La Verdad de
Dios
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Bienvenidos a Abre Mis Ojos. Abre
Mis Ojos está patrocinado por la Iglesia de Dios Cristiana y Bíblica en donde
estamos dedicados el Cristianismo original para hoy.
Mi nombre es Eduardo Elizondo y
me da mucho gusto saludarlos en esta edición de Abre Mis Ojos.
El día de hoy vamos a continuar
hablando de la Palabra de Dios y vamos a hablar de un aspecto central de la
Palabra de Dios. Vamos a hablar de cómo la Palabra de Dios es la Verdad. En
Juan 17:17 Cristo justo antes de ser crucificado ora a Su Padre y nos declara
algo muy importante, nos declara algo que es fundamental que entendamos para
poder conocer a Dios, para poder establecer no solamente Quien es Dios sino que
es lo que hace y que es lo que espera de nosotros, que es lo que El desea para
poder tener una relación verdadera con Dios, con Dios el Padre y con
Jesucristo.
Juan 17:17, Jesucristo declara en
su oración al Padre, le ruega al Padre “Santifícalos
en Tú verdad; Tu Palabra es la verdad” Jesucristo Mismo es la Palabra
como dice en Juan 1:1 “En el principio estaba
la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Él estaba en el
principio con Dios.” Entonces Jesucristo estaba con Dios el Padre, Él
era la Palabra y Él era Dios también junto con Dios el Padre como hemos
establecido en otros episodios de Abre Mis Ojos.
En Juan 17:17 Cristo nos acaba de
decir que Él es la Verdad porque Él es la Palabra y Él declaró abiertamente a
Su Padre que la Palabra de Dios el Padre, Quien es Él Mismo Jesucristo, es la
Verdad. Esto lo podemos corroborar en Juan 14:6 cuando Jesucristo le afirma
directamente a Sus discípulos que Él es la Verdad “Jesús
le dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
excepto a través de Mí.”
El día de hoy vamos a empezar a
estudiar acerca de la Verdad de Dios. Jesucristo es la Palabra y Jesucristo es
la Verdad. ¿Pero cuál es el problema de toda la humanidad? ¿Cuál es el problema
con toda nuestra naturaleza humana? ¿Por qué hay tantas mentiras en el mundo? ¿Por
qué no es posible ya confiar en nadie? ¿Por qué todo es, parece tan subjetivo,
todo parece tan inestable cuando incluso los jueces se corrompen, cuando incluso
las leyes se cambian? Cuando las leyes se cambian, cuando los jueces se
corrompen, cuando no hay nada establecido, cuando no hay nada que sea justo,
que sea verdadero, que este dado por sentado, no podemos confiar en nadie. Como
personas, como sociedad es muy difícil confiar en alguien porque nuestra
naturaleza humana no es verdadera, desafortunadamente nuestra naturaleza humana
tiende a la maldad. Como el apóstol Pablo dice “es enemistad con Dios y no
puede sujetarse a la ley de Dios.”
Pero en este mundo en el que
estamos viviendo, hay tantas opiniones, hay tantas formas de pensamiento y el
mundo dice que es normal tener nuestras ideas y que las ideas de una persona
son tan validas como las ideas de otra persona y cada vez se pierde más el
respeto a la ley, se pierde más el respeto al amor, se pierde más el respeto a
la verdad. Las personas se mienten, se traicionan, se matan, hay corrupción en
todos los niveles del gobierno porque todos están viendo por sí mismos. Todas
las personas están viendo por sus propios intereses y no hay nadie que
verdaderamente busque a Dios, que verdaderamente busque el significado de la
vida y para que estamos aquí como seres humanos, para que nos puso Dios en la
tierra.
