Restaurando el cristianismo original—¡para hoy!
Iglesia de Dios Cristiana
y Bíblica
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Fred R. Coulter
Ministro
Marzo/Abril 2020
Marzo 17, 2020
Queridos hermanos,
Este año, el tiempo de la Pascua y de la
Fiesta de Panes sin Levadura es tal que esta carta es para marzo y abril.
Esta carta, se enfocará en el significado de la Pascua y de la Fiesta de
Panes sin Levadura en el Nuevo Testamento, como se compara con las prácticas
tradicionales del cristianismo falso.
El significado de la Pascua Cristiana del
Nuevo Pacto: La ceremonia de la verdadera Pascua Cristiana está basada completamente en las palabras de Jesús
registradas en los Evangelios. En la noche de Su última Pascua, Jesús instituyó
la Pascua del Nuevo Pacto. Así, este es el fundamento de la promesa de pacto de
Dios de vida eterna. Enfatizando la importancia del lavado de los pies. Él le
dijo a Sus apóstoles que si no se lavaban los pies unos a otros, “No tendrán parte
Conmigo.” Asimismo, Él dijo del pan sin levadura roto, simbolizando Su cuerpo
roto, y el vino, simbolizando Su sangre derramada del Nuevo Pacto: “Hagan esto
en memoria de Mi.” Más aun, guardar la Pascua es absolutamente necesario para
recibir vida eterna, como dijo Jesús: “Por tanto,
Jesús les dijo, “Verdaderamente, verdaderamente les digo, a menos que coman
la carne del Hijo de hombre, y beban Su sangre, no tienen vida en sí mismos.
Aquel que come Mi carne y bebe Mi sangre tiene vida
eterna, y Yo lo levantaré en el último día. Porque
Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida. Aquel que come Mi carne y bebe Mi sangre está viviendo en
Mí, y Yo en él” (Juan 6:53-56).
Como Jesús instruyó a los discípulos, el pan
sin levadura roto es un símbolo de Su carne, y el vino es un símbolo de Su
sangre. (Contrario a la falsa doctrina de la transustanciación, el vino y el
pan no, a la orden de un cura, se convierte en la carne y sangre real de
Jesús.) Observar la Pascua es nuestra promesa de pacto que estamos
comprometidos a vivir por Jesucristo, Quien es “el
camino, y la verdad, y la vida;… Como el Padre
vivo Me ha enviado, y Yo vivo por el Padre; así también aquel que Me come
vivirá por Mí” (Juan 14:6; 6:57).
Los Evangelios muestran, y Pablo escribe que
esta conmemoración es una observancia anual en la noche en que Jesús fue
traicionado—el día 14 del primer mes de acuerdo al Calendario hebreo
Calculado. Este año, debemos guardar la Pascua en la noche del martes 7 de
abrir, cuando comienza a ser oscuro. Esto estará en armonía con el día y hora, según las Escrituras, en que Jesús
comenzó Su última Pascua con Sus apóstoles, como se registra en los Evangelios.
Dado que la Pascua del Nuevo Pacto es
central en el plan de Dios—yendo todo el camino atrás a Abraham—Satanás el diablo ha hecho todo lo que puede para
engañar a la gente y apartarlos de su observancia. Además de la observancia tradicional judía del 15, las
iglesias cristianas nominales practican variadas versiones falsificadas de
“Pascua,” haciendo casi que imposible a la gente reconocer la verdadera
observancia. Estas religiones confían en sus propias tradiciones hechas por
hombres, en vez de la Palabra de Dios. Como resultado, sus prácticas conflictivas llevan poco si algo de similitud a
lo que la Biblia enseña en verdad.
A causa de la confusión y caos, incluso
entre algunas iglesias de Dios, tenemos un libro de más de 500 páginas llamado La Pascua Cristiana
(tercera edición). Este libro cubre toda faceta de la historia y práctica de la Pascua—Antiguo Testamento, la Pascua
tradicional judía de los exiliados, y la Pascua Cristiana del Nuevo Pacto como
es enseñada por Jesús. Si no tiene este libro, estaríamos felices de enviárselo
sin costo alguno.
El cristianismo falso está en un completo desorden
Además
de la tardía Pascua tradicional judía del 15, el cristianismo falso de este
mundo está en un completo desorden al practicar lo que llaman
“La cena del Señor,” “Comunión,” o la “Eucaristía” (sacrificio de la misa).
Aunque todos ellos claman que Cristo murió por sus pecados y se apropian del
Cristo crucificado y Su sangre derramada, no saben virtualmente nada acerca del
verdadero significado de la Pascua Cristiana. ¿Por qué? La respuesta es simple:
No creen la Biblia o las instrucciones de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo, a Quien ellos profesan adorar y claman como su Salvador. Además de sus observancias del domingo y los festivos, aquí
hay una lista de sus prácticas anti Bíblicas con las que remplazan la
verdadera Pascua de Dios del Nuevo Pacto.
