Romanos 7:1-6—¿Están los Cristianos
“liberados de la Ley”?
(Tomado
del librillo “Entendiendo las Escrituras difíciles de Pablo
concernientes
a la Ley y los Mandamientos de Dios”)
Por
Fred
R. Coulter
www.laverdaddeDios.org
Una
interpretación inapropiada de este pasaje da la apariencia de que los Cristianos
han sido “liberados” en lo absoluto de cualquier obligación de guardar las
leyes y mandamientos de Dios. Sin embargo, tales enseñanzas están, en realidad,
arraigadas en la ilegalidad de mentes carnales y en la enemistad contra las
leyes de Dios (Romanos 8:7; I Juan 3:4). Aquellos que creen y promueven tergiversaciones
tan descaradas carecen de conocimiento escritural y no están capacitados para
dividir la Palabra de verdad—haciendo así a Jesucristo y al apóstol Pablo
ministros ilegales de pecado.
“¿Son
ustedes ignorantes, hermanos (porque estoy hablando a aquellos que conocen
ley), que la ley gobierna sobre un hombre por tanto tiempo como pueda vivir él?
Porque la mujer que está casada está atada por ley al esposo mientras que él
esté viviendo; pero si el esposo muriere, ella es liberada de la ley que la
ató al esposo. Así entonces, si ella se casara con otro hombre mientras
el esposo está viviendo, será llamada una adúltera; pero si el esposo
muriere, ella es libre de la ley que la ató al esposo, así que ya no
es más una adúltera si está casada con otro hombre. En la misma manera,
hermanos míos, ustedes también fueron hechos muertos a la ley de matrimonio
del Antiguo Pacto por el cuerpo de Cristo para ser casados con otro,
Quien fue resucitado de los muertos, para que demos a luz fruto
para Dios. Porque mientras estuvimos en la carne, las pasiones de pecados, los
cuales eran a través de la ley, estaban trabajando dentro de nuestros
propios miembros para dar a luz fruto hacia muerte. Pero ahora hemos sido
liberados de la ley porque hemos muerto a aquello en lo cual estábamos
sujetos para poder servir en novedad de espíritu, y no en la vejez de la
letra.” (Romanos 7:1-6).
Claramente
el contexto de este pasaje es la ley del matrimonio la cual ata a un
esposo a su esposa—hasta que la muerte termine su pacto matrimonial. Basado en
esta ley, Pablo hace una comparación—porque el pacto entre Dios y los hijos de
Israel fue un pacto matrimonial. El Señor Dios fue asemejado al esposo e
Israel fue asemejado a Su esposa. Dios confirmó esta relación de pacto marital
cuando inspiró a Isaías a escribir: “Porque tu Hacedor es
tu esposo; el SEÑOR de los ejércitos es Su nombre; y tu Redentor es
el Santo de Israel; Él será llamado el Dios de toda la tierra.”
(Isaías 54:5).
Este
pacto matrimonial entre Dios y el antiguo Israel fue basado en las promesas
fiscas de un territorio, larga vida, bendiciones materiales abundantes, riqueza
y grandeza nacional, y la protección de Dios a cambio por la obediencia de
Israel en la letra de Sus leyes y mandamientos. Aun así, Israel fue una esposa
casi completamente infiel.
Ya
que el matrimonio está atado por ley hasta la muerte del esposo o la esposa, ¿cómo
podría Dios terminar Su matrimonio con Israel—aparte de destruir a todo
israelita de todas las doce tribus? Recuerde, Dios guarda Sus propias leyes, ya
que ellas son un reflejo de Su justicia espiritual inherente. Ciertamente, Él
estaba atado a Israel por Su propia ley inmutable.
Sin
embargo, el Señor Dios del Antiguo Testamento fue Aquel que llegó a ser el Señor
Dios del Nuevo Pacto—Jesucristo. Por tanto, el Señor Dios Quien llegó a ser Jesucristo
en la carne era capaz de terminar el pacto matrimonial con Israel a través de
Su muerte en la cruz. Él no podía entrar en una nueva relación de pacto
matrimonial con la Iglesia hasta que hubiera muerto. Esta es una de las razones
claves por las que Él llegó a ser Dios manifestado en la carne—para poder
liberar a Israel y a Si mismo del matrimonio del Antiguo Pacto a través de Su
propia muerte.
Después
de la muerte y resurrección de Jesús, los verdaderos Cristianos podrían entonces
casarse como vírgenes castas a Jesucristo como su futuro esposo (II Corintios
11:2; Efesios 5:22-33). El matrimonio del Cordero, el Esposo y la Iglesia, la
esposa, tendrá lugar pronto después de la primera resurrección (Apocalipsis
19:7-9).
Consecuentemente,
la frase “liberado de la ley” significa que a través de la muerte de Jesús (y
la muerte simbólica del creyente por el bautismo en agua), los Cristianos judíos
han sido liberados de su acuerdo matrimonial que los ataba al Antiguo
Pacto. Esto no significa que los Cristianos del Nuevo Pacto estén liberados de
la obligación de guardar los mandamientos y leyes de Dios (Mateo 5:17-20) sino
que ellos deben obedecer las leyes y mandamientos de Dios en novedad del espíritu
de la Ley, y no solo en la letra de la Ley (verso 6).