Restaurando
el Cristianismo original—¡para hoy!
Iglesia
de Dios Cristiana y Bíblica
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Fred R. Coulter
Ministro
Agosto 19, 2013
Queridos hermanos,
Los Días
Santos y Fiestas de otoño están a la vuelta de la esquina, comenzando con la
Fiesta de Trompetas el 5 de septiembre, en menos de 3 semanas. Luego iremos al Día
de Expiación, en septiembre 14, y la Fiesta de Tabernáculos, Septiembre 19-25, y
el Ultimo Gran Día en Septiembre 26. Con esta carta, estamos enviándole el CD
para todos los Días Santos de otoño del 2013. Este año, dado que los Días
Santos de Dios tendrán lugar casi que en todo el mes de Septiembre, estamos
haciendo una carta combinada para agosto y septiembre. Sabemos
que todos ustedes están anticipando ansiosamente estos Días Santos vitales y
Fiestas de Dios. Que cada uno de ustedes tenga una época de Fiestas de otoño
tremenda este año, así como Dios el Padre y Jesucristo los bendice por su amor
y obediencia fiel
El Sábado y los Días Santos—los Misterios de Dios
Como es revelado a través de
toda la Biblia, las Santas Escrituras son el registro de Dios tratando con la
humanidad desde el comienzo. Sin embargo, muchas de las cosas que Dios inspiró
ser registradas en la Biblia no son discernidas por leerla casualmente como
alguien leería un libro.
Tan increíble como pueda
parecer, en los últimos 400 años la Biblia ha sido el libro de ventas numero
uno en el mundo. Hoy, hay casi siete billones de Biblias en circulación—casi
una Biblia por cada persona. Además, hay múltiples millones de Biblias
digitales usadas en una variedad de aparatos electrónicos. Sin embargo muy
pocas personas entienden verdaderamente la Palabra de Dios—incluso el más
simple de los pasajes. ¿Por qué esta increíble paradoja? La Biblia misma nos da
la respuesta: Es porque la mayoría de la gente rechaza creerle a Dios y guardar
Sus mandamientos, los cuales son las llaves iniciales para entender la Palabra
de Dios (Salmo 111:10).
Aun mas increíble es la compresión
que el cristianismo ortodoxo—protestante y católico—ha fallado en su
entendimiento de la Palabra de Dios. ¿Por qué? Porque el cristianismo rechaza
el Antiguo Testamento, clamando que Jesús abolió la Ley y que “los cristianos”
no son requeridos de guardar las leyes o mandamientos de Dios—especialmente el Sábado
del 7mo día y los Días Santos de Dios y las Fiestas. Así, rechazan la Palabra
de Dios y siguen sus propias tradiciones “cristianizadas” de guardar el domingo
y varios festivos—todos los cuales son de origen pagano. Para bloquearse, aquellos
de la religión judía del judaísmo siguen sus propias tradiciones
religiosas en vez de la Palabra de Dios. Más aun, rechazan el Nuevo Testamento
y no creen que Jesucristo es el Salvador del mundo. En ambos casos, es
exactamente como dijo Jesús—hombres poniendo tradición por encima de la
Biblia.
Los fariseos le preguntaron a Jesús
porque Sus discípulos
no observaban las tradiciones del judaísmo. Note la respuesta de Jesús:
“Y Él respondió y
les dijo, “Bien profetizó Isaías concerniente a ustedes hipócritas, como está
escrito, ‘Este pueblo Me honra con sus labios, pero sus corazones están lejos
de Mí.’ Pero en vano Me adoran, enseñando por doctrina los
mandamientos de hombres. Por dejar el mandamiento de Dios, ustedes se aferran a
la tradición de hombres, tal como el lavado de ollas y copas; y
practican muchas otras cosas como esta.” Entonces les dijo, “Muy bien rechazan el mandamiento de
Dios, para poder guardar su propia tradición” (Marcos 7:6-9). Cuando la gente rechaza
la Palabra de Dios e idea sus propias tradiciones religiosas, automáticamente
traen ceguera espiritual sobre sí mismos. Esta es una ley viva que Dios
ha establecido.
Isaías profetizó de esta misma ceguera: “¡Estén aturdidos y asombrados! ¡Cieguen
sus ojos y sean ciegos! Ellos están borrachos, pero no con vino; tambalean,
pero no por bebida fuerte, porque el SEÑOR ha derramado sobre ustedes el
espíritu de sueño profundo, y ha cerrado sus ojos; Él ha cubierto [como con un velo] a los profetas y a sus gobernantes, y
a los videntes. Y la
visión de todos ha llegado a ser para ustedes como las palabras de un libro que
esta sellado, el cual ellos dan a uno que es aprendido diciendo, “Por favor
lee esto,” y él dice, “No puedo, porque está sellado.” Y el libro es entregado
a quien no es aprendido, diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No soy
aprendido.”
“Y el SEÑOR dijo, “Porque este pueblo se
acerca a Mí con sus bocas, y con sus labios Me honran, pero su
adoración de Mí es conforme a las tradiciones de hombres aprendidas por rutina,
y su temor hacia Mi es enseñado por los mandamientos de hombres; Por tanto, he aquí, procederé a hacer de
nuevo una obra estupenda entre este pueblo, incluso una obra estupenda y
una maravilla, porque la sabiduría de sus sabios morirá, y la sabiduría de
sus inteligentes desaparecerá”” (Isaías 29:9-14). ¿No es esta una perfecta descripción
del mundo entero hoy en día—en religión, ciencia, gobierno, educación y economía? De nuevo, que
paradoja: ellos usan la Biblia y profesan creer en Dios, pero no
pueden entender las Escrituras.
¿Cómo entender los
Misterios de Dios?:
La Palabra de Dios enseña que para que cualquiera entienda la Biblia, él o ella
debe primero creerle a Dios y ser obediente a Su Palabra—a Sus
leyes y mandamientos. Luego, el Espíritu Santo es requerido para que el corazón
y la mente de uno sean abiertos al entendimiento de lo que Dios ha revelado en
Su Palabra. El poder del Espíritu Santo es dado solo bajo el arrepentimiento
(de pecado) de uno hacia Dios y con base en la aceptación del sacrificio de
Jesucristo para el perdón de pecados. Esto debe ser seguido por el bautismo,
con la inmersión completa en agua, y la imposición de manos para recibir el Espíritu
Santo.
Al escribir a la iglesia en
Corinto, el apóstol Pablo explicó a los nuevos convertidos que el entendimiento de la
Palabra de Dios no viene a través de sabiduría o intelecto humano: “Y mi mensaje y mi predicación
no fue en palabras persuasivas de sabiduría humana; más bien, fue
en demostración del Espíritu y de poder; para que su fe pudiera no ser en la
sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios. Ahora nosotros
hablamos sabiduría entre los maduros espiritualmente; sin embargo, no
es la sabiduría de este mundo, ni de los gobernadores de este
mundo, quienes están llegando a nada. Mas bien, hablamos la sabiduría de Dios en un
misterio, incluso la sabiduría escondida que Dios pre-ordenó
antes de los siglos hacia nuestra gloria…
“Pero de acuerdo a como está escrito, “El
ojo no ha visto, ni el oído ha oído, ni han entrado al
corazón del hombre, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que lo
aman.” Pero Dios nos las ha revelado por Su Espíritu, porque el Espíritu examina todas las
cosas—incluso las cosas profundas de Dios. Porque
¿Quién entre los hombres entiende las cosas del hombre excepto por el
espíritu del hombre el cual está en él? En la misma manera
también, nadie entiende las cosas de Dios excepto por el Espíritu de
Dios. Entonces no
hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios,
para que pudiéramos saber las cosas graciablemente dadas a nosotros por Dios,
tales cosas también hablamos, no en palabras enseñadas por sabiduría humana,
sino en palabras enseñadas por el Espíritu Santo para
comunicar cosas espirituales por medios espirituales. Pero el hombre
natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque son tonterías para él,
y no puede entenderlas porque son discernidas espiritualmente” (I Corintios 2:4-7, 9-14).
Porque las
cosas de Dios son entendidas espiritualmente, Dios típicamente no revela todo
en un lugar o en un solo tiempo. Dios inspiró a Isaías a revelar este principio
fundamental en entender la Palabra de Dios: “¿A
quien Él le enseñará conocimiento? Y ¿A quien Él hará entender doctrina? A
aquellos que son
destetados de la leche y retirados del pecho, [no a bebes
recién convertidos en Cristo], porque el precepto debe ser sobre el precepto, precepto
sobre precepto; línea sobre línea, línea sobre línea; aquí un poquito, allá un
poquito” (Isa. 28:9-10).
Cuando Pablo enseñó a los judíos
en Berea, ellos se aplicaron a entender la Palabra de Dios. “Estos eran más nobles que
aquellos en Tesalónica, porque recibieron la Palabra con toda
disposición de mente y examinaron las Escrituras diariamente para ver
si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Así mismo, Pablo urgió a Timoteo a aplicarse en su estudio de
las Escrituras: “Estudia diligentemente para mostrarte a ti mismo aprobado a Dios, un
obrero que no necesita ser avergonzado, dividiendo correctamente la
Palabra de la verdad” (II Timoteo 2:15).
Aplicar
estos principios es necesario para entender la Biblia—especialmente profecía.
En verdad, la Biblia es esencialmente como un candado. Sin la llave
correcta, abrirla es fútil. Para la mayoría de la gente la Biblia es
verdaderamente un misterio “cerrado.” La principal razón es que ellos no
creen ni obedecen incluso las cosas mas simples que encuentran en la Biblia—así,
llega a ser imposible para ellos entender las cosas profundas de Dios. Su
carencia de creencia y obediencia trae automáticamente ceguera espiritual.
Es por esto que muchas de las cosas escritas en la Biblia son llamadas un misterio—un
secreto.
Cuando los discípulos
de Jesús no entendieron porque Él hablaba a las multitudes en parábolas, Él explicó:
“Y
Él respondió y les dijo, “Porque ha sido dado a ustedes el saber los misterios del reino del
cielo, pero esto no ha sido dado a ellos. Porque quienquiera que
tenga entendimiento, a él más será dado, y tendrá abundancia; pero
quienquiera que no tenga entendimiento, incluso lo que tiene le será
quitado. Por esta razón les hablo a ellos en parábolas, porque viendo,
ellos no ven; y oyendo, ellos no oyen; ni entienden.
“Y en ellos es cumplida la profecía de
Isaías, la cual dice, ‘Oyendo ustedes oirán y en ninguna forma entenderán y
viendo verán, y en ninguna forma percibirán; porque el corazón de esta gente se
ha engordado, y sus oídos son sordos para oír, y sus ojos han cerrado;
no sea que ellos vean con sus ojos, y oigan con sus oídos, y entiendan con sus
corazones, y sean convertidos, y Yo los sane.’ Pero benditos son sus ojos, porque
ven; y sus oídos, porque oyen. Porque verdaderamente les digo, muchos profetas
y hombres justos han deseado ver lo que ustedes ven, y no han visto; y
oír lo que ustedes oyen, y no han oído” (Mateo 13:11-17).
Otras profecías acerca de los
tiempos finales confirman que el pueblo de Dios entendería la Palabra de Dios y
profecía, mientras los malvados, la mayoría del pueblo en el mundo, no entendería.
Note lo que Daniel fue inspirado a escribir: “Y oí, pero no entendí. Entonces dije [a un ángel de Dios], “Oh mi señor, ¿Cual será el
fin de estas cosas?” Y él dijo, “Sigue tu camino, Daniel, porque las palabras están
cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán purificados, y
emblanquecidos, y refinados. Pero el malvado hará malvadamente; y ninguno de
los malvados entenderá, pero el sabio entenderá” (Daniel 12:8-10).
El verdadero entendimiento debe
venir de Dios. Él debe revelarlo. Él debe hacérnoslo saber. Pablo escribe que
Dios ha “hecho
saber el misterio de Su propia voluntad, de acuerdo a Su buen placer, el cual
se propuso en Sí mismo; que en el plan divino para el
cumplimiento de los tiempos, pudiera traer todas las cosas juntas en
Cristo, ambas las cosas en los cielos y las cosas sobre la tierra” (Efesios 1:9-10).
El libro de Apocalipsis verifica la profecía de Daniel que,
en el tiempo del fin, el pueblo de Dios tendrá entendimiento—porque son los que
“guardan los
mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.… Aquí esta la paciencia de los
santos; aquí están aquellos que guardan los mandamientos de Dios y la fe
de Jesús” (Apocalipsis
12:17, 14:12). Al tener la fe de Cristo y guardar los mandamientos de Dios, probamos
que amamos a Dios: “Por
este estándar sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a
Dios y guardamos Sus mandamientos. Porque este es el amor de Dios: que
guardemos Sus mandamientos; y Sus mandamientos no son pesados” (I Juan 5:2-3).
El Plan de Dios—oculto
a plena vista:
El plan secreto de Dios y el propósito para toda la vida humana está
escrito en la Biblia. Más aun, Dios incorporó Su plan en los mismos cielos y tierra. De
hecho, Dios revela el conocimiento de Su plan por Su Sábado, Fiestas y Días
Santos—Sus tiempos proféticos designados. Así, el plan de Dios está oculto
a plena vista—revelado paso a paso por la ocurrencia de los festivales bíblicos—“ordenados
en los cielos” desde el comienzo. Pero todo es un misterio—un secreto—al mundo
porque están cegados por su rechazo del Sábado de Dios y los Días Santos.
Dios nos presenta el fundamento
de Su plan en el registro de la creación de los cielos y la tierra—específicamente
en el cuarto día: “Y
Dios dijo, “Hayan luces en el firmamento de los cielos para dividir entre el
día y la noche, y sean por señales, y por temporadas designadas, y por
días y años; y sean por luces en el firmamento de los cielos y den luz a la
tierra.” Y fue así.
“Y Dios había hecho dos grandes
luces, la luz más grande para gobernar el día y la luz mas pequeña para
gobernar la noche; y Dios había hecho las estrellas también. Y
Dios las colocó en el firmamento de los cielos para dar luz a la tierra, y para
gobernar sobre el día y sobre la noche, y para dividir entre la luz y la
oscuridad. Y Dios vio que era bueno. Y la noche y la mañana fueron el
día cuatro” (Génesis
1:14-19). Lo que está escrito aquí es una declaración general en cuanto las funciones
de estos cuerpos celestes. Ningún detalle es dado aquí sobre como ellos regularían
las “temporadas designadas” de Dios—Sus propios festivales.
Luego, después
de la creación de Adán y Eva, Dios hizo el día Sábado en el séptimo día de la creación. Dado que
Dios ya había creado los días y noches, Él “creó”—ordenó—el Sábado al descansar
en aquel día y al bendecir y santificar el día como especial. “Y para el
comienzo del séptimo día Dios terminó Su obra la cual Él había
hecho. Y descansó en el séptimo día de toda Su obra la cual había hecho. Y Dios
bendijo el séptimo día y lo santificó porque en este Él descansó de toda Su
obra la cual Dios había creado y hecho” (Génesis 2:2-3). Dios hizo el Sábado santo
desde el comienzo al poner Su presencia en aquel día. En aquel primer Sábado,
Él estuvo presente literalmente con Adán y Evan en el Jardín del Edén. ¡Que día
debió haber sido!
Así, el Calendario
hebreo calculado—el cual determina cuando deben ser guardados las
Fiestas y Días Santos de Dios—está basado en la actividad creativa de Dios como
se registra en Génesis uno y dos.
Durante los últimos 150 años o así,
Dios ha revelado una gran cantidad de verdad bíblica a Su pueblo, la Iglesia de
Dios colectiva. Esto incluye el significa del “Misterio de Dios.” En verdad, Daniel
12:9-10 está siendo cumplido: El pueblo de Dios, los sabios, están incrementando
en entendimiento.
Por nuestra parte, desde 1983, la
Iglesia de Dios Cristiana y Bíblica ha producido cientos de mensajes de
audio acerca de las Fiestas y Días Santos de Dios. Esta información también ha
sido incluida en los siguientes libros:
1) La Pascua Cristiana
2) El día que Jesús el
Cristo murió
3) Una armonía de los
Evangelios en el Ingles moderno—la vida de Jesucristo
4) Festivos ocultos o Días
Santos de Dios—¿Cuales?
5) El Plan de Dios para la
humanidad revelado por Su Sábado y Días Santos
6) Los tiempos señalados de Jesús
el Mesías
7) La Santa Biblia en su
orden original—una Versión Fiel con comentario
Colectivamente, estos materiales
explican el plan de Dios para la humanidad—lo que la Biblia se refiere
como el “Misterio de Dios.” (Por favor vea el resumen de las Fiestas y Días
Santos de Dios en las páginas siguientes.)
Hermanos, gracias por su amor y
oraciones por todo el pueblo de Dios—y por nosotros. Gracias por su soporte
continuo con sus diezmos y ofrendas. Como un pequeño ejercito, estamos
defendiendo y predicando la verdadera “fe de Jesucristo.” Estamos
haciendo una diferencia en el mundo, y a los hermanos. Que Dios el Padre y
Jesucristo los bendiga con una temporada de Fiestas de otoño maravillosa, y que
Ellos continúen bendiciéndolos con amor, gracia y misericordia en todas las
cosas.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC
Un resumen de las Fiestas
Anuales de Dios y los Días Santos
Las Escrituras enseñan que hay siete
Fiestas anuales y Días Santos los cuales fueron ordenados por Dios para ser
observados como convocaciones especiales ordenadas. Estas Fiestas y Días Santos
representan el plan de salvación de Dios para la humanidad. La observancia de
estas santas convocaciones es una señal entre Dios y Su pueblo. Las Fiestas
anuales de Dios y Días Santos fueron observadas por Su pueblo durante los
tiempos del Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento, encontramos que todo el
ministerio de Jesucristo estuvo centrado alrededor del significado espiritual
de esos Días Santos. La Iglesia apostólica del Nuevo Testamento observó fielmente
estas Fiestas anuales y Días Santos. Las Escrituras revelan que ellas serán
observadas por toda la humanidad después del regreso de Jesucristo.
Los días santos son días de Reposo
anuales que pueden caer en cualquier día de la semana (menos Pentecostés, que
siempre cae en domingo). Cuando un día santo cae en un día de Reposo semanal,
la observancia especial del día santo anual toma precedencia. Las fiestas y
días santos de Dios son guardados de ocaso a ocaso, conforme al calendario
hebreo calculado y preservado por los Judíos Levitas. Las siete fiestas anuales
y días santos son los siguientes:
Lista de todos los Días y Fiestas de Dios
ordenados
Fiesta / Día Santos
|
Fecha de observancia Escritural
|
Planes para la humanidad Antiguo Testamento (AT) y Nuevo
Testamento (NT)
|
1) Pascua
|
Día 14 del primer mes
(Nisan, también llamado Abib)
· No es un Día Santo
· Observado desde la noche anterior
|
AT: Las promesas y pacto de Dios con Abraham. Dios salvó
al primogénito de Israel y juzgó a los dioses de Egipto. NT: El amor
de Dios revelado. Jesucristo, el único Hijo engendrado de Dios el Padre, como
el verdadero Cordero de Pascua de Dios, murió por los pecados del mundo. Remisión
de pecados a través de Su sangre—Su muerte por la suya. El Nuevo Pacto a través
del cuerpo y sangre de Jesús—vida eterna.
|
2) Panes sin Levadura (7 días)
|
Del 15 al 21 del primer mes (el 15 y 21
son Días Santos)
|
AT: Dios ratificó Su pacto con Abraham. Dios guió a los
hijos de Israel fuera de Egipto a la Tierra Prometida. NT: Cristianos están
sin levadura en Cristo, vencer el pecado por el poder del Espíritu Santo y
caminar en novedad de vida—guardando los mandamientos de Dios. Ellos son
simiente espiritual de Abraham.
|
3) Pentecostés
|
Contados anualmente
* 50 días son contados, comenzando con el
primer día de la semana durante los Días de Panes sin levadura. La Fiesta es
observada en el día 50, el cual siempre cae en el primer día de la semana.
|
AT: Israel recibió la Ley en el Monte Sinaí. Los
primeros frutos de la cosecha de la cebada y trigo. NT: La Iglesia recibió
el Espíritu Santo. Los cristianos son los primeros frutos para Dios—en la
primera resurrección.
|
4) Trompetas
|
Primer día del séptimo mes
|
AT: Memorial de trompetas, Dios poniendo Su presencia en
el templo. NT: El triunfo de Dios sobre Satanás y todo el mal. Cristo
y los Santos regresan a la tierra desde el Mar de Vidrio.
|
Fiesta / Día Santos (continuación)
|
Fecha de observancia Escritural
|
Planes para la humanidad Antiguo Testamento (AT) y
Nuevo Testamento (NT)
|
5) Expiación
|
Décimo día del séptimo mes
|
AT: Con sacrificios animales especiales el Sumo
Sacerdote expiaba por los pecados de Israel. NT: Satanás removido y
atado; el sacrificio de Jesucristo aplicado a todo persona del mundo. Los
santos como seres espirituales en uno con Dios el Padre y Jesucristo.
|
6) Tabernáculos
(7 días)
|
Del 15 al 21 del séptimo mes (el 15 es un
Día Santo)
|
AT: Memorial de Israel vagando en el lugar desolado. El
descanso de Israel en el tiempo de Salomón. NT: Jesucristo—Dios en la
carne—habitando con la humanidad. Cristo por el Espíritu de Dios habitando en
los santos. Los santos esperando cuerpos espirituales—cuerpos físicos
temporales. Reinado de 1000 años de Cristo y los santos.
|
7) Ultimo Gran Día
|
Día 22 del séptimo mes (un Día Santo)
|
AT: La recompensa de las bendiciones de Dios a Israel. NT:
1) Segunda resurrección: Fase 1—oportunidad para salvación; Fase 2—juicio
final del malvado echado en el lago de fuego. 2) Nuevo cielo y tierra. 3) Nueva
Jerusalén llega a la tierra. 4) Comienza el Plan de Dios para el resto de la
eternidad.
|