·
No usan el Calendario hebreo
Calculado de Dios. Usan el Calendario gregoriano romano, con sus festivos
religiosos.
·
Pocos incluso comprenden que Jesús
fue crucificado en el día de la Pascua.
·
No la observan en la noche de la
Pascua, como lo hizo Jesús y Sus apóstoles.
·
No saben que día de la semana
Jesús fue crucificado. ¿Miércoles, jueves o viernes? La mayoría cree que
ocurrió en el así llamado “buen viernes.”
·
No saben cuánto estuvo en la
tumba—¿2 noches y 1 día? ¿Cómo puede ser esto, 3 días y 3 noches como dijo
Jesús?
·
No saben cuándo resucitó. Creen
que resucitó de los muertos en la mañana del domingo de “easter.”
·
La mayoría no comprenden que
“easter” es el mismo día en el cual los antiguos babilonios adoraban la diosa Ishtar.
¿Qué tiene que ver una diosa pagana con la muerte y resurrección de Jesús?
·
La mayoría usa galletas sin
levadura no rotas para su “Cena del Señor,” “Comunión,” o “sacrificio de la
misa.” Los griegos ortodoxos usan pan sin levadura roto.
·
La mayoría usan jugo de uva en vez
de vino; los mormones usan agua.
·
Los católicos celebran la eucaristía—el
“sacrificio de la misa”—diariamente, y en algunos casos cada hora. Los
protestantes celebran la Cena del Señor trimestralmente un domingo. Los adventistas
la observan el primer Sábado de cada trimestre.
¡Dios no es el autor de tal confusión! Sin
embargo todos profesan estar siguiendo la Biblia. La verdad es, estas prácticas
falsas no pueden ser encontradas en la Biblia. Solo son las enseñanzas y
tradiciones de hombres quienes rechazan los mandamientos de Dios
(Marcos 7:9). Ellos estudian la Biblia pero no entienden casi nada. Exactamente
como Isaías profetizó: “¡Estén aturdidos y asombrados!
¡Cieguen sus ojos y sean ciegos! Ellos están borrachos, pero no con vino;
tambalean, pero no por bebida fuerte, porque
el SEÑOR ha derramado sobre ustedes el espíritu de sueño profundo, y ha cerrado
sus ojos; Él ha cubierto a los profetas y a sus gobernantes, y
a los videntes. Y la visión de todos ha
llegado a ser para ustedes como las palabras de un libro que esta sellado, el
cual ellos dan a uno que es aprendido diciendo, “Por favor lee esto,” y él
dice, “No puedo, porque está sellado.” Y el
libro es entregado a quien no es aprendido, diciendo, “Por favor lee esto,” y
él dice, “No soy aprendido.”
“Y el SEÑOR dijo, “Porque
este pueblo se acerca a Mí con sus bocas, y con sus labios Me honran,
pero su adoración de Mí es conforme a las tradiciones de hombres aprendidas por
rutina, y su temor hacia Mi es enseñado por los mandamientos de hombres;
por tanto, he aquí, procederé a hacer de nuevo una
obra estupenda entre este pueblo, incluso una obra estupenda y una
maravilla, porque la sabiduría de sus sabios morirá, y la sabiduría de sus
inteligentes desaparecerá.” ¡Ay de
aquellos que profundizan para esconder sus propósitos del SEÑOR! Y sus
obras están en la oscuridad, y dicen, “¿Quién nos ve? ¿Y quién nos conoce?”
“¡Ciertamente,
ustedes han volteado las cosas al revés! ¿Será el alfarero considerado
como el barro de alfarero; porque la obra dirá de quien la hizo, “Él no me
hizo?” [¿No evolucionamos de los simios?] ¿O la cosa formada le dirá a quien la formó, “Él no tuvo entendimiento?”
[Nuestras tradiciones son mejores que las de Dios.]” (Isaías 29:9-16).
¡Qué perfecta descripción del cristianismo
falso de hoy! Es por eso que los “cristianos” nominales no obedecen a Dios ni
practican lo que Jesús enseñó. Ellos profesan creer en el nombre de Jesús, pero
en realidad rechazan lo que Él enseña—por tanto están en realidad ¡negando a
Dios!
Sin embargo, profesar una creencia en Dios o
en Jesucristo no es conversión hacia salvación. Respecto a tales falsas
creencias en Dios, el apóstol Santiago escribe: “¿Creen
ustedes que Dios es uno? Hacen bien en creer eso. Incluso los demonios
creen—y tiemblan de miedo. ¿Pero está
dispuesto a entender, Oh hombre tonto, que fe [una creencia profesada] sin obras es muerta?” (Santiago 2:19-20). La verdadera creencia y fe lo motivarán a amar y obedecer a Dios—exactamente como
Él dice.
Note lo que Pablo escribe
sobre tales profesiones y actitudes: “Ellos
personalmente profesan conocer a Dios, pero en sus obras lo
niegan, siendo abominables y desobedientes,
y reprobados hacia toda buena obra.” (Tito 1:16).
