CAPITULO 10

(Tomado del libro “Días festivos ocultos o Días Santos de Dios¿Cuáles?”)

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Un recorrido de las Fiestas de Dios y Días Santos en el Antiguo Testamento 

 

Por

Fred R. Coulter

www.iglesiadedioscristianaybiblica.org

 

Ya que Dios nunca ha aceptado en ningún momento algún día festivo pagano oculto como un día de adoración a Él, ¿Cuáles son entonces las verdaderas fiestas y días santos de Dios? Para responder esta pregunta, comenzaremos examinando las Escrituras del Antiguo Testamento. Aprenderemos que a través de la historia Dios ha usado Sus fiestas anuales y días santos para hacerse conocer a Si mismo al pueblo de Abraham, Isaac y Jacob—los hijos de Israel—y al mundo en especial, en formas poderosas. De hecho, las fiestas bíblicas y días santos tienen un gran significado para el pueblo de Dios y para el mundo porque ellas delinean Su plan para la humanidad.

 

Dios planeó Sus fiestas y Días Santos desde el principio

 

En el principio Dios creó el ciclo semanal de siete días con el séptimo día siendo Su Sábado santo. De la misma manera, desde el principio Dios creó el ciclo anual para sus fiestas anuales y días santos. En Génesis leemos: “Y Dios dijo, “Hayan luces en el firmamento de los cielos para dividir entre el día y la noche, y sean por señales, y por temporadas designadas, y por días y años;” (Génesis 1:14). Las señales son las estrellas y los cuerpos celestiales los cuales testifican continuamente que Dios es el Creador de los cielos y la tierra. Las temporadas son para las fiestas anuales de Dios que Él ordena sean observadas en sus tiempos señalados. Los días no son solamente para el ciclo semanal y el séptimo día-Sábado, sino son también para los días santos anualeslos Sábados anuales que son adicionales al Sábado semanal.

Dios también testifica que el Cuarto Mandamiento—con respecto al día Sábado semanal—es el fundamento de todas Sus fiestas anuales y días santos. “Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo, “Habla a los hijos de Israel y diles, ‘Con respecto a las fiestas designadas del SEÑOR, las cuales proclamarán ser santas convocaciones, incluso estas son Mis fiestas designadas. Seis días el trabajo será hecho, pero el séptimo día es el Sábado de descanso, una santa convocación. No harán ningún trabajo. Es un Sábado para el SEÑOR en todas sus viviendas.” (Levítico 23:1-3). Las instrucciones de Dios a Moisés concerniente al Sábado semanal son vitales porque apuntan específicamente al mandamiento del Sábado como el mandamiento santificador para las temporadas de fiestas de Dios, como se encuentra en el siguiente verso: “Estas son las fiestas designadas del SEÑOR, santas convocaciones las cuales proclamarán en sus temporadas designadas.” (verso 4).

No hay duda que Dios ha ordenado que Sus fiestas anuales sean proclamadas en sus temporadas. Estos días santos anuales son también Sábados—santas convocaciones. La mayoría de gente, sin embargo, ha sido engañada al creer que el Sábado semanal así como las fiestas anuales y días santos de Dios son solamente para los judíos. Incontables teólogos e iglesias declaran que porque Dios llevó los rituales del templo y los sacrificios animales a un fin a través del sacrificio de Jesucristo, a la gente ya no se le requiere guardar el Sábado bíblico, los días santos y las fiestas santas. Todos estos reclamos son infundados. Estos días le pertenecen a Dios, Él los creó, Él es el dueño de ellos y Él demanda que los guardemos—semanalmente y anualmente en sus temporadas.

¿Cuáles son las fiestas y Sábados anuales que Dios nos ordena guardar? ¿Cuándo deben ser guardados?

El Calendario Hebreo Calculado: Dios no ha dejado al hombre a sus propias invenciones auto-serviles para determinar cuando se deben guardar las fiestas anuales y los días santos. Necesitamos darnos cuenta de que Dios calcula el tiempo diferente a lo que lo hacemos nosotros hoy con nuestro calendario romano. Primero, la Biblia enseña que un día es contado de ocaso a ocaso (Levítico 23:32), en vez de medianoche a medianoche. Segundo, Dios ha colocado los meses y el año basado en la relación de la tierra con el sol y la luna. Para saber cuando se deben guardar los Sábados anuales de Dios, Él tiene que darle a Su pueblo el Calendario Hebreo Calculado sagrado solar/lunar—ya que fue indudablemente usado por los antiguos hebreos, incluyendo Abraham, Isaac y Jacob. Más tarde, cuando Dios estableció Su pacto con Israel, Él proveyó los métodos de cálculo a los sacerdotes y levitas, para que ellos pudieran establecer las fiestas anuales de Dios en sus temporadas. De acuerdo al Calendario Hebreo, Dios ha colocado el primer mes del año sagrado al principio de la primavera, lo cual corresponde a Marzo/Abril en el calendario romano. El primer mes fue originalmente llamado Abib, que significa “espigas verdes” de grano (Éxodo 13:4). Más tarde, fue llamado Nisán.

 (Para una información detallada del Calendario Hebreo Calculado sagrado, por favor visite la sección El Calendario Hebreo Calculado).

Las Escrituras demuestran que Dios siempre ha usado Sus fiestas y días santos para cumplir Sus promesas y lograr Su voluntad en formas profundas, poderosas y significativas—a menudo involucrando eventos que hacen historia. Desde el principio del tiempo, las fiestas y días santos de Dios han revelado Sus intervenciones directas y mayores en Su trato con Abraham, Isaac y Jacob, las doce tribus de Israel y el mundo—pasado, presente y futuro. Ellas también presagiaron y profetizaron la primera venida del Mesías, Jesucristo, “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Es a través del conocimiento y el guardar las fiestas y días santos de Dios que Él continua impartiendo entendimiento a Su pueblo concerniente a Su plan de salvación y eventos proféticos aun por cumplirse.

 

Las fiestas y Días Santos de Dios en el Antiguo Testamento no dependían de rituales y sacrificios

 

Es imperativo entender que Dios ordenó guardar Sus fiestas antes de darle cualquier mandamiento a Moisés concerniente a los sacrificios y rituales animales en el tabernáculo/templo. Consecuentemente, los días santos y fiestas de Dios no permanecen o caen por causa de los sacrificios y rituales desempeñados en esos días.

Ahora, sabemos que el séptimo día semanal-Sábado debe ser guardado sin tener en cuenta los sacrificios animales o los rituales sacerdotales. Ya que los días santos son Sábados anuales, también deben ser guardados sin tener en cuenta tales sacrificios. Este entendimiento es puntuado por el hecho histórico de que antes y después de la destrucción final del templo en el 70 d.C, los judíos fieles de la Diáspora guardaban el Sábado y los días santos donde fuera que ellos estuvieran—completamente cortados de los rituales en el templo. Esto claramente prueba que la observancia de los días santos de Dios no fue, ni es ahora, dependiente de sacrificios o rituales.

En los siguientes versos, encontramos que no hay ni una sola referencia a ningún sacrificio o ritual: “Guardarán una fiesta a Mi tres veces en el año. Guardarán la fiesta de Panes sin Levadura. Comerán pan sin levadura siete días, como les ordené, en el tiempo designado en el mes de Abib, porque en el ustedes salieron de Egipto. Y nadie aparecerá delante de Mi vacío. También la fiesta de la Cosecha de los Primeros Frutos de sus labores, los cuales han sembrado en el campo [la fiesta de los primeros frutos de cebada/trigo—también llamada Pentecostés]. Y la fiesta de la Cosecha, al final del año, cuando hayan reunido sus labores del campo [la fiesta de Tabernáculos].” (Éxodo 23:14-16).

En Éxodo 34, después de la rebelión de Israel en el Sinaí con el becerro de oro, Dios volvió a declarar Sus mandamientos a Moisés y a los hijos de Israel. Aquí, Dios mezcla Sus mandamientos de guardar las fiestas anuales con algo de los 10 Mandamientos. Al hacerlo así, El muestra que Sus mandamientos de guardar Sus fiestas son tan importantes como los 10 Mandamientos. “Porque no adorarán otros dioses [el Primer Mandamiento], porque el SEÑOR, cuyo nombre es Celoso, es un Dios celoso;… No harán dioses fundidos para sí mismos [el Segundo Mandamiento]. Guardarán la Fiesta de los Panes sin Levadura. Comerán pan sin levadura siete días, como se los ordené, en el tiempo del mes de Abib, porque en el mes de Abib salieron de Egipto. Todo lo que abre el vientre es Mío; todos los primogénitos machos del ganado, de bueyes u ovejas. Pero el primogénito de un burro redimirán con un cordero. Y si no lo redimen, entonces romperán su cuello. Todos los primogénitos de sus hijos redimirán. Y nadie aparecerá delante de Mí vacío. Trabajarán seis días, pero en el séptimo día descansarán. En tiempo de arado y de cosecha descansarán [el Cuarto Mandamiento]. Y observarán la Fiesta de las Semanas, de los primeros frutos de la cosecha de trigo [Pentecostés], y la Fiesta de Cosecha al final del año [Tabernáculos]. Tres veces en el año aparecerán todos sus varones ante el Señor DIOS, el Dios de Israel,… Y el SEÑOR dijo a Moisés, “Escribe estas palabras para ti mismo, porque de acuerdo a estas palabras he hecho un pacto contigo y con Israel.” Y él estuvo allí con el SEÑOR cuarenta días y cuarenta noches. No comió pan ni bebió agua. Y Él escribió sobre las tabletas las palabras del pacto, los Diez Mandamientos.” (Éxodo 34:14, 17-23, 27-28).

Cuarenta años más tarde, Moisés re-declaró vigorosamente los mandamientos y el pacto de Dios a los hijos de Israel justo antes de que ellos entraran a la Tierra Prometida. De nuevo, vemos que Dios no hace mención de sacrificios en estos versos: “Tres veces en un año aparecerán todos sus varones delante del SEÑOR su Dios en el lugar el cual Él escogerá: en la Fiesta de Panes sin Levadura, y en la Fiesta de las Semanas [Pentecostés], y en la Fiesta de Tabernáculos.  Y no aparecerán delante del SEÑOR vacíos, cada hombre dará como sea capaz, de acuerdo a la bendición del SEÑOR su Dios, la cual Él le ha dado.” (Deuteronomio 16:16-17).

 

Un listado de todas las Fiestas y Días Santos de Dios

 

En Levítico 23, Dios lista todas las fiestas y días santos que Él le ordena a Su pueblo guardar, comenzando con el séptimo día semanal Sábado. Antes de ir allá, debería ser notado que Levítico es básicamente un libro de instrucciones para los sacerdotes y levitas, dando instrucciones detalladas de cómo debían llevar a cabo sus labores en el tabernáculo/templo. En los capítulos 1-7, Dios instruyó a los sacerdotes y levitas concerniente a todos los sacrificios animales, las oblaciones y las ofrendas de grano/cereal a ser ofrecidas en el tabernáculo/templo. También, en Números 28-29, Dios dio un listado completo de todos los sacrificios que los sacerdotes debían ofrecer—cubriendo los sacrificios diarios, del Sábado, los mensuales, y los de los días santos.

Sin embargo, como hemos visto, las fiestas y días santos de Dios no dependían de sacrificios animales u otros rituales. (Un estudio completo del sistema de sacrificios hebreo está contenido en La Ley de las ofrendas, por Andrew Jukes, ISBN 0-8254-2957-9. Jukes detalla cómo cada aspecto de los sacrificios y rituales físicos fueron, en realidad, tipos proféticos del sacrificio y sacerdocio de Jesucristo.)

Ahora podemos examinar las fiestas y días santos de Dios en Levítico 23, resumiendo su significado como es encontrado en el Antiguo Testamento.

Todas son santas convocaciones: “Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo, “Habla a los hijos de Israel y diles, ‘Con respecto a las fiestas designadas del SEÑOR, las cuales proclamarán ser santas convocaciones, incluso estas son Mis fiestas designadas.” (Levítico 23:1-2). De nuevo, el Señor dejó abundantemente claro que todos los días santos y fiestas les pertenecen a Dios—no a los judíos.

El Sábado semanal: “Seis días el trabajo será hecho, pero el séptimo día es el Sábado de descanso, una santa convocación. No harán ningún trabajo. Es un Sábado para el SEÑOR en todas sus viviendas.” (verso 3).

Las fiestas anuales del Señor: “Estas son las fiestas designadas del SEÑOR, santas convocaciones las cuales proclamarán en sus temporadas designadas.

·     La Pascua: “En el catorceavo día del primer mes, entre las dos noches, es la Pascua del SEÑOR,” (verso 5).

·     La Fiesta de Panes sin Levadura: “Y en el quinceavo día del mismo mes es la Fiesta de Panes sin Levadura al SEÑOR. Deben comer pan sin levadura siete días. En el primer día tendrán una santa convocación [un día santo]. No harán ningún trabajo servil en el, sino ofrecerán una ofrenda por fuego al SEÑOR siete días. En el séptimo día tendrán una santa convocación. No harán trabajo servil en el.’ ” (versos 6-8).

·     El día de la ofrenda de la Gavilla Mecida: El día de la ofrenda de la Gavilla mecida es un día especial, pero no es un día santo. Este día es siempre el primer día de la semana durante la Fiesta de siete días de Panes de Levadura. En este día una ofrenda especial de lo primero de los primeros frutos de la cosecha de cebada/trigo era hecha por el sumo sacerdote. Es el primer día del conteo de 50 días a la Fiesta de los Primeros Frutos—también conocida como Pentecostés (lo cual significa “cuente cincuenta”). La ofrenda de la Gavilla Mecida señalaba el comienzo de la cosecha de cebada/trigo, y los israelitas no debían comer del nuevo grano hasta que la Gavilla Mecida era ofrecida (versos 9-16).

·     La Fiesta de los Primeros Frutos—Pentecostés: La Fiesta de los Primeros Frutos, un día santo, es el día 50 desde la Gavilla Mecida—siete semanas completas, más un día. (Es también llamada la Fiesta de las Semanas en Deuteronomio 16:9-10, por el conteo de siete semanas completas.) Este es el único día santo de Dios que siempre cae en el primer día de la semana, domingo. Israel debía contar, “incluso hasta el día siguiente al séptimo Sábado [el cual sería un domingo] ustedes contarán cincuenta días. Y ofrecerán una ofrenda del nuevo grano al SEÑOR. Sacarán de sus casas dos panes mecidos de dos décimas partes. Serán de harina fina. Serán horneados con levadura. Son los primeros frutos del SEÑOR.” (versos 16-17)

En este día santo, cada familia debía presentar a los sacerdotes y levitas dos lonjas recién horneadas de pan con levadura hechas con la cebada/trigo de la nueva cosecha, quienes a su vez las mecían delante del Señor. “Y el sacerdote los mecerá con el pan de los primeros frutos, una ofrenda mecida delante del SEÑOR, con los dos corderos. Ellos serán santos para SEÑOR por el sacerdote. Y proclamarán en el mismo día que este sea una santa convocación para ustedes. No harán trabajo servil en el. Será un estatuto para siempre en todas sus viviendas a través de sus generaciones.” (versos 20-21).

·     La Fiesta de Trompetas: Trompetas es el primero de cuatro días santos que Dios ordena ser guardados en el séptimo mes, conocido también como el mes de Tishri. El séptimo mes del Calendario Hebreo corresponde a Septiembre/Octubre en el año romano. “Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo, “Habla a los hijos de Israel diciendo, ‘En el séptimo mes, en el primer día del mes, tendrán un Sábado anual, un memorial al toque de los cuernos del carnero, una santa convocación. No harán ningún trabajo servil en el sino que ofrecerán una ofrenda hecha por fuego al SEÑOR.’ ” ” (verso 23-25).

·     El Día de Expiación: El Día de Expiación es un día especial de ayuno a Dios: “Y el SEÑOR habló a Moisés, diciendo, “También, en el décimo día de este séptimo mes, es el Día de Expiación. Será una santa convocación para ustedes. Y afligirán sus almas [es decir un ayuno completo—ni comida ni agua por el día] y ofrecerán una ofrenda hecha por fuego al SEÑOR. Y no harán ningún trabajo en ese mismo día, porque es el Día de Expiación, para hacer expiación por ustedes delante del SEÑOR su Dios, porque cualquiera que no esté afligido en ese mismo día, será cortado de entre su pueblo. Y cualquiera que haga cualquier trabajo en ese mismo día, a él mismo Yo lo destruiré de entre su pueblo. No harán trabajo en ninguna manera. Será un estatuto para siempre a través de sus generaciones en todas sus viviendas. Será para ustedes un Sábado anual de descanso, y se afligirán a sí mismos. En el noveno día del mes al ocaso, desde el ocaso hasta el ocaso, guardarán su Sábado anual.” ” (versos 26-32).

·     La Fiesta de Tabernáculos y el Ultimo Gran Día:Y el SEÑOR habló a Moisés diciendo, “Habla a los hijos de Israel, diciendo, ‘El quinceavo día de este séptimo mes será la Fiesta de Tabernáculos por siete días al SEÑOR. En el primer día será una santa convocación. No harán ningún trabajo servil en el. Siete días ofrecerán una ofrenda hecha por fuego al SEÑOR. En el octavo día [el Ultimo Gran Día] será una santa convocación para ustedes. Y ofrecerán una ofrenda hecha por fuego al SEÑOR… También en el quinceavo día del séptimo mes, cuando hayan reunido el fruto de la tierra, guardarán una fiesta al SEÑOR siete días. En el primer día será un Sábado anual, y en el octavo día será un Sábado anual.” (versos 33-36, 39).

 

De nuevo, Dios declaró enfáticamente que Sus días santos son Sábados: “Estas son las fiestas del SEÑOR las cuales proclamarán ser santas convocaciones para ofrecer una ofrenda hecha por fuego al SEÑOR, un holocausto y una ofrenda de grano, un sacrificio, y ofrendas de bebida, todo en su día; además de los Sábados del SEÑOR [todos los días santos son Sábados], y además de sus regalos, y además de todos sus votos, y además de todas sus ofrendas voluntarias las cuales dan al SEÑOR.” (versos 37-38).

Como veremos, las fiestas y días santos de Dios están intrínsecamente conectados unos con otros—y revelan, paso a paso, el plan maestro de Dios para la humanidad. Comenzaremos con la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura.

 

La Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura en el Antiguo Testamento

 

Dios les ordenó a los hijos de Israel observar su primera Pascua mientras estaban todavía en Egipto (Éxodo 12). Él instruyó a los hombres cabezas de casa a seleccionar un cordero macho del primer año, sin mancha (un tipo de Cristo), en el 10mo día del primer mes. Ellos debían entonces matar el cordero en el 14avo, justo después del ocaso (lo cual también terminaba el 13avo día del mes). Como fueron instruidos, ellos untaron algo de la sangre sobre los postes y dinteles de las puertas de sus casas. La sangre era una señal para protección—para que Dios librara a los primogénitos de los hijos de Israel de la sentencia de muerte que Él iba a ejecutar contra los egipcios. Luego, ellos debían asar el cordero al fuego y comerlo esa noche con pan sin levadura y hierbas amargas. Lo que quedara del cordero debía ser quemado para la mañana (verso 10). Finalmente, ellos no debían dejar sus casas sino hasta la mañana, al alba (verso 22).

A la medianoche del 14avo día, el Señor pasó a través de la tierra de Egipto matando todo primogénito egipcio de hombre y bestia. “Porque pasaré a través de la tierra de Egipto esta noche, y heriré a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, hombre y bestia. Y ejecutaré juicio contra todos los dioses de Egipto. Yo soy el SEÑOR. Y la sangre será para ustedes una señal sobre las casas donde estén. Y cuando Yo vea la sangre, pasaré sobre ustedes. Y la plaga no será sobre ustedes para destruirlos cuando hiera la tierra de Egipto. Y este día será un memorial para ustedes. Y lo guardarán una fiesta al SEÑOR a través de sus generaciones. Lo guardarán una fiesta como una ley para siempre.” (versos 12-14).

El 14avo día del primer mes es llamado la “Pascua” porque Dios pasó sobre las casas de Israel a la medianoche, escatimando a sus primogénitos. “Y será, cuando sus hijos les digan, ‘¿Que significa este servicio para ustedes?’ Entonces ustedes dirán, ‘Es el sacrificio de la Pascua del SEÑOR, Quien pasó sobre las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando Él hirió a los Egipcios y libró nuestras casas.’ ” Y el pueblo inclinó sus cabezas y adoró.” (versos 26-27). Dios les ordenó guardar la Pascua como un memorial de la escatimada de Él de sus primogénitos: “Y este día será un memorial para ustedes. Y lo guardarán una fiesta al SEÑOR a través de sus generaciones. Lo guardarán una fiesta como una ley para siempre.” (verso 14).

La Fiesta de Panes sin Levadura: Al ocaso, comenzando la porción diurna del 14avo día, el día de la Pascua, los hijos de Israel dejaron sus casas, reunieron su ganado, y continuaron despojando a los egipcios mientras se hacían camino hacia la ciudad de Ramesés—el área de asamblea desde la cual comenzarían el Éxodo. “Y los hijos de Israel hicieron de acuerdo a la palabra de Moisés. Y pidieron artículos de plata, y artículos de oro, y vestidos de los egipcios. Y el SEÑOR dio al pueblo favor a la vista de los egipcios, y ellos concedieron su requerimiento, y despojaron a los egipcios.” (Éxodo 12:35-36). Debió haber tomado la mayoría de la porción diurna del 14avo día para que los hijos de Israel se reunieran en Ramesés. Luego comenzó en Éxodo al ocaso, el cual terminaba el 14avo día y comenzaba el 15avo día del mes—el primer día de la Fiesta de Panes sin Levadura.

Dios dirigió a los hijos de Israel a observar la Fiesta de Panes sin Levadura por siete días, comenzando en el 15avo día del primer mes: “Comerán pan sin levadura siete días; incluso el primer día habrán desechado la levadura de sus casas; porque quienquiera que coma pan leudado desde el primer día hasta el séptimo día, esa alma será cortada de Israel. Y en el primer día habrá una santa convocación, y en el séptimo día habrá una santa convocación para ustedes. Ninguna clase de trabajo será hecho en ellos, excepto ese el cual todo hombre debe comer, eso únicamente puede ser hecho por ustedes. Y guardarán la Fiesta de Panes sin Levadura, porque en este mismísimo día [esa noche] Yo he sacado sus ejércitos de la tierra de Egipto. Por tanto guardarán este día en sus generaciones como una ley para siempre… Y los hijos de Israel viajaron desde Ramesés hasta Sucot, los hombres siendo alrededor de seiscientos mil a pie, además de los pequeños.” (versos 15-17, 37).

Y ellos salieron de Ramesés en el primer mes, en el quinceavo día del primer mes. El siguiente día después del día de la Pascua, los hijos de Israel salieron con una mano alta a la vista de todos los egipcios,” (Números 33:3). Por lo tanto, los hijos de Israel dejaron Egipto de noche: “ “Observen el mes de Abib, y guarden la Pascua al SEÑOR su Dios [en el 14avo día]. Porque en el mes de Abib, el SEÑOR su Dios los sacó de Egipto de noche [en el 15avo día].” (Deuteronomio 16:1)

La noche para ser muy observada: El Éxodo en realidad comenzó cuando el sol se estaba poniendo en el 14avo día y el 15avo día estaba empezando. (Recuerde, Dios cuenta cada día de ocaso a ocaso.) Dios sacó a los hijos de Israel de Egipto de noche—la noche del 15—la cual es una noche especial para ser “muy observada al Señor” cuando empieza la Fiesta de Panes sin Levadura. “Y sucedió al final de los cuatrocientos treinta años, fue incluso en ese mismísimo día, que todos los ejércitos del SEÑOR salieron de la tierra de Egipto. Es una noche para ser muy observada al SEÑOR por sacarlos de la tierra de Egipto. Esta es esa noche del SEÑOR para ser observada por todos los hijos de Israel en sus generaciones.” (Éxodo 12:41-42).

La “Noche para ser muy observada” también conmemora otro evento inmortalizado que pasó en la misma noche 430 años antes. Por un juramento de pacto especial, el Señor DIOS confirmó Sus promesas a Abraham de que Él ciertamente sacaría a los hijos de Israel de la cautividad en Egipto en esa noche particular—la noche del 15. (Este pacto especial que Dios hizo con Abraham tuvo lugar en un periodo de 2 días, el 14 y el 15—y es en realidad el origen de la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura para ambos el Antiguo y Nuevo Testamento. En La Pascua Cristiana por Fred R. Coulter, se encuentra una explicación detallada del significado del pacto especial de Dios con Abraham en las págs. 266-298).

El primer día de la Fiesta de Panes sin Levadura: En el primer día, Moisés explicó el propósito del primer día santo: “Y Moisés le dijo a la gente, “Recuerden este día en el cual salieron de Egipto, de la casa de esclavitud; porque el SEÑOR los sacó de este lugar por la fuerza de Su mano. No será comido pan con levadura. En este día ustedes salen, en el mes de Abib. Y será cuando el SEÑOR los entre en la tierra de los cananitas y los hititas y los amoritas y los hivitas y los jebusitas, los cuales Él juró a sus padres dárselo, una tierra fluyendo con leche y miel, que ustedes guardarán este servicio en este mes. Comerán pan sin levadura siete días, y en el séptimo día será una fiesta para el SEÑOR. Pan sin levadura será comido siete días. Y no será visto pan leudado con ustedes, ni será vista levadura con ustedes en todas sus fronteras. Y le dirán a su hijo en ese día, diciendo, ‘Esto es por lo que el SEÑOR hizo por mi cuando salí de Egipto.’ Y será una señal [Génesis 1:14, Éxodo 31:13; guardar la Fiesta de Panes sin Levadura es una señal] para ustedes sobre su mano, y un memorial entre sus ojos, para que la ley del SEÑOR pueda estar en su boca, porque con mano fuerte el SEÑOR los ha sacado de Egipto. Por tanto guardarán esta ley en sus temporadas de año en año.” (Éxodo 13:3-10).

Una nota final importante: Comenzando la noche del Éxodo, Dios proveyó un pilar de fuego en la noche y un pilar de nube en el día (versos 21-22).

Dios ha revelado que el propósito de la Fiesta de Panes sin Levadura era: 1) Enseñarle a Israel que únicamente Dios podía liberarlos de la esclavitud en Egipto y llevarlos a la Tierra Prometida; y 2)  Ser una señal de “que la ley del Señor pueda estar en su boca.”

El séptimo día de la Fiesta de Panes sin Levadura: La cronología del Éxodo muestra que los hijos de Israel habían llegado al Mar Rojo para el sexto día de la Fiesta de Panes sin Levadura. Mientras tanto, el Faraón ya había reunido su ejército—todos los carruajes de Egipto, más seiscientos carruajes escogidos estuvieron en la persecución. El ejército egipcio atrapó a los israelitas mientras ellos acampaban a lo largo de la orilla del Mar Rojo. Al principio la gente estuvo asustada y se quejó con Moisés, pero él les dijo: “… “¡No teman! Permanezcan quietos y vean la salvación del SEÑOR la cual Él obrará por ustedes hoy, porque los egipcios a quienes han visto hoy, ¡nunca los verán de nuevo! El SEÑOR peleará por ustedes, y ustedes estarán quietos.” Y el SEÑOR dijo a Moisés, “¿Porque clamas a Mí? Diles a los hijos de Israel que avancen. Y tú—levanta tu vara, y estira tu mano sobre el mar, y divídelo. Y los hijos de Israel irán sobre tierra seca por en medio del mar. Y he aquí, estoy a punto de endurecer los corazones de los egipcios, y ellos los seguirán. Y tendré honor para Mí mismo sobre Faraón, y sobre todo su ejército, sobre sus carros y sobre sus jinetes.” (Éxodo 14:13-17).

Esa noche Dios partió las aguas del Mar Rojo milagrosamente con un fuerte viento oriental. En las tempranas horas del alba del séptimo día de la Fiesta de Panes sin Levadura, los hijos de Israel caminaron a través del piso seco del mar y llegaron seguros al otro lado. Cuando los egipcios vieron esto, fueron de bruces dentro del Mar Rojo tras los hijos de Israel—en un intento final e inútil de llevarlos de regreso a Egipto y esclavizarlos de nuevo. Pero Dios intervino poderosamente y rescató a los hijos de Israel de los egipcios: “Y el SEÑOR dijo a Moisés, “Estira tu mano sobre el mar, para que las aguas puedan volver sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre sus jinetes.” Y Moisés extendió su mano sobre el mar. Y el mar regresó a su fuerza cuando la mañana apareció. Y los egipcios trataron de huir de el. Y el SEÑOR derribó a los egipcios en medio del mar. Y las aguas volvieron y cubrieron los carros y los jinetes, todo el ejercito de Faraón que entró al mar tras ellos. No quedaron de ellos allí tantos como uno. Pero los hijos de Israel caminaron sobre tierra seca a través del medio del mar. Y las aguas eran un muro para ellos a su mano derecha y a su izquierda. Así salvó el SEÑOR a Israel aquel día de la mano de los egipcios. E Israel vio a los egipcios muertos sobre la orilla del mar. E Israel vio aquella gran obra la cual el SEÑOR hizo sobre los egipcios. Y el pueblo temió al SEÑOR, y le creyó al SEÑOR y a Su siervo Moisés.”  (Éxodo 14:26-31).

Dios usó el día de Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura para cumplir Sus promesas a Abraham, Isaac y Jacob y a los hijos de Israel. Estos días no solamente representan eventos trascendentales que Dios ha desempeñado por Israel, sino que también contienen lecciones vitales para nosotros hoy. Al guardar estos días, los hijos de Israel debían recordar siempre que la sangre del cordero pascual salvo a sus primogénitos. Así también, ellos debían guardar el primer día de la Fiesta de Panes sin Levadura en recuerdo de su liberación de la esclavitud y su éxodo de Egipto. El significado del séptimo día de la fiesta se encuentra en el registro del cruce de Israel del Mar Rojo: 1) No debemos tener miedo o quejarnos, porque Dios peleará nuestras batallas por nosotros; y 2) Se requiere el poder de Dios para rescatarnos de Satanás el diablo y sus legiones de demonios, como es simbolizado por el Faraón y sus ejércitos quienes se ahogaron en el Mar Rojo.

A través de la Biblia Dios muestra que Egipto es un tipo de pecado, así como también un tipo de la sociedades pecaminosas y satánicas del hombre. Una vez los hijos de Israel hubieron guardado la Pascua, tuvieron que dejar Egipto y su camino de vida como esclavos y siervos de los egipcios. Así, al guardar la Fiesta de Panes sin Levadura hoy, nosotros aprendemos una gran lección espiritual: Únicamente Dios puede liberarnos de la esclavitud del pecado, otorgarnos salvación y guiarnos en Su camino.

La Pascua y Panes sin Levadura bajo Ezequías: Encontramos que cuando los hijos de Israel obedecían a Dios y guardaban Su Sábado, las fiestas y días santos, Él los bendecía ricamente. Sin embargo, en sus muchas rebeliones y pecados contra el Señor, los hijos de Israel y Judá también sufrieron maldiciones bajo la mano correctora de Dios.

En los días del rey Acaz, el pueblo de Dios lo rechazó y adoró varios dioses falsos. Acaz caminó en los caminos de Jeroboam y los reyes de Israel, haciendo al pueblo de Judá pecar grandemente—al sacrificar a otros dioses, erigir imágenes fundidas de Baal (el dios sol), y quemar a los niños en el fuego a Moloc. “Y en el tiempo de su angustia él infringió incluso más contra el SEÑOR, este mismo rey Acaz, porque sacrificó a los dioses de Damasco quienes lo golpearon. Y él dijo, “Porque los dioses de los reyes de Siria los ayudaron, sacrificaré a ellos para que ellos puedan ayudarme.” Pero ellos fueron la ruina de él y de todo Israel. Y Acaz reunió las vasijas de la casa de Dios y redujo a pedazos las vasijas de la casa de Dios, y cerró las puertas de la casa del SEÑOR. E hizo él mismo altares en cada esquina de Jerusalén. Y en cada ciudad separada de Judá él hizo lugares altos para quemar incienso a otros dioses y provocar al SEÑOR Dios de sus padres a ira.” (II Crónicas 28:22-25).

De nuevo, vemos el patrón ilógico del pecado, la rebelión y la adoración a dioses falsos por los reyes y el pueblo de Israel y Judá. Sin embargo, porque Dios es misericordioso, cuando fuera que los hijos de Israel se arrepintieran de sus pecados y apostasía y de servir a dioses falsos, Él los perdonaba. Luego, por un tiempo, Israel regresaba a Dios y guardaba Sus mandamientos, la Pascua y los días santos.

Acaz murió en el 723 a.C, y su hijo Ezequías llegó a ser rey. Ezequías instituyó una gran reforma y llevó a Judá de regreso a servir y adorar al verdadero Dios. Acaz había profanado descaradamente el templo a tal extremo que—cuando Ezequías comenzó su renacimiento—los sacerdotes y levitas no pudieron limpiarlo a tiempo para guardar la Pascua en el primer mes. Consecuentemente, Ezequías hizo un decreto a través de toda la tierra de que Judá e Israel celebrarían la Pascua en el 14avo día del segundo mes, exactamente como Dios había provisto en Números capitulo nueve (II Crónicas 30:1-6).

Y los hijos de Israel que estaban presentes en Jerusalén guardaron la [Pascua y la] Fiesta de Panes sin Levadura siete días con gran alegría. Y los levitas y los sacerdotes alabaron al SEÑOR día a día con instrumentos ruidosos al SEÑOR. Y Ezequías habló alentadoramente a todos los levitas quienes enseñaban el buen conocimiento del SEÑOR. Y ellos comieron las cosas designadas siete días, ofreciendo ofrendas de paz y haciendo confesión al SEÑOR Dios de sus padres. Y toda la asamblea tomó consejo para guardar otros siete días. Y ellos guardaron otros siete días con alegría,… Y hubo gran gozo en Jerusalén, porque desde los días de Salomón el hijo de David, el rey de Israel, no hubo nada como esto [esta observancia del festival] en Jerusalén. Entonces los sacerdotes, los levitas, se levantaron y bendijeron a la gente. Y sus voces fueron oídas, y sus oraciones fueron a Su santo lugar de vivienda, incluso hasta el cielo.” (II Crónicas 30:21-23, 26-27).

El rey Ezequías y el pueblo continuaron luego llevando su reforma al destruir todos los ídolos, las imágenes ocultas y las arboledas. “Y cuando todo esto fue terminado [la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura], todo Israel quienes estaban presentes salieron a las ciudades de Judá y rompieron las imágenes en pedazos, y cortaron las arboledas, y derribaron los lugares altos y los altares de todo Judá y Benjamín, también en Efraín y Manasés, hasta que los habían destruido todos completamente. Luego todos los hijos de Israel regresaron, cada uno a su posesión, en sus propias ciudades.” (II Crónicas 31:1).

Después que Ezequías había reinado por 29 años, su hijo de 12 años Manases fue ungido como rey. A través de la mayor parte de sus 55 años de reinado, Manases llevó a los hijos de Judá a la apostasía—haciéndolos rechazar a Dios y en su lugar servir a dioses falsos, así como también observar días festivos ocultos satánicos. Uno de los reyes más malvados de Judá, Manases profanó completamente en templo de Dios, re dedicándolo a Baal. Después de su muerte, su hijo Amón reinó solamente 2 años—y él peco mucho más que su padre. Como resultado, él fue muerto a manos de sus propios siervos (II Crónicas 33:21-25).

Luego, el hijo de 8 años de Amón, Josías, llegó a ser rey.

La Pascua y Panes sin Levadura bajo Josías: Cuando Josías tenía 26 años, comenzó a restaurar la relación de Judá con Dios. Mientras limpiaba el templo de las abominaciones de Manases y Amón, Hilkias el sacerdote encontró el Libro de la Ley escrito por la mano de Moisés. Safran el escriba le llevó el libro a Josías y se lo leyó. Una vez oídas las advertencias del juicio de Dios por el pecado y la rebelión—y porque él sabía de los pecados y la maldad del pueblo—Josías se arrepintió personalmente y guió a los hijos de Judá a un pacto especial de arrepentimiento y regreso a Dios.

Y el rey envió y reunió a todos los ancianos de Judá y Jerusalén.           Y el rey subió a la casa del SEÑOR, y todos los hombres de Judá, y el pueblo de Jerusalén, y los sacerdotes, y los levitas, y todo el pueblo desde el grande hasta el pequeño. Y él leyó a sus oídos todas las palabras del Libro del Pacto que fue encontrado en la casa del SEÑOR. Y el rey se paró en su lugar e hizo un pacto delante del SEÑOR de caminar tras el SEÑOR y guardar Sus mandamientos y Sus testimonios y Sus estatutos con todo su corazón y con toda su alma, para desempeñar las palabras del pacto el cual está escrito en este libro. Y él hizo que todo el que fuera encontrado en Jerusalén y en Benjamín, y el pueblo de Jerusalén, se mantuviera en eso de acuerdo al pacto de Dios, el Dios de sus padres. Y Josías quitó todas las abominaciones de todos los territorios que le pertenecían a los hijos de Israel. Y él hizo servir, incluso servir al SEÑOR su Dios a todos los que estuvieran presentes en Israel. Todos sus días ellos no se apartaron de seguir al SEÑOR, el Dios de sus padres.” (II Crónicas 34:29-33).

Y Josías guardó una Pascua al SEÑOR en Jerusalén. Y ellos mataron la Pascua en el catorceavo día del primer mesY los hijos de Israel quienes estaban presentes guardaron la Pascua en ese tiempo y la Fiesta de Panes sin Levadura por siete días. Y no hubo Pascua como esa guardada en Israel desde los días de Samuel el profeta. Si, ninguno de los reyes de Israel guardó tal Pascua como Josías la guardó, y los sacerdotes y los levitas, y toda Judá e Israel quienes estaban presentes, y el pueblo de Jerusalén. Esta Pascua fue guardada en el dieciochoavo año del reinado de Josías.”  (II Crónicas 35:1, 17-19).

Después de la reforma de Josías, él reinó únicamente 12 años más y fue muerto en el 607 a.C en una batalla contra Necho, rey de Egipto. Pronto después, la nación de Judá cayó otra vez en apostasía. Meramente 18 años después de la muerte de Josías—a través del curso de tres invasiones del ejército del rey Nabucodonosor—los judíos fueron finalmente llevados a Babilonia, para ser tenidos cautivos por 70 años, desde el 585 hasta el 515 a.C.

La Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura después de Babilonia: Un lamentable remanente de judíos regresó del cautiverio en Babilonia para reconstruir el pequeño reino judío dentro del Imperio Persa. A ellos se le permitió reconstruir su templo, tener libertad de religión y ser auto-gobernados—pero ellos ya no tuvieron rey. Con solo un gobernador (designado por el rey de Persia), ellos también estaban sujetos a las leyes del Imperio Persa.

Durante los días de Esdras, el sacerdote, y Nehemías, el gobernador, la ciudad y el templo fueron reconstruidos en tiempos problemáticos (vea los libros de Esdras y Nehemías). Históricamente, un gran renacimiento religioso comenzó cuando el templo fue terminado y dedicado. Como en las reformas de Ezequías y Josías, la gente guardó otra vez la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura. “Y los hijos del cautiverio guardaron la Pascua en el catorceavo día del primer mes. Los sacerdotes y los levitas fueron purificados juntamente, todos ellos puros. Y ellos mataron el cordero de la Pascua por todos los hijos del cautiverio, y por sus hermanos los sacerdotes, y por ellos mismos. Y los hijos de Israel comieron el cordero de la Pascua, todos quienes habían salido otra vez del exilio, y todos los que se habían separado a sí mismos a ellos por la impureza de las naciones de la tierra para buscar al SEÑOR Dios de Israel. Y ellos guardaron la Fiesta de Panes sin Levadura siete días con alegría, porque el SEÑOR los había hecho alegrar, …” (Esdras 6:19-22).

Para asegurar que las nuevas reformas duraran, Esdras y Nehemías guiaron a los judíos a un pacto especial, conocido como el pacto de la Gran Sinagoga. Consistiendo primero de 120 miembros, la Gran Sinagoga fue más tarde reducida a 70. Representando la nación, fue hecha de 5 divisiones: 1) Los sacerdotes jefes; 2) Los levitas jefes; 3) los jefes del pueblo; 4) Los representantes de las ciudades; y 5) Los doctores de la Ley. La Gran Sinagoga duró 210 años, desde el 515 hasta el 305 a.C—hasta el tiempo del sumo sacerdote Simón el Justo.

Como uno puede ver, hay muchos pasajes en el Antiguo Testamento concerniente a guardar la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura—todos los cuales demuestran cuan importantes son estas fiestas para Dios.

La fiesta de los Primeros Frutos—Pentecostés: Después que Israel cruzó el Mar Rojo, ellos viajaron seis semanas más en el lugar desolado hasta que llegaron al Monte Sinaí—tres días antes que Dios hablara los 10 Mandamientos. En el día de su llegada, Dios le reveló a Moisés Su asombroso propósito para la nación de Israel—ellos debían representarlo en todas las naciones del mundo. “Y Moisés subió a Dios, y el SEÑOR lo hizo salir de la montaña, diciendo, “Así dirás a la casa de Jacob y dirás a los hijos de Israel, ‘Han visto lo que le hice a los egipcios, y como los tomé sobre alas de águila y los traje hacia Mí mismo. Ahora por tanto, si por cierto obedecen Mi voz y guardan Mi pacto, entonces serán un tesoro especial para Mí sobre todas las gentes; porque toda la tierra es Mía. Y serán para Mi un reino de sacerdotes y una nación santa.’ Estas son las palabras las cuales hablarás a los hijos de Israel.” ” (Éxodo 19:3-6).

Dios dijo, “Israel fue santidad para el SEÑOR, y los primeros frutos de Su incremento…” (Jeremías 2:3). Como los primeros frutos de las naciones del mundo, se ajustaba que ellos recibieran los 10 Mandamientos, hablados por Dios Mismo, en la Fiesta de los Primeros Frutos—el día de Pentecostés. Del libro de Jaser—una historia secundaria no-canónica de los hijos de Israel, la cual es mencionada en Josué 10:13 y en II Samuel  1:18—leemos: “Y en el tercer mes de la partida de los hijos de Israel, en el sexto día del mismo, el Señor le dio a Israel los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí” (Jaser 82:6). El sexto día del tercer mes es una fecha tradicional judía para Pentecostés. Indudablemente, este registro es la base para la tradición hebrea de que Dios dio los 10 Mandamientos a Israel, Su nación de primeros frutos, en la Fiesta de los Primeros Frutos, o Pentecostés.

En Deuteronomio, Moisés reiteró el propósito de Israel como la nación de primeros frutos escogida por Dios para representarlo en las naciones del mundo. “He aquí, les he enseñado estatutos y juicios, incluso como el SEÑOR mi Dios me ordenó, así que ustedes deberían hacer así en la tierra donde van a poseerla. Y los guardarán y harán, porque esta es su sabiduría y su entendimiento a la vista de las naciones, las cuales oirán todos estos estatutos y dirán, ‘Seguramente esta gran nación es un pueblo sabio y entendido.’ Porque ¿qué nación es tan grande cuyo Dios está tan cerca de ellos, como el SEÑOR nuestro Dios está, siempre que nosotros lo invocamos? Y ¿qué gran nación tiene estatutos y juicios que son tan justos como toda esta ley la cual coloco delante de ustedes hoy?” (Deuteronomio 4:5-8). Como nación, las doce tribus de Israel debían compartir las leyes, mandamientos, estatutos y juicios de Dios con las naciones del mundo.

Infortunadamente, el único tiempo en que Israel alguna vez cumplió parcialmente su propósito como la nación de primeros frutos representante de Dios fue durante la primera mitad del reinado de Salomón. “Y el Rey Salomón fue más grande que todos los reyes de la tierra en riquezas y sabiduría. Y todos los reyes de la tierra buscaban la presencia de Salomón para oír su sabiduría que Dios había puesto en su corazón.” (II Crónicas 9:22-23).

Cuando Salomón y el pueblo apostataron y comenzaron a servir a dioses falsos, Israel cesó de representar a Dios como un reino de sacerdotes para el resto del mundo.

Pentecostés bajo Ezequías: Después de la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura (guardada en el segundo mes), el rey Ezequías continuó en sus reformas celosas, inspirando al pueblo a observar el resto de las fiestas de Dios—Pentecostés, en el tercer mes, y la temporada de festivales de otoño en el séptimo mes. “Y Ezequías designó los cursos de los sacerdotes y los levitas de acuerdo a sus cursos, cada uno de acuerdo a su servicio, los sacerdotes y levitas para las ofrendas quemadas y para las ofrendas de paz, para ministrar y para dar gracias, y para alabar en las puertas de las carpas del SEÑOR. Él designó también la porción del rey de su sustancia para las ofrendas quemadas, incluso para las ofrendas de la mañana y de la noche y las quemadas para los Sábados, y para las lunas nuevas, y para las fiestas designadas, como está escrito en la ley del SEÑOR. Más aun, él le ordenó a la gente que vivía en Jerusalén dar la porción de los sacerdotes y los levitas para que ellos pudieran ser fuertes en la ley del SEÑOR. Y tan pronto como el mandamiento se dispersó en el exterior, los hijos de Israel trajeron abundantemente de los primeros frutos de grano, vino, y aceite, y miel, y de todo el incremento del campo. Y el diezmo de todas las cosas ellos trajeron en abundancia.  Y los hijos de Israel y Judá que vivían en las ciudades de Judá, también trajeron el diezmo de bueyes y ovejas, y el diezmo de cosas santas las cuales estaban consagradas al SEÑOR su Dios, y las colocaron por montones. En el tercer mes ellos comenzaron a colocar el fundamento de los montones y los terminaron en el séptimo mes. (II Crónicas 31:2-7).

Del contexto de estos versos, es claro que bajo Ezequías los judíos guardaron la Fiesta de los Primeros Frutos así como también las fiestas y días santos del séptimo mes.

La Fiesta de Trompetas y guerra: La Fiesta de Trompetas era un memorial del toque de trompetas, porque las trompetas eran tocadas durante todo el día. Podemos aprender mucho acerca del significado dela Fiesta de Trompetas al mirar los mandamientos de Dios referentes al uso de las trompetas de plata. Como encontramos en Números 10:1-10, los sacerdotes debían tocar las trompetas en las siguientes ocasiones:

·              Para requerir una asamblea y un viaje

·              Para sonar una alarma

·              Para ir a la guerra contra un enemigo

·              En el día de alegría o en los días solemnes (p.e, los días santos)

·              Para anunciar el comienzo de los meses

·              Para los sacrificios de día santo y luna nueva

El uso predominante de la trompeta era como una alarma para la guerra. Cuando Dios le ordenó a Josué tomarse la ciudad de Jericó, Él lo instruyó a hacer que los sacerdotes (con el arca) marcharan con los soldados mientras rodeaban la ciudad por siete días. Los sacerdotes debían tocar las trompetas todo el tiempo (Josué 6).

En Samuel 3 y 4, vemos otro ejemplo (aunque trágico) del uso de las trompetas durante la guerra. Ofni y Fineas, los hijos corruptos de Eli el sacerdote, guiaron a Israel a una pelea contra los filisteos mientras tocaban trompetas. La derrota fue inevitable, sin embargo, porque esta vez Dios no estuvo con Israel.

La Fiesta de Trompetas y la dedicación del templo de Salomón: Cuando el templo de Salomón fue completado, una fiesta de dedicación fue sostenida por siete días comenzando en la Fiesta de Trompetas. Los sacerdotes llevaron el arca del pacto desde la ciudad de David al templo (I Reyes 8:1-3, 65), donde la colocaron en el Santo de Santos. Una ceremonia especial fue sostenida durante la cual Salomón entregó una oración especial de dedicación. Después que Salomón terminó su oración, el Señor estableció Su presencia en el Santo de Santos como fue demostrado por una gran nube blanca que llenó el templo. “Y sucedió, cuando los sacerdotes salieron del lugar santo (porque todos los sacerdotes presentes estaban santificados, y no esperaron por curso), y los cantantes levíticos—todos ellos de Asaf, de Hemán, de Jedutún, con sus hijos y sus hermanos, estando vestidos en lino blanco, y teniendo címbalos y con arpas y liras—se pararon en la esquina oriental del altar, y con ellos ciento veinte sacerdotes tocando con trompetas de plata, sucedió, cuando los trompeteros y los cantantes eran como uno, haciendo un sonido para ser oído en alabanza y agradecimiento al SEÑOR; y cuando levantaron sus voces con las trompetas de plata y címbalos e instrumentos de música, y alabaron al SEÑOR, diciendo, “Porque Él es bueno, porque Su firme amor permanece por siempre,” que la casa fue llena con una nube, incluso la casa del SEÑOR, así que los sacerdotes no podían permanecer de pie para ministrar por causa de la nube, ¡porque la gloria del SEÑOR había llenado la casa de Dios!” (II Crónicas 5:11-14).

Este despliegue espectacular del poder y la presencia de Dios le dio un significado visual a la Fiesta de Trompetas. Como veremos más tarde, este evento asombroso fue un presagio de la segunda venida de Jesucristo y Su regreso literal a la tierra.

La Fiesta de Trompetas bajo Esdras y Nehemías: Como hemos observado, Esdras y Nehemías iniciaron una reforma inmensa que trajo verdaderamente al pueblo de regreso a Dios. Después de observar fielmente la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura, los judíos pasaron a guardar el resto de las fiestas de Dios, incluyendo la Fiesta de Trompetas: “Y todo el pueblo se reunió como un hombre en la calle delante de la Puerta Agua. Y ellos le hablaron a Esdras el escriba para traer el Libro de la Ley de Moisés, el cual el SENOR le había ordenado a Israel. Y Esdras el sacerdote trajo la ley delante de la congregación, ambos hombres y mujeres, y todos los que podían oír con entendimiento, el primer día del séptimo mes. Y él leyó de ella en la plaza abierta en frente de la Puerta Agua desde el amanecer hasta el mediodía en frente de los hombres y las mujeres, y de aquellos que podían entender. Y los oídos de toda la gente estuvieron atentos al Libro de la Ley.” (Nehemías 8:1-3).

Esdras estableció el estándar de cómo serían conducidos los servicios para el Sábado y los días santos desde ese tiempo en adelante. El método de Esdras de leer la ley, los profetas y los escritos—combinados con la enseñanza de la Palabra de Dios—llegó a ser el formato para los servicios en todas las sinagogas judías en Judea y en la Diáspora.

El Día de Expiación: El Día de Expiación es el décimo día del séptimo mes. Es un día de ayuno (abstinencia de comida y agua). Para Israel, Expiación era único porque en este día únicamente, al sumo sacerdote se le permitía entrar al Santo de Santos para hacer una expiación por sí mismo, por el sacerdocio y por todos los hijos de Israel (Levítico 16).

Después que el sumo sacerdote había hecho una expiación por sí mismo con la sangre de los sacrificios animales, él debía pararse en la entrada del templo con dos machos cabríos idénticos. El sacerdote echaba suertes sobre los machos cabríos para determinar cuál sería “por el Señor,” y cual sería por Satanás. El macho cabrío designado “por el Señor” era sacrificado como una ofrenda por el pecado (obviamente representando el futuro sacrificio de Jesús). El sacerdote tomaba la sangre del macho cabrío y la rociaba delante del Señor en la silla de misericordia en el Santo de Santos para hacer expiación por todos los pecados, transgresiones e impurezas de los hijos de Israel. Después el cadáver del animal era llevado afuera del campamento para ser quemado totalmente (en donde eran quemadas todas las ofrendas por el pecado).

El segundo macho cabrío representaba a Satanás—“Azazel” (o, como dice la versión King James, “chivo expiatorio”). Sin embargo, el macho cabrío por Azazel debía permanecer vivo y no ser sacrificado. Delante de la entrada del templo, el sacerdote imponía sus manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo (por Azazel) y confesaba sobre el todos los pecados y transgresiones de los hijos de Israel. Este macho cabrío era luego llevado por la mano de un “hombre apto” al lugar desolado (en donde se sabía que vivían los demonios) y era liberado.

Esto completaba la expiación anual por todos los pecados, iniquidades, transgresiones e impurezas de los hijos de Israel (Levítico 16:5-34). Las lecciones del Día de Expiación son dobles: 1) Únicamente Dios puede perdonar el pecado, y 2) Satanás ultimadamente llevará la responsabilidad por seducir a los hijos de Israel y por lo tanto a toda la humanidad a pecar contra Dios, y será removido para siempre.

La Fiesta de Tabernáculos y el Ultimo Gran Día: En las instrucciones de Dios concerniente a la Fiesta de Tabernáculos y el Último Gran Día (el octavo día), Él le da a los hijos de Israel una percepción de un aspecto particular importante del festival. “También en el quinceavo día del séptimo mes, cuando hayan reunido el fruto de la tierra, guardarán una fiesta al SEÑOR siete días. En el primer día será un Sábado anual, y en el octavo día será un Sábado anual. Y tomarán ramas de hermosos árboles para sí mismos en el primer día, ramas de árboles de palma, y ramas de árboles espesos, y sauces del arroyo. Y se alegrarán delante del SEÑOR su Dios siete días. Y guardarán una fiesta al SEÑOR siete días en el año. Será un estatuto para siempre en sus generaciones. La guardarán en el séptimo mes. Vivirán en cabinas siete días. Todos los que son nacidos Israelitas vivirán en cabinas, para que sus generaciones puedan saber que Yo hice vivir a los hijos de Israel en cabinas cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el SEÑOR su Dios.’ ” ” (Levítico 23:39-43).

Dios le ordenó a los israelitas a vivir en cabinas o carpas durante la Fiesta de Tabernáculos para conmemorar sus 40 años de deambular en el lugar desolado.

Después que el Señor los bendijo en la tierra (por Sus promesas a Abraham, Isaac y Jacob), los hijos de Israel nunca debían olvidar que Dios Mismo los había bendecido y les había dado su tierra y riquezas (Deuteronomio 8).

El significado de los tabernáculos para Dios: El Señor Dios dejó claro que había un significado importante también para Él mismo en la Fiesta de Tabernáculos—centrándose alrededor del mismo propósito para el tabernáculo/templo mismo. “Y que Me hagan un santuario, para que pueda vivir entre ellos.” (Éxodo 25:8). El tabernáculo y el santuario de Dios era un lugar especial de adoración y sacrificio para los israelitas. Dios viviría con ellos al establecer Su presencia en el Santo de Santos (Éxodo 40:34-38). Dios debía vivir con Su pueblo, ser su Dios y bendecirlos—si ellos, de regreso, lo obedecían y guardaban Sus mandamientos.

Cuando David deseó construir un templo para Dios, Natán el profeta le dio la respuesta de Dios: “Y sucedió esa noche que la palabra del SEÑOR vino a Natán diciendo, “Ve y dile a Mi siervo David, ‘Así dice el SEÑOR, “¿Me construirás una casa para Mi habitación? Porque no he habitado en una casa desde el día que saqué los hijos de Egipto hasta este día, sino he caminado en una carpa, y en un tabernáculo.” (II Samuel 7:4-6).

Dios no permitió que David construyera el templo, porque él era un hombre sangriento de guerra. Sin embargo, Él si le dio todos los planos a David para construir el templo, quien a su vez se los dio a Salomón, porque Dios había escogido a Salomón para construir Su templo (II Crónicas 28:29).

Presenciando la dedicación del templo, Dios bendijo a Salomón y a los hijos de Israel con Su presencia en un despliegue majestuoso de gloria, mientras una nube brillante llenaba el templo. Afirmando la oración de Salomón, el Señor demostró otra vez Su deleite al consumir las ofrendas quemadas con fuego del cielo: “ “Y cuando Salomón había hecho fin de la oración, fuego bajó desde el cielo y consumió el holocausto y los sacrificios. Y la gloria del SEÑOR llenó la casa.” Y los sacerdotes no podían entrar a la casa del SEÑOR porque la gloria del SEÑOR había llenado la casa del SEÑOR. Y cuando todos los hijos de Israel vieron como descendió el fuego, y la gloria del SEÑOR sobre la casa, inclinaron sus caras a la tierra sobre el pavimento, y adoraron y alabaron al SEÑOR, diciendo, “Porque Él es bueno, porque Su misericordia perdura por siempre.” ” (II Crónicas 7:1-3).

Después de la dedicación del templo en Jerusalén, Salomón guió a todo el pueblo a guardar una gran Fiesta de Tabernáculos: “Y al mismo tiempo Salomón guardó la fiesta [de Tabernáculos] siete días [del 15 al 21 del 7mo mes], y todo Israel con él, una gran congregación, desde la entrada de Hamat hasta el río de Egipto. Y en el octavo día [el 22] hicieron una asamblea solemne, porque guardaron la dedicación del altar siete días [del 1ero al 7 del 7mo mes], y la fiesta [de Tabernáculos] siete días. Y en el veintitresavo día del séptimo mes [el día siguiente al 8vo día] él envió a la gente lejos a sus carpas, contentos y alegres de corazón por la bondad que el SEÑOR había mostrado a David, y a Salomón, y a Israel Su pueblo.” (versos 8-10).

La presencia de Dios estaba ahora con los hijos de Israel en el templo en Jerusalén, en lugar de en el tabernáculo. Con el templo completado, Salomón instruyó a los sacerdotes a comenzar a traer ofrendas a Dios de acuerdo a las leyes que Dios le había dado a Moisés. “Y Salomón ofreció ofrendas quemadas [a través de los sacerdotes] al SENOR sobre el altar del SENOR el cual él había construido delante del pórtico, incluso como el deber de todos los días requería, ofrendas de acuerdo al mandamiento de Moisés, en los Sábados y en las lunas nuevas, y en las fiestas solemnes, tres veces en el año, incluso en la Fiesta de Panes sin Levadura, y en la Fiesta de las Semanas [Pentecostés], y en la Fiesta de Tabernáculos.” (II Crónicas 8:12-13).

La Fiesta de Tabernáculos bajo Esdras y Nehemías: En el tiempo de Esdras y Nehemías, los judíos fieles regresaron otra vez a Dios y guardaron Sus fiestas ordenadas, incluyendo la Fiesta de Tabernáculos: “Y encontraron escrito en la ley, la cual el SEÑOR había ordenado por Moisés, que los hijos de Israel vivirían en cabinas en la fiesta del séptimo mes, y que deberían publicar y proclamar en todas sus ciudades, y en Jerusalén, diciendo, “Salgan a la montaña y traigan ramas de olivo y ramas de pino y ramas de mirto y ramas de palma, y ramas de árboles espesos para hacer cabinas, como está escrito.” Y la gente salió y las trajo e hicieron ellos mismos cabinas, cada uno sobre su techo, y en sus patios, y en los patios de la casa de Dios, y en la calle de la Puerta Agua, y en la calle de la Puerta de Efraín. Y toda la congregación de aquellos que habían salido de nuevo de la cautividad hicieron cabinas y vivieron bajo las cabinas, porque desde los días de Josué el hijo de Nun hasta ese día, los hijos de Israel no lo habían hecho así. Y hubo muy grande alegría. También día a día, desde el primer día hasta el último día, él leyó en el Libro de la Ley de Dios. Y guardaron la fiesta siete días, y en el octavo hubo una asamblea, de acuerdo a la ordenanza.” (Nehemías 8:14-18; vea Esdras 3:4).

Como lo demuestra la historia bíblica de los hijos de Israel y Judá, Dios los bendijo cuando ellos guardaron fielmente sus mandamientos, fiestas y días santos. Cuando ellos reanudaban sus caminos pecaminosos, Dios enviaba profetas a advertirles y a llamarlos al arrepentimiento. Cuando Israel continuaba transgrediendo y, en rebelión, se rehusaban a arrepentirse—continuando sirviendo a otros dioses, adorando al sol, la luna y las estrellas y observando días festivos paganos ocultos—Dios no tenía otra opción que castigarlos y entregarlos en las manos de sus enemigos. Así, el ciclo repetitivo de apostasía y restauración continuó incluso hasta el tiempo de Jesucristo.

Esta visión en conjunto del Antiguo Testamento de las fiestas y días santos de Dios demuestra que cuando el pueblo de Israel y Judá regresaba a Dios—abandonando sus ídolos y dioses falsos—ellos siempre guardaban el Sábado de Dios, Sus fiestas y días santos como Él lo había ordenado. Al hacerlo así, Dios los bendecía por su arrepentimiento y obediencia.

En el capítulo 11, veremos como el Nuevo Testamento ilustra que las fiestas y días santos de Dios continúan revelando y magnificando el plan de Dios para la Iglesia, Israel y toda la humanidad—comenzando con el sacrificio de Jesucristo, “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”