CAPITULO SEIS
(Tomado
del libro “El día que Jesús el Cristo murió.”)
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Jesús en la tumba
tres días y tres noches
y la resurrección
Por
Fred
R. Coulter
www.iglesiadedioscristianaybiblica.org
Nota: Todas las Escrituras han sido traducidas de The Holy
Bible In Its Original Order (La Santa Biblia en Su orden Original),
segunda edición.
La longitud exacta de
tiempo que Jesús
estuvo en la tumba
Muchas
profecías en el Antiguo Testamento predijeron la muerte y resurrección de Jesús
el Cristo. El profeta Daniel predijo que Su vida sería tomada (Daniel 9:26), y
ambos David e Isaías describieron el sufrimiento y humillación que Él soportaría
antes de Su muerte (Salmo 22, Isaías 53). Otras profecías señalaron Su resurrección
a inmortalidad (Salmo 16:10-11, Daniel 7:13-14, Isaías 9:6-7). Sin embargo, no
hay ninguna escritura en el Antiguo Testamento que predijera la longitud de
tiempo que el Mesías estaría en la tumba antes que Él fuera resucitado de los
muertos. Esta profecía es solo encontrada en los registros del Evangelio,
hablada por Jesús mismo: “Entonces
algunos de los escribas y Fariseos respondieron, diciendo, “Maestro, deseamos
ver una señal de Ti.” Y Él respondió y les dijo, “Una generación
maligna y adultera busca una señal, pero ninguna señal será dada a esto excepto
la señal de Jonás el profeta. Porque así como Jonás estuvo en la barriga del
gran pez tres días y tres noches, en la misma manera el Hijo de hombre estará
en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo
12:38-40).
Jesús habló estas
palabras porque los escribas y fariseos no creían en Él, ni creían que Sus
obras de sanidad eran hechas por el poder de Dios. Cuando ellos Lo retaron para
ejecutar una señal milagrosa en su presencia, Jesús no lo hizo así. En vez, la única
señal que Él les dio fue un testimonio no solo a esa generación sino a toda generación
futura de que Él era el Mesías.
La vasta mayoría
de cristianos hoy en día creen que Jesús fue crucificado y colocado en la tumba
un viernes, y que Él fue resucitado el domingo en la mañana. Así, Él no estuvo
en la tumba tres días y tres noches, como Él había profetizado, sino dos noches
y un día completo. Esta interpretación tradicional de la muerte de Jesús es
completamente contraria a los registros del Evangelio.
Casi todas las
iglesias dentro del cristianismo han mal interpretado o rechazado el registro
de la escritura. A cambio, han adoptado una tradición religiosa Babilónica que
antecede al ministerio, muerte y resurrección de Jesús el Cristo por cientos de
años.* Varias teorías han sido dadas en un intento de reconciliar esta tradición
religiosa con los registros de la escritura, pero el error es claramente
expuesto al examinar los registros que han sido registrados precisamente y
preservados fielmente en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Los registros del
Evangelio no apoyan la creencia tradicional de una crucifixión en “viernes
santo” y una resurrección en “domingo de resurrección” [Easter]. Los hechos
que son registrados por los escritores del Evangelio revelan un marco de tiempo
profundamente diferente para la muerte y resurrección de Jesús el Cristo.
La definición de un día de acuerdo a las
Escrituras
Algunos han
clamado que Jesús estaba usando una expresión idiomática cuando Él declaró que permanecería
en la tumba por tres días y tres noches. Ellos enseñan que Sus palabras deberían
ser interpretadas como refiriéndose a partes de días en vez de días completos.
Pero cuando el uso de la escritura del termino “día” es examinado encuentra que
esto es muy especifico. Las Escrituras del Antiguo Testamento muestran que un día
consiste de noche y mañana (Génesis 1). Un día entero tiene dos porciones: la porción
de la noche, la cual comienza al oscurecer, u ocaso; y la porción del día, la
cual comienza al alba, o mañana. Estos dos periodos consecutivos son
identificados como un día completo, reconocido de ocaso a ocaso, o de noche a
noche (Levíticos 23:32).
