APENDICE
V
(Tomado
de la sección de comentarios y apéndices a “La Santa Biblia en Su orden
original—Una versión fiel con comentario”, segunda edición.)
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Jesucristo fue el Señor Dios del Antiguo Testamento
Por
Fred
R. Coulter
www.idcb.org
Para entender verdaderamente el Antiguo Testamento, es crucial
darse cuenta de que el Señor Dios del Antiguo Testamento fue aquel Quien se hizo
carne y llegó a ser Jesucristo, el Hijo de Dios.
“Dios” en el Antiguo Testamento es frecuentemente traducido de la
palabra hebrea Elohim, la cual es un sustantivo plural colectivo que se
refiere a una familia santa de seres espirituales. La Escritura revela que al
tiempo presente hay dos quienes son Elohim—miembros de la Familia
Dios: Dios, Quien es llamado el Padre en el Nuevo Testamento,
y aquel Quien llegó a ser Jesucristo, y Quien es ahora Dios el Hijo.
Esta verdad es verificada por el apóstol Juan: “En el
principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas vinieron a ser a
través de Él, y ni siquiera una cosa que fue creada vino a ser sin Él.
En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres… Y la
Palabra se hizo carne, e hizo tabernáculo entre nosotros (y nosotros mismos
vimos Su gloria, la gloria como del único engendrado con el Padre),…” (Juan 1:1-4,
14).
Únicamente
al entender que Dios es una familia puede uno comprender las
complejidades del plan de Dios para la humanidad. Los siguientes pasajes
demuestran que Jesús fue el Dios del Antiguo Testamento:
·
“Y Dios [Elohim] dijo,
“Hagamos al hombre a Nuestra imagen, según Nuestra semejanza;…” (Génesis
1:26).
·
“Vamos, bajemos [Elohim] y
allí confundamos su idioma, para que no puedan entender el dialecto el uno al
otro.” ” (Génesis 11:7).
·
“El SEÑOR le dijo a mi Señor, “Siéntate a Mi mano
derecha hasta que Yo haga a Tus enemigos como Tu taburete.” ” (Salmo 110:1)
·
“Vi en visiones en la noche y, he aquí, Uno como Hijo de
hombre venía con las nubes del cielo, y vino al Anciano de Días, y ellos lo
acercaron delante de Él.” (Daniel 7:13).
·
“Y todos ellos bebieron la misma bebida espiritual;
porque bebieron de la Roca espiritual que los seguía. Y esa Roca
era Cristo.” (I Corintios 10:4).
·
“Él es la Roca; Su trabajo
es perfecto porque todos Sus caminos son justos, un Dios de
fidelidad, y sin iniquidad; justo y recto es Él.” (Deuteronomio 32:4). “Olvidaron a la Roca Quien los sacó y han
olvidado al Dios Quien los formó.” (verso 18).
·
“
“He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y
llamarán Su nombre Emanuel”; lo cual es, siendo interpretado, “Dios con
nosotros.” ” (Mateo 1:23).
·
“Porque por Él fueron creadas todas las cosas, las cosas en el
cielo y las cosas sobre la tierra, lo visible y lo invisible, ya sean
ellos tronos, o señoríos, o principados, o poderes; todas las cosas fueron
creadas por Él y para Él. Y Él es antes de todo, y por Él todas las
cosas subsisten. Y Él es la cabeza del cuerpo, la iglesia; Quien es el
principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todas las
cosas Él mismo pudiera tener la preminencia.” (Colosenses 1:16-18).
·
“Y Dios dijo a Moisés, “YO SOY ESE SOY.” Y Él dijo, “Así
dirás a los hijos de Israel, ‘SOY me ha enviado a ustedes.’ ” ” (Éxodo
3:14).
·
“Jesús les dijo, “Verdaderamente, verdaderamente les digo,
antes que Abraham naciera, Yo SOY.” ” (Juan 8:58).
·
“Dios, Quien habló a los padres en tiempos diferentes en el
pasado y en muchas formas por los profetas, nos ha hablado en estos últimos
días por Su Hijo, a Quien Él ha señalado heredero de todas las
cosas, por Quien también Él hizo los mundos; Quien, siendo el brillo de Su
gloria y la imagen exacta de Su persona, y sosteniendo todas las cosas
por la palabra de Su propio poder, cuando Él hubo por Sí mismo limpiado
nuestros pecados, se sentó a la mano derecha de la Majestad en la
altura;” (Hebreos 1-3).
·
“Él estaba en el mundo, y el mundo vino a ser a través de Él,
pero el mundo no lo conoció.” (Juan 1:10).
·
“Te he glorificado en la tierra. He acabado la obra que Me
diste para hacer. Y ahora, Padre, glorifícame con Tu propio ser, con la gloria
que tuve Contigo antes que el mundo existiera… Padre, deseo que aquellos que Me
has dado, también puedan estar Conmigo donde Yo esté, para que puedan ver Mi
gloria, la cual Me has dado; porque Me amaste antes de la fundación del
mundo.” (Juan 17:4-5, 24).