Prefacio
(Tomado
del libro “El día que Jesús el Cristo murió.”)
Por
Fred
R. Coulter
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Desde
la eternidad del pasado, antes de la fundación del mundo, Dios el Padre y Dios el
Hijo planearon y predeterminaron el día que Jesús el Cristo moriría. En la
historia del universo, ningún otro día puede ser comparado con el. Fue tan
profundo este día que siempre será recordado incluso en las eras de la
eternidad por venir.
Este día
de destino fue la culminación final de la batalla espiritual por las vidas de
los hombres; una batalla librada entre Jesús el Cristo, Hijo de Dios y Salvador
de la humanidad, y Satanás el diablo, adversario de Dios y destructor de la
humanidad. Esta batalla intensa estuvo centrada en Jerusalén, pero su resultado
determinaría el destino del mundo. Era el poder de Dios versus el poder de Satanás,
el Defensor vs. el adversario, amor vs. odio, bien vs. mal, humildad vs.
orgullo, compasión vs. brutalidad, justicia vs. pecado y perdón vs. condenación.
Todas
las fuerzas del mal y poderes del mundo fueron reunidos juntamente contra un
hombre, Jesús el Cristo—el Hijo de Dios. ¿Quién sería victorioso? ¿Triunfaría
finalmente el bien sobre el mal?
Por
sanar enfermos, resucitar los muertos y enseñar el amor de Dios, Jesucristo fue
condenado, golpeado, flagelado, ofendido, ridiculizado y crucificado. Sin
embargo, Él fue fiel hasta el fin—dando Su vida como un sacrificio perfecto por
los pecados del mundo.
Incluso
los propios discípulos de Jesús, a quienes Él les había enseñado por tres años
y medio, no entendieron el significado de este día. Mientras veían a Jesús
morir y Su cuerpo siendo colocado en la tumba, estuvieron desconcertados. Para
ellos parecía que el mal había ganado—los establecimientos políticos y religiosos
que los mantenían en esclavitud fueron victoriosos. Todo lo que sintieron fue
un desespero y pensamiento oscuro porque Jesús, el Mesías Ungido de Dios,
estaba muerto y enterrado. Estaba más allá de sus más salvajes imaginaciones
que Jesús volvería a la vida después de tres días y tres noches en la tumba.
Pero Él fue resucitado de los muertos por el poder de Dios el Padre.
Cuando
Jesús mismo se les presento después que había resucitado de los muertos, Él les
reveló personalmente a partir de las Escrituras que Su muerte y resurrección
fueron pre ordenadas: “Y les dijo, “Estas son las
palabras que les hablé cuando estaba aun con ustedes, que todas las
cosas que fueron escritas concerniente a Mí en la Ley de Moisés y en los
Profetas y en los Salmos deben ser cumplidas.” Entonces les abrió sus
mentes para entender las Escrituras, y les dijo, “De
acuerdo a como está escrito, era necesario para el Cristo sufrir, y
resucitar de los muertos al tercer día” (Lucas 24:44-46).
En el
mundo hoy en día, mucha gente no entiende el significado de la muerte de Jesús
el Cristo y el día especifico en que Él murió. Este libro fue escrito
especialmente para ayudarles a entender las Escrituras concernientes a Él. La
inspirada Palabra de Dios revela la historia completa.
La película
de Mel Gibson confrontó al espectador con una presentación emocional poderosa
de La Pasión del Cristo. Sin embargo, dado a las restricciones de
tiempo y licencia artística, la película no trajo toda la verdad bíblica. Este
libro es una composición de las Escrituras del Nuevo Testamento que registran
los eventos desde el día de la crucifixión al día de la resurrección de Jesús y
ascensión final al cielo. Comentarios especiales enlazan juntamente las profecías
del Antiguo Testamento con los eventos del Nuevo Testamento para exponer el
significado de este Día de Destino—El
día que Jesús el Cristo murió.