Dios sabe cómo somos todos los
seres humanos por naturaleza, lo sabe. Y cuando estaba con Su pueblo Israel
como una nación física sobre la tierra lo declaró. El profeta Jeremías fue
quien declaró todo esto. En Jeremías 9:1 Dios nos dice lo siguiente: “Oh, ¡que mi cabeza fueran aguas, y mis ojos una fuente de
lágrimas, que pudiera lamentar día y noche por los muertos de la hija de mi
pueblo! Oh, ¡que tuviera en el lugar desolado un lugar de hospedaje para
hombres viajando, que pudiera dejar mi pueblo e irme de ellos! Porque todos
ellos son adúlteros, una asamblea de hombres traicioneros.”
¿Y no es acaso la sociedad en la
que vivimos el día de hoy? ¿No es acaso esta sociedad llena de adúlteros? ¿Llena
de hombres traicioneros que se mienten unos a otros, que se engañan, que ponen
sus opiniones por encima de la verdad? Que ponen sus opiniones y todo mundo
dice que es basado en la verdad, todo mundo dice que es basado en lo que dicen
los expertos, quien sea que los expertos sean con respectos a temas de política,
de finanzas, de salud, de todos los ámbitos.
Hay personas que se ponen como
expertos pero no hay la verdad. ¿Cómo podemos saber cuál es la verdad? ¿Cómo
podemos saber quién está diciendo la verdad y quien está mintiendo? ¡No pueden
haber dos verdades! Todas las personas en el mundo no pueden estar bien, no
pueden estar en lo correcto, porque la verdad solo es una y Cristo es la
Verdad, la Palabra de Dios es la Verdad.
Veamos que dice Dios acerca de
toda la sociedad, porque está hablando aquí Jeremías acerca de todo el antiguo
Israel pero esto aplica a todas las naciones de la tierra. V 3: ““Y doblan sus lenguas como sus arcos para
mentiras....” ¿No es esto acaso lo que está sucediendo en todo el mundo?
¿Cuantos funcionarios de gobierno han doblado sus lenguas como arcos para
mentiras? ¿En cuantos gobernantes confía usted que le están diciendo la verdad?
¿En cuantos doctores? ¿En cuantos abogados? ¿En cuántos profesores? Dice “doblan sus lenguas como sus arcos para
mentiras” porque es la sociedad en la que estamos viviendo, es un
reflejo fiel de la situación en la que estamos en toda la humanidad. Dice, “Pero no son valientes por la verdad en la tierra; porque van
de mal en mal, y no Me conocen,” dice el SEÑOR.” ¿Y no es acaso esto lo
que estamos experimentando el día de hoy? Vamos de mal en mal, llámese política,
llámese devastación económica, llámese pandemias.
Todo lo que estamos viviendo en términos
económicos, en términos políticos, en términos de educación, todos los
fundamentos de todas las sociedades en el mundo entero están siendo sacudidos a
un nivel como nunca antes lo habíamos visto en términos de la maldad, en términos
de la mentira, porque toda esta sociedad está basada en mentiras. Desafortunadamente
está basada en sistemas frágiles, en sistemas que si bien tienen buenas
intenciones, como la mayoría de los seres humanos tienen buenas intenciones al
principio, los fundamentos si no están cimentados en la Palabra de Dios, en los
principios que nuestra Creador nos ha dado, no funcionaran. Tarde o temprano
toda esta sociedad va a ser derribada y lo estamos viendo delante de nuestros
ojos, como la libertad se está cortando, como el amor se está esfumando, como
hay traición de unos a otros, como hay mentiras y nadie sabe en dónde está la
verdad. Entre más información, en vez de más claridad y más verdad, hay más confusión,
hay más desesperanza, hay más traición y Dios dice por qué. Dice que vamos de
mal en mal y no lo conocemos. Porque cuando no conocemos a Dios no tenemos un
fundamento sólido, no tenemos la verdad.
Versículo 4: ““¡Todos guárdense de su prójimo, y no confíen en ningún
hermano! Porque todo hermano suplantará a su vecino, y caminará con calumnias.”