Esto
confirma exactamente lo que dijo Jesús: “No todo el
que me dice, ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino del cielo; sino aquel que está
haciendo la voluntad de Mi Padre, Quien está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día, ‘Señor, Señor, ¿No
profetizamos por medio de Tu nombre? Y ¿No echamos fuera demonios por
medio de Tu nombre? Y ¿No hicimos muchas obras de poder por medio de Tu
nombre?’ Y entonces les confesaré, ‘Nunca los
conocí. Apártense de Mí, ustedes quienes obran ilegalidad.’”
(Mateo 7:21-23).
No puede haber duda que esto aplica al
protestantismo y al catolicismo, dado que es precisamente lo que ellos hacen. Sí,
profesan Su nombre—“Señor, Señor” y “Jesús, Jesús”—pero no “están
haciendo la voluntad de Mi Padre, Quien está en el cielo”
En el
Evangelio de Lucas encontramos este registro: “¿Y por
qué Me llaman, ‘Señor, Señor,’ pero no practican lo que digo?
Todo el que viene a Mí y oye Mis palabras y las
practica, les mostraré a que se parece: Él es como un hombre construyendo una casa, quien excavó profundo
y colocó el fundamento sobre la roca; y un diluvio vino, y el torrente
golpeó contra esa casa, pero no pudo sacudirla, porque estaba fundada sobre la
roca.
“Pero el que ha oído Mis palabras y no las ha
practicado es como un hombre que construyó una casa en la superficie de
la tierra, sin un fundamento; y cuando el torrente golpeó contra ella,
cayó de una, y la ruina de esa casa fue grande”” (Lucas 6:46-49). No
hay duda que lo que Jesús dijo aplica directamente a la más esencial
observancia de la Pascua.
Finalmente, ¿quién debería participar
de la Pascua Cristiana del Nuevo Pacto? Solo aquellos quienes están en
un verdadero pacto espiritual con Dios el Padre y Jesucristo—comprendido a
través de arrepentimiento verdadero, pacto de bautismo por inmersión completa
en agua, y el recibimiento del poder del Espíritu Santo por engendramiento de
Dios el Padre. Cada año, al participar de la Pascua, todos los verdaderos
cristianos renuevan su relación de pacto con Dios y Cristo para la vida
eterna.
Dios planeó el día exacto de la Pascua desde la
fundación del mundo
Desde la eternidad del pasado, antes de la fundación
del mundo, Dios el Padre y el Hijo de Dios planearon y predeterminaron el día
que Jesús el Cristo moriría. En la historia del universo, ningún otro día puede
ser comparado con este. Entonces, desde del tiempo que Dios colocó el
fundamento del mundo, el Cordero de Dios fue “muerto
desde la fundación del mundo” (Apocalipsis 13:8). En aquel
tiempo, Dios sabía que el único sacrificio para salvar la humanidad del pecado
sería la muerte de Su Hijo, en el día de Pascua. Esto es inmensamente supremo
que siempre será recordado—incluso en las eras de eternidad por venir.
Este
día de destino fue la culminación final de la batalla espiritual por las vidas
de los hombres; una batalla librada entre Jesús el Cristo, Hijo de Dios y
Salvador de la humanidad, y Satanás el diablo, adversario de Dios y destructor
de la humanidad. Esta batalla intensa estuvo centrada en Jerusalén, pero su
resultado determinaría el destino del mundo. Era el poder de Dios versus el
poder de Satanás, el Defensor vs. el adversario, amor vs. odio, bien vs. mal,
humildad vs. orgullo, compasión vs. brutalidad, justicia vs. pecado y perdón
vs. condenación.
Todas
las fuerzas del mal y poderes del mundo fueron reunidos juntamente contra un
hombre, Jesús el Cristo—el Hijo de Dios. ¿Quién sería victorioso? ¿Triunfaría
finalmente el bien sobre el mal?
Por
sanar enfermos, resucitar los muertos y enseñar el amor de Dios, Jesucristo fue
condenado, golpeado, flagelado, ofendido, ridiculizado y crucificado. Sin
embargo, Él fue fiel hasta el fin—dando Su vida como un sacrificio perfecto por
los pecados del mundo.
Incluso
los propios discípulos de Jesús, a quienes Él les había enseñado por tres años
y medio, no entendieron el significado de este día. Mientras veían a Jesús
morir y Su cuerpo siendo colocado en la tumba, estuvieron desconcertados. Para
ellos parecía que el mal había ganado—los establecimientos políticos y
religiosos que los mantenían en esclavitud fueron victoriosos. Todo lo que
sintieron fue un desespero y pensamiento oscuro porque Jesús, el Mesías Ungido
de Dios, estaba muerto y enterrado. Estaba más allá de sus más salvajes
imaginaciones que Jesús volvería a la vida después de tres días y tres noches
en la tumba. Pero Él fue resucitado de los muertos por el poder de Dios el
Padre.
Muchos son familiares con uno de los
versos más citados de la Biblia: “Porque Dios amó
tanto al mundo, que dio Su único Hijo engendrado, para que todo el que crea en
Él no pueda perecer, sino pueda tener vida eterna” (Juan 3:16). Sin
embargo, tienen poco o ningún entendimiento de su significado. Sin embargo la
inspirada Palabra de Dios, desde Génesis
hasta Apocalipsis, revela la historia completa. Es por esto que Dios señaló el
día de Pascua del 20 dC como el día que Jesús seria crucificado; desde la
“fundación del mundo.” Dios señaló la hora exacta, el día y año.
Más aun, al usar la Escritura, el Calendario
hebreo Calculado y los hechos históricos, podemos ver atrás a partir de este
día de Pascua hasta establecer precisamente cuando nació Jesús y cuando comenzó
Su ministerio. También podemos determinar la longitud de Su ministerio, cuando
tiempo estuvo en la tumba, cuando fue resucitado y saber el tiempo de Su ascensión
final al cielo.
El significado en el Nuevo Testamento de la Fiesta de
Panes sin Levadura
Dado
que nos enfocaremos en el significado en el Nuevo Testamento de la Fiesta de
Panes sin Levadura, puede leer un resumen del significado en el Antiguo Testamento
en el libro Festivos ocultos o Días
Santos de Dios—¿Cuáles? (Capitulo 11).
Dios ordenó a los hijos de Israel remover
toda la levadura de sus casas antes de la Pascua, la cual es también un día
separado de comer pan sin levadura (Éxodo 12:8). Ellos estuvieron terminando de
sacar la levadura de sus casas antes de que comenzara la Fiesta de Panes sin
Levadura. El único pan que debían comer durante toda la Fiesta era pan sin
levadura (Éxodo 12:15-20; 13:6-7; Levítico 23:6; etc.).
Como hemos notado, todo el que observe la
Pascua Cristiana debe ser bautizado. Por otro lado, no es necesario ser
bautizado para guardar la Fiesta de Panes sin Levadura—como los niños y
aquellos que están comenzando a aprender de las Fiestas de Dios. Todos pueden
participar en esta Fiesta—y todos deben remover la levadura de sus casas y
comer pan sin levadura por 7 días. Este año, el primer día es abril 9, un
día santo, y el séptimo día es abril 15, un día santo.
En el Nuevo Testamento, encontramos que
Pablo le enseñó a los gentiles a observar la Fiesta de Panes sin Levadura en la
misma forma que Dios le había ordenado a los hijos de Israel. Al escribirle a
los corintios, Pablo definió la levadura como un símbolo de pecado y de la
naturaleza humana pecaminosa—una naturaleza que es “inflada” con vanidad y
orgullo. Los hermanos habían estado tolerando un pecado grave de inmoralidad, en el cual un
hombre estaba teniendo relaciones sexuales con su madrastra. Pablo escribió: “Su gloriarse no es bueno. ¿No saben que un poco de
levadura leuda la masa entera?” (I
Corintios 5:6.) En vez de aborrecer tal conducta, la estaban aceptando—incluso
gloriándose de eso. Pablo tuvo que corregirlos severamente, porque el pecado de
este individuo había comenzado a leudar toda la congregación con actitud
permisiva, lo cual a su tiempo los llevaría a conducta pecaminosa. Entonces Él
les ordenó remover al individuo de la congregación, así como habían removido la
levadura de sus casas.
Pablo tuvo que recordarles que así como ellos
habían sacado la levadura de sus casas en preparación para la Fiesta, debían
también “sacar la levadura” de sus vidas espirituales de pecado a través de
Cristo, nuestra Pascua. “Por tanto, purguen la vieja
levadura, [de pecado], para que puedan
convertirse en una masa nueva, [sin pecado en Cristo], incluso como están sin
levadura [en sus casas]. Porque Cristo nuestra Pascua fue sacrificado por nosotros.
Por esta razón, guardemos la fiesta, no con la
vieja levadura, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con el
pan sin levadura de sinceridad y verdad” (versos 7-8).
La declaración de Pablo, “Guardemos la Fiesta”
es bastante enfática—y debería callar a aquellos que falsamente enseñan que
Pablo estaba ocupado aboliendo las Fiestas de Dios. Claramente, este es un
mandamiento
directo a los gentiles convertidos a ¡guardar la Fiesta de Panes sin
Levadura! Pablo soporta su autoridad al declarar: “Si
cualquiera piensa de sí mismo que es un profeta o espiritual, reconozca
que las cosas que les escribo son mandamientos del Señor” (I
Corintios 14:37). Esto es lo que Pablo enseñaba en todas las iglesias (I
Corintios 7:17).
Nuevamente Pablo enfatizó el significado
espiritual de la Fiesta de Panes sin Levadura cuando Él amonestó a los
colosenses a abandonar sus caminos y naturaleza pecadora y remplazarlos con el
carácter de Cristo y Sus atributos de amor y justicia (Colosenses 3:1-17).
Como simiente espiritual de Abraham, los
cristianos bautizados
deben “vestirse” de Jesucristo—para llegar a ser como Él (Gálatas 3:26-29). “Cristo en ustedes, la esperanza de gloria” para los
cristianos (Colosenses 1:27). Al observar la Fiesta de Panes sin Levadura, los
cristianos aprenden que a través del poder del Espíritu Santo deben vencer el
pecado, vivir por cada palabra de Dios, desarrollar el carácter de Cristo,
caminar en fe, creer en esperanza y vivir en el amor de Dios.
La Noche para ser muy observada: Esta
noche, la noche de Nisan 15, comienza la Fiesta de 7 días de Panes sin
Levadura. A los hijos de Israel se les ordenó observar la Noche para ser muy
observada en conmemoración de su éxodo de Egipto y su rescate de la esclavitud
(Éxodo 12:40-42). Fue también en la misma noche—el “mismísimo día” de Nisan
15—430 años antes, cuando el Señor Dios prometió en Su pacto con Abraham
rescatar a sus descendientes de su esclavitud (Génesis 15:12-18).
Para los verdaderos cristianos, la Noche
para ser muy observada tiene un significado espiritual intenso. Aquella misma
noche el cuerpo muerto de Jesucristo estaba descansando en la tumba—comenzando
Sus tres días y noches “en el corazón de la tierra” (Mateo 12:40). Esta noche
fue un cumplimiento de la promesa del pacto de Dios con Abraham—en la cual Dios
prometió que Él moriría para cumplir Su pacto espiritual. La muerte de Jesús
fue confirmada cuando Su cuerpo fue colocado en la tumba mientras el día de
Pascua estaba terminando al ocaso y la Noche para ser muy observada estaba
comenzando. Así como los hijos de Israel debían regocijarse al comprender que
Dios los había rescatado y liberado de su esclavitud egipcia, los cristianos
verdaderos, la simiente espiritual de Abraham, deben regocijarse en esta noche
porque es el comienzo de rescate espiritual de la esclavitud del pecado
y su éxodo del “Egipto espiritual” (Apocalipsis 11:8).
El significado de la palabra exodus
es: “Ex” significa “salir” y “odus” significa “camino.” Por tanto, “éxodo”
significa “el camino de salida.” Mientras guiados por Dios, el Éxodo era el
camino de salida de Israel de la tierra de Egipto (símbolo de pecado y
esclavitud al pecado). Así mismo, Jesús es el único “exodus” para que la
humanidad salga de la esclavitud del pecado, del sí mismo y de Satanás. En Su última
Pascua, Jesús dijo, “Yo soy el Camino”—“el Camino” de salida, o nuestro exodus
de vivir en pecado. Nuestro caminar con Cristo comienza cuando tenemos nuestros
pecados perdonados a través de Su sangre derramada, como es representado por la
Pascua. Luego comenzamos nuestro viaje de salida del pecado y de
la forma destructiva de vida a través de amor, devoción fiel y obediencia a
Cristo—caminando en el amor y gracia de Dios, viviendo por cada palabra de Dios
y guardando Sus mandamientos a través de la gracia de Dios—todo representado
por la Fiesta de Panes sin Levadura.
La resurrección de Jesús de los
muertos: Después de estar en la tumba, exactamente, 3 días y 3 noches,
Jesús fue resucitado de los muertos por el poder del Padre mientras el Sábado
semanal, Nisan 17, estaba terminando al ocaso durante la Fiesta de Panes sin
Levadura (El día que Jesús el Cristo murió, capitulo 6).
Él no fue resucitado un domingo en la mañana—ni en el así llamado
domingo de Pascua. Él fue resucitado al cierre del Sábado semanal al ocaso,
justo antes que el primer día de la semana comenzara.
Temprano en la mañana en el primer día de la
semana, cuando María Magdalena y otros fueron a la tumba, un ángel
específicamente les dijo que Jesús ya había resucitado. Él no estaba allí
(Marcos 16:2-7; Lucas 24:1-6; Juan 20:1-10). Una traducción literal para “el
primer día de la semana” es “el primero de las semanas”—el primer día del
conteo de 7 semanas para Pentecostés. El griego indica que este “primer día de
las semanas” era el día de la Ofrenda de la Gavilla Mecida.
El día de la Ofrenda de la Gavilla
Mecida: La ofrenda de la primero de los primeros frutos es altamente significativa
para Dios. Israel fue instruido: “Lo primero de los
primeros frutos de su tierra traerán a la casa del SEÑOR su Dios. No
hervirán un cabrito en la leche de su madre.” (Éxodo 23:19). En
este día, el primer día de la semana durante la Fiesta de Panes sin Levadura y
el primer día del conteo de 50 días a Pentecostés, el sumo sacerdote debía
tomar una primera gavilla especial de lo primero de los primeros frutos de la
cosecha de cebada/trigo y elevarla y mecerla delante de Dios para ser aceptada
por Él por el pueblo (Levítico
23:9-11). Este ritual incomparable era un símbolo de la ascensión de Jesús
al trono de Dios el Padre después que Él fue resucitado de los muertos—para
ser aceptado como el primero de los primeros frutos de Dios y el sacrificio perfecto
por los pecados de la humanidad.
El
apóstol Juan verifica la ascensión de Jesús en este día: “Pero María se paró afuera de la tumba llorando; y mientras
lloraba, se inclinó hacia abajo y miró dentro de la tumba.
Y vio a dos ángeles de blanco quienes estaban
sentados, uno a la cabecera y el otro a la base, donde había sido colocado el
cuerpo de Jesús. Y ellos le dijeron, “¿Mujer,
porque estás llorando?” Ella les dijo, “Porque se han llevado a mi
Señor, y no sé dónde lo han colocado.”
“Y después de decir estas cosas, ella dio vuelta y vio a
Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús
le dijo, “¿Mujer, porque estás llorando? ¿A quién estas buscando?” Pensando que
era el jardinero, ella le dijo, “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo
has colocado, y yo me lo llevaré.” Jesús le dijo, “María.” Volteándose, ella le
dijo, “Rabboni”; es decir, “Maestro.” Jesús le
dijo, “No Me toques, porque todavía no he ascendido a Mi Padre. Pero ve
a Mis hermanos y diles que estoy ascendiendo a Mi Padre y a tu Padre, y a
Mi Dios y a tu Dios.”” (Juan 20:11-17).
Luego,
el mismo día en la noche, Jesús se le apareció a los discípulos y les mostró
Sus heridas de la crucifixión: “Después, cuando la
noche se acercaba ese día, el primer día de las semanas, y las puertas
estaban cerradas donde los discípulos se habían reunido por miedo a los
judíos, Jesús vino y se paró en el medio, y les dijo, “Paz sea a
ustedes.” Y después de decir esto, les mostró
Sus manos y Su costado. Entonces los discípulos se alegraron porque habían
visto al Señor” (Juan 20:19-20).
Cuando
Jesús se les presentó después que Él había resucitado de los muertos, Él les
reveló personalmente de las Escrituras que Su muerte y resurrección fueron
pre-ordenadas: “Y les dijo, “Estas son las
palabras que les hablé cuando estaba aun con ustedes, que todas las
cosas que fueron escritas concerniente a Mí en la Ley de Moisés y en los
Profetas y en los Salmos deben ser cumplidas.” Entonces les abrió sus
mentes para entender las Escrituras, y les
dijo, “De acuerdo a como está escrito, era necesario para el Cristo sufrir,
y resucitar de los muertos al tercer día” (Lucas 24:44-46).
Pablo confirmó que Jesús era el “Primer
fruto” de la resurrección
de los muertos, el primero de la cosecha espiritual de Dios. A Su regreso, en
el momento de la primera resurrección, todos los que son de Cristo serán
resucitados a vida eterna: “Pero ahora Cristo ha sido
levantado de los muertos; Él ha llegado a ser el primer fruto de
aquellos que han dormido. Porque ya que por un
hombre vino la muerte, por un hombre también vino la resurrección
de los muertos. Porque como en Adán
todos mueren, así también en Cristo todos serán hechos vivos. Pero cada uno en su propio orden: Cristo el primer
fruto; luego, aquellos que son de Cristo a Su venida” (I Corintios 15:20-23). (Para mayor detalle sobre el Día de la
Ofrenda de la Gavilla Mecida, vea El día que Jesús el Cristo murió, capítulo 7.)
Referencias adicionales a la Fiesta de Panes
sin Levadura en los Evangelios: La Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura son dos
fiestas distintas que caen en dos días consecutivos separados—el 14 y el 15.
Las dos fiestas tienen, aunque diferentes, significados relacionados.
Lucas, sin embargo, registra que había llegado a ser una práctica común referirse a
la temporada de 8 días de fiesta como “Pascua.” “Ahora,
la fiesta de panes sin levadura, la cual es llamada Pascua,
estaba aproximándose” (Lucas
22:1).
Con esto en mente, podemos entender mejor ciertas
referencias “difíciles” a la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura en el
Evangelio de Juan. “Ahora, la Pascua de los judíos
estaba cerca,… Ahora, cuando Él estuvo en
Jerusalén en la Pascua, durante la fiesta, muchos creyeron en Su nombre,
mientras observaban los milagros que Él estaba haciendo” (Juan 2:13,
23). “Ahora, la Pascua, una fiesta de los judíos,
estaba cerca.” (Juan 6:4). Como el tiempo de la última Pascua de Jesús
se aproximaba, Juan escribió: “Ahora, la Pascua de los
judíos estaba cerca” (Juan 11:55); “Ahora, seis
días antes de la Pascua” (12:1); y “Ahora,
antes de la fiesta de la Pascua” (13:1).
En estos y otros pasajes, Juan señala la
importancia de la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura. Pocos comprenden,
sin embargo, que el Evangelio de Juan está estructurado en la estructura de las
fiestas y días santos de Dios. Esto hace al Evangelio de Juan no sólo un
registro de las enseñanzas de Jesús, sino también un registro histórico.
