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Fred R. Coulter

Ministro

Carta para abril y mayo

 

 

Abril 22, 2015

 

Queridos hermanos,

 

          ¡Tan solo vean el Medio Oriente! Está en constante tumulto y guerra, con violencia fluyendo de ISIS e Irán a través de la región. La situación es un reflejo del hecho de que la política exterior de la administración Obama es de una incompetencia total. Como resultado de su ineptitud y debilidad, nuestros supuestos aliados no confían en nosotros. ¡De hecho, estamos tratándolos como enemigos y tratando a nuestros enemigos, especialmente Irán como nuestros amigos!

          Mientras tanto, ISIS e Irán están moviéndose para tomar el control de toda la región. En verdad, Irán ha tomado casi que a todo Yemen. El poder militar más poderoso en la tierra, el alguna vez orgulloso USA, no levantó ni un dedo para detener la caída de Yemen. ¡Todo el personal y consejeros militares de USA partieron repentinamente de Yemen en total derrota! Tuvieron que huir tan rápidamente que dejaron todas sus armas y vehículos, así como información de inteligencia vital, cuando fueron forzados a abandonar nuestra embajada en Sanaa. En verdad, Dios está rompiendo el orgullo de nuestro poder (Levítico 26:19).

          En el mundo islámico, las cosas están tan mal que la Liga de Países Árabes, que consiste de 22 naciones, ha tenido que unirse para luchar en contra del grupo musulmán Shiita houti el cual es respaldado por Irán quienes han tomado control de Yemen y están amenazando a Arabia Saudita. (La Liga incluye a Algeria, Baréin, Comoras, Yibuti, Egipto, Irak, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Palestina, Catar, Arabia Saudita, Somalia, Sudan, Siria, Túnez, Emiratos Árabes Unidos y Yemen.) Sería desastroso si se tomaran la ciudad de la Meca, el centro más importante de adoración musulmana en el mundo. Arabia Saudita y Egipto han respondido con bombardeos aéreos contra los houti para prevenir un ataque en Arabia Saudita y que se muevan hacia la Meca.

          La predominantemente Liga Árabe Suni al parecer se levanta de las 10 naciones que estarán en contra del Israel moderno y la nación de judíos en los últimos días. El Salmo 83 predice esto: “No guardes silencio, Oh Dios; no estés callado, y no estés quieto, Oh Dios, porque he aquí, Tus enemigos están rugiendo; y aquellos que Te odian han alzado su cabeza. Ellos toman consejo astuto contra Tu pueblo, y traman juntos en contra de Tus protegidos. Han dicho, “Vengan, y cortémoslos de ser una nación, de modo que el nombre de Israel no pueda más ser recordado.” Porque con un corazón han tramado juntos; han hecho un pacto en contra Tuyo—los tabernáculos de Edom, y los ismaelitas; de Moab, y los agarenos; Gebal, y Amón, y Amalec; los filisteos con el pueblo de Tiro; Y Asiria se ha unido con ellos; han ayudado a los hijos de Lot” (versos 1-8).

          Irán es llamado Persia en la Biblia. Su máxima meta es aniquilar a los judíos en Palestina y traer la “¡muerte a USA!” Sin embargo, los Imanes iraníes y los líderes políticos harían bien en leer el libro de Ester. Entonces comprenderían que el Dios verdadero no permitirá que tal evento tenga lugar. Note esta profecía del tiempo del fin concerniente a Jerusalén en el libro de Zacarías: “He aquí, haré de Jerusalén una copa de temblor a toda la gente de todo alrededor, cuando ellos estén en el sitio contra ambas, Judá y Jerusalén. Y en ese día haré de Jerusalén una piedra pesada para toda la gente. Todo el que se cargue a sí mismo con ella será cortado en piezas, aunque todas las naciones de la tierra serán reunidas contra ella.

          “En ese día,” dice el SEÑOR, “golpearé a todo caballo con terror, y a su jinete con locura. Y abriré Mis ojos sobre la casa de Judá, y golpearé a todo caballo del pueblo con ceguera. Y los gobernantes de Judá dirán en su corazón, ‘La gente de Jerusalén será mi fortaleza en el SEÑOR de los ejércitos su Dios.’ En ese día haré a los gobernantes de Judá como un corazón de fuego entre la madera, y como una antorcha de fuego entre las gavillas. Y ellos devorarán a toda la gente de alrededor, a la mano derecha y a la mano izquierda…” (Zacarías 12:2-6).

          Cuando regrese Jesucristo, Él vendrá con todos los santos resucitados para destruir al malvado—sus ejércitos, la Bestia y al Falso Profeta. “He aquí, el día del SEÑOR viene, y su botín será dividido en medio de ustedes, “Porque Yo reuniré a todas las naciones para luchar contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y las casas saqueadas, y las mujeres violadas. Y mitad de la ciudad irá al exilio, y el resto de la gente no será cortada de la ciudad.”

          “Y el SEÑOR saldrá y peleará contra aquellas naciones, como cuando Él peleó en el día de batalla. Y Sus pies se pararán en ese día sobre el Monte de los Olivos el cual está delante de Jerusalén al oriente, y el Monte de los Olivos se partirá en dos, desde el oriente y hasta el occidente, y se hará un valle muy grande. Y la mitad de la montaña se moverá hacia el norte, y la mitad de ella hacia el sur. “Y ustedes huirán al valle de Mis montañas; porque el valle de las montañas alcanzará a Azal. Y huirán como huyeron desde antes del terremoto en los días de Uzías rey de Judá.” Y el SEÑOR mi Dios vendrá, y todos los santos Contigo” (Zacarías 14:1-5).

          ¡Dios salvará a los judíos primero! “El SEÑOR también salvará las carpas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y la gloria de la gente de Jerusalén no pueda ser magnificada sobre Judá. En ese día el SEÑOR defenderá a los habitantes de Jerusalén.…” (Zacarías 12:7-8).

          Hoy, las organizaciones terroristas islámicas, afiliadas con ISIS, están extendiéndose a muchos otros países—matando a cientos de personas en Túnez, Libia, Nigeria y Kenia. Están amontonando ataques terroristas en Europa también. Su meta es matar a todo el que reclame ser “cristiano.” ¡Esto también puede ser un indicio de lo que va a venir para los cristianos verdaderos!

          Jesús advirtió a Sus discípulos que estas cosas pasarían. De hecho, tales eventos comenzaron justo después que la Iglesia empezó y han continuado hasta nuestro tiempo. Hoy, estas Escrituras parecen las noticias diarias: “Y oirán de guerras y rumores de guerras. Miren que no dejen que estas cosas los perturben. Porque es necesario que todas estas cosas tengan lugar, pero el fin no es aún. Porque nación se levantará contra nación, y reino contra reino; y habrá hambres y pestilencias y terremotos en diferentes lugares. Ahora todas estas cosas son el comienzo de dolores. Entonces los entregarán a aflicción, y los matarán; y serán odiados por todas las naciones por amor de Mi nombre” (Mateo 24:6-9).

          Esto es exactamente como Jesús profetizó que sería. Por tanto, necesitamos poner nuestra confianza en Dios el Padre y Jesucristo. Debemos ver más allá de los problemas presentes y mantener nuestras mentes en el regreso de Cristo, la primera resurrección para vida eterna, y nuestro futuro glorioso como los hijos e hijas de Dios. Como Jesús prometió: “Estas cosas les he hablado, para que en Mí puedan tener paz. En el mundo tendrán tribulación. ¡Pero sean valientes! Yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).

 

Pelear la buena batalla de fe hacia la perfección a través de Jesucristo

 

          Partiendo de las llamadas telefónicas recientes, los correos electrónicos y cartas, es evidente que Dios nos ha bendecido a todos con una excepcional Pascua y Fiesta de Panes sin Levadura. Todo el significado de la Pascua y la Fiesta puede ser resumido en esta frase: pelear la buena batalla de fe hacia la perfección. En Su última oración, Jesús oró por esta perfección para nosotros: “Así como Me enviaste al mundo, Yo también los he enviado al mundo. Y por su amor Me santifico a Mí mismo, para que también puedan ser santificados en verdad. No oro por éstos solamente, sino también por aquellos que creerán en Mí a través de su palabra; que todos ellos puedan ser uno; así como Tú, Padre, estás en Mí, y Yo en Ti; que ellos también puedan ser uno en Nosotros, para que el mundo pueda creer que Tú sí Me enviaste. Y Yo les he dado la gloria que Me diste, para que puedan ser uno, en la misma forma que Nosotros somos uno: Yo en ellos, y Tú en Mí, para que puedan ser perfeccionados en uno; y que el mundo pueda saber que Tú sí me enviaste, y que los has amado como Me has amado” (Juan 17:18-23).

          Para alcanzar esta perfección a través de Su amor y gracia, Dios ha ordenado que aprendamos observando Sus mandamientos (Salmo 111:10; Juan 14:14-21), lo cual a su vez refleja nuestro amor por Dios (I Juan 5:2-3). A través de Sus Fiestas anuales, Dios revela Su maravilloso plan de vida eterna para nosotros—y ultimadamente para toda la humanidad. Una gran lección de la Pascua y Panes sin Levadura es que Dios nos ha llamado y escogido. Nosotros respondimos Su llamado a través del arrepentimiento de nuestros pecados y Él nos ha perdonado todos nuestros pecados a través de nuestro Señor y Salvador—Jesucristo. Después del bautismo, con Su Espíritu Santo dentro de nosotros y por la gracia continua de Dios en la cual permanecemos, tenemos contacto directo con Dios el Padre. Pablo escribe: “Pero Dios, Quien es rico en misericordia, por causa de Su gran amor con el cual nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestras ofensas, nos ha dado vida junto con Cristo. (Porque han sido salvos por gracia)Porque a través de Él tenemos ambos [judíos y gentiles] acceso directo por un Espíritu al Padre” (Efesios 2:4-5, 18).

          A través de las obras internas espirituales del Espíritu Santo de Dios en nosotros, Él nos guía y nos enseña a través de nuestro estudio de Su Palabra (Romanos 8:14; Juan 6:45). A través de la oración, nos comunicamos con el Padre y Su Hijo a diario. Así es como Dios nos separa del mundo, incluso mientras aun vivimos en el mundo. Note el contraste entre el malvado y el recto: “El sacrificio del malvado es una abominación al SEÑOR, pero la oración del recto es Su deleite. El camino del malvado es una abominación al SEÑOR, pero Él ama al que busca justicia” (Proverbios 15:8-9).

          Encontramos la misma amonestación en el Nuevo Testamento, cuando Pablo escribió a Timoteo: “Pero tú, Oh hombre de Dios [ponga su nombre allí], huye de estas cosas [los pecados y placeres de este mundo], y persigue justicia, piedad, fe, amor, resistencia y mansedumbre. ¡Pelea la buena batalla de la fe! Aférrate a la vida eterna a la cual también fuiste llamado,…” (I Timoteo 6:11-12).

          El apóstol Juan describe como debemos vivir nuestras vidas y usar el Espíritu de Dios en obra y en verdad: “Mis pequeños hijos, no deberíamos amar de palabra, ni con nuestras lenguas; más bien; deberíamos amar en hecho y en verdad. Y en esta forma sabemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de Él, que si nuestros corazones nos condenan [a causa del pecado], Dios es más grande que nuestros corazones, y sabe todas las cosas [y nos perdonará cuando nos arrepintamos].

          “Amados, si nuestros corazones no nos condenan, entonces tenemos confianza hacia Dios. Y cualquier cosa que podamos pedir recibiremos de Él porque guardamos Sus mandamientos y practicamos aquellas cosas que son agradables a Su vista. Y este es Su mandamiento: que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, exactamente como Él nos dio mandamiento. Y aquel que guarde Sus mandamientos está viviendo en Él, y Él en él; y por esto sabemos que Él está viviendo en nosotros: por el Espíritu el cual Él nos ha dado” (I Juan 3:18-24).

          Así es como debemos vivir nuestras vidas y caminar en los caminos de Dios, usando Su Santo Espíritu, emparejado con Su Palabra. Uno de los Salmos más poderosos para ayudarnos a crecer en gracia y conocimiento es el Salmo 119. El Salmo revela percepción maravillosa de cómo Dios piensa. Muchas veces he pensado que todo este Salmo podría ser una profecía de los pensamientos de Jesús concerniente a los caminos de Dios—Sus mandamientos, leyes, estatutos, ordenanzas, testimonios, preceptos y caminos. Debemos usar estas enseñanzas en nuestras vidas diarias: “Benditos son los puros en el camino, quienes caminan en la Ley del SEÑOR. Benditos son aquellos quienes guardan Sus testimonios y quienes Lo buscan con todo el corazón. Ellos tampoco hacen iniquidad; caminan en Sus caminos” (versos 1-3).

          “Hazme comprender el camino de Tus preceptos, y entonces hablaré de Tus obras maravillosas. Mi alma se derrite de tristeza; fortaléceme conforme a Tu palabra. Remueve de mí el camino de mentira, y otórgame Tu ley graciablemente. He escogido el camino de verdad; he puesto Tus juicios delante de mí. Me adhiero a Tus testimonios; Oh SEÑOR, no me avergüences. El camino de Tus mandamientos ejecutaré porque agrandarás mi corazón” (versos 27-32)

          “Enséñame, Oh SEÑOR, el camino de Tus estatutos, y lo guardaré hasta el final. Dame entendimiento, para que pueda guardar Tu ley y observarla con todo mi corazón. Hazme caminar en el sendero de Tus mandamientos, porque en ellos me deleito.” (versos 33-35).

          Jesús resumió esto de esta forma: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, excepto a través de Mí” (Juan 14:6).

          Cuando combinamos todos estos factores en nuestras vidas diarias, somos capaces de crecer en gracia y conocimiento y desarrollar la mente de Cristo y el carácter de Dios. Este es el proceso de ir hacia perfección mientras vencemos el ego, el pecado interior, el mundo y a Satanás el diablo. Note como el apóstol Pablo lo explica: “No sean unidos desigualmente con incrédulos. Porque ¿Qué tienen en común la justicia y la ilegalidad? Y ¿Qué compañerismo tiene la luz con la oscuridad? Y ¿Qué unión tiene Cristo con Belial? O ¿Qué parte tiene un creyente con un incrédulo? Y ¿Qué acuerdo hay entre un templo de Dios y los ídolos?

          “Porque ustedes son templo del Dios vivo, exactamente como Dios dijo: “Viviré en ellos y caminaré en ellos; y seré su Dios, y ellos serán Mi pueblo. Por tanto, salgan de en medio de ellos y sepárense,” dice el Señor, “y no toquen lo impuro, y Yo los recibiré; y seré un Padre para ustedes, y ustedes serán Mis hijos e hijas,” dice el Señor Todopoderoso. Ahora entonces, amados, ya que tenemos estas promesas, deberíamos limpiarnos nosotros mismos de toda contaminación de la carne y el espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (II Corintios 6:14-18; 7:1).

          Jesús prometió en la noche de Su última Pascua que ambos, Él y el Padre habitarían en nosotros a través del poder el Espíritu Santo de Dios: Si alguno Me ama, guardará Mi palabra; y Mi Padre le amará, y Nosotros vendremos a él, y haremos Nuestra morada con él” (Juan 14:23).

          Ahora, como los hijos espirituales de Dios el Padre a través de Cristo, esperamos la Fiesta de Pentecostés. Somos los primeros frutos de la creación espiritual de Dios (Santiago 1:18). Si permanecemos fieles a Dios, creemos en Dios, confiamos en Dios y amamos a Dios con todo nuestro corazón, Él continuará perfeccionándonos a través del poder de Su Santo Espíritu.

          Como se representa por la Fiesta de Pentecostés, estamos destinados a ser resucitados de los muertos; o, si estamos vivos al regreso de Cristo, llegaremos a ser hijos e hijas de Dios nacidos del espíritu.

 

El significado de la Fiesta de Pentecostés

 

          Pentecostés y el Monte Sinaí: Después que Dios sacó a los hijos de Israel de Egipto y ellos cruzaron el Mar Rojo, llegaron al Monte Sinaí después de un viaje de casi 7 semanas. Entonces Dios personalmente les habló los Diez Mandamientos. Tras escribir los Mandamientos en tablas de piedra, se las dio a Moisés. Después de eso, Moisés escribió el resto de las ordenanzas y estatutos que Dios dio a los hijos de Israel para formar el pacto completo entre Él mismo e Israel. Luego el pacto fue ratificado en una ceremonia sacrificial especial: “Y Moisés vino y le dijo a la gente todas las palabras del SEÑOR, y todos los juicios. Y toda la gente respondió con una sola voz y dijo, “Todas las palabras las cuales el SEÑOR ha dicho, haremos.”

          “Y Moisés escribió todas las palabras del SEÑOR, y se levantó temprano en la mañana, y construyó un altar en la base de la montaña y doce pilares de acuerdo a las doce tribus de Israel. Y envió hombres jóvenes de los hijos de Israel quienes ofrecieron holocaustos, y sacrificaron ofrendas de paz de bueyes al SEÑOR. Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la mitad de la sangre la roció sobre el altar. Y tomó el libro del pacto, y leyó a los oídos de la gente. Y ellos dijeron, “Todo lo que el SEÑOR ha dicho haremos, y seremos obedientes.” Y Moisés tomó la sangre y la roció sobre la gente, y dijo, “He aquí la sangre del pacto, el cual el SEÑOR ha hecho con ustedes concerniente a todas estas palabras” (Éxodo 24:3-8).

          Esta ceremonia finalizó la propuesta que Dios les dio después que llegaron por primera vez al Sinaí—que serían un reino especial y una nación santa: “Y Moisés subió a Dios, y el SEÑOR lo hizo salir de la montaña, diciendo, “Así dirás a la casa de Jacob y dirás a los hijos de Israel, ‘Han visto lo que hice a los egipcios, y como los tomé sobre alas de águila y los traje hacia Mí mismo. Ahora por tanto, si por cierto obedecen Mi voz y guardan Mi pacto, entonces serán un tesoro especial para Mí sobre todas las gentes; porque toda la tierra es Mía. Y serán para Mi un reino de sacerdotes y una nación santa.’ Estas son las palabras las cuales hablarás a los hijos de Israel” ” (Éxodo 19:3-6). Entonces, como dijo Dios, “Israel fue santidad para el SEÑOR, y los primeros frutos de Su incremento.…” (Jeremías 2:3). En verdad, en esta primera “Fiesta de Pentecostés” en el Sinaí, Israel llegó a ser los primeros frutos para Dios de las naciones del mundo.

          Pentecostés y el Monte Sion: En el Nuevo Testamento, Pentecostés representa a Dios enviando el Espíritu Santo en gran poder, el cual fue el comienzo real de la Iglesia de Dios, construida sobre el fundamento de Jesucristo y los apóstoles. Porque Dios escogió a Jerusalén como ubicación de Su templo (construido por el rey Salomón), la Iglesia así mismo comenzó en el templo de Dios. Si Dios hubiera derramado Su Santo Espíritu sobre los apóstoles y discípulos en cualquier otro lugar, los judíos no habrían creído que eso era de Dios. Sin embargo, como veremos, esto fue un evento tremendo en el gran Plan de Dios: “Y cuando el día de Pentecostés, el cincuentavo día, estaba siendo cumplido, todos ellos estaban de común acuerdo en el mismo lugar. Y de repente vino desde el cielo un sonido como el ímpetu de un poderoso viento, y llenó la casa entera donde estaban sentados. Y allí les aparecieron lenguas divididas como de fuego, y se sentaron sobre cada uno de ellos. Y todos ellos fueron llenos con el Espíritu Santo; y comenzaron a hablar en otros idiomas como el Espíritu les daba las palabras para proclamar” (Hechos 2:1-4).

          La forma en la que Dios derramó Su Espíritu—en la presencia de miles de judíos reunidos en el templo observando Pentecostés—¡no dejó duda que este fue un acto poderoso de Dios! Al hacer que los apóstoles hablaran en otros numerosos idiomas por el poder del Espíritu Santo, Dios estaba mostrando claramente Su intervención divina y personal. Esto no fue la obra de hombres, sino de Dios. Esta increíble manifestación de poder divino también proveyó un sello de autoridad de Dios, confirmando que los apóstoles eran Sus testigos escogidos y llamados:

          “Entonces habían muchos judíos quienes estaban peregrinando en Jerusalén, hombres devotos de cada nación bajo el cielo. Y cuando la palabra de esto salió, la multitud se reunió y estaba confundida,  porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Y estaban todos ellos asombrados, y maravillados, diciendo el uno al otro, “He aquí, ¿No son Galileos todos estos que están hablando? Entonces ¿Cómo es que escuchamos a cada uno en nuestro propio idioma en el cual nacimos? Partos y Medos y Elamitas, y aquellos quienes habitan Mesopotamia, y Judea y Capadocia, Pontus y Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y las partes de Libia la cuales están cerca de Cirene, y los Romanos que están peregrinando aquí, judíos y prosélitos, Cretenses y Árabes; los escuchamos hablar en nuestros propios idiomas las grandes cosas de Dios.” Y estaban todos asombrados y grandemente perplejos, diciéndose el uno al otro, “¿Qué significa esto?” ” (Hechos 2:5-12).

          Después de hacer guardar silencio a unos pocos detractores, Pedro se puso de pie para predicar un mensaje poderoso acerca de la crucifixión y resurrección de Jesucristo a los miles reunidos en el templo. Después de condenar a muchos de ellos en conciencia, los llamó a arrepentirse a Dios por sus pecados y por su participación y acuerdo en la crucifixión de Cristo: “Por tanto, toda la casa de Israel sepa con plena seguridad que Dios ha hecho a este mismo Jesús, a Quien ustedes crucificaron, ambos Señor y Cristo. Entonces después de oír esto, ellos fueron compungidos del corazón; y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles, “Hombres y hermanos, ¿Qué haremos?” Entonces Pedro les dijo, ‘Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para la remisión de pecados, y ustedes mismos recibirán el regalo del Espíritu Santo.

          “Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos, y para todos aquellos que están lejos, tantos como el Señor nuestro Dios pueda llamar.” Y con muchas otras palabras sinceramente testificó y exhortó, diciendo, “Sean salvos de esta perversa generación” (Hechos 2:36-40). Como resultado, tres mil fueron bautizados y adicionados a la Iglesia en aquel Pentecostés. Porque aquellos bautizados quienes estuvieron realmente involucrados en la crucifixión de Jesús, recibieron el perdón que Jesús había pedido al Padre cuando Él fue clavado en la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que están haciendo” (Lucas 23:34). Así es como la Iglesia comenzó en el día de Pentecostés en el 30 dC.

          Jesucristo, el primero resucitado de los muertos, fue el precursor (Hebreos 6:20). También, en Levítico 23:10-11, “la primera gavilla de los primeros frutos” mecida ante Dios presagiaba la ascensión de Jesús al cielo para ser aceptado por Dios como el “primero de los primeros frutos.” Además de ser el primero de los primeros frutos, Jesús también es llamado “el primogénito de entre los muertos” (Colosenses 1:18; Apocalipsis 1:5) y “el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8:29).

          Dios llevó al Israel antiguo al Monte Sinaí para que recibieran los mandamientos de Dios y entraran en un pacto con Él como Su pueblo. Así mismo, en la primera resurrección, los hermanos de Cristo serán llevados por los ángeles a Monte Sion en el cielo arriba para reunirse con Jesús. En aquel tiempo, veremos a Dios el Padre cuando Jesús nos presente a Él: “He aquí, Yo y los hijos que Dios Me ha dado” (Hebreos 2:13).

          ¡Nuestro llamado y destino son en verdad maravillosos! Note la exhortación de Pablo mientras él compara nuestro llamado a aquellos del Israel antiguo reunidos en Monte Sinaí: “Por tanto, levanten las manos que están caídas, y revivan las rodillas debilitadas; y hagan senderos rectos para sus pies, no sea que lo que es cojo sea puesto al lado; sino más bien sea sanado. Persigan paz con todos, y santidad, sin la cual nadie verá al Señor; buscando diligentemente, no sea que cualquiera caiga de la gracia de Dios;....

          “Porque no han venido al monte [Sinaí] que podía ser tocado y que quemaba con fuego, ni a penumbra, y temible oscuridad, y el torbellino; y el sonido de la trompeta, y a la voz de las palabras, las cuales aquellos que oyeron, rogaron que la palabra no fuera hablada directamente a ellos. (Porque no pudieron soportar lo que estaba siendo ordenado: “Y si incluso un animal toca la montaña, será apedreado, o atravesado con una flecha”; y tan espantosa fue la visión que Moisés dijo, “Estoy grandemente asustado y temblando”.)

          “Sino han venido al Monte Sión, y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial; y a una innumerable compañía de ángeles; a la reunión festiva gozosa; y a la iglesia de los primogénitos, registrada en el libro de vida en el cielo; y a Dios, el Juez de todos; y a los espíritus de los justos que han sido perfeccionados; y a Jesús, el Mediador del Nuevo Pacto; y a la aspersión de la sangre de ratificación, proclamando cosas superiores que esas de Abel.” (Hebreos 12:12-15, 18-24).

          Somos llamados la “Iglesia de los primogénitos” (Hebreos 12:23) y los primeros frutos para Dios (Santiago 1:18). Esto significa que el resto de la cosecha de la cebada de 7 semanas, representa a aquellos que serán resucitados a vida eterna en la primera resurrección. El patrón de las “7 Iglesias” en Apocalipsis 2 y 3 es un paralelo de las 7 semanas de conteo hacia Pentecostés, con el día 50 representando la primera resurrección a vida eterna.

          Nuevamente, encontramos el mismo patrón—Jesucristo el Primer Fruto, luego el resto de la cosecha, la Iglesia, a Su venida: “Pero ahora Cristo ha sido levantado de los muertos; Él ha llegado a ser el primer fruto de aquellos que han dormido [muerto en la fe]. Porque ya que por un hombre vino la muerte, por un hombre también vino la resurrección de los muertos. Porque como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán hechos vivos. Pero cada uno en su propio orden: Cristo el primer fruto; luego, aquellos que son de Cristo a Su venida” (I Corintios 15:20-23).

          Tenemos el más grande llamado y destino—¡ser los hijos e hijas de Dios en la primera resurrección! En aquel tiempo, seremos glorificados con un cuerpo y mente espiritual. Pablo escribe de esta promesa: “Pero para nosotros, la mancomunidad de Dios existe en los cielos, desde donde también estamos esperando al Salvador, el Señor Jesucristo; Quien transformará nuestros viles cuerpos, para que puedan ser conformados a Su glorioso cuerpo, de acuerdo al trabajo interno de Su propio poder, por el cual Él es capaz de someter todas las cosas a Sí mismo” (Filipenses 3:20-21).

          El apóstol Pedro también escribe de esto: “Gracia y paz sean multiplicadas a ustedes en el conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor, de acuerdo a como Su divino poder nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y a la santidad, a través del conocimiento de Quien nos llamó por Su propia gloria y virtud; a través de la cual Él nos ha dado las más grandes y preciosas promesas, que a través de estas ustedes pueden convertirse en participes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que está en el mundo a través de lujuria” (II Pedro 1:2-4).

          Hoy, con el mundo en las garras de la ilegalidad y opresión satánica, necesitamos ser animados para mantener nuestras mentes fijas en el gran propósito de Dios para nosotros—el Reino de Dios, la resurrección, y la Familia de Dios. Dios motivó a los apóstoles a través del poder del Espíritu Santo a escribir de estas promesas sorprendentes. Juan escribe: “¡He aquí! ¡Qué glorioso amor nos ha dado el Padre, que deberíamos ser llamados los hijos de Dios! Por esta misma razón, el mundo no nos conoce porque no lo conoció a Él. Amados, ahora somos los hijos de Dios, y no ha sido revelado aun lo que seremos; pero sabemos que cuando Él sea manifestado, seremos como Él, porque lo veremos exactamente como Él es. Y todo el que tiene esta esperanza en Él se purifica a sí mismo, incluso como Él es puro” (I Juan 3:1-3).

          Un resumen de los eventos claves relacionados a Pentecostés: El uso exclusivo de Dios de la Fiesta de Pentecostés en el pasado ha magnificado y adicionado a su significado. Hoy, cuando observamos Pentecostés, podemos recordar las lecciones de la Fiesta en el Antiguo y Nuevo Testamentos:

          1) Dios dio los Diez Mandamientos a Israel (Éxodo 20:1-17; Deuteronomio 5:7-21).

          2) Israel celebraba la cosecha completa de los primeros frutos del trigo y la cebada (Éxodo 23:16).

          3) Dios envió el Espíritu Santo para comenzar Su Iglesia.

          4) Después de nuestro arrepentimiento y conversión, con el Espíritu Santo morando en nosotros, Dios comienza a escribir Sus leyes y mandamientos en nuestros corazones y mentes (Hebreos 10:16).

          5) La predicación milagrosa de los apóstoles en muchos idiomas fue un cumplimiento directo de la profecía de que el Evangelio sería predicado en todo el mundo, a todas las naciones (Mateo 28:18-20; Lucas 24:44-47; Hechos 1:8).

          6) Al enviar el Espíritu Santo, Dios señaló que Él iba a rechazar y ultimadamente a destruir el templo y su sistema de adoración (Isaías 66:1-4; Mateo 22:1-7; Hechos 7:44-50).

          7) Todos los que desean adorar a Dios el Padre pueden hacerlo ahora en espíritu y en verdad—desde cualquier ubicación en el mundo, no tan solo en el templo en Jerusalén como Dios había ordenado a Israel (Juan 4:20-24; Hebreos 10:16-22).

          ¿Cuál día es el “Ultimo día”? Hace algunos años, un hombre escribió un libro reclamando que la primera resurrección tendría lugar en el Último Gran Día, el octavo día después de los siete días de la Fiesta de Tabernáculos (Levítico 23:34, 39). Así, con este razonamiento, la primera resurrección sería en realidad lo último que tendría lugar en el Plan de Dios. Esto no tiene sentido en absoluto. Él basó su conclusión en la declaración de Jesús encontrada en Juan 6:39, “Y esta es la voluntad del Padre, Quien Me envió: que de todos los que Él Me ha dado, Yo no debería perder ninguno, sino debería levantarlos en el último día.

          Si la declaración de Jesús no significa el “Último Gran Día” después de la Fiesta de Tabernáculos, entonces ¿qué significa?

          Dado que Jesús hizo algunas otras referencias al “ultimo día” en Juan 6, examinaremos estas Escrituras y determinaremos el contexto general de Sus declaraciones: “Y ésta es la voluntad de Quien Me envió: que todo el que vea al Hijo, y crea en Él, pueda tener vida eterna; y Yo lo levantaré en el último día…. Nadie puede venir a Mí a menos que el Padre, Quien Me envió, lo atraiga; y Yo lo levantaré en el último día.Aquel que come Mi carne y bebe Mi sangre tiene vida eterna, y Yo lo levantaré en el último día” (versos 40, 44, 54).

          Es aparente que Jesús está hablando de aquellos quienes serían llamados y convertidos en el tiempo de vida presente de uno y estarían en la primera resurrección. Él no está hablando de aquellos que serán resucitados en la segunda resurrección a una segunda vida física en la carne para que tengan su primera oportunidad de salvación. La segunda resurrección es representada por el octavo día, el Último Gran Día después de los 7 días de la Fiesta de Tabernáculos.

          Considere esto: Dado que a los que Jesús se está refiriendo en Juan 6 estarán en la primera resurrección, ¿por qué Él hizo la declaración 4 veces, “Los levantaré en el último día”? Dado que sabemos que la Fiesta de Pentecostés representa la primera resurrección, ¿por qué Jesús dijo que los santos serían resucitados a vida eterna “en el último día”?

          La respuesta es encontrada en la estructura del Calendario Hebreo Calculado (CHC). El CHC es contado con el primer día del séptimo mes, la Fiesta de Trompetas, siendo el primer día del año. Por tanto, cuando los Días Santos son contados comenzando con Trompetas como el primer Día Santo, tenemos la siguiente secuencia de Días Santos:

          1) Trompetas              5) Pascua—no un Día Santo

          2) Expiación               6) Primer Día de Panes sin Levadura

          3) Tabernáculos          7) Ultimo Día de Panes sin Levadura

          4) Ultimo Gran Día    8) Pentecostés

          Cuando las fiestas de Dios son contadas desde Trompetas, Pentecostés, que representa la primera resurrección, es en realidad “el ultimo día.” Es por eso que Jesús declaró que aquellos que son convertidos en esta era serán levantados en “el último día”—el cual es Pentecostés cuando es contado desde el comienzo del CHC, con la Fiesta de Trompetas como el primer Día Santo del año.

          Note que en la secuencia del CHC de conteo de las Fiestas, Pentecostés es la octava Fiesta de Dios, así como el ultimo día. Más aun, el numero 8 significa un nuevo comienzo. La primera resurrección es el nuevo comienzo de vida eterna para todos los santos. Más aun, cuando se cuentan los 50 días a Pentecostés, el día 50 es el primer día después de la séptima semana o séptimo sábado, haciendo este el primer día de la octava semana. Finalmente, este día es el octavo primer día de la semana desde el comienzo del conteo de 50 días.

          Cuando entendemos lo que Jesús quiso decir al declarar que Él los “resucitaría en el último día,” podemos ver que la primera resurrección no ocurre en la Fiesta de Trompetas. La razón es esta: Trompetas es el primer día del conteo, no el último día. De otro lado, cuando se cuenta desde el mes de Nisan como el primer mes, la secuencia de las Fiestas es totalmente diferente: Pentecostés es la cuarta Fiesta y el tercer Día Santo, y Trompetas es la quinta Fiesta y el cuarto Día Santo. En esta secuencia, ningún día puede ser el “último día.”

          Jesús declaró que Él resucitaría a aquellos en la primera resurrección a vida eterna “en el último día.” Sus declaraciones solo pueden ser ciertas al contar desde la Fiesta de Trompetas como el primer día del año de acuerdo al CHC. Esto significa que Trompetas no puede representar la primera resurrección. Más aun, dado que la Fiesta de Trompetas es un memorial de toque de trompetas, otro problema se presenta: ¡No es posible decir cuando sería tocada la última trompeta para señalar la primera resurrección! ¿Qué si la última trompeta a ser tocada en la Fiesta de Trompetas sonara al ocaso, terminando el día de la Fiesta? Entonces Trompetas no puede representar la primera resurrección ¡bajo ninguna circunstancia!

          Las Escrituras revelan que la única secuencia del toque de trompetas es encontrada en el libro de Apocalipsis, capítulos 7, 8 y 11—las 7 trompetas tocadas por los 7 ángeles. En el capítulo 11, la séptima trompeta, o última trompeta es tocada. Entonces la Palabra de Dios en sí misma proclama la primera resurrección—la cual tiene que ser en el día de Pentecostés, como las Escrituras nos dicen. Note:

          “Entonces el séptimo ángel tocó su trompeta; y hubo grandes voces en el cielo diciendo, “Los reinos de este mundo han llegado a ser los reinos de nuestro Señor y Su Cristo, y Él reinará en los siglos de eternidad.” [el último día de gobierno del hombre bajo Satanás el diablo]. Y los veinticuatro ancianos, quienes se sientan delante de Dios sobre sus tronos, cayeron sobre sus caras y adoraron a Dios, diciendo, “Te damos gracias, Oh Señor Dios Todopoderoso, Quien es, y Quien era, y Quien está por venir; porque has tomado para Ti mismo Tu gran poder, y has reinado.

          “Porque las naciones estaban furiosas, y Tu ira ha venido, y el tiempo de los muertos para ser juzgados, y dar la recompensa a Tus siervos los profetas, y a los santos, y a todos aquellos que temen Tu nombre, los pequeños y los grandes [la resurrección en la 7ma trompeta—la última trompeta]; y para destruir a aquellos que destruyen la tierra.” Y el templo de Dios en el cielo fue abierto, y el arca de Su pacto fue vista en Su templo; y hubo rayos, y voces, y truenos, y un terremoto y gran granizo” (Apocalipsis 11:15-19).

          Cuando la primera resurrección tenga lugar, ángeles llevarán a los santos a un mar de vidrio gigantesco en las nubes sobre Jerusalén para reunirse con Cristo. “Y vi un mar de vidrio mezclado con fuego, y aquellos que habían obtenido la victoria sobre la bestia, y sobre su imagen, y sobre su marca, y sobre el número de su nombre, de pie sobre el mar de vidrio, teniendo las liras de Dios. Y estaban cantando la canción de Moisés, el siervo de Dios, y la canción del Cordero, diciendo, “Grandes y asombrosas son Tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son Tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no Te temerá, Oh Señor, y glorificará Tu nombre? Porque solo eres santo; y todas las naciones vendrán y adorarán delante de Ti, porque Tus juicios han sido revelados” ” (Apocalipsis 15:2-4).

          Otras cosas que tendrán lugar en el Mar de Vidrio antes que Cristo y los santos regresen a la tierra a establecer el Reino de Dios:

          1) Los santos recibirán sus nuevos nombres (Apocalipsis 2:17).

          2) A los santos les son dadas sus recompensas (I Corintios 3:8; Apocalipsis 11:18; 22:12; II Juan 8).

          3) Los santos recibirán sus asignaciones como reyes o sacerdotes (Apocalipsis 20:6).

          4) El matrimonio del Cordero y Su novia tendrá lugar (Apocalipsis 19:6-8).

          5) La cena matrimonial tendrá lugar (Apocalipsis 19:9; Mateo 22:1-13).

          6) Los santos atestiguarán las 7 plagas derramadas—la venganza de Dios (Apocalipsis 15:5-8; 16:1-21; Salmos 149:4-9). La séptima plaga será la Batalla de Armagedón.

          7) Los santos serán reunidos en el ejército de Dios y pelearán junto con Cristo mientras regresan a la tierra con Jesús para establecer el Reino de Dios (Apocalipsis 19:11-21; Zacarías 14:1-9).

          Tomará tiempo para que todas estas cosas transpiren, indudablemente extendiéndose desde el día de Pentecostés hasta la Fiesta de Trompetas—alrededor de 4 meses, cumpliendo así los eventos de Apocalipsis capítulos 15-16 y 18-19.

          Entonces, la Palabra de Dios revela que así como Dios comenzó la Iglesia en Pentecostés al enviar el Espíritu Santo, Él completará la cosecha de Su Iglesia—los primeros frutos espirituales—en Pentecostés. En aquel día Dios resucitará de los muertos a todos los santos rectos—desde Abel, el primer mártir, hasta los dos testigos, los últimos mártires. En la resurrección, todos seremos cambiados en un parpadeo de ojo y se nos darán cuerpos gloriosos e inmortales como los hijos e hijas espirituales de Dios el Padre. “…estamos esperando al Salvador, el Señor Jesucristo; Quien transformará nuestros viles cuerpos, para que puedan ser conformados a Su glorioso cuerpo, de acuerdo al trabajo interno de Su propio poder, por el cual Él es capaz de someter todas las cosas a Sí mismo.” (Filipenses 3:20-21). Como seres espirituales glorificados, brillaremos como las estrellas del cielo (Daniel 12:1-3; Mateo 13:43). Este es el significado de la Fiesta de Pentecostés—la cosecha de los primeros frutos. Este año Pentecostés es el 24 de Mayo del 2015.

          En mayo, tendremos nuestra Conferencia de Ancianos en Florence, Kentucky, en el Hilton del aeropuerto. Tendremos los servicios de Sábado el 9 de Mayo, con sesiones en la mañana y tarde.

          Estamos alcanzando a muchos hermanos y gente nueva a través de nuestros sitios web. Los primeros 3 meses del 2015 tuvimos más de 458,000 visitantes distintos. Asegúrese y visite nuestro nuevo sitio web afaithfulversion.org. Este tiene el texto digital completo de La Santa Biblia en Su orden original (en inglés solamente), además de todos los comentarios y apéndices. El Nuevo Testamento tiene completo el texto y audio; el Antiguo Testamento tiene completo el texto y audio para la primera división de la Biblia, la Ley—los 5 primeros libros. Puede usar el texto y audio en sus teléfonos y otros aparatos.

          Hermanos, gracias por su amor continuo y oraciones. Por favor oren cada día por todos aquellos hermanos que necesitan sanidad, ánimo y fortaleza—y por aquellos que necesitan trabajo. Oramos por ustedes cada día que Dios este con ustedes, los ayude, guie, sane y proteja—especialmente mientras este mundo llega a ser más peligroso cada día. Gracias por sus diezmos y ofrendas de modo que podemos continuar juntamente alimentando el rebaño de Dios y predicando el Evangelio al mundo. Recuerde, ¡permanezcamos en gracia, caminemos en fe, creamos en esperanza y vivamos en amor! Que Dios los bendiga en todas las cosas.

 

Con amor en Cristo Jesús,

 

 

 

 

Fred R. Coulter

FRC