante—pero también agotador.
El apóstol Pablo escribió acerca
del pleno significado espiritual de la Pascua y de la Fiesta de Panes sin Levadura—venciendo
el pecado, a sí mismo y a Satanás, para que podamos crecer en Cristo Jesús.
Esto se ajusta con los mandamientos de Dios y el propósito de sacar la
vieja levadura y entrar el “pan sin levadura” de Jesucristo. Así es como
Dios está creando Su carácter espiritual en nosotros: “Sino manteniendo la verdad en amor, podamos
crecer en todas las cosas en Quien es la Cabeza, Cristo de Quien todo el cuerpo, adecuadamente estructurado y compactado
por eso que cada coyuntura suple, de acuerdo a su trabajo interno
en la medida de cada parte individual, está haciendo el incremento del
cuerpo hacia la edificación del mismo en amor.
“Así entonces, declaro y testifico esto en el Señor
que ustedes ya no deben caminar incluso como el resto de los gentiles
están caminando, en la vanidad de sus mentes, teniendo su
entendimiento oscurecido, siendo alienados de la vida de Dios a través de
la ignorancia que está en ellos, por la dureza de sus corazones. Ellos han
desechado todos los sentimientos, y se han rendido a sí
mismos a libertinaje, a obrar cada impureza con deseo insaciable. Pero ustedes
no han aprendido así a Cristo; si ciertamente Lo han escuchado y han
sido enseñados en Él, de acuerdo a la verdad en Jesús: que
concerniente a su antigua conducta, ustedes se quiten el viejo hombre, el cual
es corrupto de acuerdo a la lujuria engañosa; y que sean renovados en el
espíritu de su mente; y que se pongan el nuevo hombre, el cual es creado en
justicia y santidad de la verdad de acuerdo a Dios.
“Por tanto, cada uno deseche las mentiras y hable
la verdad con su prójimo porque somos miembros unos de otros. Cuando
lleguen a tener ira, no pequen. No dejen que el sol se oculte sobre su ira; ni
den lugar al diablo. Aquel que robó, no robe más; sino, trabaje con sus
manos, trabajando en lo que es bueno, para que pueda impartir algo
a aquel que tiene necesidad. No dejen que ninguna comunicación corrupta salga
de su boca, sino eso que es bueno y necesario para la edificación que
pueda dar gracia a aquellos que oyen. Y no aflijan al Espíritu Santo de Dios
por el cual han sido sellados para el día de redención. Dejen que
toda amargura, e indignación, e ira, y clamor, y mal hablar sea removido de
ustedes, junto con toda malicia;...
“...y sean amables y compasivos unos a
otros, perdonándose unos a otros, incluso como Dios también los ha perdonado en
Cristo. Por tanto, sean imitadores de Dios, como hijos amados; y caminen en
amor, incluso como Cristo también nos amó, y Se dio a Si mismo por
nosotros como una ofrenda y un sacrificio de aroma perfumado a Dios.” (Efesios 4:15-32; 5:1-2).
Este es el
modelo de como debemos “crecer
en la gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (II Pedro 3:18) en preparación
para la primera resurrección, como es representado por la Fiesta de Pentecostés.
Ya que ha habido mucha confusión concerniente a como contar a Pentecostés,
tenemos un folleto llamado Cuenta a Pentecostés—¿desde cual Sábado? También
tenemos sermones en audio y video explicando como contar correctamente las
siete semanas completas (49 días), mas un día, para un total de 50 días.
Para el 2012, la Fiesta de Pentecostés
cae en Mayo 27.