• La cosecha de Pentecostés—Juan 4:35
• Fiesta de Trompetas—Juan 5:1
• Fiesta de Tabernáculos y el Último Gran
Día—Juan 7
A través de los Evangelios, las fiestas y
días santos de Dios proveen la estructura para la cronología del ministerio de
Jesucristo. Interesantemente, sin embargo, hay “cero” testimonios escritos
indicando que la iglesia apostólica aprobó alguna vez los festivos observados
por el cristianismo falso.
Otras referencias de la Fiesta de Panes sin
Levadura en el Nuevo Testamento: El libro de Hechos es un microcosmos de la iglesia de
Dios y el ministerio del apóstol Pablo desde el 30 dC al 67 dC. Cuando lo
examinamos cuidadosamente, llega a ser aparente que Lucas registraba eventos
relativos a las
fiestas y días santos. Esto significa que los apóstoles estaban usando el Calendario
hebreo calculado para registrar los tiempos de estos eventos, en vez del
calendario romano. Escribiendo acerca del encarcelamiento de Pedro en el 44 dC,
Lucas registró: “Ahora, por ese tiempo, el rey Herodes
extendió sus manos para perseguir a algunos de aquellos de la
iglesia; y mató a Santiago, el hermano
de Juan, con la espada. Y cuando vio que esto
agradó a los judíos, procedió a prender a Pedro también. (Ahora, esos eran los
días de pan sin levadura.) Y después de arrestarlo, lo puso en prisión,
entregándolo a cuatro grupos de cuatro soldados para vigilarlo con la intención
de sacarlo al pueblo después de la temporada de Pascua” (Hechos 12:1-4).
En un intento de engañar y para dar la
apariencia que la iglesia apostólica observaba Easter, los traductores de la
King James, tradujeron incorrectamente la palabra griega para Pascua (pascha)
en Hechos 12:4 como “Easter.” En todos los otros lugares tradujeron
correctamente pascha como “Pascua.” Sin embargo, como hemos visto,
“Pascua” era usado también en referencia a todos los 8 días de Pascua y Panes
sin Levadura, lo cual debería ser adecuadamente traducido como “temporada de
Pascua”—y nunca “Easter.”
El séptimo día de
la Fiesta de Panes sin Levadura: Sin duda, Jesús, los apóstoles y
la iglesia primitiva del Nuevo Testamento observaron todos los 7 días de la
Fiesta de Panes sin Levadura. Aunque no encontramos una referencia específica
al séptimo día de la Fiesta, el registro de Lucas en el 58 dC demuestra que
ellos guardaban toda la Fiesta de 7 días con los gentiles al norte de Grecia. “Pero zarpamos [Lucas y su grupo] de Filipo después de los días de Pan sin Levadura; y en
cinco días vinimos a ellos a Troas, donde permanecimos por siete días”
(Hechos 20:6). Esto indica claramente que los gentiles del Nuevo Testamento
observaban toda la fiesta de 7 días.
En el
Nuevo Testamento vemos que hay paralelos espirituales con el séptimo día de la
Fiesta de Panes sin Levadura y el registro en el libro de Éxodo.
Específicamente, Dios rescató a los hijos de Israel de Faraón y sus ejércitos en el séptimo día de la Fiesta al llevarlos en forma segura por tierra seca a través
del Mar Rojo. Cuando los egipcios los siguieron en el mar, Dios liberó las
aguas, destruyendo a Faraón y su ejército
(Éxodo. 14).
Empapada en la adoración ocultista del sol y
otros dioses falsos, Egipto es representado en la Escritura como un símbolo de
pecado. Faraón era un ejemplo de Satanás y su ejército simbolizaba espíritus demoníacos. Así como Faraón y sus ejércitos
persiguieron a los hijos de Israel después que Dios los había rescatado de
Egipto, así Satanás y sus demonios pueden (y lo hacen) traer ataques
espirituales contra cristianos convertidos, los hijos espirituales de Dios,
intentando esclavizarlos nuevamente al pecado.
Así,
podemos ver en el Nuevo Testamento que el séptimo día de la Fiesta de Panes sin
Levadura representa cómo Dios, a través de Cristo, nos ha rescatado del poder
de Satanás. “Siendo fortalecidos con todo poder de
acuerdo al poder de Su gloria, hacia toda resistencia y paciencia con gozo;
dando gracias al Padre, Quien nos ha hecho calificados para la participación de
la herencia de los santos en la luz; Quien nos ha rescatado personalmente
del poder de la oscuridad y nos ha transferido al reino del Hijo
de Su amor; en Quien tenemos redención a
través de Su propia sangre, incluso la remisión de pecados”
(Colosenses 1:11-14).
Cuando
Jesús llamó a Saúl para llegar a ser Pablo, el apóstol a los gentiles, Él le
dijo porque fue escogido: “Ahora levántate, y párate
sobre tus pies; porque Yo te he aparecido para este propósito: para nombrarte
como un ministro y un testigo de lo que has visto y de lo que te revelaré.
Te estoy seleccionando personalmente de entre la gente
y los gentiles, a quienes ahora te envío, para abrir sus ojos, para que ellos
puedan volver de la oscuridad a la luz y de la autoridad
de Satanás a Dios, para que puedan recibir remisión de pecados y una
herencia entre aquellos que han sido santificados a través de fe en Mi.’”
(Hechos 26:16-18).
Como el “dios de este mundo,” Satanás ciega
las mentes de aquellos a quien él ha engañado
(II Corintios 4:4). Él también es llamado el “príncipe del poder del aire” quien
guía a aquellos de este mundo en vivir vidas de pecado y desobediencia: “Ustedes estaban muertos en transgresiones y pecados, En los cuales caminaron en tiempos pasados de acuerdo al
curso de este mundo, de acuerdo al príncipe del poder del aire, el espíritu
que está ahora trabajando dentro de los hijos de desobediencia; Entre quienes también todos nosotros una vez tuvimos nuestra
conducta en las lujurias de nuestra carne, haciendo las cosas deseadas por la
carne y por la mente, y éramos por naturaleza los hijos de ira, así como
el resto del mundo” (Efesios
2:1-3).
Pablo salió a
instruirlos en cómo pelear sus batallas espirituales en contra de Satanás y
vencerlo a través del poder de Dios y la sangre de Cristo: “Finalmente, hermanos míos, sean fuertes en el Señor,
y en el poder de Su fuerza. Vístanse toda la
armadura de Dios para que puedan ser capaces de aguantar contra las
artimañas del diablo porque no estamos
luchando contra carne y sangre, sino contra principados y contra
poderes, contra los gobernadores del mundo de la oscuridad de este siglo,
contra el poder espiritual de maldad en lugares altos. Por tanto,
tomen toda la armadura de Dios para que puedan ser capaces de resistir en el
día malo, y habiendo resuelto todas las cosas, estar de pie.
“Estén por tanto, teniendo sus lomos ceñidos con verdad, y
vistiendo la coraza de justicia, y teniendo sus
pies calzados con la preparación del evangelio de paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con
el cual tendrán el poder de apagar todos los dardos ardientes del maligno;
y vístanse el casco de salvación, y la espada del
Espíritu, la cual es la Palabra de Dios; orando
en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu,...” (Efesios 6:10-18).
Los cristianos deben vencer a Satanás y
resistir sus ataques a través de la sangre del Cordero, aun si esto les cuesta
sus vidas físicas: “Y el gran dragón fue echado fuera,
la serpiente antigua que es llamada el diablo y Satanás, quien está
engañando al mundo entero; fue echado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron
echados abajo con él. Y oí una gran voz en el cielo decir, “Ahora ha
venido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de Su
Cristo porque el acusador de nuestros hermanos ha sido echado abajo, quien los
acusa día y noche delante de nuestro Dios. Pero ellos lo vencieron a través de la sangre del Cordero, y
a través de la palabra del testimonio de ellos; y no amaron sus vidas hasta la
muerte” (Apocalipsis
12:9-11).
Jesús oró al Padre que todos Sus discípulos,
a través de todo el tiempo, sean librados del “maligno”—Satanás (Juan 17:15).
También Él nos instruyó a orar y rogarle a Dios diariamente que Él nos proteja
del “maligno” (Mateo 6:13). Hay muchos pasajes en el Nuevo Testamento que
muestran cómo Dios nos rescata del pecado y Satanás. Esta es una
batalla espiritual continua—de vencer el pecado, a Satanás y al mundo—y refleja
el significado especial del séptimo día de la Fiesta de Panes sin Levadura.
Como aprenderá y experimentará al guardar el
Sábado, la Pascua (para aquellos que son bautizados), y todas las fiestas
Bíblicas, Dios ha creado y diseñado Sus fiestas señaladas como ocasiones
especiales para enseñarnos cómo
debemos crecer en gracia y conocimiento de modo que podemos prepararnos para la
vida eterna en la resurrección.
Hermanos, estamos orando que tengan una
Pascua y una Fiesta de Panes sin Levadura maravillosamente bendecidas e
inspiradoras. Que puedan continuar venciendo el pecado, el sí mismo y a Satanás
el diablo a través del poder del Espíritu Santo en usted. Que puedan continuar
creciendo en la gracia y conocimiento de Dios. Que puedan continuar amando a
Dios el Padre y a Jesucristo con todo su corazón, mente y ser.
Gracias por su continuo amor y oraciones por
los hermanos y por nosotros. Oramos por ustedes diariamente que Dios los
fortalezca, los inspire, sane y vea por ustedes a través de cualquier prueba
que puedan estar enfrentado en este mundo malvado. Gracias por su apoyo fiel a
través de sus diezmos y ofrendas. Pueda Dios continuar bendiciéndolos con Su
amor y gracia en su vida diaria.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC