I Timoteo 4:1-5, Marcos 7:1-5, Hechos 10, Romanos 14, I Corintios 10:25—¿Que enseña la Biblia acerca de carnes “limpias” e “impuras”

 

(Tomado del librillo “Entendiendo las Escrituras difíciles de Pablo

concernientes a la Ley y los Mandamientos de Dios”)

 

Por

Philip Neal

www.laverdaddeDios.org

 

I Timoteo 4:1-5—¿Enseñó Pablo que toda carne es buena para comer?

 

No hay duda que el apóstol Pablo creía—y así ensenaba—“todas las cosas que están escritas en la Ley y los Profetas” (Hechos 24:14). Esto ciertamente incluía los mandamientos de Dios concernientes a carnes limpias e impuras (como es encontrado en Levítico 11 y Deuteronomio 14). Pero el cristianismo ordinario insiste en que Pablo relajó el mandato contra las carnes impuras. Ellos a menudo citan I Timoteo 4:1-5 el cual es engañoso en la Reina Valera 60. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.

 

Aquí Pablo le advierte a Timoteo de una apostasía que ocurrirá en los últimos tiempos—la cual involucraría varias “doctrinas de demonios.” Una de tales “doctrinas” ordena abstenerse de ciertos alimentos (carnes)—las cuales Pablo contrarresta al decir aparentemente que todo alimento (carne) es bueno para comer, que nada es de ser rechazado si es recibido con acción de gracias. Pero ¿es esto lo que Pablo esta diciendo en realidad? ¿Esta Pablo desmintiendo siglos de adherencia judía a las leyes de comida del Antiguo Testamento?

 

Note primero que esta “doctrina” particular se refiere específicamente a abstenerse de alimentos (carnes) que Dios “creó para que… participasen de ellos.” A la inversa, esto corrobora que hay otros alimentos (carnes) los cuales Dios no “creó para que… participasen de ellos.” Ciertamente, Dios creó carnes las cuales nunca fueron diseñadas para ser comida—por eso son llamadas impuras. Pero carnes limpias fueron creadas para ser recibidas como comida con acción de gracias. Así, el pasaje no esta tratando con alimentos en general, sino solamente con carnes limpias—aquellas que Dios “creó para que con acción de gracias participasen de ellas.”

 

Siguiente, note que los alimentos siendo discutidos han sido “santificados por la Palabra de Dios.” ¿Dónde en la Biblia son los alimentos (carnes) particularmente santificados—separados—para consumo humano? Obviamente, Levítico 11 y Deuteronomio 14, los cuales listan las carnes a ser evitadas y aquellas a ser consumidas. Así, Pablo no dijo que todo tipo de carne fuera creada por Dios para comer—sino que toda carne limpia fue creada por Dios para comer.

 

Sin duda, Pablo confirmó las leyes de carnes limpias e impuras como un requerimiento para los Cristianos. Él describió las carnes que a los Cristianos se les permite comer como aquellas las cuales Dios “creó para que con acción de gracias participasen de ellas.” Pablo estaba en realidad condenado una doctrina falsa que prohibía el comer carnes limpias.

 

Una traducción correcta ayuda a resolver el asunto: “Ahora el Espíritu nos dice explícitamente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, y seguirán espíritus engañadores y doctrinas de demonios; hablando mentiras en hipocresía, sus conciencias habiendo sido cauterizadas con un hierro caliente; prohibiendo casarse; y ordenando abstenerse de carnes, las cuales Dios creó para ser recibidas con agradecimiento por los fieles, incluso por aquellos que conocen la verdad. Porque toda criatura de Dios designada para consumo humano es buena, y nada para ser rechazado, si es recibido con agradecimiento, porque [ya] esta santificada [apartada] por la Palabra de Dios [en Levítico 11 y Deuteronomio 14] y la oración.” (Por favor note como La Santa Biblia en Su orden original—Una versión fiel incorpora palabras y frases insertadas en tipo itálico en los lugares apropiados para que el significado pretendido sea claro. Todas esas inserciones están basadas completamente en el significado contextual del pasaje.)

 

Pablo añade que las carnes limpias son también apartadas con la oración. Ciertamente, tenemos el propio ejemplo de Cristo de pedir la bendición de Dios en nuestra comida (Lucas 9:16; 24:30; etc.) Esto aparta aun mas la comida como aprobada e incluso mejorada por Dios—pero en ninguna manera puede la oración hacer de la carne impura limpia. 