La Fiesta de los Primeros frutos—Pentecostés para la nación de Israel: Después que Israel cruzó el Mar Rojo, ellos viajaron seis semanas
mas en el lugar desolado hasta que llegaron al Monte Sinaí—tres días antes que
Dios hablara los 10 Mandamientos. Fue allí que Dios reveló a Moisés Su maravilloso
propósito para la nación de Israel—ellos debían representarlo ante todas las
naciones del mundo. “Y Moisés
subió a Dios, y el SEÑOR lo hizo salir de la montaña, diciendo, “Así dirás a la
casa de Jacob y dirás a los hijos de Israel,… si por cierto
obedecen Mi voz y guardan Mi pacto, entonces serán un tesoro especial
para Mí sobre todas las gentes; porque toda la tierra es Mía. Y serán
para Mi un reino de sacerdotes y una nación santa.’ Estas son las
palabras las cuales hablarás a los hijos de Israel.”” (Éxodo 19:3-6).
De Su pueblo, Dios dijo: “Israel fue
santidad para el SEÑOR, y los
primeros frutos de Su incremento.…” (Jeremías 2:3). Como los primeros frutos
de las naciones del mundo, era apropiado que recibieran los 10 Mandamientos,
hablados por Dios Mismo, en la Fiesta de los Primeros Frutos—el Día de Pentecostés.
En Deuteronomio, Moisés reiteró el propósito de Israel como la nación primogénita,
escogida por Dios para representarlo a las naciones del mundo: “He aquí, les he enseñado
estatutos y juicios, incluso como el SEÑOR mi Dios me ordenó, así que ustedes
deberían hacer así en la tierra donde van a poseerla. Y los guardarán y
harán, porque esta es su
sabiduría y su entendimiento a la vista de las naciones, las cuales oirán todos
estos estatutos y dirán, ‘Seguramente esta gran nación es un pueblo sabio y
entendido.’ Porque ¿qué nación es tan grande cuyo Dios está tan cerca de
ellos, como el SEÑOR nuestro Dios está, siempre que nosotros Lo
invocamos? Y ¿qué gran nación
tiene estatutos y juicios que son tan justos como toda esta ley la cual
coloco delante de ustedes hoy?” (Deuteronomio 4:5-8). Después que los hijos de Israel se
establecieron en la tierra prometida, Pentecostés conmemoraba la finalización
de las cosechas de trigo y cebada después de 7 semanas completas de cosecha.
Desafortunadamente, la única vez
que Israel incluso parcialmente cumplió su propósito como nación primogénita
representante de Dios fue durante la primera mitad del reinado de Salomón.
“Y el Rey Salomón fue
más grande que todos los reyes de la tierra en riquezas y sabiduría. Y todos
los reyes de la tierra buscaban la presencia de Salomón para oír su sabiduría
que Dios había puesto en su corazón.” (II Crónicas 9:22-23). Después que Salomón y el pueblo
apostataron y comenzaron a servir a dioses falsos, Israel cesó de representar a
Dios como un reino de sacerdotes para el mundo.
Pentecostés en el Nuevo
Testamento: Típicamente, Dios usa Sus Fiestas y Días
Santos como puntos de referencia mientras Él cumple Su voluntad y propósito,
a menudo involucrando eventos históricos poderosos—como también espirituales. Como
hemos visto, Dios habló personalmente los 10 Mandamientos a los hijos de Israel
en una increíble muestra de poder y gloria en el Día de Pentecostés (Éxodo
20:1-17). Para comenzar la era del Nuevo Testamento, Dios usó nuevamente el Día
de Pentecostés con una increíble demostración de poder mientras Él otorgaba
el Espíritu Santo a Su Iglesia.
En el Día de Pentecostés, en la mañana,
cuando los apóstoles y discípulos estaban reunidos juntamente en un salón en el
área del Templo, Dios envió al Espíritu Santo sobre ellos en una demostración única
de poder espiritual. “Y cuando
el día de Pentecostés, el cincuentavo día, estaba siendo cumplido, todos
ellos estaban de común acuerdo en el mismo lugar. Y de repente vino desde el
cielo un sonido como el ímpetu de un poderoso viento, y llenó la casa
entera donde estaban sentados. Y allí les aparecieron lenguas divididas como de
fuego, y se sentaron sobre cada uno de ellos. Y todos ellos fueron llenos con el
Espíritu Santo; y comenzaron a hablar en otros idiomas como el Espíritu les daba las palabras
para proclamar.