De acuerdo a la escritura,
cada día tiene un promedio de doce horas en la porción de la noche y 12 horas
en la porción del día, haciendo un día completo de veinticuatro horas. Jesús
Mismo verificó que la porción del día es de aproximadamente doce horas cuando Él
dijo, “¿No hay doce horas en
el día?” (Juan
11:9.) Jesús también habló de las tres vigilias de la noche, las cuales se
extienden desde el ocaso hasta el alba y cada una es de cuatro horas, haciendo
un total de doce horas (Lucas 12:36-38). No hay duda que Jesús incluyó doce
horas completas de luz del día y doce horas completas de noche al contar la
longitud de cada día calendario. Este método escritural de contar el tiempo había
sido usado por los hebreos por siglos. Mas aun, es claro que Jesús y Sus discípulos
observaron la Pascua y los Días Santos de Dios cada año de acuerdo a la determinación
del Calendario hebreo, como Dios lo había ordenado. Este es un hecho clave en
entender la longitud exacta del tiempo que Jesús estuvo en la tumba.
Cuando los
registros de los cuatro Evangelios son examinados, es claro que los escritores
de los Evangelios usaron el método escritural de contar cada día de ocaso a
ocaso, o de noche a noche. Comenzando seis días antes de la última Pascua de Jesús
hasta el día después de Su resurrección, los escritores de los Evangelios
registraron precisamente todos los eventos día a día. Ellos tomaron nota
cuidadosa de las mañanas y noches, haciendo posible determinar el comienzo y
final de cada día. El hecho que ellos anotaran meticulosamente las mañanas y
las noches demuestra que esos días eran días completos compuestos de veinticuatro
horas. En ningún lugar los registros de las Escrituras dejan espacio para una interpretación
de días o noches parciales.
Un análisis de la frase “Tres días y tres noches” en
el libro de Jonás
La profecía de Jesús
que Él estaría en la tumba por tres días y tres noches es una referencia
directa a Jonás 1:17, la cual habla del entierro simbólico de Jonás en la
barriga de un gran pez: “Y el
SEÑOR había preparado un gran pez para tragar a Jonás. Y Jonás estuvo
en la barriga del pez tres días y tres noches”.
La palabra “días”
en este verso es traducida del hebreo yom, y la palabra “noche” es
traducida del hebreo lailah. Ambas palabras están precedidas por el
numero cardinal “tres,” el cual es traducido del hebreo shalosh. Este número
cardinal es usado como un adjetivo antes de los sustantivos “días” y “noches” para
expresar un periodo de tiempo especifico. Otras referencias de las escrituras confirman
el uso de números cardinales para registrar la duración exacta de una condición
o evento:
Génesis 7:4 “siete
días”
Génesis 7:12 “cuarenta
días y cuarenta noches”
Éxodo 10:23 “tres
días”
Éxodo 24:18 “cuarenta
días y cuarenta noches”
Levíticos 12:4 “tres
y treinta días”
I Samuel 30:12 “tres
días y tres noches”
I Reyes 19:8 “cuarenta
días y cuarenta noches”
El uso de un número
cardinal con el término “días” y “noches” muestra que estos términos están
siendo usados en un sentido muy específico. La presencia del hebreo waw
(la conjunción “y”) entre “días” y “noches” hace el significado del texto aun
mas enfático, limitando la duración de tiempo al numero exacto de días y noches
que son especificados. Por el método de las Escrituras para contar tiempo,
requiere una “noche” y una “mañana” para completar un día completo (Génesis 1:5).
Así como “la noche y la mañana” en Génesis 1 denotan un día entero de veinticuatro
horas, así el termino “un día y una noche” denota un día completo de
veinticuatro horas. En la misma manera también, la expresión “tres días y tres
noches” denota tres días enteros de veinticuatro horas cada uno.
El texto hebreo
no deja espacio para interpretar la expresión “tres días y tres noches” en Jonás
1:17 en un sentido amplio o general. El uso de esta misma expresión hebrea en I
Samuel 30:12 demuestra que es un periodo literal de tres días de 24 horas: “...porque no había comido pan ni bebido agua
por tres días y tres noches”. El verso siguiente en I Samuel 30 usa la expresión “hace
tres días” en referencia al periodo de tres días y tres noches. Estas fueron
las palabras de un egipcio quien estaba acostumbrado a contar los días de ocaso
a ocaso. El uso de la expresión “hace tres días” por el egipcio confirma que él
había completado un ayuno de tres días completos y tres noches completas desde
el alba del primer día hasta el alba del cuarto día. El significado literal de
“tres días” en I Samuel 30:13 es confirmado por el uso de la misma expresión
hebrea en II Samuel 24:13 para describir una duración especifica de tiempo: “plaga de tres días.”
La construcción del
texto hebreo no permite que la expresión “tres días y tres noches” en Jonás
1:17 sea interpretada en ninguna otra manera excepto el sentido literal de tres
días de 24 horas. La terminología hebrea no puede ser interpretada como una expresión
idiomática que está describiendo unidades de tiempo incompletas, tal como una
parte de un día y una parte de una noche. Para denotar unidades de tiempo
incompletas, el texto hebreo usa una palabra que significa “dividir.” Esta
palabra no es encontrada en la expresión “tres días y tres noches,” ni en Jonás
1:17 ni en I Samuel 30:12. Sin embargo, esta palabra es encontrada en
referencia a una duración de tiempo en Daniel 12:7: “...un tiempo, tiempos y medio tiempo.” La palabra “medio” es
traducida de la palabra hebrea que significa “dividir.” Dado que ésta palabra
no es usada para describir la duración de tiempo en Jonás 1:17 y I Samuel
30:12, es evidente que el texto hebreo está describiendo unidades de tiempo
completas—tres días de 12 horas y tres noches de 12 horas. Al testificar que Jonás
estuvo en la barriga del pez “tres días y tres noches,” las Escrituras revelan
que 72 horas completas habían pasado antes que Jonás fuera echado a la orilla.
El Nuevo
Testamento revela que Jesús el Cristo era el Señor Dios del Antiguo Testamento antes
que Él llegara a ser hombre. Él fue el Único Quien hizo que el gran pez se
tragara a Jonás y descendiera al fondo del mar por un periodo de tiempo antes
de nadar a la orilla y depositar a Jonás en la tierra. Como el Señor Dios, Él sabía
exactamente cuando tiempo Jonás había permanecido en la barriga del pez, y Él inspiró
a Jonás a registrar esta duración de tiempo, la cual fue una predicción de Su
futura sepultura. No hay duda concerniente a la longitud de tiempo que pasó
mientras Jonás estaba en la barriga del pez, porque este hecho es preservado en
las Escrituras del Antiguo Testamento. Dado que el texto hebreo no puede ser
interpretado en un sentido idiomático, sino debe ser interpretado literalmente,
es claro que tres días enteros y tres noches enteras pasaron mientras Jonás permanecía
en la barriga del pez. Jesús conocía totalmente este hecho de la Escritura
cuando Él declaró a los judíos, “...en la misma manera el Hijo de hombre estará en el corazón de la
tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40).
Jesús dijo que Él resucitaría tres días después de
Su muerte
Los escritores
del Evangelio registran que Jesús hizo declaraciones especificas a Sus discípulos
concernientes a la longitud del tiempo que Él estaría en la tumba y cuando Él sería
resucitado: “Y comenzó a
enseñarles que era necesario para el Hijo de hombre sufrir muchas cosas, y ser
rechazado por los ancianos y los sacerdotes jefes y escribas, y ser
asesinado, pero después de tres días resucitar de los muertos” (Marcos 8:31; vea también
Mateo 16:21 y Marcos 9:31). Jesús proclamó a Sus discípulos que Él no resucitaría
de los muertos sino hasta tres días después de haber estado muerto. La declaración
de Jesús que Él resucitaría tres días después que Él hubiera muerto es
muy significante. De acuerdo a la ley judía, para ser declarado legalmente
muerto, una persona tenía que estar muerta por más de tres días completos. Si
alguien quien parecía estar muerto revivía y volvía a la vida antes de tres días
completos, él o ella no eran considerados legalmente haber estado muertos. Por
tanto, si Jesús hubiera resucitado de los muertos antes de las 3 PM en la tarde
de Nisan 17, un Sábado semanal, Él no habría sido considerado legalmente
muerto. Como resultado, Su regreso a la vida no habría sido considerado una
verdadera resurrección de los muertos.
Conociendo este
hecho, uno puede entender porque Jesús demoró ir a donde Lázaro en el registro
de Juan 11. Jesús sabía que Lázaro estaba enfermo para morir, pero Él
deliberadamente permaneció donde estaba por dos días mas (Juan 11:6). Él sabía
que Lázaro no sería considerado legalmente muerto hasta que él hubiera estado
muerto por cuatro días. Cuando Lázaro fue legalmente muerto, Jesús fue a
resucitarlo de la tumba: “Jesús
dijo, “Quiten la piedra.” Martha, la hermana del que había muerto, le dijo,
“Señor, él ya apesta, porque han sido cuatro días.” Jesús le dijo,
“¿No te dije que si creyeras, verás la gloria de Dios?” Entonces removieron la
piedra de la tumba donde el hombre muerto había sido puesto. Y Jesús
levantó Sus ojos hacia arriba y dijo, “Padre, Te doy gracias que Me has
escuchado. Y sé que Tú siempre Me escuchas; pero a causa de la gente quien se
para alrededor digo esto, para que puedan creer que Tú sí Me enviaste.”
Y después que Él había hablado estas cosas, gritó con una fuerte voz, “Lázaro,
sal.” Y quien había estado muerto salió, sus pies y manos atados con ropas de
tumba, y su cara estrechamente ligada con una servilleta. Jesús les dijo,
“Desátenlo y déjenlo ir””
(Juan 11:39-44).
Como Lázaro, Jesús
tenía que permanecer muerto por un mínimo de tres días completos para ser
declarado oficialmente muerto. Si Él hubiera sido crucificado un viernes y
restaurado a vida una mañana de domingo al alba, Su muerte no habría sido “valida”
dado que solo dos noches y un día habrían pasado entre viernes al ocaso y
domingo en la mañana. Para que Su muerte fuera públicamente reconocida y
admitida, era necesario para Jesús permanecer en la tumba por tres noches y
tres días antes que Él fuera resucitado de los muertos. Las Escrituras revelan
que Jesús murió en la hora novena, o 3 PM, en el día de Pascua, Nisan 14, el
cual cayó el miércoles, abril 5, en el 30 d.C. (Mateo 27:46 y Marcos 15:34), y
fue colocado en la tumba justo antes del ocaso, aproximadamente a las 6 PM. El
Evangelio de Mateo describe Su entierro por José de Arimatea: “Y cuando la noche estaba llegando,
un hombre rico de Arimatea vino, llamado José, quien era él mismo un discípulo
de Jesús. Después de ir a Pilato, le rogó tener el cuerpo de
Jesús. Entonces Pilato ordenó que el cuerpo fuera entregado a él.
Y después de tomar el cuerpo, José [con la ayuda de Nicodemo (Juan 19:39)] lo envolvió en tela de lino limpio, y lo
colocó en su tumba nueva, la cual había cortado en la roca; y después de rodar
una gran piedra a la puerta de la tumba, se fue” (Mateo 27:57-60). Lucas registra que “un Sábado anual estaba llegando” (Lucas 23:54), lo cual significa que para cuando habían
cerrado la entrada de la tumba con una inmensa piedra, el Sábado estaba casi
sobre ellos. Dado que todos los Sábados eran calculados de ocaso a ocaso, es
claro que el sol estaba a punto de ocultarse.
Ambos Mateo y Marcos
testifican que Jesús murió en la hora novena, o 3 PM. El registro de Lucas
muestra que ellos cerraron la entrada a la tumba con una inmensa piedra justo
antes del ocaso. Porque la Pascua es en la primavera del año cuando los días
son de 12 horas, sabemos que la tumba estuvo cerrada aproximadamente a las 6
PM. Dado que Él murió alrededor de las 3 PM, Jesús estuvo muerto
aproximadamente 75 horas antes que fuera resucitado. El tiempo total incluía
tres días (de alba a ocaso) y tres noches (de ocaso a alba) más tres horas
aproximadamente. Dado que Él había estado muerto por más de tres días, Su muerte
estaba legalmente establecida. Cuando Él apareció a Sus discípulos tres días después
que había sido colocado en la tumba, la realidad de Su resurrección estaba más allá
de cualquier duda.
Declaraciones adicionales de Jesús confirman que Él
estuvo en la tumba tres días y tres noches
Mientras Mateo y Marcos
registran a Jesús diciendo que Él resucitaría “después de tres días,” Lucas
registra que Él sería levantado “en el tercer día.” Lucas escribió: “Porque Él será entregado a los gentiles, y
será burlado e insultado y escupido. Y después de flagelarlo, Lo matarán; pero
en el tercer día, Él se levantará nuevamente” (Lucas 18:32-33).
El apóstol Juan
registra otra declaración de Jesús que Él sería levantado “en tres días.” Jesús
hizo esta declaración cuando los judíos Lo confrontaron por echar a los
cambiadores de dinero del templo y sacar los animales que estaban vendiendo:
“...los judíos respondieron y
le dijeron, “¿Qué señal nos muestras, viendo que Tú haces estas cosas?” Jesús
respondió y les dijo, “Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré.”
Entonces los judíos dijeron, “Este templo estuvo cuarenta y seis años en
construcción, ¿y Tú lo levantarás en tres días?” Pero Él hablaba
concerniente al templo de Su cuerpo. Por tanto, cuando Él fue resucitado de
los muertos, Sus discípulos recordaron que Él les había dicho esto; y creyeron
las Escrituras, y la palabra que Jesús había hablado” (Juan 2:18-22).
La frase “en tres
días” contiene la preposición griega en. Esta preposición griega, la
cual es traducida “en” en Juan 2:19-20, puede también significar “dentro.” A
primera instancia, las declaraciones “en tres días” y “en el tercer día”
parecen estar en conflicto con la declaración que Él sería levantado “después
de tres días.” ¿Cómo es posible que todas estas tres declaraciones de Jesús
sean correctas?
Cuando entendemos las declaraciones de Jesús,
encontramos que en vez de ser contradictorias, ellas revelan el tiempo exacto
que Él fue resucitado de la muerte. Jesús dejó claro que Él sería levantado después
que Él hubiera estado muerto por tres días. Las otras declaraciones, “en
tres días” y “en el tercer día,” no incluyen el tiempo total que Él
estuvo muerto sino solo el tiempo que Él estuvo enterrado en la tumba. Los
registros del Evangelio muestran que José de Arimatea y Nicodemo cerraron la
tumba justo antes del ocaso, tres horas después que Jesús murió en la cruz.
Aunque Él estuvo en la tumba exactamente tres días y tres noches, Él estuvo
muerto por un periodo mas largo que eso. Así Él se levantó de los muertos “después
de tres días.” La diferencia entre esta declaración y las declaraciones “en
tres días” y “en el tercer día” es que esas dos declaraciones se
refieren a Su entierro “en el corazón de la tierra tres días y tres noches.”
Cuando uno
compara todas las declaraciones de Jesús, es evidente que ellas ubican límites específicos
en el marco de tiempo entre Su muerte y resurrección. Por sí mismo, “en
tres días” podría significar algún tiempo en el tercer día, incluso el
primer minuto del tercer día. “En el tercer día” podría significar algún
tiempo en el tercer día hasta el ultimo minuto del tercer día. Pero la declaración
que Él “estaría en el corazón de la tierra tres días y tres noches” muestra
que tres días enteros y tres noches enteras pasarían mientras Él yacía en la
tumba.
Cuando todas las
declaraciones de Jesús son tomadas en cuenta, solo hay un momento de tiempo el
cual aplica a todas. Aquí está la explicación: El fin del tercer día es aun “en”
el tercer día. Al final de tercer día, precisamente al ocaso, Jesús fue
resucitado. Este fue el único momento de tiempo que podría cumplir todas las profecías
de Jesús concerniente al tiempo de Su muerte, la longitud de tiempo que Él estaría
en la tumba, y el tiempo de Su resurrección.
Los Evangelios
registran que Jesús murió en el día de Pascua, Nisan 14, el cual cayó un miércoles
en el 30 d.C. José de Arimatea y Nicodemo colocaron el cuerpo de Jesús en la
tumba y cerraron la entrada con una inmensa piedra cuando el sol estaba ocultándose,
aproximadamente a las 6 PM, terminando Nisan 14. Jesús fue resucitado de los
muertos precisamente tres días y tres noches después, cuando el sol estaba ocultándose
al final del Sábado semanal, Nisan 17, 30 d.C. Como Él había profetizado, Él permaneció
en la tumba tres días completos y tres noches completas. Jesús el Cristo fue
levantado de los muertos al ocaso en el Sábado semanal, el séptimo día de la
semana. Él ya había resucitado cuando salió el sol el domingo, el primer día de
la semana. (Por favor vea el esquema en pagina XXX)
Evidencia en las Escrituras de dos Sábados durante
los tres días y tres noches
De acuerdo a la tradición religiosa, Jesús fue
crucificado un viernes. Esta tradición religiosa parece ser soportada por la declaración
en Juan 19:31 que el día de Su muerte “era la preparación.” La mayoría han
asumido que ésta declaración se refiere a la preparación de los judíos para el Sábado
semanal. Ellos fallan en entender que el día de la Pascua, en el cual Jesús murió,
ha sido siempre un día de preparación para la Fiesta de Panes sin Levadura, la
cual sigue inmediatamente (Levíticos 23:4-6). El primer día de la Fiesta,
Nisan 15, es observado como un día Santo anual, o “día alto.” Como el día de la
Pascua, éste puede caer en días diferentes de la semana. Sin importar de cual día
de la semana cae, siempre es observado como un Sábado anual, y la porción
diurna de la Pascua es siempre usada como un día de preparación. Es erróneo
interpretar “la preparación” en Juan 19:31 como evidencia que el día de la crucifixión
fue un viernes.
La creencia
equivocada en una crucifixión en viernes está basada en la suposición que solo
hubo un Sábado durante la semana de crucifixión. Sin embargo, las Escrituras
revelan claramente que durante la semana hubo dos Sábados. El primer Sábado fue
un día Santo anual, el primer día de la Fiesta de Panes sin Levadura. El
segundo Sábado fue el Sábado semanal, el séptimo día de la semana.
Consecuentemente, durante la semana de la crucifixión de Jesús hubo dos días de
preparación. La porción diurna de Nisan 14, el día de Pascua, fue el día de preparación
para el primer día de la Fiesta de Panes sin Levadura, el 15, el cual es un Sábado
anual. El siguiente día, el 16, el cual fue un viernes, era el día de preparación
para el Sábado semanal.
Cuando el
Evangelio de Juan es examinado, es evidente que el Sábado inmediatamente
siguiente al día que Jesús murió fue un Sábado anual: “Los judíos por tanto, para que los cuerpos
no pudieran permanecer sobre la cruz en el Sábado anual, porque era un día de preparación
(porque ese Sábado anual era un día alto),...”
(Juan 19:31). El termino “día alto” nunca fue usado para referirse al Sábado
semanal, sino solo a Sábados anuales. El uso de Juan de éste término deja claro
que el Sábado que iba a comenzar era el primer día de la Fiesta de Panes sin
Levadura, Nisan 15. El registro de Marcos hace referencia al ocaso por venir,
el cual traería el fin de la preparación y el comienzo del Sábado anual, o día
alto: “La noche estaba llegando, y dado que era una
preparación (esto es, el día antes de un Sábado)....” (Marcos 15:42).
Como muestra el
Evangelio de Lucas, ese Sábado iba a comenzar cuando Jesús fue puesto en la
tumba: “Era un día de
preparación, y un Sábado anual estaba llegando. Y
las mujeres también, quienes habían venido con Él de Galilea, siguieron y
vieron la tumba, y como fue puesto Su cuerpo” (Lucas 23:54-55).
Los Evangelios
registran los eventos que siguieron al entierro de Jesús. En Nisan 15, el día después
de la crucifixión, los sacerdotes jefes y los fariseos fueron a Pilato para
solicitar que guardias sean asignados para vigilar la tumba de Jesús. Dado que
estaban temerosos que los discípulos fueran y robaran Su cuerpo, no dudaron de
encargarse de sus negocios en el día santo (Mateo 27:62-66). Mientras los
sacerdotes y fariseos iban a donde Pilato, las mujeres que siguieron a Jesús
estaban observando el Sábado anual, como es ordenado por Dios. Ellas no podían
comprar especias en aquel día porque todos los negocios estaban cerrados en observancia
al mandato de descansar (Levíticos 23:6-7). Después del fin de aquel Sábado, o
día alto, ellas compraron especias y aceites aromáticos para ungir a Jesús. Marcos
relata este evento: “Entonces
cuando el Sábado anual
había pasado, María
Magdalena y María, la madre de Santiago, y Salomé compraron aceites
aromáticos, para que pudieran venir y ungirlo” (Marcos 16:1).
Es bastante
evidente que las mujeres no podían haber comprado las especias sino hasta después
que el día alto, o Sábado anual, había terminado. El día alto comenzó cuando el
día de Pascua, Nisan 14, terminó al ocaso. La observancia del día alto, Nisan
15, duró hasta el siguiente ocaso, el cual comenzó Nisan 16. Las mujeres
compraron las especias “cuando
el Sábado anual
había pasado”
y las prepararon el mismo día. Cuando habían terminado, observaron un
segundo Sábado: “Y
regresaron a la ciudad, y prepararon especias y ornamentos, y luego
descansaron en el Sábado semanal de acuerdo al mandamiento” (Lucas 23:56). Los registros
del Evangelio concerniente a la compra y preparación de las especias por las
mujeres revelan claramente la observancia de dos Sábados durante la semana de crucifixión.
Dos mujeres ven la tumba al final del Sábado
semanal
Antes que el Sábado
semanal terminara, Mateo registra que María Magdalena y la otra María fueron a
observar la tumba: “Entonces
tarde en el Sábado, como el primer día de las semanas
estaba acercándose, María Magdalena y la otra María vinieron a observar el
sepulcro” (Mateo
28:1). Dado que aun era el día Sábado, las mujeres no iban a ungir Su cuerpo
con las especias que habían preparado. Tal vez fueron a observar la tumba
porque recordaban las palabras de Jesús que después de tres días y tres noches
en la tumba, Él se levantaría de los muertos.
Después que las
dos mujeres vieron la tumba y vieron que la piedra cubriendo la entrada estaba
aun en su lugar con los soldados haciendo guardia, ellas volvieron a casa en la
noche. La siguiente mañana, mientras ellas estaban volviendo a la tumba, se
estaban preguntando quien podía rodar la piedra de modo que pudieran ungir el
cuerpo de Jesús: Y muy
temprano en el primer día de las semanas, a la salida del sol, ellas
estaban llegando a la tumba; Y estaban preguntándose a sí mismas, “¿Quién
rodará la piedra por nosotras de la entrada de la tumba?”” (Marcos 16:2-3) Pero
cuando las mujeres llegaron, encontraron que la piedra ya había sido removida y
la tumba estaba vacía. Los tres días y tres noches habían terminado al ocaso en
el Sábado semanal, y ¡Jesús había resucitado de los muertos! (Para mayor información
del tercer día vea el Apéndice B.)
Escrituras: Tres días y
tres noches
de Jesús el Cristo
en la tumba
EL PRIMER DIA DE PANES SIN
LEVADURA
NISAN 15 - JUEVES, ABRIL
6, 30 d.C.
51. EN EL DIA SANTO,
GUARDIAS SON COLOCADOS
EN LA TUMBA
MATEO 27
62. En el día siguiente, el cual seguía al
día de la preparación, los sacerdotes jefes y los fariseos fueron juntos a
Pilato,
63. Diciendo, “Señor, recordamos que ese
engañador dijo mientras Él estaba vivo, ‘Después de tres días Me
levantaré.’
64. Por tanto, ordena que el
sepulcro sea asegurado hasta el tercer día; no sea que Sus discípulos vengan
por la noche y Lo roben, y digan al pueblo, ‘Él es levantado de los muertos’; y
el ultimo engaño sea peor que el primero.”
65. Entonces Pilato les dijo, ‘Tienen una
guardia. Vayan, háganlo tan seguro como ustedes saben.”
66. Y ellos fueron e hicieron el
sepulcro seguro, sellando la piedra y colocando la guardia.
EL SABADO SEMANAL NISAN 17
-
SABADO, ABRIL 8, 30 d.C.
52. LAS MUJERES DECANSAN
EN EL SABADO SEMANAL
LUCAS 23
56. Y regresaron a la ciudad, y prepararon
especias y ornamentos, y luego descansaron en el Sábado anual
de acuerdo al mandamiento.
53. HACIA EL FINAL DEL
SABADO SEMANAL,
MARIA MAGDALENA Y MARIA
VAN A OBSERVAR
LA TUMBA
MATEO 28
1. Entonces tarde en el Sábado, como el primer
día de las semanas estaba acercándose, María Magdalena y la otra
María vinieron a observar el sepulcro.