¿Y no es acaso lo que estamos viendo el día de hoy? Los primeros que nos
traicionan muchas veces son los mismos de nuestra familia, los primeros que se
vuelven contra nosotros son nuestros vecinos. De cualquier perspectiva que lo
vea, de cualquier opinión, el mundo está más dividido que nunca en todas las
opiniones. En las opiniones de política, de educación, de salud, de todo lo que
el ser humano hace, de negocios, de la economía, “Porque
todo hermano suplantará a su vecino, y caminará con calumnias.” Eso es
lo que estamos viendo el día de hoy en la sociedad desgraciadamente.
Versículo 5: “Y cada uno engañará a su prójimo y no hablará la verdad;
ellos han enseñado a sus lenguas a hablar mentiras, y se
fatigaron para cometer iniquidad.” Y eso es lo que estamos viendo hoy en
nuestra sociedad, mentiras. Desde los más altos niveles del gobierno, desde los
más altos niveles de las corporaciones, estamos viendo mentiras, estamos viendo
engaño, estamos viendo que ya no hay ningún estándar de lo que es bueno y de lo
que es malo, no conocemos como sociedad a Dios y no queremos conocer a Dios.
Versículo 6: “Su habitación está en medio del engaño; a través del
engaño rechazan conocerme,” dice el SEÑOR.” Y desgraciadamente estamos
en una situación en donde todas las opiniones pesan lo mismo cuando no debería
ser así porque la Palabra de Dios es la Verdad, la Palabra de Dios no es una opinión,
la Palabra de Dios es el fundamento de la Verdad y no es una opinión de ningún
ser humano. Es cierto que fue escrita por seres humanos pero fue inspirada por
Dios mismo, son las Palabras de Dios, es el mensaje de Dios y lo que Dios
realmente quiere lo expresa aquí, nos dice que quiere que lo conozcamos. No se
trata solamente de hacer las cosas por hacer las cosas, por supuesto que
conllevan una bendición, por supuesto que llevan a la armonía, llevan a la
felicidad, llevan a todas las cosas que uno puede desear, al amor, a la
ternura, a la compasión, a la hermandad y todos en todas partes del mundo
deseamos todas estas cosas. Todos deseamos amar y ser amados, todos deseamos
ser compasivos y que sean compasivos los demás con nosotros, todos deseamos
tener misericordia, todos deseamos hablar con sinceridad, hablar con verdad, no
engañar, pero esa no es nuestra naturaleza desafortunadamente.
Aquí en Jeremías 9:13 “Y el SEÑOR dice, “Porque han abandonado Mi ley la cual
coloqué ante ellos, y no han obedecido Mi voz, y no han caminado en ella”
Este es el resultado de nuestras acciones, este es el resultado de lo que hemos
sembrado como sociedades en este mundo. Versículo 14: “Sino
han caminado tras la imaginación de sus propios corazones, y tras el Baalim, el
cual sus padres les enseñaron.”” Es exactamente eso lo que está
ocurriendo en nuestra sociedad: la ley de Dios es abandonada, la ley de Dios es
ignorada, no hemos obedecido la voz de Dios. Porque Dios nos declara lo que es
bueno y lo que es malo, Dios nos declara lo que es justo y lo que es injusto. ¿Pero
como sabemos cuál es la ley de Dios? ¿Cuál es la verdad? ¿Cómo podemos conocer
sus leyes? Debemos adentrarnos a la Palabra de Dios para poder entender esto.
El Salmo 119 es un Salmo muy
largo pero está realmente dedicado a la ley de Dios. En el versículo 142 Dios
nos dice lo siguiente: “Tu justicia es una justicia
eterna, y Tu ley es la verdad.” ¿Y no es acaso lo que deseamos como
sociedad? ¿Y no es eso acaso lo que deseamos como seres humanos? Que haya
justicia, que haya verdad, que no haya engaño, que se nos enseñe cosas rectas,
cosas que produzcan los frutos que queremos tener. Frutos de justicia, de amor,
de equidad, eso es lo que todos deseamos como sociedad, pero debemos escuchar
la ley de Dios, debemos leer la ley de Dios, entenderla. ¿Cuál ley? ¿Simplemente
la ley del amor? Claro que es una ley del amor. ¿Pero cuál ley?
Debemos entender nosotros que la
Palabra es la Verdad y que la ley es la Verdad y la Palabra es Jesucristo. En
Juan 1:17 se nos dice: “Porque la ley fue dada a
través de Moisés,...” y debemos analizar lo que dice verdaderamente
este versículo. Fue dada “a través de Moisés” no dice que fue dada “por Moisés”
sino a través de él. ¿Entonces quien la dio? ¿Fue acaso Moisés? ¿Fue acaso un
Dios severo del Antiguo Testamento que es diferente a Cristo?
Dice: “...pero la gracia y la
verdad vinieron a través de Jesucristo.” Pero sabemos que en el
principio estaba la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios.
Era Jesucristo mismo Quien dio Su ley a través de Moisés, no es la ley que fue
originada de Moisés sino es la ley que fue originada de Dios, el Dios de
Abraham, de Isaac y de Jacob, el Yo SOY, Cristo mismo antes de venir en la
carne, Él dio esa ley, se la dio a Moisés para que la diera a los seres
humanos, fue dada a través de Moisés no fue dada del corazón, de la imaginación,
de los pensamientos de Moisés, es la ley de Dios, es la Verdad.
Y la gracia y la verdad vinieron
a través de Jesucristo. Entonces la ley que fue dada a través de Moisés y la
ley que fue magnificada por Jesucristo como podemos leerlo en Mateo 5,6 y 7 están
llenas de gracia y de verdad y todas vienen del mismo Dios, todas vienen también
de Aquel Quien era el Dios del Antiguo Testamento Quien vino en la carne como
Cristo Jesús. Y esto lo podemos corroborar en el siguiente versículo, que no
era Dios el Padre sino que era Jesucristo porque el versículo 18: “
Nadie ha visto a Dios
en ningún momento; el único Hijo engendrado [Cristo Jesús], Quien está
en el seno del Padre, Él lo ha declarado.” Desde el principio.
Entonces como sabemos el Dios de
Abraham, de Isaac y de Jacob es el mismo Quien vino en la carne como Cristo y
es distinto de Dios el Padre Quien estaba en el cielo cuando Cristo estuvo en
la tierra. Y la ley, Cristo, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Yo SOY, Él
la dio a través de Moisés, utilizó a Moisés como un instrumento para comunicar
Su ley, pero es la ley de Él desde el principio porque Él no cambia.
Cristo mismo nos declara que Él
es la luz del mundo. En Juan 8:12 Cristo nos dice: “Entonces
Jesús les habló otra vez, diciendo, “Yo soy la luz del mundo; aquel que Me
sigue nunca caminará en oscuridad, sino que tendrá la luz de vida.””
Él se declaró a Si mismo ser la Luz del mundo y lo es porque Él es la Verdad; y
la luz nos alumbra por el que debemos caminar, nos indica las decisiones que
debemos tomar basadas en lo bueno, basadas en lo recto, basadas en lo honesto,
basadas en lo justo y esto es lo que Cristo quiere que hagamos, que caminemos
en Él, que caminemos en la Verdad, que caminemos en Su ley,
En Juan 3:20: “Porque todo el que practica maldad odia la luz, y no viene a
la luz, para que sus obras no puedan ser expuestas” Y esto prácticamente
describe a todos los gobernantes, y esto prácticamente describe a muchas de las
personas en la sociedad que no vienen a la luz, no vienen a la Palabra de Dios,
antes la descartan, antes la prohíben y la desacran y la desechan porque no
quieren caminar en la verdad, porque prefieren andar en las mentiras, en el
soborno, en lo que les conviene, en lo que ellos opinan, en lo que ellos
piensan que está bien. Pero están siendo guiados por su propia naturaleza
humana, están siendo guiados por sus propios caminos, por sus propios
pensamientos, por eso hay tanta confusión, por eso no hay paz entre las naciones,
por eso no hay paz entre los seres humanos, por eso hay traición, por eso hay
muerte, por eso hay depresión porque no podemos entender cuál es el significado
de la vida, porque no podemos saber si hay algo bueno o malo, por no conocer a
Dios, por no venir a la luz, pero la naturaleza humana no quiere venir a la luz
para que nuestras obras no sean descubiertas porque si los secretos de nosotros
de las cosas más profundas fueran expuestas a la luz, sería algo terrible para
todos los seres humanos.
Versículo 21: “Pero aquel que practica la verdad viene a la luz, para que
sus obras puedan ser manifestadas, que ellas han sido logradas por el poder
de Dios.”” Y dice que “viene a la luz el que practica la Verdad” y
como ya leímos en el Salmo 119 “Tu ley es la verdad.” El que practica la ley de
Dios viene a la luz, viene a Jesucristo porque Él dijo que Él es la ley del
mundo. El que está practicando la ley de Dios viene a la luz para que sus obras
puedan ser manifestadas que han sido logradas por el poder de Dios. Y esto es
verdaderamente lo que Dios quiere, que busquemos la verdad, que busquemos Su
ley, que caminemos en Su ley para que poder venir a Él.
En Juan 8, Cristo también nos
dice algo muy, muy importante. Versículo 31: “Por
tanto, Jesús le dijo a los judíos que habían creído en Él, “Si continúan en Mi
Palabra, son verdaderamente Mis discípulos.” Y continuar en la Palabra
de Dios significa escudriñar la Palabra de Dios, leerla, continuar en ella, en
las leyes de Dios, que nos dicen que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón,
con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con toda nuestras fuerzas, pero
no podemos amar a alguien a Quien no conocemos, debemos adentrarnos en la
Palabra de Dios para conocerlo, para poder amarlo. Y el segundo mandamiento es
amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos y de estos dos penden todos los
otros mandamientos en los que la mayoría de las sociedades creen pero no en
todos. Ellos absolutamente determinan que está mal cometer asesinato, que está
mal mentir, que está mal codiciar porque eso genera sobornos, genera maldad.
Pero no toman toda la ley de Dios, toman parte de la ley de Dios solamente lo
que es absolutamente fundamental para que no se colapse la sociedad
completamente. Pero nosotros debemos continuar en la Palabra de Dios, continuar
en la Biblia, en lo que dice la Palabra de Dios, en lo que dice Jesucristo en
Su ley porque esto va a resultar en lo que dice en Juan 8:32 “Y conocerán la verdad, y la verdad los liberará.”
Pensemos en todo lo que nos liberará,
en todas las cosas de las cuales nos liberará si conocemos la Verdad, si
andamos en la ley de Dios, si la conocemos y la aplicamos, si no mentimos, si
no robamos, si no cometemos adulterio, si no codiciamos, si honramos a nuestros
padres, porque todo padre quisiera ser honrado pero no todo hijo quiere honrar
a sus padres. Pero esta verdad nos liberará, esta ley de Dios nos liberará porque
la ley de Dios es perfecta, porque la ley de Dios es el estándar de lo que es
bueno y lo que es malo, porque la ley de Dios es lo único que reditúa en la
sociedad que queremos vivir, es lo único que produce los frutos que todos
queremos recibir de abundancia, de armonía, de paz, de prosperidad.
En el siguiente capítulo de Abre
Mis Ojos vamos a ahondar aún más en la ley de Dios y lo que dice Dios al
respecto de Su ley. Vamos a hacernos la pregunta si es acaso una ley dura, si
es acaso una ley difícil, si es acaso una ley que ha sido abolida o una ley que
aplica el día de hoy a los seres humanos. Vamos a seguir analizando la ley de
Dios, vamos a seguir estudiándola y haciéndonos las preguntas conforme
continuamos conociendo la Palabra de Dios, conforme nos acercamos a Dios en
sinceridad.
Por el momento me despido, mi
nombre es Eduardo Elizondo. Me dio mucho gusto haber estado con ustedes y nos
vemos en la próxima edición de Abre Mis Ojos.