“Entonces habían muchos judíos quienes estaban
peregrinando en Jerusalén, hombres devotos de cada nación bajo el cielo. Y
cuando la palabra de esto salió, la multitud se reunió y estaba confundida,
porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.… Y estaban todos asombrados y grandemente perplejos, diciéndose el
uno al otro, “¿Que significa esto?”” (Hechos 2:1-6, 12). Por el poder de Su Santo Espíritu, Dios
milagrosamente hizo que los apóstoles hablaran simultáneamente en una multitud
de idiomas. Miles de judíos y prosélitos de todo el mundo escucharon a los apóstoles
predicar poderosamente el mensaje de Dios acerca de la crucifixión y la resurrección
de Jesucristo—cada uno en su propio idioma.
Dado que Dios había colocado Su
nombre y presencia en el Templo en Jerusalén, así mismo Él comenzó la Iglesia allí.
Esta fue la razón por la que Él envió el Espíritu Santo en la forma en que lo
hizo en este Día Santo particular. Si hubiera sido hecho en cualquier otro
lugar, nadie habría creído que esto fue un acto de Dios. Sin embargo, la manera
en la cual Dios derramó Su Espíritu—en la presencia de miles de judíos y
prosélitos reunidos en el Templo observando Pentecostés—no dejó duda que esto
era un acto poderoso de Dios. Fue claramente Su intervención divina y personal—no
la obra de hombres. Esta demostración asombrosa del poder de Dios también proveyó
el sello espiritual de autoridad confirmando a los apóstoles como Sus testigos
llamados y escogidos.
Tras callar a unos pocos detractores,
Pedro se puso de pie para predicar un mensaje dinámico acerca de la crucifixión
y resurrección de Cristo. Después de condenar a su audiencia en conciencia, él
los llamó al arrepentimiento hacia Dios porque sus pecados llevaron a la muerte
del Mesías: “Por tanto, toda la casa de Israel sepa con plena seguridad que
Dios ha hecho a este mismo Jesús, a Quien ustedes crucificaron,
ambos Señor y Cristo. Entonces
después de oír esto, ellos fueron compungidos del corazón; y dijeron a
Pedro y a los otros apóstoles, “Hombres y hermanos, ¿Qué haremos?”
Entonces Pedro les dijo, ‘Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de
ustedes en el nombre de Jesucristo para la remisión de pecados, y
ustedes mismos recibirán el regalo del Espíritu Santo.” (Hechos 2:36-38). Como resultado, tres
mil fueron bautizados y adicionados a la Iglesia en aquel día de Pentecostés en
el 30 dC—el día que comenzó la verdadera Iglesia de Dios.
El significado de Pentecostés: El uso único de Dios del Día de Pentecostés en el pasado ha magnificado
y adicionado a su significado en el Antiguo y Nuevo Testamentos:
1) Dios dio los 10
Mandamientos a Israel (Éxodo 20:1-17; Deuteronomio 5:7-21).
2) Israel celebraba la finalización
de la cosecha de los primeros frutos del trigo y la cebada (Éxodo 23:16).
3) Dios envió el Espíritu
Santo para comenzar Su Iglesia.
4) Después de nuestro
arrepentimiento y conversión, con el Espíritu Santo habitando en nosotros, Dios
comienza a escribir Sus leyes y mandamientos en nuestros corazones y mentes
(Hebreos 10:16).
5) La predicación milagrosa
de los apóstoles en muchos idiomas cumplió, en parte, el mandato de Jesús que
el Evangelio sea predicado a todas las naciones (Mateo 28:18-20; Lucas
24:44-47).
6) Al enviar el Espíritu
Santo, Dios señaló que Él iba a rechazar y ultimadamente destruir el Templo y
su sistema de adoración (Isaías 66:1-5; Mateo 22:1-7; Hechos 7:44-50).
7) Todo quien desee adorar
a Dios el Padre podría ahora hacerlo en espíritu y verdad—desde
cualquier ubicación, no tan solo en el Templo en Jerusalén (Juan 4:20-24; Hebreos
10:16-22).
Pentecostés y la primera resurrección:
Hay también un aspecto profético tremendo para la Fiesta de Pentecostés.
Dios usará nuevamente esta Fiesta para cumplir Su voluntad y propósito en la
segunda venida de Jesús. Los cristianos son llamados “primeros frutos”
espirituales (Santiago 1:18), y la cosecha de los primeros frutos espirituales
es al final de esta era (Mateo 13:18-43; Apocalipsis 14:14-16). Esta cosecha
espiritual, como es representada por Pentecostés, será una resurrección a vida
eterna para todos los que son llamados y escogidos. Esta es la primera resurrección
al regreso de Jesús (I Corintios 15:20-23; Apocalipsis 20:6).
Pablo traza una comparación
especial entre la entrega de los 10 Mandamientos en Monte Sinaí y la reunión de
los santos resucitados mientras se reúnen con Jesucristo. Él enfatiza cuanto
mayor será este evento comparado a lo que los hijos de Israel habían
experimentado: “Porque no han
venido [la Iglesia] al monte [Sinaí] que podía ser tocado y que quemaba con
fuego, ni a penumbra, y temible oscuridad, y el torbellino; y el sonido
de la trompeta, y a la voz de las palabras, las cuales
aquellos que oyeron, rogaron que la palabra no fuera hablada directamente
a ellos. (Porque no pudieron soportar lo que estaba siendo ordenado:
“Y si incluso un animal toca la montaña, será apedreado, o atravesado con una
flecha”; Y tan espantosa fue la visión que Moisés dijo, “Estoy
grandemente asustado y temblando”.)
“Sino han venido [la Iglesia] al
Monte Sión [espiritual], y a la ciudad del Dios vivo, la
Jerusalén celestial; y a una innumerable compañía de ángeles; a la reunión
festiva gozosa [la resurrección
en Pentecostés]; y a la
iglesia de los primogénitos [los primeros frutos de Dios], registrada en el libro de vida en el cielo; y a
Dios, el Juez de todos; y a los espíritus de los justos que han
sido perfeccionados; y a Jesús, el Mediador del Nuevo Pacto; y a la
aspersión de la sangre de ratificación, proclamando cosas
superiores que esas de Abel.” (Hebreos 12:18-24).
El significado profético del
sonido de trompeta en Pentecostés es que representa la “última trompeta”—tocada
en el tiempo de la resurrección de los santos. Jesús Mismo predijo esto: “Pero inmediatamente después de la
tribulación de aquellos días, el sol será oscurecido, y la luna no dará su luz,
y las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos.
Y luego aparecerá la señal del Hijo de hombre en el cielo; y entonces todas las
tribus de la tierra lamentarán, y verán al Hijo de hombre viniendo sobre las
nubes del cielo con poder y gran gloria. Y Él enviará a Sus ángeles con el
gran sonido de una trompeta, y ellos reunirán a Sus elegidos desde los
cuatro vientos, desde un fin del cielo hasta el otro.” (Mateo 24:29-31).
Pablo también declaró que la
primera resurrección para vida eterna ocurriría en la ultima trompeta: “Y como hemos llevado la imagen de aquel
hecho de polvo, también llevaremos la imagen de aquel celestial.
Entonces digo esto, hermanos, que la carne y la sangre no pueden
heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda incorrupción.
He aquí, les muestro un misterio: no todos dormiremos, sino que todos
seremos cambiados, en un instante, en el parpadeo de un ojo, a la última
trompeta; porque la trompeta sonará, y los muertos serán levantados
incorruptibles, y nosotros seremos cambiados. Porque esto corruptible debe vestirse de
incorruptibilidad, y esto mortal debe vestirse de inmortalidad. Entonces
cuando esto corruptible se haya vestido de incorruptibilidad, y esto
mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces sucederá el dicho que
esta escrito: “La muerte es tragada en victoria.”” (I Corintios 15:49-54).
En la primera epístola de Pablo
a los Tesalonicenses, escribió que la primera resurrección tiene lugar en la ultima
trompeta: “Pero no deseo
que sean ignorantes, hermanos, concerniente a aquellos que han dormido,
para que no estén afligidos, incluso como otros, que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó otra
vez, exactamente en la misma forma también, aquellos que han dormido en Jesús
Dios traerá con Él. Porque esto les decimos por la Palabra del Señor,
que quienes estemos vivos y permanezcamos hasta la venida del Señor en ninguna
manera precederemos a aquellos que han dormido. Porque el Señor mismo
descenderá del cielo con un grito de mando, con la voz de un
arcángel y con la trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán
primero; luego nosotros quienes estamos vivos y permanecemos seremos
atrapados junto con ellos en las nubes para la reunión con el
Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.” (I Tesalonicenses 4:13-17).
El libro de Apocalipsis confirma
que la ultima trompeta es la séptima trompeta—cuando tiene lugar
la primera resurrección: “Entonces
el séptimo ángel tocó su trompeta; y hubo grandes voces en el cielo diciendo, “Los reinos de este
mundo han llegado a ser los reinos de nuestro Señor y Su Cristo, y Él
reinará en los siglos de eternidad.” Y los veinticuatro ancianos, quienes se
sientan delante de Dios sobre sus tronos, cayeron sobre sus caras y adoraron a
Dios, diciendo, “Te damos gracias, Oh Señor Dios Todopoderoso, Quien es, y
Quien era, y Quien está por venir; porque has tomado para Ti mismo
Tu gran poder, y has reinado. Porque las naciones estaban furiosas, y Tu ira ha
venido, y el tiempo de los muertos para ser juzgados, y dar la recompensa a
Tus siervos los profetas, y a los santos, y a todos aquellos que temen
Tu nombre, los pequeños y los grandes; y para destruir a aquellos
que destruyen la tierra.”” (Apocalipsis
11:15-18).
En la primera resurrección, los
angeles cargarán a los santos a un inmenso mar de vidrio en las nubes sobre
Jerusalén para reunirse con Cristo. “Y vi un mar de vidrio mezclado con fuego, y aquellos que
habían obtenido la victoria sobre la bestia, y sobre su imagen, y sobre su
marca, y sobre el número de su nombre, de pie sobre el mar de vidrio,
teniendo las liras de Dios. Y estaban cantando la canción de Moisés, el
siervo de Dios, y la canción del Cordero, diciendo, “Grandes y asombrosas son
Tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son Tus caminos,
Rey de los santos. ¿Quién no Te temerá, Oh Señor, y glorificará Tu nombre?
Porque solo Tú eres santo; y todas las naciones vendrán y
adorarán delante de Ti, porque Tus juicios han sido revelados.”” (Apocalipsis 15:2-4).
Siete cosas tendrán lugar en el
mar de vidrio antes que Cristo y los santos regresen a la tierra a establecer
el Reino de Dios:
1) Los santos recibirán sus
nuevos nombres (Apocalipsis 2:17).
2) A los santos les serán dadas
sus recompensas (I Corintios 3:8; Apocalipsis 11:18; 22:12; II Juan 8).
3) Los santos recibirán sus
asignaciones como reyes o sacerdotes (Apocalipsis 20:6).
4) El matrimonio del Cordero y
Su novia tendrá lugar (Apocalipsis 19:6-8).
5) La cena matrimonial tendrá
lugar (Apocalipsis 19:9; Mateo 22:1-13).
6) Los santos serán testigos del
derramamiento de las ultimas 7 plagas—la venganza de Dios (Apocalipsis 15:5-8;
16:1-21; Salmo 149:4-9). La séptima plaga es la Batalla de Armagedon.
7)
Los santos serán reunidos en el ejercito de Dios para pelear junto con Cristo y
regresar a establecer el Reino de Dios en la tierra (Apocalipsis 19:11-21; Zacarías
14:1-9).
Tomará tiempo para que todos
estos eventos proféticos ocurran, extendiéndose indudablemente desde el día de Pentecostés
hasta la Fiesta de Trompetas, cerca de 4 meses y medio.
Entonces, la Palabra de Dios
revela que justo como Dios comenzó la Iglesia en Pentecostés al enviar el Espíritu
Santo, Él completará la cosecha de Su Iglesia—los primeros frutos espirituales—en
Pentecostés. En aquel día, Dios resucitará de la muerte a todos los santos justos—desde
Abel, el primer mártir, hasta los dos testigos, los mártires finales. En la resurrección
todos serán cambiados en el parpadeo de un ojo y dados cuerpos inmortales,
gloriosos como los hijos e hijas espirituales de Dios el Padre. “...donde también estamos esperando al Salvador,
el Señor Jesucristo; Quien transformará nuestros viles cuerpos, para
que puedan ser conformados a Su glorioso cuerpo, de acuerdo al trabajo
interno de Su propio poder, por el cual Él es capaz de someter todas las
cosas a Sí mismo.” (Filipenses
3:20-21). Como seres espirituales glorificados, brillarán como las estrellas
del cielo (Daniel 12:1-3; Mateo 13:43).
Los santos compartirán la misma
existencia eterna y gloria que Jesucristo: “El Espíritu mismo da testimonio conjuntamente con nuestro propio
espíritu, testificando que somos hijos de Dios. Entonces si somos
hijos, somos también herederos—verdaderamente, herederos de Dios y
coherederos con Cristo—si ciertamente sufrimos junto con Él, para que podamos también ser glorificados junto con Él.” (Romanos
8:16-17). Por esto es que Pablo llama la primera resurrección una resurrección superior
(Hebreos 11:35). Finalmente, Juan escribe: “¡He aquí! ¡Que glorioso amor nos ha dado el Padre, que
deberíamos ser llamados los hijos de Dios!… sabemos que
cuando Él sea manifestado, seremos como Él, porque Lo veremos exactamente como
Él es.” (I Juan 3:1-2).
El libro de Apocalipsis proclama:
“Bendito y santo es aquel que
tiene parte en la primera resurrección; sobre este la segunda muerte no tiene
poder.” (Apocalipsis 20:6). Como
es representado por la Fiesta de Pentecostés, los cristianos esperan recibir
vida y gloria eterna en la primera resurrección (Romanos 8:14-18; I Juan
3:1-3).
Conferencia de Ancianos: Este año, la Conferencia de Ancianos será
mantenida nuevamente en Florence, Kentucky, en el Hilton del Aeropuerto, Mayo
16-19. Tendremos servicios especiales a las 10:30 AM y 2 PM. Ancianos, hombres líderes
y hermanos de muchos estados estarán atendiendo.
A pesar de vivir en tiempos de
problemas y pruebas, debemos siempre permanecer cerca de Dios el Padre y
Jesucristo a través de la oración y el estudio Bíblico—y ser guiados por
el Espíritu Santo. Esta es la única forma en que podemos continuar venciendo
nuestra propia naturaleza humana y resistir los jalones del mundo y de Satanás
el diablo. Sin importar las circunstancias, siempre recuerde: ¡DIOS EL PADRE Y
JESUCRISTO LO AMAN! Tiene la promesa personal de Jesús de estar siempre con
usted, aun en los tiempos de problemas: “...porque Él ha dicho, “En ninguna forma
los dejaré; no—nunca los abandonaré en ninguna forma.” Así entonces,
digamos valientemente, “El Señor es mi ayudante, y no tendré
temor, ¿Qué puede el hombre hacerme?”” (Hebreos 13:5-6).
Hermanos, los
apreciamos y agradecemos por sus oraciones continuas. Sin ellas no podríamos
alcanzar lo que Dios quiere que hagamos. Oramos por ustedes cada día, rogándole
a Dios el Padre y a Jesucristo para estar con ustedes, sanarlos y bendecirlos
en todo. Apreciamos grandemente su firme apoyo a través de sus diezmos y
ofrendas.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC