Restaurando el
cristianismo original—¡para hoy!
Iglesia de Dios Cristiana y Biblica
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Fred
R. Coulter
Ministro
Agosto 15, 2017
Queridos hermanos,
En aproximadamente 5 semanas comenzaremos observando
los días santos de otoño—comenzando con Trompetas el 21 de Septiembre, Expiación
el 30 de Septiembre, la Fiesta de Tabernáculos del 5 al 11 de octubre, y el
Ultimo Gran Día el 12 de octubre. Como hacemos cada año, estaremos enviándoles
todos los mensajes para cada día santo, así como mensajes para cada día de la
Fiesta. La Palabra de Dios nos enseña que el Sábado y los días santos revelan,
en secuencia, el “armazón” del plan de salvación de Dios para toda la humanidad—¡desde
Adán y Eva hasta la Nueva Jerusalén!
Pero Dios no reveló todo este conocimiento
de una. De hecho, Él ha “ocultado esto a plena vista” a través de la Biblia.
Esto puede ser encontrado en el Antiguo Testamento, donde en su mayoría está
sellado como con un seguro. Mucho más es encontrado en el Nuevo Testamento,
especialmente en el libro de Apocalipsis. El Nuevo Testamento es la llave
para las porciones “bloqueadas” del Antiguo Testamento. Así es como Dios ha
revelado Su propósito para el hombre—¡eternidad en el glorioso Reino de Dios!
Cinco factores adicionales son
necesarios para entender el plan secreto de Dios, llamado el “Misterio de Dios.”
Estos 5 factores son: 1) Obedecer la voz de Dios. Hoy, tenemos la
voz de Dios—Su palabra hablada contenida en la Biblia; 2) El amor de
Dios por toda la humanidad, como es declarado en Juan 3:16; 3) Nuestro
amor personal por Dios (Deuteronomio 6:1-6; Mateo 22:36-40; Marcos 12:28-29) y nuestro
amor por los hermanos, nuestro prójimo, e incluso nuestros enemigos; 4) El
engendramiento
del Espíritu Santo de Dios dentro de nosotros; y 5) Dividir
correctamente las Escrituras (II Timoteo 2:15).
Cuando
todas estas están en su lugar—combinado con amor, humildad y un deseo genuino
por la verdad—Dios nos revelará Su misterio. El apóstol Pablo escribe: “Pero
de acuerdo a como está escrito, “El ojo no ha visto, ni el oído ha
oído, ni han entrado al corazón del hombre, las cosas que Dios ha
preparado para aquellos que lo aman.” Pero Dios nos las ha revelado
por Su Espíritu, porque el Espíritu examina
todas las cosas—incluso las cosas profundas de Dios.
“Porque ¿quién entre los hombres entiende las cosas del
hombre excepto por el espíritu del hombre el cual está en
él? En la misma manera también, nadie entiende las cosas de Dios excepto por
el Espíritu de Dios. Ahora, no hemos recibido el espíritu del mundo, sino [hemos recibido]
el Espíritu que es de Dios, para que
podamos saber las cosas graciablemente dadas a nosotros por Dios; tales cosas también hablamos, no en palabras enseñadas
por sabiduría humana, sino en palabras enseñadas por el Espíritu
Santo para comunicar cosas espirituales por medios espirituales.
Pero el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque
son tonterías para él, y no puede entenderlas porque son discernidas
espiritualmente”
(I Corintios 2:9-14).
Lo que
Pablo escribe está de acuerdo con la promesa de Dios dada al profeta Daniel: “Y oí,
pero no entendí. Entonces dije, “Oh mi señor, ¿Cuál será el fin de estas
cosas?” Y él dijo, “Sigue tu camino, Daniel, porque las palabras están
cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos
serán purificados, y emblanquecidos, y refinados. Pero el malvado hará
malvadamente; y ninguno de los malvados entenderá, pero el sabio entenderá” (Daniel 12:8-10).
Como fue prometido, Dios ha revelado este
conocimiento “poca a poco” a través del tiempo. También Él prometió que “un
buen entendimiento tienen todos aquellos que hacen Sus mandamientos” (Salmo
111:10). En verdad, todo esto comienza con “obedecer Su voz.” Y un área clave
de la obediencia es la observancia del Sábado semanal y los días santos (Sábados
anuales). En Éxodo 31, encontramos que en Monte Sinaí Dios estableció la observancia
del Sábado como una “señal” especial de pacto perpetuo entre Dios y Su
pueblo: “Y el SEÑOR habló a Moisés diciendo, “Habla también a los hijos de Israel, diciendo, ‘Verdaderamente
[en verdad] ustedes guardarán Mis Sábados [plural; incluye los días santos anuales], porque esto [la observancia de los Sábados
de Dios] es una señal entre ustedes y Yo a
través de sus generaciones para que sepan que Yo soy el SEÑOR Quien los
santifica.
“Guardarán el Sábado por tanto, porque es
santo para ustedes. Todo aquel que lo profane ciertamente será condenado a
muerte, porque quien quiera que haga algún trabajo en este día,
aquella alma será cortada de entre su pueblo. Seis días puede el trabajo ser hecho, pero en el séptimo día
es el Sábado de descanso, santo para el SEÑOR. Quien quiera que haga algún
trabajo en el día Sábado, ciertamente será condenado a muerte.
“Por tanto los hijos de Israel guardarán el Sábado, para observar el
Sábado a través de sus generaciones como un pacto perpetuo. Esta es una señal entre los hijos de Israel y Yo para
siempre; porque en
seis días el SEÑOR hizo los cielos y la tierra y en el séptimo día descansó, y
fue refrescado’ ”” (Éxodo 31:12-17).
Mientras Dios estaba hablando estas palabras
a Moisés, Aaron y los hijos de Israel hicieron el becerro de oro—el dios sol de
Egipto—y lo adoraron. Así, se rebelaron y sufrieron grandemente por rechazar
los mandamientos de Dios.
Es lo mismo hoy con el mundo que “profesa
ser cristiano.” Para ellos, el Sábado y los días santos tienen poco o ningún
significado, porque están todos envueltos en su “becerro de oro”—la
observancia del domingo y los festivos.
Como resultado, así como los hijos de
Israel, todos ellos están espiritualmente cegados por sus propias falsas
creencias, elecciones
y acciones. Jesús dijo: “Por esta razón les hablo a ellos en parábolas, porque
viendo, ellos no ven; y oyendo, ellos no oyen; ni entienden. Y en ellos es
cumplida la profecía de Isaías, la cual dice, ‘Oyendo ustedes oirán y en
ninguna forma entenderán y viendo verán, y en ninguna forma percibirán; porque
el corazón de esta gente se ha engordado, y sus oídos son sordos para oír, y sus
ojos han cerrado; no sea que ellos vean con sus ojos, y oigan con sus oídos, y
entiendan con sus corazones, y sean convertidos, y Yo los sane’” (Mateo 13:13-15).
A su tiempo, Dios despojará sus ilusiones y
su mundo creativo—junto con su bondad bonachona, idolatría y falsa salvación. Estas
prácticas en realidad constituyen rebelión abierta contra Dios, así como
escribe Isaías: ““Ay de los hijos rebeldes,” dice el SEÑOR,
“Quienes llevan a cabo un plan, pero no Mío, y quienes forman una alianza [la religión única mundial por venir], pero no de Mi
Espíritu, que pueden añadir pecado al pecado;…
“Ve, escribe
esto ante ellos en una
tableta, y anótalo en un libro, para que pueda estar para el tiempo por venir [el tiempo del fin] por siempre, que este es un pueblo rebelde, hijos
mentirosos. Son hijos quienes no oirán la ley del SEÑOR;
quienes dicen a los videntes, “No vean,” y a los
profetas, “No nos profeticen cosas rectas, háblennos cosas suaves, profeticen
ilusiones; salgan del camino, sepárense del
camino, causen al Santo de Israel cesar de delante de ustedes.”
“Por tanto así dice
el Santo de Israel, “Porque han despreciado esta palabra, y confían en opresión
y perversidad, y confían en ellas; por tanto
esta iniquidad será para ustedes como una grieta lista por caer, aumentando en
un muro alto, cuya ruptura llega repentinamente, en un instante. Y Él lo romperá como la
ruptura de la vasija del alfarero que es aplastada en pedazos. Él no
perdonará, de modo que allí no será encontrado en los fragmentos un trozo para
traer fuego del hogar, o para tomar agua del pozo”” (Isaías 30:1, 8-14).
Prueba de esta actitud rebelde en contra de
la Palabra de Dios es encontrada en un hecho profundo: En el “mundo cristiano,”
probablemente no hay un solo ministro, pastor, sacerdote u obispo—incluso el
mismo papa—quien no sepa que el Sábado es el séptimo día de la semana. Todos
ellos pueden citar el cuarto mandamiento. Pero rechazan creerle y obedecer
a Dios. Como resultado, creen y observan ciegamente el domingo, como es
instituido por Roma, clamando que este es el día de adoración del Nuevo
Testamento. Para empeorar las cosas, se han convencido a sí mismos y a sus seguidores
que los festivos ocultos y paganos de Satanás son en verdad “cristianos.” Pero
como declara Dios, Él desprecia y rechaza tal falsa adoración: “Yo odio, desprecio sus días festivos, y no Me deleitaré en
sus asambleas solemnes” (Amos 5:21).
Es
exactamente como dijo Jesús en la parábola del sembrador: “Cuando
cualquiera oye la Palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y
arrebata eso que fue sembrado en su corazón. Este es aquel que fue sembrado por
el camino.
Aquel que fue sembrado sobre el lugar rocoso es el que oye la
Palabra e inmediatamente la recibe con gozo; pero porque no tiene
raíz en sí mismo, no permanece, porque cuando la tribulación o la persecución
surgen por causa de la Palabra, es rápidamente ofendido. Y
aquel que fue sembrado entre espinos es el que oye la Palabra, pero las
preocupaciones de la vida y el engaño de las riquezas asfixian la Palabra, y
ésta llega a ser infructuosa” (Mateo
13:19-22).
Esta misma mentalidad cerrada es aún más
pronunciada en el mundo agnóstico/ateo y se exhibe con mayor hostilidad. Ellos creen
en evolución—que todo vino de nada, ¡todo por sí mismo! Por rechazar probar y
creer que hay un Dios Creador—Quien ha creado todo en los cielos y la tierra—son
más ciegos, hostiles y rebeldes que los religiosos. Y Dios ha prometido que Su
juicio irá sobre ambos: “Y el SEÑOR dijo, “Porque este
pueblo se acerca a Mí con sus bocas, y con sus labios Me honran, pero su
adoración de Mí es conforme a las tradiciones de hombres aprendidas por rutina,
y su temor hacia Mi es enseñado por los mandamientos de hombres; por
tanto, he aquí, procederé a hacer de nuevo una obra estupenda entre este
pueblo, incluso una obra estupenda y una maravilla, porque la sabiduría
de sus sabios morirá, y la sabiduría de sus inteligentes desaparecerá.” ¡Ay de aquellos que profundizan para esconder sus
propósitos del SEÑOR! Y sus obras están en la oscuridad, y dicen, “¿Quién nos
ve? ¿Y quién nos conoce?” ¡Ciertamente,
ustedes han volteado las cosas al revés! ¿Será el alfarero considerado
como el barro de alfarero; porque la obra dirá de quien la hizo, “Él no me
hizo?” ¿O la cosa formada le dirá a quien la formó, “Él no tuvo entendimiento?”” (Isaías 29:13-16).
Cómo Satanás el diablo mantiene al
mundo en ceguera espiritual: No solo la gente “cierra sus propios ojos,”
sino Jesús revela que Satanás el diablo, el “malvado,” está activamente engañando
al mundo entero (Apocalipsis 12:9). Como Pablo escribe, Satanás,
quien es el “dios” de esta era presente, mantiene a las masas cegadas
espiritualmente de la verdad de Dios: “Por tanto, teniendo este
ministerio, de acuerdo a como hemos recibido misericordia, no somos
pusilánimes. Porque hemos renunciado personalmente a las cosas
escondidas de ganancia deshonesta, no caminando en mañosa astucia, ni
manipulando la Palabra de Dios engañosamente; sino por manifestación de la
verdad, nos estamos encomendando nosotros mismos a toda conciencia de hombre
delante de Dios. Pero si nuestro evangelio es escondido, es escondido para
aquellos que están pereciendo; En quienes el dios de esta era [mundo] ha
cegado las mentes de aquellos que no creen, no sea que la luz
del evangelio de la gloria de Cristo, Quien es la imagen de Dios, brille
hacia ellos”
(II Corintios 4:1-4).
Satanás
mismo aparece como un “angel de luz” y sus ministros y agentes como “siervos de
justicia.” Pablo escribe: “Porque tales son falsos
apóstoles—trabajadores engañosos que están transformándose a sí mismos en
apóstoles de Cristo. Y no es
de maravillarse, porque Satanás mismo se transforma a sí mismo en un ángel
de luz. Por tanto, no es gran cosa si sus siervos también se
transforman a sí mismos en ministros de justicia—cuyo fin será de acuerdo a sus
obras”
(II Corintios 11:13-15).
Hoy, el método de Satanás es el pensamiento
postmoderno de la nueva era. Este permea el pensamiento en cada nivel de la
sociedad—religión, gobierno, educación, entretenimiento, medios y finanzas.
De hecho, sus tentáculos engañosos han capturado casi que a todo el mundo. Como
resultado, el mundo es atrapado en un poderoso vórtice espiritual de maldad que
ultimadamente no dejará nada sin tocar. Esto es resaltado en el Prefacio
de nuestro libro Festivos ocultos o Días Santos de Dios—¿Cuáles? El siguiente
es un extracto de este prefacio:
Una cosmovisión cuidadosamente elaborada
siendo diseminada en la sociedad occidental hoy en día es una la cual no está
fundada en los absolutos morales de antaño—un tiempo cuando la mayoría de la
gente acordaba en lo que era correcto y lo que era equivocado, lo que era bueno
y lo que era malo, quien era malvado y quien era recto, y cuales cosas eran
verdaderas y cuales cosas eran falsas. En vez, esta nueva mentalidad mantiene con
tenacidad que los individuos deben “considerar” todas las diferentes religiones
y alternativas de estilo de vida de un mundo culturalmente diverso, aceptando
todas las creencias y costumbres como iguales y validas (con la excepción del
punto de vista cristiano, el cual es rechazado con hostilidad y desdén). En el
nombre de “tolerancia,” juzgar el comportamiento moral es simplemente no
permitido.
El resultado inevitable de esta aproximación
es un mundo donde se cree que no hay verdad absoluta, o si la hay, esta no
puede ser conocida. El individuo llega a ser su propio dios, creando su propia
“realidad”—y “verdad” es cualquier cosa que alguien quiera o imagine que es.
Este perverso “pensamiento postmoderno,” como es llamado, ha ido como corriente
principal en tan solo una generación.
En su libro La muerte de la Verdad,
Jim Leffel escribe: “Los postmodernistas creen que la verdad es creada, no
descubierta… En una serie reciente de más de 20 entrevistas conducidas
aleatoriamente en una gran universidad, la gente se le preguntó si había tal
cosa como verdad absoluta—verdad que es verdadera a través de todos los tiempos
y culturas para toda la gente. Todos menos un encuestado [un cristiano creyente
de la Biblia] respondieron algo de estas líneas:
‘La verdad es cualquier cosa que usted crea.’