 

Marcos 7:1-5—¿Declaró Jesús limpias todas las carnes?

 

Es una mala concepción ampliamente sostenida del cristianismo “moderno” de que Jesús apartó las instrucciones de Dios que prohíben las carnes “impuras.” Un incidente registrado en Marcos, capitulo 7 es a menudo usado como texto prueba para tal punto de vista. En este caso, los discípulos de Jesús fueron criticados por los líderes judíos por comer sin primero lavarse las manos. Esta disputa no tenia nada que ver con las carnes limpias o impuras sino que giraba alrededor de la tradición judía de la pureza ritual, tal como el lavado de manos ceremonial.

 

Luego los fariseos y algunos de los escribas de Jerusalén vinieron a Él juntamente. Y cuando vieron algunos de los discípulos comiendo con manos sucias (esto es, manos no lavadas), hallaron falta. Porque los fariseos y todos los judíos, aferrados a la tradición de los ancianos, no comen a menos que laven sus manos totalmente. Incluso cuando llegan del mercado, no comen a menos que primero se laven. Y hay muchas otras cosas que han recibido para observar, tal como el lavado de copas y ollas y utensilios de latón y mesas. Por esta razón, los fariseos y los escribas le preguntaron, diciendo, “¿Porqué Tus discípulos no caminan de acuerdo a la tradición de los ancianos, sino comen pan con manos sin lavar?” ” (vs 1-5)

 

Dibujando una clara distinción entre las tradiciones de los judíos y los mandamientos de Dios, Jesús acusó a los escribas y fariseos de invalidar la Palabra de Dios por sus tradiciones.

 

Y Él respondió y les dijo, “Bien profetizó Isaías concerniente a ustedes hipócritas, como está escrito, ‘Este pueblo Me honra con sus labios, pero sus corazones están lejos de Mí.’ Pero en vano Me adoran, enseñando por doctrina los mandamientos de hombres. Por dejar el mandamiento de Dios, ustedes se aferran a la tradición de hombres, tal como el lavado de ollas y copas [y el lavado ritual de manos]; y practican muchas otras cosas como esta.” Entonces les dijo, “Muy bien rechazan el mandamiento de Dios, para poder guardar su propia tradición.” (vs 6-9). Jesús reprendió severamente a los judíos por “anular” la autoridad de la Palabra de Dios con sus incontables y restrictivas tradiciones (v 13).

 

Note que la respuesta primaria de Jesús fue defender y apoyar completamente las leyes y mandamientos de Dios. En ninguna forma han sido abolidas las leyes de Dios. habiendo señalado ese punto, Él continuó tratando con la pregunta de comer con las “manos sucias.” Dirigiéndose a la multitud, Él dijo, “ “Óiganme, todos ustedes, y entiendan. No hay nada que entre en un hombre desde afuera que sea capaz de profanarlo; sino las cosas que salen de él, esas son las cosas las cuales profanan a un hombre. Si cualquiera tiene oídos para oír, oiga.” ” (vs 14-16).

 

Obviamente, las manos sucias no profanarán particularmente a una persona. Pero Jesús dijo que “…No hay nada que entre en un hombre desde afuera que sea capaz de profanarlo;…” ¿Significaba eso que las carnes impuras ya no eran mas prohibidas por la ley de Dios—que literalmente nada puede profanar a una persona? ¿Qué quiso decir Jesús?

 

Es importante darse cuenta que las leyes dietarias de Levítico 11 y Deuteronomio 14 tratan con salud y limpieza—no con santidad espiritual.  Comer carnes impuras pueden dañarlo a uno físicamente, pero no pueden profanarlo espiritualmente. (Sin embargo, una actitud descuidada hacia cualquiera de las leyes de Dios puede profanarlo a uno espiritualmente.) Jesús se esta refiriendo a uno siendo profanado espiritualmente—no por nada comido sino por los pensamientos y actitudes que una persona acepta dentro de su corazón y mente.

 

Sabiendo que Sus discípulos no entendían, Jesús dijo, “…¿No perciben que nada [comida, gérmenes] que entre en un hombre desde afuera es capaz de profanarlo [espiritualmente]? Porque no entra en su corazón, sino en su barriga, y luego sale a la alcantarilla, purgando toda comida.” ” (vs. 18-19). La comida es simplemente procesada, evacuada del cuerpo. Jesús estaba hablando espiritualmente, señalando que incluso el mugre sobre las manos sucias no puede profanar el corazón o hacer a una persona impía.

 

La profanación de la cual Jesús habló viene desde adentro: “…“Eso que brota desde adentro de un hombre, eso profana al hombre. Porque desde adentro, de los corazones de los hombres, salen malos pensamientos, adulterios, fornicaciones, asesinatos, robos, codicias, maldades, engaño, libertinaje, un ojo malo, blasfemia, orgullo, tonterías; todos estos males salen desde adentro, y profanan al hombre.” ” (vs 20-23). Las carnes limpias o impuras no son discutidas en ningún lado en este pasaje.

 

La Reina Valera 60, la Nueva Versión Internacional y algunas otras pocas traducciones añaden falsamente al verso 19, “…Esto decía [Jesús], haciendo ‘limpios’ todos los alimentos” o “Con esto Jesús declaraba ‘limpios’ todos los alimentos” Esto es una disparidad deliberada y exagerada que refleja la parcialidad anti-ley de los traductores, ya que tal frase no existe en los textos griegos originales.

 

¿Qué si Jesús en realidad quiso decir que abrogaba las leyes de carnes limpias e impuras? Tal posición habría fácilmente creado una de las más grandes controversias de Su ministerio. Imagine como habrían saltado los fariseos con tal reversión si Jesús dijera que la carne de cerdo era buena para comer. Pero no hay ninguna pista en este registro de que los judíos sorprendieran a Jesús anulando las leyes de comida del Antiguo Testamento. Todo lo contrario. Y el punto de Jesús no fue perdido por los líderes judíos en lo absoluto. Los lavados rituales son inefectivos e innecesarios para prevenir la profanación espiritual, mas bien, la verdadera pureza espiritual es un asunto del corazón y la mente.

 

Hechos 10—¿Se le mostró a Pedro que las carnes impuras son limpias?

 

Obviamente, demasiados asumen que la visión del apóstol Pedro en Hechos 10 representa una revocación de la leyes de Dios prohibiendo las carnes impuras. Sin embargo, en ningún lado en este pasaje es alguna vez sugerido que Dios haya limpiado las carnes impuras sino que esto es algo “leído dentro” de la sección por aquellos con una predisposición contra las leyes de Dios. Cuando el pasaje es leído apropiadamente, llega a ser obvio que la visión de Pedro en ninguna forma autoriza un cambio de las leyes de carnes limpias e impuras. De hecho, la visión de Pedro no tiene nada que ver en lo absoluto con las carnes limpias e impuras.

 

Mientras estaba en Jopa, Pedro subió a la terraza hacia el medio día a orar. En una visión de Dios, él vio el cielo abierto y lo que parecía ser una gran sábana descendiendo hacia él llena de bestias salvajes impuras, cosas rastreras y aves impuras. Una voz vino a Pedro, diciendo, “ “Levántate, Pedro, mata y come.” (v 13).

 

Pedro no asumió automáticamente que de repente era ok comer carnes impuras. Él sabía que los Cristianos debían continuar viviendo de acuerdo a la Ley de Dios. Su respuesta muestra que él obviamente no consideraba las leyes concernientes a comidas limpias e impuras obsoletas.

 

“…“En ninguna forma, Señor; [dijo él] porque nunca he comido nada común o impuro.” Y una voz vino a él nuevamente la segunda vez, diciendo, “Lo que Dios ha limpiado, no debes llamar común.” ”  (vs 14-15).

 

La sábana de animales impuros subió y bajo 3 veces. Otra vez, Pedro nunca indicó que creyera que ahora era permisible comer carnes impuras. Finalmente, él despertó, preguntándose que significaba la visión en realidad. Pero sin duda, él sabia que no significaba la visión—que en ninguna forma reflejaba un cambio en las leyes concernientes a comidas impuras.

 

Subsecuentemente, Pedro fue guiado por Dios a la casa de Cornelio, un gentil. Pedro entendió que debía predicar el evangelio a Cornelio y a su casa—y que ellos serian bautizados y recibirían el Espíritu Santo. Pedro comenzó a darse cuenta que Dios estaba abriendo la puerta de salvación a los gentiles. De repente, el significado de la visión llegó a ser claro. Hablándole a Cornelio, Pedro dijo, “…“Ustedes saben que es ilegal para un hombre que es judío asociarse con o acercarse a cualquiera de otra raza. Pero Dios me ha mostrado [en la visión anterior] que ningún hombre debe ser llamado común o impuro.” (v 28).

 

La tradición judía—basada en una perversión de las leyes de Dios referente a que es limpio e impuro—prohibía a los judíos farisaicos tener una asociación cercana con los gentiles. Los judíos consideraban a los gentiles impuros, no aptos para un contacto físico. Pedro estaba bastante familiarizado con estas tradiciones del judaísmo.

 

Dios estaba mostrándole a Pedro y a la Iglesia del Nuevo Testamento que a los gentiles se les estaba ofreciendo salvación—que ellos podían llegar a ser circuncidados espiritualmente. Así, el asunto de Hechos 10 no tiene nada que ver con carnes limpias e impuras. Dios simplemente usó al visión de los animales impuros para enfatizarle un punto a Pedro—que cuando Dios ha limpiado espiritualmente a un gentil, él no debe ser llamado común o impuro.

 

Ultimadamente, Pedro entendió que “…Dios no es un discriminador de personas, sino en cada nación, aquel [judío o gentil] que Le teme y obra justicia es aceptable para Él.” (v 34-35).

 

Romanos 14, I Corintios 10:25—¿Abroga Pablo las leyes de Dios de carnes limpias e impuras?

         

Romanos 14 es un ejemplo clásico de una traducción pobre y una exegesis aun mas pobre de parte de los eruditos modernos y los que asisten a la iglesia. Asumir que Pablo esta en este discurso proclamando la abrogación de varias leyes y mandamientos de Dios es tratar el texto injustamente. Tal posición también falla en tomar en consideración las declaraciones claras hechas por el apóstol de su fidelidad al Antiguo Testamento: “Pero les confieso que de acuerdo al camino el cual ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que están escritas en la Ley y los Profetas;” (Hechos 24:14; ver también Hechos 28:17; etc.)

 

Desde el punto de vista protestante, Romanos 14 pronuncia la anulación del Sábado (v 5-6) y las leyes de carnes limpias e impuras (v 2, 14, 17). Por el contrario, la validez de las leyes de Dios no son el asunto de Romanos 14 sino que todo el capitulo gira alrededor de una actitud como la de Cristo de mostrar amor a los hermanos al no ofenderlos en áreas donde ellos puedan ser “débiles en la fe” (v 1). Como es a veces el caso, los recién convertidos pueden carecer de la confianza de hacer ciertas prácticas legales que son triviales para los Cristianos más maduros.

 

En el caso de Romanos 14, los vs. 2-3 enseñan que aquellos que disfrutan comiendo carnes limpias no deben ser críticos de aquellos que prefieren ser vegetarianos. Si la convicción de uno es evitar la carne del todo, entonces que así sea; no hay pecado en ser vegetariano o en ser carnívoro—Dios los acepta a ambos (v 3). No hay ni siquiera una pista en este pasaje de que Pablo haya de alguna manera reversado su posición sobre las carnes limpias e impuras.

 

Es también posible que Pablo estuviera tratando aquí con el asunto de comer carne limpia que hubiera sido sacrificada previamente a los ídolos. Pablo se había dirigido previamente a este problema en la Iglesia de Corinto. En I Corintios 10, Pablo muestra que comer carne limpia sacrificada a un ídolo es inofensivo: “Toda cosa legal [limpia] que es vendida en el mercado pueden comer, sin hacer preguntas por causa de conciencia,” (v 25). Los Cristianos maduros sabían que los dioses a los cuales tales carnes fueron sacrificadas no eran dioses en lo absoluto, y que tal carne—en tanto que no fuera impura—era todavía buena para ser comida. Al comer y beber—de hecho, en todas las cosas—debemos darle gloria a Dios y ser cuidadosos para evitar ofender a alguien (vs 31-32).

 

Aquellos en Romanos 14 que estaban declinando comer carne pueden haberlo hecho así porque estaban incomodos con la idea de comer carne sacrificada a ídolos. Pablo estaba amonestando a los Cristianos maduros a ser pacientes y sin prejuicios con aquellos que carecían de fe. De nuevo, no hay nada es ninguno de estos pasajes que en realidad trate con carnes limpias e impuras.

