APENDICE G

(Tomado de la sección de comentarios y apéndices a “La Santa Biblia en Su orden original—Una versión fiel con comentario”, segunda edición.)

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Jesucristo fue enseñado directamente por Dios el Padre

 

Por

Fred R. Coulter

www.idcb.org

 

Los Evangelios de Mateo y Lucas registran la genealogía física de Jesús y verifican que Él fue de la línea directa de David, de la tribu de Judá. Aunque nació de la virgen María y fue humano en todo aspecto, fue a través de Su engendramiento divino por Dios el Padre que Jesús era el Hijo de Dios. No encontramos evidencia en los Evangelios de que Jesús fuera educado por los rabinos en las escuelas judías o sinagogas, o que fuera enseñado para observar la religión del judaísmo y practicar las tradiciones judías. Como el Hijo de Dios, es cierto que Su educación fue única.

Para entender cómo y de Quien recibió Jesús Su educación, uno necesita examinar Sus palabras y enseñanzas, así como también lo que Él hizo. Jesús siempre guardó y enseñó los mandamientos de Dios—y nunca observó las tradiciones del judaísmo. Tales prácticas tradicionales judías no están basadas en la Ley de Dios, sino están originadas en las mentes de hombres. Recuerde, como el Dios del Antiguo Testamento, Jesús fue aquel quien había entregado los Diez Mandamientos en primer lugar.

Es un gran error asumir que Jesús fue criado de acuerdo a las tradiciones judías o las prácticas de la religión del judaísmo. El reclamo de que Jesús fue completamente judío en hábito, costumbre, tradición, religión y perspectiva es patentemente falsa. A lo largo de los Evangelios, encontramos que Jesús denunció fuertemente las tradiciones de los judíos. Jesús a menudo condenó a los escribas y fariseos por rechazar los mandamientos de Dios para guardar sus propias tradiciones. Él dijo, ““¿Por qué ustedes también transgreden el mandamiento de Dios por amor a su tradición?... ‘Esta gente se acerca a Mi con sus bocas, y con sus labios Me honran; pero sus corazones están lejos de Mi.’ Pero ellos Me adoran en vano, enseñando por doctrina los mandamientos de hombres” ” (Mateo 15:3, 8-9).

Ciertamente, la Escritura nos dice que Jesús guardó los mandamientos de Su Padre: “Si guardan Mis mandamientos, vivirán en Mi amor; así como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre, y vivo en Su amor.” (Juan 15:10). Yendo más allá de la letra de la Ley, Jesús siempre guardó la Ley en toda su intensión espiritual—para agradar verdaderamente al Padre. “Y Aquel Quien me envió esta Conmigo. El Padre no me ha dejado solo porque Yo siempre hago las cosas que le agradan a Él.” ” (Juan 8:29).

A la edad de doce, Jesús fue encontrado en el Templo “sentado en medio de los profesores, oyéndolos y cuestionándolos. Y todos aquellos quienes estaban escuchándolo estaban admirados de Su entendimiento y Sus respuestas. (Lucas 2:46-47). ¿Cómo fue posible que Jesús tuviera tal entendimiento extraordinario de la Palabra de Dios a una edad tan joven?

Primero, Jesús tenía el Espíritu Santo de Dios sin medida. “Porque Aquel que Dios ha enviado habla las palabras de Dios; y Dios no le da el Espíritu por medida.” (Juan 3:34).

Segundo, las Escrituras registran que Jesús fue enseñado directamente por Dios el Padre. Una vez, cuando Jesús estaba enseñando en el Templo, los judíos dijeron, “…¿Cómo sabe este hombre letras, nunca habiendo sido escolarizado?” ” (Juan 7:15). La frase “nunca habiendo sido escolarizado” significa que Él no fue enseñado en sus escuelas rabínicas. Note la respuesta de Jesús: “Mi doctrina no es Mía, sino de Quien Me envió.” (verso 16).

Jesús fue enseñado directa y personalmente por Dios el Padre. Jesús dijo, “… Quien Me envió es verdadero, y lo que he oído de Él, esas cosas hablo al mundo.”… no hago nada de Mi mismo [o de ningún otro hombre]. Sino como el Padre Me enseñó, estas cosas hablo.” (Juan 8:26, 28).

Isaías profetizó de la educación de Jesús por Dios el Padre: “ “El Señor DIOS Me ha dado la lengua del aprendido, para saber ayudar al cansado con una palabra. Él Me despierta mañana a mañana, despierta mi oído para oír como uno siendo enseñado. El Señor DIOS ha abierto Mi oído, y no fui rebelde ni di la espalda.” (Isaías 50:4-5).

Jesús tuvo comunicación instantánea directa con Dios el Padre todo el tiempo. Como el Hijo de Dios, enviado para ser el Salvador de la humanidad, Jesús tenía que tener un entendimiento perfecto y completo de la voluntad del Padre. Si Él hubiera fallado incluso una sola vez de hacer la voluntad del Padre, este pecado lo habría traído bajo la pena de muerte, y nosotros no tendríamos Salvador. Para saber la voluntad del Padre en todas las cosas, Jesús tuvo que ser enseñado directamente por Dios el Padre. Ningún hombre—ningún escriba, ningún fariseo, ninguna saga aprendida o rabino—podría haberle impartido este conocimiento divino a Jesús.