CAPITULO CUATRO
(Tomado del libro “Señor,
¿Qué debería hacer?”)
Por
Fred R. Coulter
www.iglesiadedioscristianaybiblica.org
Nadie puede servir a dos señores
Cuando las iglesias de Dios se entregan a los mitos
religiosos de este mundo y las abrazan como doctrinas, es el tiempo para
aquellos que aman la Verdad de escoger a quien servirán. Jesucristo
mismo nos dio esta verdad profunda: “Nadie es capaz de servir a dos
maestros;
porque odiará a uno y amará al otro, o se sujetará a uno y despreciará al otro.
No pueden servir a Dios y a mamon.”
(Mateo 6:24).
¿Está usted sirviendo a dos maestros? Usted está
intentando servir a dos maestros si continúa escuchando a ministros y líderes
de la iglesia quiénes se han apartado de la Verdad de Dios. Usted no puede
servir a Dios en Espíritu y Verdad si está siguiendo a aquellos que están
enseñando como doctrinas los mitos religiosos de este mundo. Dios nos ha
llamado a salir de las tinieblas de este mundo hacia la gloriosa luz de Su
Verdad. No podemos estar conformados al mundo sino ser transformados por la
renovación de nuestras mentes (Romanos 12:1-2).
¡USTED NO PUEDE SERVIR A DIOS Y CONFORMARSE A ESTE
MUNDO! ¡NO PUEDE MANTENER LA VERDAD DE DIOS MIENTRAS ABRAZA EL ERROR SATÁNICO!
¡NO PUEDE AMAR A DIOS SI AMA AL MUNDO!
Aquellos que aman el mundo y se conforman con sus
prácticas no pueden amar a Dios y hacer Su voluntad. Los caminos de este
mundo son hostiles a Dios (Romanos 8:7). La Palabra de Dios ordena, “No amen al mundo, ni las
cosas que están en el mundo. Si cualquiera ama al mundo, el
amor del Padre no esta en él. Porque todo lo que esta en el mundo—la lujuria de la
carne, y la lujuria de los ojos, y el orgullo pretencioso de la vida física—no
es del Padre, sino del mundo. Y el mundo y su lujuria esta desapareciendo, pero
aquel que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (I Juan 2:15-17).
La amistad con el mundo lo hace enemigo de Dios
Si amamos a Dios y Su Verdad, no oiremos a los
falsos maestros que aman al mundo y sus caminos. El apóstol Juan fue inspirado
a escribir, “Ellos
son del mundo; por esto, hablan del mundo, y el mundo los
escucha.” (I Juan 4:5). ¡Jesucristo
declaró que Sus seguidores no son de este mundo! Él dijo en Su oración al
Padre, “Les he
dado Tus palabras, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, así como
Yo no soy del mundo.” (Juan 17:14).
Aun cambios doctrinales masivos están siendo hechos
por las oficinas principales de una de las más grandes iglesias de Dios en un
esfuerzo total por librarse de una “apariencia de culto” y ser más aceptable para el mundo. ¡Piense en
esto! Si usted se conforma a los estándares del mundo para ser aceptado por
esta sociedad, está conformándose a los caminos del “dios de este
mundo.”
El apóstol Santiago escribió muy dogmáticamente que
los verdaderos creyentes no pueden ser amigos con el mundo. Fuertemente condenó
a aquellos que comprometieron la Verdad para conformarse con este mundo,
diciendo, “Ustedes adúlteros y adúlteras… [en un sentido espiritual, refiriéndose a su aceptación y
enseñanza de doctrinas de demonios]… ¿no saben que la amistad… [Griego philoo, una afinidad amorosa como
de hermano]… del mundo es enemistad con Dios? Por tanto, quien
quiera que desee ser un amigo del mundo se hace así mismo un
enemigo de Dios” (Santiago 4:4).
Cuando las iglesias de Dios comiencen a adoptar y
practicar las doctrinas de Satanás y sus demonios, entonces Jesucristo, la
Cabeza de la Iglesia espiritual, ¡será forzado a pelear contra ellos! Todos los
que adopten las doctrinas de Satanás están haciéndose a si mismos Sus enemigos.
¡Jesucristo les ordena arrepentirse! Él personalmente reprendió la iglesia en
Pergamo por este mismo error, y ordenó al apóstol Juan a escribir Sus palabras
como una advertencia a Sus iglesias en todos los siglos. Aquí está Su ultimátum
a la iglesia en Pergamo: “Pero tengo unas pocas cosas contra ti porque tienes allá a aquellos
que retienen… [observan y practican]… la enseñanza de Balaam, quien enseñó a.... los hijos de Israel, a
comer cosas sacrificadas a ídolos y a cometer fornicación… [fornicación espiritual con los sistemas religiosos de
este mundo—Babilonia la Grande (Apocalipsis 17:1-7)].
“Mas aun, también tienen a aquellos
que retienen la doctrina de los Nicolaítas… [imponiendo un ministerio jerárquico y dictatorial sobre
los hermanos]…, tal cosa Yo odio. ¡Arrepiéntanse! Porque
si no se arrepienten… [un ultimátum]…, vendré a ustedes rápidamente, y haré guerra contra ellos con
la espada de Mi boca. Aquel que tenga oído, oiga lo que el Espíritu dice a [todas] las iglesias…” (Apocalipsis 2:15-17).
¡Muchos en la iglesia de Dios en Pergamo estaban en
un estado degenerado! Ellos habían regresado muy lejos dentro del mundo con su
sistema satánico de religión que Jesucristo advirtió que pelearía contra ellos.
¡Piense acerca de esto! ¡A menos que ellos se arrepientan, su Salvador vendría
rápido para pelear contra ellos! Ellos se habían hecho a si mismos los enemigos
de Dios al abrazar falsas doctrinas y cometer fornicación espiritual.
Hoy, muchas iglesias de Dios están cayendo en los
mismos errores pecaminosos como Pergamo y recibirán el mismo reproche severo de
Jesucristo. Todos que acepten los mitos religiosos del mundo de Satanás están
rechazando y negando el señorío de Jesucristo y se están haciendo a si mismos
Sus enemigos. ¡Jesucristo peleará contra ellos con la espada de Su boca—¡los juicios
asombros de la Palabra de Dios!
¿Será usted intimidado y forzado a aceptar estas
doctrinas impías y hacerse a si mismo un enemigo de Dios? ¿Forzará a Cristo a
pelear contra usted por su infidelidad a Él? ¡Él ha dado Su ultimátum—Peleará contra
todos aquellos que rehúsen arrepentirse de su fornicación espiritual con este
mundo! ¡Peleará contra ellos con la espada de Su boca, la cual es la poderosa
Verdad de la Palabra de Dios!
“Porque la Palabra de Dios es
viva y poderosa, y mas afilada que cualquier espada de dos filos,
penetrando incluso a los pedazos divididos de alma y espíritu, de coyunturas y
médula, y es capaz de discernir los pensamientos e
intenciones del corazón. Y no hay una cosa creada que no sea manifiesta en Su vista; pero
todas las cosas están desnudas y descubiertas delante de Sus ojos a
Quien debemos dar cuenta.” (Hebreos 4:12-13).
Deje que la Verdad pura de la Palabra de Dios
penetre profundamente en su mente y corazón, para que pueda verdaderamente
arrepentirse para que se deshaga del cáncer de falsa doctrina. ¡Eso es mucho
mejor que tener a Jesucristo usando la espada de Su Palabra para pelear contra
usted!
Los verdaderos cristianos necesitan armarse a si
mismos con “la espada del Espíritu, la cual es la Palabra de Dios” (Efesios 6:17). Ellos necesitan usar esta arma
poderosa espiritual para defenderse a si mismos de todo asalto de Satanás con
sus arreglos de falsas doctrinas seductoras. Únicamente ejerciendo activamente
la espada poderosa de la Palabra de Dios puede vencer las doctrinas engañosas
de Satanás.
El apóstol Pablo supo como combatir a Satanás con
la espada de la Palabra. Pablo a menudo citaba las Escrituras del Antiguo
Testamento en su batalla contra los falsos maestros que estaban engañando a los
hermanos con sus doctrinas seductoras. En su epístola a los Hebreos, Pablo
suplicó a los cristianos judíos en Jerusalén que estaban sucumbiendo a la
influencia de falsos maestros y estaban siendo alejados por los de la religión
Judía. Ellos estaban regresando a los ritos del templo y a los sacrificios de
animales y estaban, en efecto, rechazando la verdadera justificación a través
de la sangre de Jesucristo. ¡Esta práctica se sumó al repudio absoluto del
sacrificio de Jesucristo! ¡Pablo advirtió a estos cristianos primitivos que
ellos estaban negando a Jesucristo y estaban en peligro de cometer el pecado
imperdonable!
Aceptar falsas doctrinas a sabiendas es pecado voluntario
El mensaje inspirado de Pablo a los cristianos
Hebreos es una advertencia interminable para todos los que se apartan de la
Verdad y empiezan a creer y practicar falsas doctrinas. Pablo señaló a estos
cristianos primitivos que alejarse a sabiendas de la Verdad y aceptar
falsas doctrinas que niegan a Jesucristo es pecado voluntario, y
traerá la retribución justa de Dios. Él declaró, “Porque si voluntariosamente seguimos
pecando después de recibir el conocimiento de la verdad, ya no hay
ningún sacrificio por los pecados, sino una expectativa espantosa de juicio inevitable y de
fuego feroz, el cual devorará los adversarios de Dios. Consideren esto: cualquiera que rechaza la ley de Moisés muere sin
misericordia bajo el testimonio de dos o tres testigos. ¿Cuanto peor
castigo piensan que merecerá quien haya pisoteado al Hijo de Dios,
y haya considerado la sangre del pacto, con la cual fue santificado, como
una cosa profana, y haya desdeñado al Espíritu de gracia? Porque
conocemos a Quien ha dicho, “ ‘¡La venganza Me pertenece.
Yo recompensaré!’ dice el Señor.” Y otra vez, “El Señor juzgará
su pueblo.” Es una cosa terrible caer en las manos del Dios vivo. (Hebreos 10:26-31).
¡Ningún cristiano puede permitirse ignorar esta
solemne advertencia! Si negamos a Jesucristo y Sus enseñanzas por inclinarnos
hacia falsas doctrinas, y a sabiendas continuamos en nuestra
infidelidad, ¡estamos removiéndonos de la gracia de Dios y nos estamos
poniéndonos bajo Su juicio! ¡Es una cosa sorprendente y terrible el enfrentar
el juicio del Dios vivo y el prospecto del lago de fuego! Es mucho mejor
arrepentirse humildemente y buscar la misericordia y gracia de Dios antes que
sea muy tarde.
Aquellos que no se arrepienten rápidamente de su
infidelidad están en peligro de ser endurecidos en su propio engaño. Pablo
advirtió, “Tengan
cuidado, hermanos, no sea que de pronto haya en alguno de ustedes un corazón
malo de incredulidad, apostatando del Dios vivo. Mas bien, sean animados
unos a otros cada día, mientras es llamado “hoy,” para que ninguno de
ustedes llegue a estar endurecido por el engaño del pecado. Porque
somos compañeros de Cristo, si verdaderamente retenemos la confianza [fe]
que tuvimos al
comienzo firme hasta el final. Como esta siendo dicho, “Hoy, si escucharan
Su voz, no endurezcan sus corazones, como en la rebelión.” (Hebreos 3:12-15).
Cuando aquellos que una vez creyeron la Verdad
llegan a estar totalmente endurecidos en sus corazones, ya no son mas
redargüidos por el Espíritu para buscar arrepentimiento. Allí no permanece más
la gracia para ellos, sino solamente el juicio de Dios. Así como Dios destruyó
aquellos que pecaron en la provocación en el lugar desolado, Dios destruirá a
todos los pecadores que no oigan Su Palabra y que desprecian el Espíritu de
gracia.
Dios destruirá a aquellos que no se arrepientan
Dios, en Su abundante misericordia, no ejecuta Su
juicio inmediatamente sobre los pecadores, sino siempre les advierte de ante
mano del castigo venidero y les permite un tiempo para arrepentirse. Él
misericordiosamente detiene Su juicio cuando ve frutos de arrepentimiento,
¡pero Su ira cae sobre aquellos que rehúsan arrepentirse!
En Sus mensajes a las sietes iglesias, registradas
en el libro de Apocalipsis, Jesús reprendió a aquellos que habían pecado
cometiendo fornicación espiritual. Les advirtió que los castigaría severamente
por su infidelidad a menos que se arrepintieran y dejaran a un lado sus falsas
doctrinas. En Su advertencia a la iglesia de Tiatira, Él revela el juicio
terrible que les espera a aquellos que no se arrepienten. Aquí está Su
reprensión cortante: “Pero tengo unas pocas cosas contra ustedes, porque permiten a
la mujer Jezabel… [sacerdotisa de la
adoración a Baal, un símbolo de la ramera Babilonia la Grande con todas sus
doctrinas seductoras]… quien se llama a si misma una profetisa, enseñar y
seducir a Mis siervos a cometer fornicación… [espiritualmente]… y a
comer cosas sacrificadas a ídolos. Y le di tiempo para arrepentirse de su
fornicación, pero no se arrepintió. He aquí, Yo
la echaré en una cama, y a aquellos que cometen adulterio con ella… [compañeros de
cama que están bebiendo del vino de la fornicación espiritual de la copa dorada
de Babilonia la Grande]… a gran tribulación, a menos que se arrepientan de sus obras.
Y mataré a sus hijos con muerte; y todas las iglesias sabrán que Yo
soy Quien busca riñones y corazones; y le daré a cada uno de ustedes de
acuerdo a sus obras.” (Apocalipsis
2:20-23).
Estas palabras de Jesucristo demuestran
enfáticamente que cada cristiano será juzgado personalmente e individualmente
de acuerdo a su fidelidad o infidelidad a las verdaderas enseñanzas de la
Palabra de Dios. Sabiendo que individualmente enfrentaremos el juicio de
Jesucristo, cada uno necesita preguntarse, “¿Cuáles son mis obras? ¿Es mi vida fundada en el amor
y fe de Dios? ¿Estoy aferrándome a las verdaderas enseñanzas de Jesucristo y
Dios el Padre? ¿O estoy cometiendo fornicación espiritual volviéndome a falsas
doctrinas? ¿Estoy rindiéndome a la influencia de falsas enseñanzas en la
iglesia con la cual estoy afiliado?”
El Nuevo Testamento claramente enseña que
sucumbiendo al engaño de falsas doctrinas y falsas enseñanzas seguramente
terminará en apostasía. El paso final en el proceso del engaño es la negación
de Jesucristo. Nadie puede servir a dos maestros. Nadie puede amar a la
Verdad de Dios y abrazar las doctrinas de Satanás. Cada verdadero cristiano
debe ser fiel a la Verdad de la Palabra de Dios. Aquellos que aman a Dios el
Padre y Jesucristo con todo su corazón y con toda su mente rechazarán las falsas
doctrinas engañosas y las falsas enseñanzas de los ministros de Satanás.