 

Romanos 14:5-6 es malinterpretado por muchos al sugerir que los Cristianos están libres de escoger cualquier día de la semana para guardarlo santo. Mirando en el contexto, sin embargo, el asunto es todavía evitar ofender las preferencias personales legales de uno. El pasaje indica que algunos estaban mostrando una preferencia personal por un día de la semana en particular en el cual comer o no comer carne (o tal vez un día particular en el cual ayunar o no ayunar). Pablo resume la aproximación piadosa en el verso 13: “Por tanto, no deberíamos juzgar mas el uno al otro, sino juzgar mas bien esto: No pongan una ocasión de tropiezo o una causa de ofensa delante de su hermano.” Este pasaje no tiene nada que ver con carnes limpias e impuras, ni tampoco en ninguna forma reta el Sábado de reposo.

 

En la Reina Valera 60, el v 14 pobremente traducido—“…nada es inmundo en si mismo…”—ha llegado a ser el punto focal para aquellos que desean creer que las leyes alimenticias de Dios han sido anuladas. La palabra inmundo se ata naturalmente con las referencias anteriores a comida, llevando a la suposición de que el asunto realmente es las carnes limpias e impuras. ¿Pero esta Pablo—quien enseñó “todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27)—diciendo realmente que nada es impuro?

 

La palabra griega traducida como “inmundo” es koinos, significando “común.” Pero para un judío la palabra también lleva el significado de profanado ceremonialmente. La palabra griega para impuro (en referencia a carnes) es akathartos. Recuerde la visión de Pedro en Hechos 10, donde él le respondió a Dios en el v 14: “…“En ninguna forma, Señor; porque nunca he comido nada común [koinos, profanado ritualmente] o impuro [akathartos].”

 

Con este entendimiento de koinos—y habiendo mirado previamente la practica de comer carne sacrificada a ídolos—podemos entender Romanos 14:14—“ Entiendo y estoy persuadido por el Señor Jesús que nada es común [profanado ritualmente] por sí mismo, excepto para aquel que considera algo como común [profanado]—para aquel es común [profanado].” Esencialmente, Pablo estaba diciendo que la carne no limpia bíblicamente era, de y por si misma, profanada solo porque era sacrificada a un dios falso. Sin embargo, para aquellos que eran “débiles en la fe”—quienes carecían de la confianza de un Cristiano maduro—si ellos creían que la carne sacrificada a los ídolos estaba profanada verdaderamente y no deberían comerla, para ellos estaba profanada y no debería ser comida.

 

¿Porque? Pablo da la respuesta en el v 23: “Pero aquel que duda es condenado si come porque su comer no es de fe; porque todo lo que no es de fe es pecado.” Esta declaración refleja un principio cristiano profundo tratando con la conciencia de uno. Puesto simplemente, si uno sospecha que un comportamiento particular podría ser contrario al camino de vida de Dios, él o ella deben evitar ese comportamiento. Si usted tiene duda acerca de una cierta acción y la hace de todas maneras, usted ha profanado su conciencia. Entonces si uno esta convencido de que esta mal comer carne profanada a través de prácticas paganas, no debe comer de tal carne. El pecado descansa en el hecho de que usted ha comprometido su conciencia—todo lo opuesto de construir el carácter justo.

 

De nuevo, Romanos 14 y I Corintios 10:25 no tienen nada que ver con carnes limpias e impuras, sino que se expande maravillosamente en el “segundo mandamiento mas grande” (Mateo 22:39)—ejercitar amor por su hermano. No debemos ofendernos unos a otros siendo críticos de la carencia de fe del otro; mas aun, no debemos ofendernos unos a otros incluso por nuestras preferencias personales legales. Pablo escribe: “Así entonces, deberíamos perseguir las cosas de paz y las cosas que edifican uno al otro. No destruyan la obra de Dios por amor a la carne. Todas las cosas que son legales son ciertamente puras; pero es una cosa mala para alguien causar una ocasión de tropiezo a través de su comer. Es mejor no comer carne, o beber vino, o cualquier otra cosa por la cual su hermano tropiece, o sea ofendido, o sea debilitado. ¿Tienen fe? Ténganla para ustedes mismos [privadamente] delante de Dios. Bendito es aquel que no se condena a si mismo en lo que aprueba. Pero aquel que duda es condenado si come porque su comer no es de fe; porque todo lo que no es de fe es pecado.” (vs 19-23).