Restaurando
el cristianismo original—¡para hoy!
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Fred R.
Coulter
Ministro
Marzo
20, 2019
Queridos
hermanos,
A causa del tiempo de la Pascua y la Fiesta
de Panes sin Levadura este año, estamos combinando las cartas de marzo y abril
en una. Aún tenemos un envío más a comienzos de abril, con dos CDs. Uno
incluirá todos los mensajes para el Sábado antes de la Pascua, la ceremonia de
la Pascua, la Noche para ser muy observada, el primer día santo, el ultimo día
santo, y el Sábado después del último día santo. El segundo CD incluirá el
resto de la serie, Los últimos diez días de la vida de Jesucristo.
Nota especial: Si no tiene el folleto de la Ceremonia de la
Pascua, puede descargarlo de nuestro sitio web. También, si ésta es la
primera Pascua que observa, y lo va a hacer en casa, le enviaremos el folleto
inmediatamente.
Fechas para la Pascua y Panes sin
Levadura:
Sábado antes de la Pascua Abril
13
PASCUA: Jueves en la noche Abril
18 (10 minutos después del
ocaso)
La noche para ser muy observada Abril
19
Primer día santo
Abril 20
Ultimo día santo Abril
26
Sábado después del último día
santo Abril 27
Además de la ceremonia de la Pascua, hemos
preparado mensajes para todos esos días. Para extra estudios durante la Fiesta,
los puede descargar del sitio web laverdaddeDios.org.
Significado, en las Escrituras, del
bautismo y lavado de pies durante la Pascua: Como veremos, el bautismo
es por inmersión completa en agua y tiene un significado muy especial. El
significado se refleja en la Ceremonia de la Pascua, la cual solo debe ser
observada por aquellos quienes han sido bautizados. La Pascua es la renovación
anual del Pacto de vida eterna a través de Jesucristo, lo
cual Pablo relaciona con el bautismo en Romanos 6: “¿O
son ustedes ignorantes que nosotros, tantos como fuimos bautizados en Cristo
Jesús, fuimos bautizados en Su muerte? Por tanto, fuimos sepultados con Él a
través del bautismo en la muerte; para que, así como Cristo fue levantado
de los muertos por la gloria del Padre, en la misma forma, deberíamos
también caminar en novedad de vida.
“Porque si hemos sido co-unidos en la semejanza de Su muerte,
así también lo seremos en la semejanza de Su resurrección. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue co-crucificado con Él,
para que el cuerpo de pecado pudiera ser destruido, para que ya no pudiéramos
ser esclavizados al pecado; porque
aquel que ha muerto al pecado ha sido justificado del pecado. Ahora, si morimos junto con Cristo, creemos que también viviremos
con Él”
(Romanos 6:3-8).
En la
noche de Su última Pascua con los apóstoles, Jesús reveló el significado fundamental
de la frase de Pablo, “deberíamos también caminar en
novedad de vida,” al declarar, “Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, excepto a través de Mí” (Juan 14:6).
Al
comienzo de la ceremonia de la Pascua, cuando Jesús estaba lavando los pies de
los apóstoles, Él le dijo a Pedro y a los otros apóstoles: ““Si no te lavo, no tienes parte Conmigo.”… Por tanto, cuando Él les había lavado los pies, y había tomado Sus
vestidos, y se había sentado nuevamente, les dijo, “¿Saben lo que les he
hecho?
Ustedes Me llaman el Maestro y el Señor, y hablan correctamente,
porque lo Soy. Por
tanto, si Yo, el Señor y el Maestro, he lavado sus pies, ustedes también están
obligados a lavarse los pies los unos a los otros; porque les he dado un ejemplo, para mostrarles que también deberían
hacer exactamente como Yo les he hecho. Verdaderamente, verdaderamente les digo, un siervo no es más grande
que su señor, ni un mensajero [apóstol] más
grande que el que lo envió. Si
saben estas cosas, benditos son si las hacen.”” (Juan 13:8, 12-17).
Cuando lavamos los pies los unos a los
otros en la noche de la Pascua, estamos demostrando nuestro pacto de humildad
para caminar en el camino de Dios como Jesús Mismo caminó—en amor, fe y
obediencia a través de la gracia de Dios. El apóstol Juan escribe: “Y por este estándar sabemos que lo conocemos: si guardamos
Sus mandamientos. Aquel que dice, “lo conozco,”
y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Por
otro lado, si cualquiera está guardando Su Palabra, verdaderamente en
aquel el amor de Dios está siendo perfeccionado. Por este medio
sabemos que estamos en Él. Cualquiera
que reclame vivir en Él está obligándose a sí mismo también a caminar incluso
como Él mismo caminó” (I Juan 2:3-6). Pedro agrega: “Porque para esto fueron llamados porque Cristo también sufrió por
nosotros, dejándonos un ejemplo, que deberían seguir en Sus pasos” (I
Pedro 2:21).
El
significado del pan de la Pascua: Después de lavar los pies de los apóstoles,
Jesús les ofreció pan sin levadura: “Y tomó pan; y
después de dar gracias, lo rompió y lo dio a ellos, diciendo, “Este
es Mi cuerpo, el cual es dado por ustedes. Esto háganlo en memoria de Mí”” (Lucas
22:19). El registro de Pablo, de la ocasión, lo hace más personal: “Porque yo recibí del Señor lo que también entregué a ustedes, que
el Señor Jesús en la noche en la cual fue traicionado tomó pan; Y después de dar gracias, lo rompió y dijo: “Tomen, coman;
este es Mi cuerpo, el cual está siendo roto por ustedes. Esto
háganlo en memoria de Mí”” (I Corintios 11:23-24).
Cuando
Jesús dio Su cuerpo para ser flagelado y lacerado con el látigo de nueve colas
de gato, Él cumplió la profecía de Isaías que dice, “Y
di Mi espalda a los heridores, y Mis mejillas a ellos que arrancaban el pelo;
no oculté Mi cara de vergüenza y esputos” (Isaías 50:6).
El apóstol Pedro declara esto del falso
juicio de Jesús y la flagelación: “Quien no cometió
pecado; ni fue encontrado engaño en Su boca; Quien, cuando fue insultado, no insultó en retorno; cuando
sufría, no amenazaba, sino se encomendaba Él mismo a Quien juzga
justamente;
Quien llevó Él mismo nuestros pecados en Su propio cuerpo sobre el
árbol, para que nosotros, estando muertos a los pecados, podamos vivir
hacia justicia; y por Cuyos azotes ustedes fueron sanos” (I
Pedro 2:22-24).
El significado
del vino de la Pascua: Después que los
discípulos habían comido el pan sin levadura, Jesús les dio vino, el cual es símbolo
de Su sangre derramada: “Y tomó la copa; y después de
dar gracias, la dio a ellos, diciendo, “Todos ustedes beban de ella; porque esto es Mi sangre, la sangre del Nuevo Pacto, la
cual es derramada por muchos para la remisión de pecados”
(Mateo 26:27-28). Lucas agrega, “la cual es derramada por
ustedes”
(Lucas 22:20).
Pedro muestra
que somos redimidos del pecado y Satanás el diablo por la sangre de Jesús: “Sabiendo que no fueron redimidos por cosas corruptibles, por plata
u oro, de su frívola forma de vivir, heredada por tradición de sus
antepasados;
sino por la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero
sin defecto y sin mancha” (I Pedro 1:18-19).
Pablo
deja claro que “sin el derramamiento de sangre no
hay remisión de pecados” (Hebreos 9:22). Él agrega, “Porque es imposible por la sangre de toros y
machos cabríos quitar pecados.… Luego Él dijo, ‘He aquí, Yo vengo para hacer Tu voluntad, Oh Dios.” Él quita el
primer pacto para poder establecer el segundo pacto; por Cuya voluntad somos santificados a través de la ofrenda del cuerpo
de Jesucristo una vez por todas.… pero Él, después de ofrecer un sacrificio por los pecados
para siempre, se sentó a la mano derecha de Dios” (Hebreos 10:4,
9-10, 12).
Cuando nuestros pecados son
perdonados a través del sacrificio y sangre de Cristo, somos justificados—hechos
rectos a la vista de Dios el Padre: “Pero
Dios nos encomienda Su propio amor porque, cuando éramos aun pecadores, Cristo
murió por nosotros. Mucho más, por tanto, habiendo
sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira a través de Él. Porque si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios
a través de la muerte de Su propio Hijo, mucho más entonces,
habiendo sido reconciliados, seremos salvos por Su vida”
(Romanos 5:8-10).
Aquí,
Pablo deja claro que la gracia de Dios—a través de la muerte de Su único Hijo
engendrado—es completa solo porque ¡Jesús fue resucitado de los muertos!
Viendo
nuevamente en Hebreos, Pablo escribe que la sangre derramada de Cristo no solo
trae perdón de pecados, también nos otorga acceso directo a Dios el
Padre: “Porque por una ofrenda Él ha obtenido perfección eterna para
aquellos que son santificados. Y el
Espíritu Santo también nos da testimonio; porque después que Él había
previamente dicho, “ ‘Este es el pacto
que estableceré con ellos después de aquellos días,’ dice el Señor: ‘Yo
daré Mis leyes dentro de sus corazones, y las inscribiré en sus mentes; y sus pecados e ilegalidad no recordaré nunca más.’ ”
“Ahora, donde está la remisión de estos, ya no
es más necesario ofrecer sacrificios por el pecado. Por
tanto, hermanos, teniendo confianza de entrar en el verdadero
santísimo por la sangre de Jesús, según una forma nueva y viva, la
cual Él consagró por nosotros a través del velo (esto es, Su carne), y teniendo
un gran Sumo Sacerdote sobre la casa de Dios, aproximémonos a Dios con
un corazón verdadero, con completa convicción de fe, habiendo sido purificados
nuestros corazones de una conciencia maligna, y nuestros cuerpos habiendo sido
lavados con agua pura. Retengamos
sin vacilación la esperanza que profesamos, porque Quien prometió es
fiel”
(Hebreos 10:14-23).
En Su penúltima
Pascua, Jesús enseñó que Él era el “Pan de Vida.” También enseñó que vida
eterna solo es posible a través de Él. “Yo
soy el pan vivo, el cual bajó del cielo, si cualquiera come de este pan, vivirá
por siempre; y el pan que daré es incluso Mi carne, la cual daré por la vida
del mundo.”
“Por esto, los judíos estaban discutiendo uno al otro, diciendo,
“¿Cómo es Él capaz de darnos Su carne para comer?” Por tanto, Jesús les
dijo, “Verdaderamente, verdaderamente les digo, a menos que coman la carne del
Hijo de hombre, y beban Su sangre, no tienen vida en sí mismos. Aquel que come Mi carne y bebe Mi sangre tiene vida eterna, y Yo lo
levantaré en el último día.
“Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera
bebida. Aquel que come Mi carne y
bebe Mi sangre está viviendo en Mí, y Yo en él. Como el Padre vivo Me ha enviado, y Yo vivo por el Padre; así
también aquel que Me come vivirá por Mí” (Juan 6:51-57).
Esto
significa que debemos vivir nuestras vidas a través de Cristo, y vivir
por cada palabra de Dios, como dijo Jesús: “El hombre no vivirá de pan solamente, sino de cada palabra que
procede de la boca de Dios” (Mateo 4:4).
Jesús lo deja claro. ¿Practicamos
Sus palabras y vivimos por ellas? También Él compara como vivimos
con “construir una casa.” ¿Estamos construyendo en Él—la Roca—Jesucristo?
¿Es Él nuestro fundamento? Lucas escribe: “¿Y
por qué Me llaman, ‘Señor, Señor,’ pero no practican lo que digo? Todo el que viene a Mí y oye Mis palabras y las practica, les
mostraré a que se parece: Él es
como un hombre construyendo una casa, quien excavó profundo y colocó el
fundamento sobre la roca [y esa Roca es Cristo (I Corintios
10:4)]; y un diluvio vino, y el torrente golpeó contra esa casa, pero
no pudo sacudirla, porque estaba fundada sobre la roca.
“Pero el que ha oído Mis palabras y no las ha
practicado es como un hombre que construyó una casa en la superficie de
la tierra, sin un fundamento; y cuando el torrente golpeó contra ella,
cayó de una, y la ruina de esa casa fue grande” (Lucas
6:46-49).
En
Efesios 2, Pablo coloca la secuencia completa de arrepentimiento y perdón de
pecados, a través de la gracia de Dios, llevando a salvación. Más aun, deja
claro que debemos vivir al hacer las obras de Dios—no nuestras propias
obras. Él escribe: “Ustedes estaban muertos en transgresiones
y pecados,
en los cuales caminaron en tiempos pasados de acuerdo al curso de
este mundo, de acuerdo al príncipe del poder del aire, el espíritu que está
ahora trabajando dentro de los hijos de desobediencia; entre quienes también todos nosotros una vez tuvimos nuestra
conducta en las lujurias de nuestra carne, haciendo las cosas deseadas por la
carne y por la mente, y éramos por naturaleza los hijos de ira, así como
el resto del mundo” (Efesios 2:1-3).
Continuando:
“Pero Dios, Quien es rico en misericordia, por causa de Su gran amor
con el cual nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestras ofensas, nos
ha dado vida junto con Cristo. (Porque han sido salvos por gracia)… Porque por gracia han sido salvos a través de fe, y esta no es de
ustedes mismos; es el regalo de Dios, no de obras, para que nadie pueda
jactarse. Porque somos Su
hechura [de
Dios el Padre], siendo creados en Cristo Jesús hacia las buenas obras
que Dios ordenó de antemano para que pudiéramos caminar en ellas” (versos
4-5, 8-10).
Estos
pasajes resaltan en realidad el significado de la Fiesta de Panes sin Levadura.
Dado que somos la hechura del Padre, avancemos a perfección representado por Pentecostés
y la primera resurrección.
Catálogo de libros y literatura
de La Verdad de Dios: Finalmente tenemos un catálogo completo de
todos los libros y literatura de IDCB. La hemos incluido en este envío. Como
verá, tenemos muchos estudios Bíblicos profundos y estudios de tópicos con las
transcripciones que acompañan nuestros CDs. Distribuimos todo esto sin costo. Por
favor note: Cuando ordene del catálogo, por favor limite su
requerimiento a 4 cada vez. Esto nos evitará estar sobrecargados de órdenes.
Muchas gracias.
Nuevamente hermanos, a causa de la condición
del mundo, con todos sus problemas y males, necesitamos acercarnos a
Dios el Padre y Jesucristo más que nunca. Podemos hacer esto diariamente a través
de oración y estudio. Así es como podemos crecer en gracia y conocimiento.
Gracias por sus oraciones por nosotros.
Oramos por ustedes cada día—por las bendiciones de Dios, sanidad, ayuda e inspiración—de
modo que pueden crecer en la mente de Cristo y en su amor por Dios y los
hermanos. Que Dios el Padre y Jesucristo los bendigan con una Pascua
inspiradora y una maravillosa Fiesta de Panes sin Levadura.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC