Restaurando el
Cristianismo original—¡para hoy!
Iglesia de Dios
Cristiana y Bíblica
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Fred R. Coulter
Ministro
Mayo 22, 2013
Queridos hermanos,
Como notarán, la carta
de mayo está un poco mas tarde que lo usual—ya que este mes ha sido
extremadamente ocupado con la lectura y grabación de la Biblia, la producción
de videos de Iglesia en Casa, y la Conferencia anual de Ancianos. Salí
para la conferencia el 5 de mayo y regresé el 12 de mayo—8 días en total. Esto
hizo mover la carta a la tercera semana del mes.
La
Conferencia de Ancianos—mantenida en Mayo 8-11 en Greater Cincinnati Hilton en
Florence, Kentucky—fue un éxito maravilloso. Además de acoger a los ancianos,
la Conferencia incluyó a hombres líderes de varias partes de USA. Este año,
todos nuestros directores de oficina en el extranjero pudieron asistir—excepto
Helmut Berger, nuestro director de oficina en Sur África, quien no pudo asistir
debido a circunstancias inesperadas.
Con
asistentes del Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, esto parecía el
“Imperio Contraataca”—con Bretaña tratando de reclamar sus antiguas colonias.
Tuvimos algunos encontrones verbales—todo en sana diversión, ya que todos somos
hermanos en Cristo. David Obey, el representante de la reina desde el Reino
Unido, nos aseguró que mientras las colonias eran libres en verdad,
nunca deberíamos olvidar que nuestros ancestros “vinieron de Gran Bretaña.” Debíamos
ser agradecidos por el oportuno recorderis de nuestra herencia. (En una nota
similar, necesitamos recordar que fue William Tyndale, un celta de Wales, quien
tradujo primero la Biblia del hebreo original y el griego al inglés. Tyndale logró
esto desde 1526 hasta 1537—un periodo de 12 años que cambió a Gran Bretaña y al
mundo para siempre.)
En la noche de Mayo 7, tuvimos
una reunión de ancianos. Luego, en Mayo 8 y 9, tuvimos sesiones de mañana y
tarde. Cada Director de oficina dio una actualización de su área, la cual incluía
reportes de compañerismo.
Luego, Jim Hyles y Roger Kendall
cada uno dio una presentación de la importancia de mantener una buena salud,
con información excelente sobre como evitar enfermedades y utilizar métodos
naturales para vencer los males y las enfermedades. Por supuesto, tal
conocimiento debe ser tenido a la mano con nuestro entendimiento del ungimiento
para la sanidad. Mucho puede ser logrado a través de las hierbas medicinales y
buena nutrición; después de todo, Dios nos ha dado tales hierbas para nuestro
beneficio (Salmo 104:14). En verdad, Dios requiere que ejercitemos diligencia
en cuidar nuestra salud, dado que nuestros cuerpos son templos del Espíritu de
Dios. Sin embargo, tales esfuerzos no pueden remplazar la sanidad divina,
la cual solo puede venir de Dios: “Bendice al SEÑOR, Oh mi alma; y todo lo que está dentro de mí,
bendiga Su santo nombre. Bendice al SEÑOR, Oh mi alma, y no olvides todos Sus
beneficios; Quien perdona todas tus iniquidades, Quien sana todas tus enfermedades,
Quien redime tu vida de destrucción, Quien te corona con bondad y tiernas
misericordias” (Salmo
103:1-4).
Luego, tuvimos una sesión sobre
servir a los hermanos. Nos enfocamos en las instrucciones de Jesús, al apóstol
Pedro, que el verdadero alimentar el rebaño de Dios está basado en amar a Dios
el Padre y Jesucristo, la Cabeza de la Iglesia (Efesios 1:20-23). Note el
mandato directo y personal de Jesús a Pedro, el cual dio en la presencia de los
otros discípulos como una lección para todos ellos: “Ésta fue la tercera vez que
Jesús Se reveló a Sí mismo a Sus discípulos tras ser levantado de los
muertos. Por tanto, cuando habían terminado de
comer, Jesús le dijo a Simón Pedro, “Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas
mas que a estos?” Y él le dijo, “Si, Señor. Sabes que Te amo.” Él
le dijo, “alimenta Mis corderos.”
“Él le dijo de nuevo una segunda vez, “Simón, hijo
de Jonás, ¿Me amas?” Y él le dijo, “Si, Señor. Sabes que Te amo.” Él
le dijo, “Pastorea Mis ovejas.” Él le dijo la tercera vez, “Simón, hijo
de Jonás, ¿Me amas?” Pedro estaba afligido porque Él le dijo la tercera
vez, “¿Me amas?” Y él le dijo, “Señor, Tu sabes todas las cosas. Sabes que Te
amo.” Jesús le dijo, “alimenta Mis ovejas” (Juan 21:14-17).
El apóstol Pablo enfatizó el
mismo punto a los ancianos de la iglesia de Éfeso en una reunión especial con
ellos justo antes que él se fuera a Jerusalén: “Y ahora he aquí, sé que todos ustedes, entre quienes he
andado proclamando el reino de Dios, no verán más mi cara; por eso les
testifico en este día que soy puro de la sangre de todos, porque no me he
retenido de predicarles todo el consejo de Dios.
“Por tanto presten atención a ustedes mismos
y a todo el rebaño, entre el cual el Espíritu Santo los ha hecho supervisores,
para alimentar a la iglesia de Dios, la cual Él compró con Su propia
sangre. Porque se esto: que tras mí partida lobos crueles entrarán entre
ustedes, no escatimando el rebaño; y de entre sus mismos propios hombres se
levantarán hablando cosas perversas para apartar discípulos tras ellos mismos.
Vigilen, por tanto, recordando que por tres años no cesé de amonestar a
cada uno noche y día con lágrimas. Y ahora los encomiendo, hermanos, a Dios y a
la Palabra de Su gracia, la cual es capaz de edificarlos y darles una herencia
entre todos aquellos que son santificados” (Hechos 20:25-32).
Luego, cuando Pablo estaba en prisión,
él escribió a los efesios para definir claramente el propósito del ministerio.
Ministros de Dios y ancianos ordenados cumplen varios roles en servir a
la Iglesia. En verdad, el listado de funciones ministeriales en Efesios
4 no tiene el propósito de establecer una jerarquía de gobierno sobre los
hermanos. Mas bien, esas son posiciones de servicio establecidas por
Jesucristo para edificar a los hermanos: “Y Él organizó a algunos como apóstoles, y a algunos
como profetas, y a algunos como evangelistas; y a algunos,
pastores y maestros para el perfeccionamiento de los santos, para la
obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que
todos vengamos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hacia
un hombre perfecto, hacia la medida de la estatura de la plenitud
de Cristo;
“Para que no seamos más niños, sacudidos y llevados
con todo viento de doctrina por las artimañas de hombres en astucia, con vista
a la sistematización del error; sino manteniendo la verdad en amor, podamos
crecer en todas las cosas en Quien es la Cabeza, Cristo de Quien todo el cuerpo, adecuadamente estructurado y compactado
por eso que cada coyuntura suple, de acuerdo a su trabajo
interno en la medida de cada parte individual, está haciendo el
incremento del cuerpo hacia la edificación del mismo en amor” (Efesios 4:11-16).
Así es como los ancianos y
ministros deben servir y edificar a los hermanos. Debemos alimentar
el rebaño de Dios, mientras guiados por el Espíritu Santo. Así, somos meramente
mayordomos de la Iglesia de Dios, llamados para ayudar al cuerpo de
Cristo a desarrollarse como el templo vivo de Dios. Pablo escribió: “Así entonces, ustedes ya no son mas extraños
y extranjeros; sino son conciudadanos con los santos, y son de la
familia de Dios. Están siendo construidos sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, Jesucristo mismo siendo la Piedra angular
principal en Quien todo el edificio, siendo conjuntamente equipado, está
incrementándose hacia un templo santo en el Señor; en Quien ustedes
también están siendo juntamente construidos para habitación de Dios en el
Espíritu” (Efesios
2:19-22).
Es importante entender lo que
Pablo pensaba de él mismo y de Apolos mientras servían a la Iglesia. Como
veremos, ellos no ejercieron señorío sobre los hermanos. Note lo que
Pablo escribe a la iglesia de Corinto: “Cuando alguien dice, “Yo soy de Pablo,” y otro dice, “Yo soy
de Apolos,” ¿no son ustedes carnales? ¿Quién es entonces Pablo? ¿Y quien es
Apolos? Ellos son solamente ministros a través de quienes ustedes
creyeron, incluso como el Señor le dio a cada uno. Yo sembré y Apolos regó, pero Dios dio el incremento. Por
tanto, ni el que planta es algo, ni el que riega; porque es Dios Quien
da el incremento.
“Ahora el que planta y el que riega son uno, pero cada uno
recibirá su propia recompensa de acuerdo a su propio trabajo. Porque
nosotros somos los compañeros de trabajo de Dios, y ustedes son la
labranza de Dios, la construcción de Dios. Como un arquitecto sabio, de
acuerdo a la gracia de Dios que me fue dada, yo he colocado el
fundamento, y otro esta construyendo sobre el. Pero cada uno tenga
cuidado de cómo construye sobre el.
“Porque nadie es capaz de colocar ningún
otro fundamento además de ese que ha sido colocado, el cual es
Jesucristo. Entonces si cualquiera edifica sobre este fundamento oro, plata,
piedras preciosas, madera, heno o rastrojo, la obra de cada
uno será manifestada; porque el día de prueba la declarará,
porque será revelada por fuego; y el fuego probará que clase de obra es la
de cada uno. Si la obra que cualquiera ha edificado perdura, recibirá una
recompensa. Si la obra de cualquiera es quemada, sufrirá perdida; pero él mismo
será salvo, sin embargo a través de fuego, ¿No entienden que son templo de
Dios, y que el Espíritu de Dios está viviendo en ustedes? Si alguno
profana el templo de Dios, Dios lo destruirá a él porque el templo de Dios es
santo, tal templo son ustedes” (I Corintios 3:4-17).
En concordancia con las enseñanzas
de Pablo, Pedro amonesta fuertemente a los ancianos en contra de las “jerarquías
ministeriales” diseñadas para gobernar sobre los hermanos, tratándolos como si
fueran posesiones personales o mercancías. “A los
ancianos que están entre ustedes los exhorto, incluso como un
compañero anciano, y un testigo ocular de los sufrimientos de Cristo, y
un participe de la gloria que esta a punto de ser revelada: alimenten el
rebaño de Dios que está entre ustedes, ejerciendo vigilancia no por
compulsión, sino voluntariamente; no en afición de ganancias deshonestas, sino con
una actitud anhelante; no como ejerciendo señorío sobre sus
posesiones, sino siendo ejemplos al rebaño de Dios. Y cuando el Pastor Jefe sea manifestado, recibirán una corona eterna
de gloria inmarcesible. En la misma manera, ustedes hombres mas
jóvenes estén sujetos a los hombres mas viejos; y todos ustedes
estén sujetos los unos a los otros, estando vestidos con humildad porque Dios
se coloca a Si mismo contra el orgulloso, pero da gracia al humilde.
Sean humildes por tanto bajo la mano poderosa de Dios para que Él pueda
exaltarlos en el debido tiempo; echando todas sus preocupaciones
sobre Él, porque Él cuida de ustedes” (I Pedro 5:1-7).
Juzgando por los escritos de
Pedro, es evidente que él estaba comprometido al mandato de Jesús de “alimenta
Mis corderos … pastorea Mis ovejas … alimenta Mis ovejas.”
¿Cómo llama Dios a gente
nueva?: En otra sesión de la conferencia, fuimos a través de las
Escrituras para ver cómo Dios llama a la gente. En la “parábola del sembrador”
(Mateo 13 y Marcos 4), Jesús comparó la predicación del Evangelio y la Palabra
de Dios a la siembra de la semilla. Como Él resalta, algunos escucharán,
algunos no. Aquellos que escuchan comenzarán a responder el llamado de Dios.
Sin embargo, mientras muchos son llamados, pocos son escogidos (Mateo
20:16; 22:14). Aquellos escogidos son los que se arrepienten y buscan a Dios y
desean verdaderamente obedecerlo (Isaías 55:6-9; Mateo 7:7-8). Para saber como está
respondiendo la gente a la predicación del Evangelio, Dios envía a los siete
espíritus a todo el mundo. Los siete espíritus son los ojos de Dios
(Apocalipsis 1:4; 4:5; 5:6), y son dirigidos por Cristo para encontrar a
aquellos que están buscando a Dios genuinamente (II Crónicas 16:9).
Si aquellos que son llamados
responden a la guianza de los siete espíritus—y desean verdaderamente conocer
la verdad y comienzan a obedecer la verdad—entonces Dios el Padre envía
Su Espíritu para estar con ellos (Juan 14:16-17). Así es como el Padre
comienza a atraerlos (Juan 6:44, 65; 14:6). Si están hambrientos y sedientos
por Dios y Su Palabra, el Padre los guía al arrepentimiento (Romanos 2:4) y bautismo
(Hechos 2:38). En aquel momento sus pecados son perdonados a través de la
sangre derramada de Cristo (Romanos 3:23-31). Son justificados y puestos en posición
recta con Dios y están “bajo gracia.” Esto les da la bendición de tener compañerismo
directo y personal con Dios el Padre y Jesucristo (I Juan 1:3). Empiezan a caminar
en el “camino del Señor”—hacia conversión. Están ahora entre aquellos que han
sido escogidos—y llegarán a ser, después de mucho crecimiento y pruebas,
de los que son “llamados y escogidos y fieles” (Apocalipsis 17:14).
En verdad, ellos deben vencer
y desarrollar la mente de Cristo. Sin embargo, comienzan como
bebes en Cristo, como escribe Pedro: “Porque
ustedes han sido engendrados de nuevo, no de semilla corruptible, sino de semilla
incorruptible, por la Palabra viva de Dios, la cual permanece por
siempre. Porque toda carne es como pasto, y toda la gloria del
hombre es como la flor del campo; el pasto se ha marchitado, y su flor
ha caído. Pero la Palabra del Señor perdura por siempre; y este es el mensaje
que fue predicado a ustedes a través del evangelio. Por tanto, habiendo
repudiado toda maldad, y todo engaño, e hipocresías y celos, y toda calumnia, como bebés recién nacidos, anhelen la pura leche espiritual, para
que por ella puedan crecer, si ustedes
mismos ciertamente han probado que el Señor es graciable. A Quien vienen, como a una Piedra viva, rechazada
ciertamente por hombres, pero escogida por Dios, y preciosa, ustedes también, como piedras vivas,
están siendo construidos como una casa espiritual—un sacerdocio
santo—para ofrecer sacrificios espirituales, aceptables a Dios a través de
Jesucristo” (I Pedro 1:23-25;
2:1-5).
Esta es una corta revisión de
las Escrituras acerca de cómo Dios el Padre y Jesucristo trabajan juntamente
para llamar espiritualmente a nuevas personas. Si hacemos nuestra parte, Dios hará
la de Él. Dado que Dios trabaja, debemos trabajar fielmente—como
los mayordomos del rebaño de Dios (Juan 5:17, I Corintios 4:1-2).
En
general, la Conferencia de Ancianos fue tremendamente inspiradora. Fuimos acompañados
en el Sábado, Mayo 11, por 150 hermanos de 5 ó 6 estados cercanos quienes
participaron de los servicios de mañana y tarde (con una comida entre los
servicios). Para que no pierda nada, estaremos enviándole los mensajes del Sábado
en nuestro próximo envío.
De acuerdo a lo que escuchamos y
vemos en las noticias alrededor del mundo, estamos atestiguando una gran cantidad
de tumultos—en religión, gobierno y economía; estamos atestiguando desastres,
tormentas poderosas, terremotos, erupciones volcánicas, sequías, inundaciones,
guerras, asesinatos y robos. Jesús profetizó que eso sería así en los últimos días
(Mateo 24; Marcos 13; Lucas 21). Sin embargo, sin importar tales
circunstancias, debemos permanecer fieles y vigilantes en todo
momento.
Hermanos, gracias por su amor y
sus continuas oraciones diarias por todo el pueblo de Dios. Son grandemente
apreciadas. Sabemos que Dios está con nosotros, guiándonos cada día. Gracias
por su soporte continuo a través de sus diezmos y ofrendas, para que podamos
continuar predicando el Evangelio al mundo y alimentar verdaderamente el rebaño
de Dios. Pueda Dios el Padre y Jesucristo bendecirlos en toda forma y velar por
ustedes en toda circunstancia.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC