La Gracia de Dios
en el Nuevo Testamento
por
Fred R. Coulter
www.iglesiadedioscristianaybiblica.org
Nota: Todas las Escrituras han sido traducidas de The Holy Bible In Its
Original Order (La Santa Biblia en Su orden Original), primera
edición.
Entender
la GRACIA de Dios tal como es revelada en el Nuevo Testamento es comprender
unos de los más maravillosos atributos de Dios; y es la CLAVE para una relación
personal y profunda entre Dios el Padre y cada cristiano, a través de
Jesucristo.
¡La
GRACIA de Dios expresa la GRANDEZA DE SU AMOR y la riqueza de Su
misericordia! Vivir dentro y bajo la GRACIA de Dios es experimentar y apreciar
el AMOR fantástico de Dios y Su bondadosa misericordia.
Contrario
a las especulaciones religiosas, la gracia no es solamente una creencia
teológica o tema de argumento que traza líneas de batalla de denominaciones; de
hecho, ¡la GRACIA DE DIOS significa LA MISMA VIDA! Sin gracia no habría salvación,
NI CRISTIANISMO...¡NI VIDA ETERNA!
En
verdad, la GRACIA ES EL FUNDAMENTO del verdadero cristianismo. El
Nuevo Testamento revela que la GRACIA de Dios el Padre es una cualidad que TODO
LO ABARCA.
La
GRACIA de Dios tiene un significado tremendo para aquellos que en verdad la
entienden. A través de Jesucristo, el regalo de la GRACIA de Dios es otorgado
para que podamos CRECER hacia Él, Jesucristo—el HIJO DE DIOS—quién es la CABEZA
de la iglesia de Dios, en TODAS LAS COSAS.
La
VERDAD Bíblica es que Dios el Padre, a través de Su GRACIA y salvación,
compartirá Su vida eterna, su existencia y gloria con todos los seres humanos
que verdaderamente lo aman con todo su corazón, mente y ser.
El
potencial de nuestro destino para llegar a ser literalmente hijos de Dios a
través la GRACIA de Dios es la más INCREÍBLE y menos entendida VERDAD de
la Biblia. El apóstol Juan escribió, “¡He aquí! ¡Que glorioso
amor nos ha dado el Padre, que deberíamos ser llamados los hijos de Dios! Por
esta misma razón, el mundo no nos conoce porque no lo conoce a El. Amados,
ahora somos los hijos de Dios, y no ha sido revelado aun lo que seremos; pero
sabemos que cuando El sea manifestado, seremos como El, porque Lo veremos
exactamente como El es.” (I Juan 3:1-3).
Por
esto fue que Pedro fue inspirado a exhortarnos a CRECER en LA GRACIA y
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. “...estén
creciendo en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. A El sea la gloria ahora y en el día de la
eternidad.” (II Pedro 3:18).
La gracia está basada en el amor
El
amor es la base para la relación y compañerismo entre Dios del Padre,
Jesucristo y la persona que ha sido llamada a la salvación. DIOS ES AMOR. “Aquel que no ama no conoce a Dios porque ¡DIOS ES AMOR!. En
esta manera el amor de Dios fue manifestado hacia nosotros: que Dios
envió Su único Hijo engendrado al mundo, para que pudiéramos vivir a través de
El. En este acto esta EL AMOR—no que nosotros amamos a Dios; sino, que
El nos amó y envió a Su Hijo para ser la propiciación por nuestros
pecados. Amados, si Dios nos amó tanto, nosotros también estamos obligados a
amarnos unos a otros. Nadie ha visto a Dios en ningún momento. Aun así,
si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros, y Su propio amor es
perfeccionado en nosotros.” (I Juan 4:8-12).
¡Nuestra
relación con Dios DEBE estar basada en el AMOR! “Y
AMARÁN al Señor su Dios con TODO su corazón, y con TODA su alma, y con
TODA su mente, y con TODA su fuerza.’ Este es el primer mandamiento.”
(Marcos 12:30). ¡El AMOR es el FUNDAMENTO de la gracia y sin éste fundamento
no hay NADA!
Como
tal, la GRACIA es la principal cualidad o atributo; la primera extensión o
expresión del AMOR DE DIOS. Por tanto, la GRACIA, es la principal cualidad y
función de la relación espiritual y el compañerismo entre Dios el Padre y la
persona que Él llama a través de Jesucristo.
La definición de gracia en el Nuevo Testamento
La
GRACIA, como es revelado el Nuevo Testamento, tiene una aplicación y
significado extenso. GRACIA viene de la palabra Griega, “CHARIS,” que
significa: “La gracia, el favor y la bendición divina de Dios; cuidado graciable,
ayuda, buena voluntad, beneficio, regalo, bondad, donación y dotación” (Léxico
Griego de Arnt y Gingrinch). Por tanto, gracia, es una palabra multifacética,
mostrando muchos aspectos del AMOR graciable de Dios el Padre como es
manifestado misericordiosamente a través de Jesucristo.
La gracia de Dios el Padre solamente viene a través de Jesucristo
La
GRACIA de Dios, como esta revelada a través de Jesucristo, fue profetizada por
los profetas del Antiguo Testamento. “En esto ustedes mismos
se alegran grandemente; aunque por el momento, si es necesario, están en
aflicción por un rato sometidos a varias pruebas; para que la prueba de su fe,
la cual es mucho mas preciosa que el oro que perece, aunque está siendo
probada por fuego, pueda ser encontrada hacia alabanza y honor y gloria en la
revelación de Jesucristo; a Quien, no habiendo visto, ustedes aman; en
Quien, aunque por el momento no Lo ven, creen, y se alegran con gozo
indecible, y llenos con gloria; y están recibiendo el fin de su fe—la
salvación de sus almas; concerniente a tal salvación los profetas que
profetizaron de LA GRACIA que vendría a ustedes han diligentemente
buscado y atentamente preguntado, buscando en que forma y que manera de
tiempo estaba indicando el Espíritu de Cristo el cual estaba en ellos,
testificando de antemano de los sufrimientos de Cristo, y esas glorias que
seguirían; a quienes fue esto revelado, no para si mismos, sino que
ellos estuvieron ministrando estas cosas para nosotros, las cuales ahora les
han sido anunciadas por aquellos que les han predicado el evangelio por el
Espíritu Santo, enviado desde el cielo—dentro de tales cosas los ángeles desean
mirar. Por esta razón, estén preparados en sus mentes, sean auto controlados, y
estén esperando totalmente en LA GRACIA que les será traída en la
revelación de Jesucristo.” (I Pedro 1:6-13).
La
primera venida de Jesucristo fue una expresión de amor por Dios el Padre
revelando Su gracia y salvación a través del nacimiento, vida, crucifixión,
muerte y resurrección de Jesucristo. Por eso fue que Juan escribió que, “Por
este mismo acto hemos conocido EL AMOR DE DIOS.”
“Porque Dios amó tanto al mundo, que dio Su único Hijo
engendrado, para que todo el que crea en El… [Griego: pisteuon eis,
aquel que está creyendo a Él. Esta creencia es una profunda interacción,
fe y creencia dinámica. Esta clase de creencia es más que un concepto mental,
es una interacción espiritual entre el creyente y Jesucristo]… no pueda morir, sino pueda tener vida eterna.” (Juan
3:16).
Jesucristo
es la expresión completa de la GRACIA y verdad de Dios. “Y la Palabra se hizo carne, e hizo tabernáculo entre
nosotros (y nosotros mismos vimos Su gloria, la gloria como del único
engendrado con el Padre), lleno de GRACIA y VERDAD..... Y de Su plenitud todos
hemos recibido, y gracia sobre gracia… LA GRACIA Y LA VERDAD
vinieron a través de Jesucristo” (Juan 1:14,16-17).
¡Una
multitud de bendiciones espirituales fluyen para cada cristiano como resultado
del AMOR Y GRACIA DE DIOS! Esto es como estar debajo de una cobertura
protectora o una sombrilla de refugio. Las bendiciones de la gracia de Dios
incluyen: El llamado personal de Dios el Padre, amor, arrepentimiento, perdón,
justificación, santificación; el recibimiento del Espíritu Santo de Dios,
misericordia, compasión, bendiciones, esperanza, fe, gozo, salvación,
redención, guardar los mandamientos y leyes de Dios en el espíritu de la ley.
¡Y finalmente el regalo de Dios de la vida eterna, como un mismísimo hijo o
hija espiritual de Dios el Padre nacido en la Familia de Dios en la
resurrección!
Somos llamados a través de la gracia
El
llamado de Dios es el principio de Su gracia en nuestra vida. Dios el Padre
personalmente inicia nuestro llamado, acercándonos espiritualmente a Él con Su
Espíritu Santo, a través de Jesucristo.
“Nadie puede… [Griego, dunamai tener el poder o
habilidad dentro de uno mismo]… venir a Mí…
[Jesucristo]… a menos que el Padre, Quien Me envió, lo
LLAME… [alcance y traiga, o seleccione]... (Juan 6:44).
Pablo
entendió esto y lo explica muy claramente: “Entonces
estamos obligados a dar gracias a Dios siempre concerniente a ustedes,
hermanos, quienes son amados por el Señor, porque Dios desde el
comienzo los ha LLAMADO hacia salvación a través de la santificación del Espíritu
y creencia de la verdad hacia la cual El los LLAMÓ por nuestro evangelio
para la obtención de la gloria de nuestro Señor Jesucristo...Entonces pueda
nuestro Señor Jesucristo, y Dios—incluso nuestro Padre, Quien nos amó y nos dio
ánimo eterno y buena esperanza a través de la GRACIA— animar sus
corazones y establecerlos en cada buena palabra y obra.” (II Tesalonicenses
2:13-17).
Gálatas
1:15 muestra que Pablo fue llamado por GRACIA. “...[Dios el Padre] me llamó por Su gracia.”
Aquí,
el apóstol Pablo está mostrando que el llamado de Dios es cumplido a través
de la operación de la GRACIA de Dios el Padre. Esta es una de las funciones de
Su misericordia e intervención graciable en nuestras vidas.
Creemos en Jesucristo través de la gracia
Por
todo el Nuevo Testamento, la creencia en el Señor Jesucristo es mostrada
como absolutamente necesaria para la salvación. Juan fue
inspirado a escribir, “Pero estos han sido escritos,
para que puedan creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y que creyendo
puedan tener vida a través de Su nombre.” (Juan 20:31).
¿De
dónde viene esta creencia en Jesucristo? ¿La tenemos o la poseamos nosotros?
¿Cómo es que llegamos a creer? ¿La encontramos? ¡No, no lo hacemos!
De
hecho, no podemos encontrar esta creencia nosotros mismos. ¡Creemos en
Jesucristo, nuestro Salvador a través de la GRACIA de Dios! “...y [Apolos] después de
llegar [a Acaya], ayudó grandemente a aquellos que
habían creído A TRAVÉS DE LA GRACIA” (Hechos 18:27).
Como
vemos, es a través de la GRACIA de Dios, Su bendición y bondad, lo
que hace posible esta creencia.
Arrepentimiento y gracia
La
gracia de Dios es magnánimamente otorgada sobre nosotros dirigiéndonos al
arrepentimiento: “¿O desprecian las riquezas de su
bondad e indulgencia y paciencia, no sabiendo que LA GRACIA DE DIOS LOS GUÍA AL
ARREPENTIMIENTO?” (Romanos 2:4).
Entonces,
es a través de la gracia de Dios que somos guiados a ver la maldad de nuestra propia
naturaleza humana. ¡Somos capaces, con el Espíritu de Dios, de comprender la dimensión
y consecuencias de nuestros pecados!
¡A
través de la gracia de Dios, Él nos guía a entender las profundidades de
nuestro ser y que es pecado verdaderamente! El apóstol Juan escribió una
definición clara de pecado: “Todo aquel que practica
pecado esta también practicando ilegalidad, pues pecado es ilegalidad.”
(I Juan 3:4).
Cuando,
a través de la GRACIA de Dios, caemos en cuenta que nuestros pecados causaron
la muerte de Jesucristo; Él nos otorga el arrepentimiento. “Y después de escuchar estas cosas, estaban mudos; y
glorificaron a Dios, diciendo, “Entonces para los gentiles ciertamente Dios
también ha otorgado arrepentimiento hacia vida.” (Hechos 11: 18).
Esta
clase de arrepentimiento piadoso es un resultado de la intervención personal de
Dios el Padre en nuestras vidas. Mientras puede que no sea tan directo como lo
fue en la vida de Job, donde Dios le habló personalmente a Job, no obstante
podemos aprender de su ejemplo y arrepentimiento.
“Y Job le respondió al SEÑOR y dijo, ‘Se que puedes hacer
todas las cosas, y que ningún pensamiento puede ser retenido de Ti....He
escuchado de Ti por el oír del oído; pero ahora mis ojos Te ven…
[entender la grandeza, bondad, misericordia y gracia de Dios comparado a su
propia miseria pecaminosa]… Por tanto me aborrezco, y me
arrepiento en polvo y cenizas.’ ” (Job 42:1-2,5-6).
Esta
clase de arrepentimiento profundo y sincero es parte de la gracia Dios, y solo Él
la puede otorgar.
La gracia y el perdón de los pecados
Cuando
nosotros, en arrepentimiento, en fe, aceptamos el sacrificio de
Jesucristo como el pago total por nuestros pecados, esos pecados son puestos
sobre Él, porque solo Él pagó el precio por nuestros pecados a través de Su
crucifixión, muerte y resurrección. Cuando a través de la gracia de Dios somos guiados
al arrepentimiento, debemos entonces ser sepultados en la muerte de
Jesucristo a través del bautismo en agua.
Pablo
escribió de esta muerte: “¿Qué diremos entonces?
¿Continuaremos en pecado, para que la gracia pueda abundar? ¡NUNCA PUEDA SER!
Nosotros quienes morimos al pecado, ¿Cómo viviremos mas en el? ¿O son ustedes
ignorantes que nosotros, como tantos que fuimos bautizados en Cristo Jesús,
fuimos bautizados en Su muerte? Por tanto, fuimos sepultados con El a través
del bautismo en la muerte; para que, así como Cristo fue levantado de los
muertos por la gloria del Padre, en la misma forma, deberíamos también caminar
en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos juntamente en la semejanza de
Su muerte, así también lo seremos en la semejanza de Su
resurrección. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue co-crucificado con El,
para que el cuerpo de pecado pudiera ser destruido, para que ya no pudiéramos
ser esclavizados al pecado; porque quien ha muerto al pecado ha sido
justificado del pecado. Entonces si morimos junto con Cristo, creemos que
también viviremos con El” (Romanos 6:1-8).
¡En
este punto, cada pecado que hemos cometido es totalmente y completamente
perdonado a través de la maravillosa GRACIA de Dios!
“En Quien tenemos redención a través de Su sangre, incluso
la remisión de los pecados, de acuerdo a las riquezas de SU GRACIA”
(Efesios 1:7).
El
apóstol Pablo escribió, “Porque todos hemos pecado, y estamos
destituidos de la gloria de Dios; pero estamos siendo justificados
gratuitamente por Su gracia a través de la redención que está en Cristo
Jesús; a Quien Dios ha manifestado abiertamente ser una propiciación
a través de la fe en Su sangre, para demostrar Su justicia, respecto
a la remisión de pecados pasados.” (Romanos 3:23-25).
Sin
embargo, porque todavía estamos en la carne, tenemos la debilidad de la carne y
las tentaciones y los arrastres de la naturaleza humana están aún activos, nos
encontramos aún pecando, aunque no queremos pecar. Pero, porque todavía estamos
firmes en esta gracia y se nos ha imputado el regalo de la justicia, Dios nos
guía al arrepentimiento de nuestros pecados para que podamos tener perdón.
El
apóstol Juan escribió que si continuamos caminando en el camino de Dios, la
GRACIA de Dios es misericordiosamente y desinteresadamente
extendida cuando nos arrepentimos y confesamos nuestros pecados. “Sin embargo, si caminamos en la luz, como El está en la luz,
entonces tenemos compañerismo unos con otros, y la sangre de Jesucristo,
Su propio Hijo, nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado,
estamos engañándonos a nosotros mismos, y la verdad no esta en nosotros. Si
confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo, para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda injusticia.....tenemos un Abogado con el Padre,
Jesucristo el Justo; Y El es la propiciación por nuestros
pecados; y no solamente por nuestros pecados, sino también por los pecados
del mundo entero” (I Juan 1:7-9, 2:1-2).
Este
indulto y perdón misericordioso de nuestros pecados, a través de la sangre de
Jesucristo, revela la bondad y gracia de Dios el Padre hacia nosotros. Por esto
no continuamos viviendo en pecado.
El
apóstol Pablo escribió, “¿Qué diremos entonces?
¿Continuaremos en pecado, para que la gracia pueda abundar? ¡NUNCA PUEDA SER!
Nosotros quienes morimos al pecado… [a través
de la GRACIA y MISERICORDIA de Dios]… ¿Cómo viviremos
mas en el?” (Romanos 6:1-2).
Justificación a través la gracia
La
Justificación es el acto de Dios el Padre por el cual nosotros como pecadores
somos justificados de la penalidad del pecado. Este proceso es llamado “una ley de fe” (Romanos 3:27). ¡La vida de Jesucristo
y Su sacrificio son imputados a aquellos que son llamados por Dios! Después del
arrepentimiento sincero y profundo, el bautismo a través de la sumersión en
agua y la imposición de manos para recibir el Espíritu Santo, Él perdona
nuestros pecados a través de la sangre de Jesucristo. ¡Entonces somos aceptados
individualmente como si cada uno de nosotros fuéramos Jesucristo mismo! Esta
justificación significa que hemos sido puestos en una relación espiritual recta
con Dios el Padre en el cielo arriba. Dios el Padre imputa la justicia,
significando que Él nos esta otorgando la misma justicia de Jesucristo. Este es
el regalo de justicia el cuál recibimos a través de la gracia abundante del
Padre (Romanos 4:24; 5:17).
¡Así
es como un pecador arrepentido es justificado de sus pecados y puesto EN
UNA RELACIÓN CORRECTA CON DIOS EL PADRE!
De
todos los múltiples aspectos de la GRACIA de Dios, la JUSTIFICACIÓN con
el subsecuente regalo de justicia espiritual, es el más importante
mientras estamos viviendo en la carne. “Porque
nosotros también fuimos una vez tontos, desobedientes, engañados, sirviendo
toda clase de lujurias y placeres, viviendo en malicia y envidia, odiosos y
odiando uno al otro. Pero cuando la gracia y el amor de Dios nuestro Salvador
hacia el hombre apareció, no por obras de justicia las cuales practicábamos,
sino de acuerdo a SU MISERICORDIA El nos salvó, a través del lavado de
regeneración y la renovación del Espíritu Santo, el cual El derramó
sobre nosotros ricamente a través de Jesucristo nuestro Salvador; para que,
HABIENDO SIDO JUSTIFICADOS POR SU GRACIA, llegáramos a ser herederos de acuerdo
a la esperanza de vida eterna.” (Tito 3:3-7).
Este
ese el regalo gratuito de la gracia a través de Jesucristo. “Pero ¿no debería el regalo gratuito ser igual
como lo fue la ofensa? Porque si por la transgresión de aquel hombre
muchos murieron, ¿Cuanto más abundó a muchos la gracia de Dios, y el regalo
de gracia, el cual es por aquel hombre, Jesucristo?” (Romanos
5:15).
Solo
Él fue perfectamente justo en el espíritu de la ley, en perfecto amor y
perfecta devoción a Dios el Padre. Solamente Él calificó. Aquí hay una
verdad espiritual profunda: NUNCA NADA PUEDE SUSTITUIR LA VIDA, SACRIFICIO,
MUERTE, Y RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO—¡NADA! Por esto es que la
justificación viene a través de la gracia por Jesucristo.
La justificación trae reconciliación
La
justificación de pecados pasados, a través del sacrificio de Jesucristo, nos
reconcilia con Dios el Padre. No solamente Él perdona nuestros pecados, sino
que Dios el Padre realmente imputa la JUSTICIA de Jesucristo a nosotros.
“Y todas las cosas son de Dios [el Padre], Quien nos ha reconciliado con EL MISMO a través de
Jesucristo, y nos ha dado el ministerio de RECONCILIACIÓN; el cual es,
que Dios [el Padre] estuvo en Cristo
[Juan 14:10], RECONCILIANDO al mundo para SI
MISMO, no imputándoles sus transgresiones; y nos ha confiado este
mensaje de reconciliación... Les rogamos en nombre de Cristo, ‘ESTÉN
RECONCILIADOS CON DIOS.’ Porque El [Dios el Padre] hizo que Quien [Jesucristo]
NO CONOCIÓ PECADO ser pecado por nosotros, para que PUDIERAMOS LLEGAR A
SER LA JUSTICIA DE DIOS en El.” (II Corintios 5:18-21).
Solo Dios el Padre puede extender esta graciable
reconciliación a nosotros. ¡Es un regalo de gracia! Tal relación especial
de tener la justicia de Jesucristo gratuitamente imputada a nosotros no puede
ser ganada a través de ninguna clase de obra. ¡Jesucristo la ha ganado para
nosotros! ¡Es el regalo gratuito de Dios el Padre a través de Su GRACIA!
“Pero Dios nos encomienda Su propio AMOR porque, cuando
éramos aun pecadores, Cristo murió por nosotros. Mucho mas, por tanto, habiendo
sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira por medio de
El. Porque si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios a través
de la muerte de Su propio Hijo, mucho más entonces, habiendo sido
reconciliados, seremos salvos por Su vida. Y no solo esto, sino también nos
gloriamos en Dios a través de nuestro Señor Jesucristo, por Quien hemos
recibido ahora la reconciliación.” (Romanos 5:8-11).
¡A
través de la operación del amor y gracia de Dios El Padre, El nos redime de la
muerte por el pecado y a través de Su gracia y Espíritu Santo, nos extiende la
vida eterna a través de Jesucristo!
El pecado de Adán trajo muerte
La gracia de Dios trae vida eterna
Pablo
contrasta el pecado de Adán con la justificación de Dios a través de Su GRACIA.
El pecado de Adán trajo muerte a todos los hombres; la GRACIA de
Dios traerá VIDA ETERNA a través de Jesucristo. “Pero
¿no debería el regalo gratuito ser igual como lo fue la ofensa?
Porque si por la transgresión de aquel hombre muchos murieron, ¿Cuanto más abundó
a muchos la gracia de Dios, y el regalo de gracia, el cual es por
aquel hombre, Jesucristo? Y ¿No debería el regalo gratuito [de
gracia] ser
como el regalo que vino por aquel que había pecado? Porque por un lado,
juicio fue por uno hacia condenación; pero por otro lado, el regalo
gratuito [de gracia] es por uno para la justificación de muchas ofensas. Porque si
por la ofensa de aquel hombre… [el pecado de Adán]… muerte reinó por aquel, ¿Cuanto mas aquellos que reciben la
abundancia de gracia y el regalo de justicia reinarán en vida por aquel, Jesucristo.) Así entonces, incluso
como por aquella trasgresión condenación vino a todos los hombres, en la
misma manera también, por el acto de justicia… [la vida, crucifixión,
muerte y resurrección de Jesucristo]… justificación de
vida vendrá a todos los hombres. Porque incluso como por la
desobediencia de aquel hombre muchos fueron hechos pecadores, en la misma
manera también, por la obediencia de aquel Hombre muchos serán justificados.
Mas aún, la ley entró, para que la trasgresión pudiera abundar; pero donde el
pecado abundó, la gracia de Dios sobreabundó; para que incluso
como el pecado ha reinado hacia muerte, así también pudiera la gracia de
Dios reinar mediante justicia hacia vida eterna a través de Jesucristo
nuestro Señor.” (Romanos 5:15-21).
En
el plan de Dios el Padre y en Su tiempo, como esta demostrado por los Días Santos,
Él extenderá una oportunidad a cada persona para recibir el regalo de perdón y
gracia hacia vida eterna.
Los cristianos permanecen en gracia
Los
cristianos en realidad permanecen en un estado “continuo” o condición de
GRACIA delante de Dios. “Por tanto, habiendo sido
justificados por fe… [esto es, puestos
en posición correcta con Dios a través del perdón de pecados por la sangre de
Jesucristo]… tenemos paz con Dios a través de nuestro
Señor Jesucristo. A través de Quien también tenemos acceso por fe dentro a
esta gracia en la cual permanecemos, y nos gloriamos en la esperanza
de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino también nos gloriamos en las
tribulaciones, dándonos cuenta que la tribulación da a luz
resistencia, y la resistencia da a luz carácter, y el
carácter da a luz esperanza. Y la esperanza de Dios nunca nos avergüenza
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones a través del
Espíritu Santo, el cual nos ha sido dado.” (Romanos 5:1-5).
Estando
en este continuo estado de gracia, el regalo gratuito de Dios, es como somos
capaces de permanecer delante de Dios en Cristo Jesús nuestro Señor.
“Porque han sido salvos por gracia”
El
Nuevo Testamento revela que hay tres fases o pasos de salvación. Todas
las tres fases de salvación son a través de GRACIA, “porque han sido salvos
por gracia.”
La
primera fase es siendo salvo de nuestros pecados pasados como esta
revelado en el Segundo Capítulo de Efesios. Lo que está siendo discutido no es la
resurrección como el aspecto de la salvación, sino la fase de inicio de la salvación;
siendo salvos de nuestros pecados.
“Ustedes estaban muertos en transgresiones y pecados, en los
cuales caminaron en tiempos pasados de acuerdo al curso de este mundo, de
acuerdo al príncipe del poder del aire, el espíritu que esta ahora trabajando
dentro de los hijos de desobediencia; entre quienes también todos nosotros una
vez tuvimos nuestra conducta en las lujurias de nuestra carne, haciendo las
cosas deseadas por la carne y por la mente, y éramos por naturaleza los
hijos de ira, así como el resto del mundo. Pero Dios, Quien es rico en
MISERICORDIA, por causa de Su GRAN AMOR con el cual nos AMÓ, aun cuando estábamos
muertos en nuestras ofensas, nos ha dado vida junto con Cristo. (Porque
HAN SIDO SALVOS POR GRACIA).” (Efesios 2:1-5).
¿De
qué habían sido ellos salvos? ¡El contexto nos da la repuesta! Ellos
habían sido salvos de estar muertos “en transgresiones y pecados”, de
“la ira” de Dios y del “príncipe del poder del aire”—Satanás y su influencia en
sus vidas. Esta es la PRIMERA fase del proceso de salvación, a través de la
gracia de Dios.
Ciertamente
Pablo proyecta al cumplimiento de la salvación, en anticipación de estar en el
Reino de Dios, pero él claramente muestra que esto va a ocurrir en los siglos
que vienen, y NO en aquel tiempo o ahora.
Continuando
en versículo 6, “Y nos ha levantado juntos y nos
ha hecho sentar juntos en los lugares celestiales en Cristo Jesús,”
¿Pero CUÁNDO ocurrirá esto? ¿Fue en aquel tiempo? ¿Es ahora en este tiempo?
¿Cuándo? ¡La repuesta es dada en el versículo 7! “Para
que en LOS SIGLOS QUE VIENEN pudiera mostrar las excesivas riquezas de SU
GRACIA en Su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.” (versículo
7).
Jesús
les dijo a los apóstoles que ellos se sentarían con Él a Su mesa después que Él
regresara y trajera el Reino de Dios. “Y Yo les
asigno, como Mi Padre Me ha asignado, un reino; para que puedan comer y beber
en Mi mesa en Mi reino, y puedan sentarse sobre tronos [celestiales] juzgando las doce tribus de Israel.” (Lucas
22:29-30).
Los
cristianos después de la resurrección en realidad se sentarán en tronos
celestiales con Jesucristo después de Su segunda venida. “Y vi tronos; y a los que se sentaron sobre ellos, y
juicio les fue dado... y vivieron y reinaron
con Cristo mil años. (Pero el resto de los muertos no vivieron de nuevo hasta que
los mil años fueron completados.) Esta es la primera resurrección. Bendito
y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; sobre este la
segunda muerte no tiene poder. Sino que serán sacerdotes de Dios y de
Cristo, y reinarán con EL mil años” (Apocalipsis 20:4-6).
Pablo
quiere que entendamos que no podemos salvarnos nosotros mismos por ningún
medio, es regalo de Dios. “Porque por gracia han sido
salvos [de sus pecados pasados y transgresiones y de Satanás el diablo] a través de fe, y esta no es de ustedes mismos; es
el regalo de Dios, no de obras, para que nadie pueda jactarse. Porque somos Su
hechura, creados en Cristo Jesús hacia las buenas obras que Dios ordenó
de antemano para que pudiéramos caminar en ellas.” (Efesios 2:8-10).
La
GRACIA de Dios NOS OBLIGA a vivir y caminar en esas BUENAS OBRAS. ¿Cuales son
estas buenas obras? Jesús claramente las definió para nosotros en el sermón del
monte como se encuentra en Mateo cinco, seis y siete.
La
segunda fase de salvación es el proceso de crecimiento y
superación cristiano. Mientras vivamos en el CAMINO DE VIDA DE DIOS, por
cada palabra de Dios, a través del poder del Espíritu Santo, estamos
desarrollando carácter piadoso.
¡Pablo
les dijo a los Corintios que ellos estaban siendo salvos si permanecían y
vivían en las enseñanzas de Dios! “Ahora estoy
declarándoles, hermanos, el mismo evangelio que les proclamé, el cual también
recibieron, y en el cual ahora están permaneciendo; por el cual también
ESTÁN SIENDO SALVOS, si se están aferrando a las palabras [del
evangelio] que les proclamé…” (I Corintios
15:1-2).
Esta
es la parte de la salvación la cuál debe ser trabajada por los individuos con
el poder de el Espíritu Santo en ellos. Esto es hecho diariamente mientras se
crece en la gracia y conocimiento de Jesucristo y vive en el camino de Dios. “Así entonces, mis amados, incluso como ustedes SIEMPRE HAN
OBEDECIDO, no como en mi presencia solamente, sino ahora mucho mas en mi
ausencia, TRABAJEN SU PROPIA SALVACIÓN con temor y temblor. Porque es Dios
quien trabaja en ustedes es querer como el hacer de acuerdo a Su
buena voluntad.” (Filipenses 2:12-13).
Una
vez estamos bajo la gracia de Dios, debemos esforzarnos para hacer la buena voluntad
de Dios. “Por cuya causa estamos también orando
continuamente por ustedes, para que nuestro Dios pueda contarlos dignos de su
llamado, y pueda cumplir en ustedes toda la buena voluntad de Su
bondad, y el trabajo de fe con poder; para
que el nombre de nuestro Señor Jesucristo pueda ser glorificado en ustedes, y
ustedes en El, de acuerdo a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.”
(II Tesalonicenses 1:11-12).
La
tercera fase de la salvación es la resurrección al regreso de
Jesucristo cuando “seremos salvos.” “Porque aún cuando
estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado Cristo murió por los impíos.
Porque raramente alguien morirá por un hombre justo, aunque de pronto alguien
pueda tener el coraje incluso de morir por un buen hombre. Pero Dios nos encomienda
Su propio amor porque, cuando éramos aun pecadores, Cristo murió por nosotros. Mucho
mas, por tanto, habiendo sido ahora justificados por Su sangre, seremos
salvos de la ira por medio de El. Porque si, cuando éramos enemigos, fuimos
reconciliados con Dios a través de la muerte de Su propio Hijo, mucho más entonces,
habiendo sido reconciliados, seremos salvos por Su vida.”
(Romanos 5:6-10).
Pablo
clarificó esto cuando escribió, “...aparecerá la
segunda vez sin pecado hacia salvación para aquellos que están esperándolo
ansiosamente” (Hebreos 9:28). En la resurrección el proceso de salvación
será finalizado. “Por esto, soporto todas las cosas
por el amor de los elegidos para que puedan obtener LA SALVACIÓN que es
en Cristo Jesús con gloria eterna.” (II Timoteo 2:10).
Justo
antes de morir, el apóstol Pablo sabía que su salvación sería completa en la
resurrección. “De ahora en adelante, una
corona de justicia es guardada para mí, la cual el Señor, el Juez justo, me
dará en aquel día [el día de la resurrección]—y
no solo a mi, sino también a todos que aman Su aparición.” (II Timoteo
4:8).
Recibimos
salvación a través de la gracia de Dios. Como hemos visto, el proceso es
cumplido en estas tres fases. Uno, “Ha sido salvo.” Dos,
“Está siendo salvo.” Tres, “Será salvo.”
La
MAXIMA bendición de la GRACIA de Dios es VIDA ETERNA a través de la
resurrección. Esto solamente puede ser comprendido como Pablo expresó, “¡LAS INCOMPARABLES
RIQUEZAS DE GRACIA!”
Necesitamos
apreciar profundamente el AMOR de Dios y Su GRACIA con todo nuestro corazón.
Necesitamos acercarnos a Dios el Padre y Jesucristo en oración, en adoración,
en acción de gracias por Su graciable BONDAD y Su amorosa
AMABILIDAD. Necesitamos alegrarnos en la salvación de Dios la cual Él nos
extiende.
Los cristianos que están bajo la gracia
deben guardar los Mandamientos de Dios
Con
un conocimiento parcial de lo que Pablo escribió en el libro de Romanos, la
mayoría de los Protestantes cometen el error fatal de asumir que la ley y la observancia
de los mandamientos no son más requeridos. Pues con esto, ellos razonan
incorrectamente que porque “la justicia de Dios” es imputada como un regalo de
Dios, todas las leyes y mandamientos de Dios “se han descartado, abolido,
clavado a la cruz, Jesucristo cumplió tan perfectamente la ley por nosotros,
que como cristianos no tenemos en absoluto ningunas leyes ni mandamientos que
guardar—Cristo lo hizo todo por nosotros.”
¡Pero
tal cosa no es el caso en absoluto! ¡El apóstol Pablo lo dejó abundantemente
claro! Él escribió, “Ya que es ciertamente un
Dios Quien justificará la circuncisión por fe, y la
incircuncisión a través de fe. ¿ESTAMOS NOSOTROS, ENTONCES, ABOLIENDO LEY…
[o haciéndola sin efecto, o clavándola a la cruz]… A
TRAVÉS DE FE? ¡NUNCA PUEDA SER! MÁS BIEN, ESTAMOS ESTABLECIENDO LEY.”
(Romanos 3:30-31).
Aquí
está como estamos confirmando ley a través de fe y gracia: Como sirvientes de
Jesucristo, permaneciendo en la gracia de Dios, debemos vivir en esta justicia
de Dios conforme a un estándar espiritual mas alto guardando las leyes y
mandamientos de Dios. No solo guardar las leyes y mandamientos de Dios en la
letra de la ley—Dios requiere eso de todos en el mundo. ¡Él requiere un estándar
más alto para nosotros! Debemos “servir
en novedad de espíritu, y no en antigüedad de la letra” (Romanos 7:6). Jesús dijo, “Si me aman,
guarden los mandamientos—a saber, Mis mandamientos.” (Juan 14:15). Jesús
continuó mostrando la condición espiritual básica de aquellos que no guardan
Sus mandamientos. “Quien NO ME AMA, no guarda MIS
PALABRAS; y la palabra que ustedes escuchan NO es Mía, sino del Padre, Quien Me
envió” (Juan 14:24).
El
apóstol Juan amplificó aun más como debemos guardar los mandamientos de Dios
basados en el amor. “Por este estándar sabemos
que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos Sus
mandamientos. Porque este es el amor de Dios: que guardemos Sus mandamientos; y
Sus mandamientos no son pesados.” (I Juan 5:2-3). La verdad es que
ninguno de los mandamientos de Dios son pesados, porque ellos están basados en
el amor (Mateo 22:37-41).
El
libro de Apocalipsis muestra que la observancia de los mandamientos y la fe de
Jesús van mano a mano. “Aquí esta la paciencia
de los santos; aquí están aquellos que guardan LOS MANDAMIENTOS DE DIOS
Y LA FE DE JESÚS” (Apocalipsis 14:12). Esta es una descripción profética
de los verdaderos creyentes en Dios al final del tiempo justo antes del regreso
de Jesucristo—¡los mismos días en los cuales estamos viviendo!
Cuando
es correctamente entendido, a la luz del Nuevo Testamento, ¡guardar los
mandamientos y leyes de Dios es parte de la GRACIA de Dios! Justo como el
apóstol Pablo escribió, que a través de fe por gracia “estamos estableciendo la
ley.”
¡Piense
por un momento! Uno de los aspectos de la GRACIA de Dios es tener a Cristo en
nosotros a través del poder del Espíritu Santo. “A
quien Dios quiso dar a conocer cuales son las riquezas de la gloria de
este misterio entre los gentiles; el cual es Cristo en ustedes, la esperanza de
gloria” (Colosenses 1:27). Adicionalmente, debemos tener la mente de
Cristo. “Esté esta mente en ustedes, la cual estuvo
también en Jesucristo” (Filipenses 2:5).
¿Qué
significa esto?
La
respuesta es encontrada en el libro de los Hebreos. Debemos tener las leyes y
mandamientos de Dios escritos en nuestros corazones y mentes. “ ‘Este es el pacto… [el
Nuevo Pacto a través de Jesucristo, el pacto de gracia]… que estableceré con ellos después de aquellos días,’ dice el
Señor: ‘YO DARÉ MIS LEYES DENTRO DE SUS CORAZONES, Y LAS INSCRIBIRÉ EN SUS
MENTES” (Hebreos 10:16).
La
conversión de la mente, a través de la gracia de Dios, por el poder del
Espíritu Santo, remueve la hostilidad y enemistad de la mente carnal hacía los
mandamientos y leyes de Dios. Entonces las leyes y mandamientos de Dios pueden
ser inscritos sobre las tablas de nuestros corazones. “Para que la justicia de la ley pueda ser
cumplida en nosotros, quienes no estamos caminando de acuerdo a la
carne, sino de acuerdo al Espíritu: porque aquellos que caminan de acuerdo a la carne se
preocupan por las cosas de la carne; pero aquellos quienes caminan de
acuerdo al Espíritu se preocupan por las cosas del Espíritu. Porque ser guiado carnalmente es muerte, pero ser guiado
espiritualmente es vida y paz,
Porque la mente carnal es enemistad contra Dios, porque no esta sujeta a
la ley de Dios; ni en verdad puede estarlo. Pero
aquellos que están en la carne no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no están en la carne, sino en el
Espíritu, si el Espíritu de Dios está ciertamente viviendo dentro de
ustedes. Pero si cualquiera no tiene el Espíritu de Cristo, no pertenece
a El” (Romanos 8:4-9).
Sin
importar lo que los hombres profesen con sus labios, aquellos que no estén
haciendo como Jesús dijo, NO pertenecen a Él. “No todo
el que me dice, ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino del cielo; sino aquel que
esta haciendo [practicando] la voluntad de Mi
Padre, Quien está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día, ‘Señor,
Señor, ¿No profetizamos por medio de Tu nombre? Y ¿No echamos demonios
por medio de Tu nombre? Y ¿No hicimos muchas obras de poder por medio de
Tu nombre?’ Y entonces les confesaré, ‘NUNCA LOS CONOCÍ. Apártense de Mí, ustedes
quienes obran ilegalidad [Transgresión de los mandamientos de Dios].’ ” (Mateo 7:21-23).
Como
podemos ver en las Escrituras, la GRACIA de Dios nos obliga a guardar los
mandamientos y las leyes de Dios en el espíritu y en su intención total como
fueron magnificados por Jesucristo. Así es como la gracia verdaderamente
establece la ley.
Existe
una bendición final de la gracia de Dios para aquellos que están guardando los
mandamientos de Dios. “Benditos son aquellos que
guardan Sus mandamientos, para poder tener el derecho a comer del ÁRBOL
DE VIDA, y poder entrar por las puertas a la ciudad.” (Apocalipsis
22:14).
Dios le da gracia al humilde
La
gracia no puede ser ganada, pero Dios voluntariamente y
entusiásticamente la da a los humildes; aquellos que buscan Su voluntad. “Pero El da mayor gracia. Esta es la razón por la que dice,
‘Dios se coloca a Si mismo contra el orgulloso, pero da gracia al humilde.’ Por
tanto, sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense
a Dios, y El se acercará a ustedes. Limpien sus manos, ustedes pecadores,
y purifiquen sus corazones, ¡ustedes de doble mente! Aflíjanse y
lamenten y lloren; su risa sea convertida en aflicción, y su gozo en
lamento. Humíllense a si mismos delante de Dios, y El los exaltará.”
(Santiago 4:6-10).
Tanto
como nos rindamos a Dios en arrepentimiento y busquemos humildemente Su
voluntad y Su camino, la gracia de Dios será derramada sobre nosotros. Esto
ocurrió con los primeros cristianos y los apóstoles tal como fue registrado en
el libro de los Hechos. “Y cuando habían orado, el
lugar en el cual estaban reunidos fue sacudido; y todos ellos fueron llenos con
el Espíritu Santo, y hablaron la Palabra de Dios con audacia. Y la
multitud de aquellos que creyeron era de un corazón y un alma... Y con gran
poder los apóstoles testificaron de la resurrección del Señor Jesús, y GRAN
GRACIA esta sobre todos ellos.” (Hechos 4:31-33).
Esa
es la clase de GRACIA que todos necesitamos en nuestras vidas—individualmente y
colectivamente.
La gracia de Dios puede ser pervertida y rechazada
Contrario
a las enseñanzas de algunos teólogos y religiosos, una persona puede rechazar
la GRACIA de Dios. Tal rechazo puede ocurrir en dos maneras:
La
primera manera en que uno puede caer de la GRACIA es a través del
pecado y rechazo de la salvación de Dios, su primogenitura en el reino de Dios.
“Buscando diligentemente, no sea que cualquiera caiga de la GRACIA de
Dios…
[por no rendirse a la corrección de Dios]… no sea que cualquier
raíz de amargura brotando los intimide, y por medio de esto muchos sean profanados.
No sea que haya cualquier fornicario o persona impía, como Esaú, quien por una
comida vendió su primogenitura; porque también saben que después, cuando el deseó heredar la bendición,
FUE RECHAZADO; y no halló espacio para arrepentimiento, aunque lo buscó
sinceramente con lágrimas.” (Hebreos 12:15-17).
La
segunda manera que uno puede rechazar la GRACIA de Dios es
convirtiendo la gracia en licencia para hacer el mal y pecar. Esto es una
PERVERSION DE LA GRACIA DE DIOS.
Falsos
maestros entraron clandestinamente en las congregaciones de Dios para pervertir
la gracia de Dios y cambiarla en libertinaje—indulgencias para pecar. Note la
advertencia de Judas cuando escribió a los hermanos: “Amados,
cuando estaba personalmente ejerciendo toda mi diligencia para
escribirles concerniente a la común salvación, fui impulsado a escribirles,
exhortándolos a pelear fervientemente por la fe, la cual una vez por todo tiempo
ha sido entregada a los santos. Porque ciertos hombres se han deslizado
sigilosamente, aquellos de quienes hace tiempo ha sido escrito, condenándolos a
este juicio. Ellos son hombres impíos, quienes están pervirtiendo la
gracia de nuestro Dios, convirtiéndola en libertinaje, y están
personalmente negando al único Señor Dios y a nuestro Señor Jesucristo.”
(Judas 3-4).
Esta
es una gracia ilegal, la cual niega la necesidad de guardar los mandamientos de
Dios. Esta es la misma clase de gracia que los católicos y protestantes creen y
enseñan. Los líderes de la cristiandad de hoy necesitan recordar las palabras
de advertencia que Jesús habló a los escribas y fariseos durante su ministerio.
Como los auto-justos líderes judíos, los líderes de las iglesias cristianas han
adoptado tradiciones y dogmas que están en conflicto con los mandamientos de
Dios. Un profundo examen de la historia del cristianismo mostrará que las
doctrinas y las prácticas tradicionales de las iglesias de este mundo no son
las enseñanzas de Jesucristo. El verdadero cristianismo, como fue originalmente
enseñado por Jesucristo y sus apóstoles, fue subvertido desde adentro por los
falsos maestros de ilegalidad. Las enseñanzas de estos "hombres impíos” de
quienes Judas y Pedro escribieron fueron pasadas a través de los años en las
escrituras de los primeros “padres de la iglesia” y fueron aceptadas por la
iglesia romana como tradiciones autoritarias. A través de los siglos la iglesia
romana creció en poder, usando su influencia para apagar con fuerza cada
vestigio restante de las verdaderas enseñanzas de Jesucristo. Después de una
lucha por el poder entre el obispo de Roma y el obispo de Constantinopla, la
iglesia se dividió en la iglesia Católica Romana y la iglesia Ortodoxa
Oriental.
Como
la influencia de la iglesia Ortodoxa dominó el Oriente, las enseñanzas de la
iglesia católica romana moldearon el pensamiento de todo el mundo occidental. La autoridad de la doctrina Católica y de la tradición no
fue seriamente confrontada sino hasta el tiempo de Martín Lutero. Cuando Martín
Lutero rechazó la corrupción e ilegalidad de la Iglesia Católica Romana, él
pareció estar buscando la verdad de Dios. Él trabajó diligentemente para
traducir las Escrituras al lenguaje Alemán para que la gente común pudiera leer
y aprender de la Palabra de Dios. Pero la religión que se desarrolló como
resultado de las enseñanzas de Martín Lutero, conocida como Luteranismo, no
restauró las verdaderas enseñanzas de Jesucristo. La reforma que Martín Lutero
empezó no fue completa, porque él todavía rechazó el Segundo y Cuarto
Mandamiento. Como resultado, la nueva religión que fundó comenzó a promover
otra forma de ilegalidad.
Lutero enseñó que una persona que había sido salva a través
de la gracia de Dios no podía perder la salvación, sin importar el grado o
intensidad de los pecados que pudieran ser cometidos. Esta enseñanza perversa
está claramente expresada en una carta escrita por Lutero: “Se un pecador, y
deja a tus pecados ser fuertes, pero deja que tu fe en Cristo sea más fuerte, y
regocíjese en Cristo quien es vencedor sobre el pecado, muerte y el mundo.
Cometeremos pecados mientras estemos aquí, porque esta vida no es un lugar
donde la justicia puede existir....Ningún pecado nos puede separar de Él, aun
si fuéramos a matar o cometer adulterio mil veces cada día” [Martín Lutero,
Saemmtliche Schriften, Carta 99, 1 de agosto 1521, traducida por Erika Flores en The
Wittenberg Project, The Wartburg Segment, publicada
en Gracia y Conocimiento, Numero 8, Septiembre del 2,000, Articulo
“Ecclesiasticus: The Wisdom of Ben-Sirach,” p. 27].
Las palabras de Martín Lutero revelan la profundidad de la
ilegalidad que Judas condenó y a la cual muchos líderes religiosos han
descendido. Esta enseñanza es el epítome de la “gracia” pervertida, la cual
rechaza los mandamientos de Dios y otorga licencia para cometer pecado sin
límite alguno. La enseñanza de Lutero con respecto del homicidio y adulterio
son diametralmente opuestas a las enseñanzas de Jesucristo, Quien magnificó y
expandió grandemente el Sexto y Séptimo Mandamiento para mostrar su aplicación
espiritual.
Los promotores de ilegalidad han tenido éxito en engañar a
la vasta mayoría de los que profesan ser cristianos para aceptar una gracia
falsa. Tal como el Nuevo Testamento muestra, esta vista distorsionada de la
gracia no lleva a la salvación. En el día del juicio, los maestros de
ilegalidad, quienes han sido honrados como líderes religiosos y han hecho aún
notables obras en el nombre de Jesucristo, serán rechazados: “Muchos me dirán en aquel día, ‘Señor, Señor, ¿No
profetizamos por medio de Tu nombre? Y ¿No echamos demonios por medio de
Tu nombre? Y ¿No hicimos muchas obras de poder por medio de Tu nombre?’
Y entonces les confesaré, ‘Nunca los conocí. Apártense de Mí, ustedes
quienes obran ilegalidad.’ ”
(Mateo 7:22-23).
Los obreros de ilegalidad serán
echados al lago de fuego para sufrir el juicio de la muerte eterna, de la cual
no hay resurrección: “Pero el cobarde, e
incrédulo, y abominable, y asesinos, y fornicarios, y hechiceros, e
idólatras, y todos los mentirosos, tendrán su parte en el lago que quema con
fuego y azufre; la cual es la segunda muerte.” (Apocalipsis 21: 8).
¿Como debemos vivir en la gracia?
Porque
la GRACIA y bendiciones de Dios conducen a la vida eterna, ¿entonces cómo deberíamos
estar viviendo? Dios inspiró a Pablo a escribir la repuesta para nosotros en
Romanos capítulo seis. Él enseña el camino de vida completo que debemos vivir,
en dedicación absoluta y amorosa a Dios el Padre y Jesucristo caminando en fe
obediente a través de la gracia:
1. ¿Qué diremos entonces? ¿Continuaremos en pecado, para que
la gracia pueda abundar?
2. ¡NUNCA PUEDA SER! Nosotros quienes morimos al pecado,
¿Cómo viviremos mas en el?
3. ¿O son ustedes ignorantes que nosotros, como tantos que
fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en Su muerte?
4. Por tanto, fuimos sepultados con El a través del bautismo
en la muerte; para que, así como Cristo fue levantado de los muertos por
la gloria del Padre, en la misma forma, deberíamos también caminar en novedad
de vida.
5. Porque si hemos sido unidos juntamente en la semejanza de
Su muerte, así también lo seremos en la semejanza de Su
resurrección.
6. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
co-crucificado con El, para que el cuerpo de pecado pudiera ser
destruido, para que ya no pudiéramos ser esclavizados al pecado;
7. Porque quien ha muerto al pecado ha sido
justificado del pecado.
8. Entonces si morimos junto con Cristo, creemos que también
viviremos con El,
9. Sabiendo que Cristo, habiendo sido levantado de los
muertos, no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre El.
10. Porque cuando murió, murió al pecado una vez por todas;
pero en lo que vive, vive hacia Dios.
11. En la misma forma también, ustedes ciertamente deberían
considerarse a si mismos muertos al pecado, pero vivos para Dios a través de
Cristo Jesús nuestro Señor.
12. Por tanto, no dejen que el pecado gobierne en su cuerpo
mortal obedeciéndolo en su lujuria.
13. Así mismo, no cedan sus miembros como instrumentos de
injusticia para pecar; sino, cédanse a si mismos a Dios como aquellos que están
vivos de los muertos, y sus miembros como instrumentos de
justicia para Dios.
14. Porque el pecado no gobernará sobre ustedes porque no
están bajo ley, sino bajo gracia.
15. ¿Entonces que? ¿Pecaremos porque no estamos bajo ley,
sino bajo gracia? ¡NUNCA PUEDA SER!
16. ¿No se dan cuenta que a quien ustedes ceden como
siervos para obedecer, son siervos de aquel que obedecen, si es de
pecado hacia muerte, o de obediencia hacia justicia?
17. Pero gracias a Dios, que eran siervos de pecado, pero
han obedecido de corazón esta forma de doctrina la cual fue entregada a
ustedes;
18. Y habiendo sido librados del pecado, se convirtieron en
siervos de justicia.
19. Hablo desde un punto de vista humano por la debilidad de
su carne; porque así como una vez cedieron sus miembros en esclavitud a la
impureza, y a la ilegalidad hacia la ilegalidad, así ahora
cedan sus miembros en esclavitud a la justicia hacia la santificación.
20. Porque cuando eran siervos del pecado, eran libres de justicia.
21. Por tanto, ¿Que fruto tuvieron entonces en las cosas
de las cuales ahora están avergonzados? Porque el resultado final de aquellas
cosas es muerte.
22. Pero ahora que han sido librados del pecado y se
han convertido en siervos de Dios, tienen su fruto hacia la santificación,
y el resultado final es vida eterna.
23. Porque la paga del pecado es muerte, pero el
regalo de Dios es vida eterna a través de Cristo Jesús nuestro Señor.
Ahora
podemos ver claramente como debemos vivir nuestras vidas delante de Dios el
Padre. Debemos hacer como si estuviéramos vivos de la muerte; en entrega
voluntaria y amorosa a Dios para vivir acuerdo a la voluntad y gracia de Dios.
La
expresión más completa y descripción de la múltiple GRACIA de Dios, la cual
resalta cada faceta de la gloriosa GRACIA de Dios, se encuentra en Efesios
capítulo primero. ¡Todo lo que habla el apóstol Pablo en este capítulo es parte
de y es una expresión de la GRACIA de Dios el Padre a través de JESUCRISTO!:
1. Pablo, un apóstol de Jesucristo por la voluntad de
Dios, a los santos que están en Efeso y a los fieles en Cristo Jesús:
2. Gracia y paz sean a ustedes de Dios nuestro Padre
y del Señor Jesucristo.
3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, Quien nos ha bendecido con toda bendición espiritual en las cosas
celestiales con Cristo.
4. De acuerdo a como El personalmente nos ha escogido
para Si mismo antes de la fundación del mundo para que pudiéramos ser
santos e inocentes delante de El en amor;
5. Habiéndonos predestinado por filiación para Si mismo a
través de Jesucristo, de acuerdo al buen placer de Su propia voluntad,
6. Para alabanza de la gloria de Su gracia, en donde
nos ha hecho objetos de Su gracia en el Amado Hijo;
7. En Quien tenemos redención a través de Su sangre, incluso
la remisión de los pecados, de acuerdo a las riquezas de Su gracia,
8. La cual ha hecho abundar hacia nosotros en toda sabiduría
e inteligencia;
9. Habiéndonos hecho saber el misterio de Su propia
voluntad, de acuerdo a Su buen placer, el cual se propuso en Si mismo.
10. Que en el plan divino para el cumplimiento
de los tiempos, pudiera traer todas las cosas juntas en Cristo, ambas
las cosas en los cielos y las cosas sobre la tierra.
11. Si, en El, en Quien también hemos obtenido una
herencia, habiendo sido predestinados de acuerdo a Su propósito, Quien esta
haciendo todas las cosas de acuerdo al consejo de Su propia voluntad;
12. Para que pudiéramos ser para la alabanza de Su
gloria, quienes confiamos primero en el Cristo;
13. En Quien también confiaron ustedes después de oír la
Palabra de la verdad, el evangelio de su salvación; en Quien también, después
de creer, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14. El cual es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión comprada, para la alabanza de Su gloria.
15. Por esta causa, yo también, después de oír de la fe en
el Señor Jesús que está entre ustedes, y el amor hacia todos los santos,
16. No ceso de dar gracias por ustedes, haciendo mención de
ustedes en mis oraciones;
17. Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de
gloria, pueda darles el espíritu de sabiduría y revelación en el
conocimiento de El.
18. Y puedan los ojos de su mente ser iluminados para
que puedan comprender cual es la esperanza de Su llamado, y cual es la
riqueza de la gloria de Su herencia en los santos,
19. Y cual es la excesiva grandeza de Su poder hacia
nosotros que creemos, de acuerdo al trabajo interno de Su enorme poder,
20. El cual El forjó en Cristo, cuando Lo levantó de los
muertos, y Lo colocó a Su mano derecha en los lugares
celestiales,
21. Muy por encima de todo principado y autoridad y
poder y señorío, y de todo nombre que es nombrado—no solo en este siglo,
sino también en el siglo por venir;
22. Porque El ha subordinado todas las cosas bajó Sus pies,
y Le ha dado ser cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
23. La cual es Su cuerpo—la plenitud de El Quien llena todas
las cosas en todo.
Para
aquellos que están viviendo bajo la gracia de Dios, ellos deben continuar
amando a Dios el Padre y a Jesucristo, vivir en Su gracia por fe y vivir por
cada palabra de Dios tal como fue magnificado por Jesucristo. Luego, en la
resurrección, cada persona fiel recibirá el regalo más grande de la gracia
sobreabundante de Dios el Padre—vida eterna en gloria y esplendor.
Que
bendición más maravillosa, que Dios ha otorgado este regalo magnífico de
justicia—la misma justicia de Jesucristo a través Su gracia—¡siendo escrita en
nuestros corazones y mentes por el Espíritu Santo de Dios el Padre! ¡Que tremenda
expresión y demostración del amor de Dios y gracia hacia nosotros! ¡Pueda esto
inspirarnos para amar a Dios el Padre y a Jesucristo aún más y para hacer
nuestro llamado y elección seguros!
¡Para
aquellos que desean estar bajo la verdadera GRACIA DE DIOS, necesitan
arrepentirse de sus pecados a Dios el Padre, pidiendo Su perdón! Dios el
Padre extenderá Su GRACIA hacía usted, si Lo busca CON TODO SU CORAZÓN. Luego
necesita aceptar a Jesucristo como su Salvador personal, y aceptar Su
sacrificio como pago total por sus pecados, pidiéndole a Dios que borre sus
pecados a través de la sangre de Jesucristo. ¡Después, necesita ser bautizado,
según el mandato bíblico, y ser sepultado por el bautismo en la muerte de
Jesucristo! Solo hasta ese entonces la gracia salvadora de Dios puede ser
imputada a usted para vida eterna a través de Jesucristo nuestro Señor.
Dios el Padre y Jesucristo están esperando extender Su gracia y salvación
eterna hacia usted.
Ahora
que entiende la GRACIA de Dios, ¿QUÉ VA A HACER?