‘No hay verdad absoluta.’
‘Si hubiera tal cosa como una verdad
absoluta, ¿cómo podríamos saber qué es?’
‘La gente que cree en verdad absoluta es
peligrosa.’ “
Leffel continua: “La verdad, declara una
creciente conciencia colectiva, es relativa: lo que es verdadero, recto
o hermoso para una persona no es necesariamente verdadero, recto o hermoso para
otra. Relativismo dice que la verdad no está fijada por la
realidad externa [especialmente por un Dios Creador en el cielo], sino es decidida
por un grupo o individuos por sí mismos. La verdad no es descubierta, sino
fabricada. La verdad siempre está cambiando no solo en asuntos insignificantes
de gusto o moda, sino en asuntos cruciales de espiritualidad, moral, y realidad”
(pp. 20, 31, negrilla y comentarios en corchetes agregados).
No es difícil seguir esta mentalidad a su conclusión
lógica. Si 20 personas tienen 20 conceptos diferentes sobre lo que es correcto
y lo que es equivocado, ¿dónde entra ley y orden? Eventualmente, ilegalidad
total—incluso anarquía—con seguridad sigue. Al tirar la verdad de Dios, una cae
presa de
su propia naturaleza corrupta y su vida llega a ser vacía, nula de propósito y
entendimiento. Como notó el Rey David: “He aquí, has hecho mis días
como un palmo, y la duración de mis días es como nada delante de Ti.
Ciertamente todo hombre en su mejor estado es completamente vanidad.
Selah.…
¡Ciertamente todo hombre camina en un espectáculo vano! Ciertamente
están en un escándalo en vano. Él acumula riquezas y no sabe quién las recogerá” (Salmo 39:5-6).
El apóstol
Pablo profetizó de un tiempo cuando la ilegalidad reinaría en el corazón de los
hombres. “Conoce también esto, que en los últimos días vendrán tiempos
peligrosos; porque los hombres serán amantes de sí mismos, amantes
del dinero, jactanciosos, orgullosos, blasfemos, desobedientes a los
padres, desagradecidos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
sin control propio, salvajes, despreciadores de aquellos que son buenos, traicioneros,
temerarios, egoístas, amantes del placer antes que amantes de Dios; teniendo
una apariencia exterior de piedad, pero negando el poder de la verdadera
piedad. Pero en cuanto a ti, aléjate de todos esos.… Ellas están
siempre aprendiendo pero nunca son capaces de llegar al
conocimiento de la verdad” (II Timoteo 3:1-5, 7).
Aunque el conocimiento en las ciencias ha
incrementado exponencialmente en esta era postmoderna, la sociedad secular ha
llegado a ser espiritualmente atrofiada, coja e incapaz de alcanzar la verdad
de Dios en Cristo Jesús porque ha repudiado la Palabra de Dios.
Pablo escribió que la creación misma es un
testimonio para toda la humanidad de la verdad de Dios—y que al renunciar a Su
verdad visible como es mostrada
a través de Su creación, el hombre llega a ser vulnerable a incontables engaños
y sofistica: “Porque las cosas invisibles de Él son percibidas desde la
creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que fueron hechas—Su eterno
poder y Divinidad—de modo que no tienen excusa; porque cuando
conocieron a Dios, no lo glorificaron como Dios, ni fueron
agradecidos; sino se hicieron vanos en sus propios razonamientos, y sus tontos
corazones fueron oscurecidos. Mientras profesaban a sí mismos ser los
sabios, se hicieron tontos y cambiaron la gloria del Dios
incorruptible en la semejanza de una imagen de hombre corruptible, y de
aves, y criaturas de cuatro patas, y cosas rastreras.
“Por
esta causa, Dios también los abandonó a la inmundicia a través de la lujuria de
sus corazones, a deshonrar sus propios cuerpos entre ellos mismos, quienes
intercambiaron la verdad de Dios por la mentira; y adoraron y sirvieron a la
cosa creada más que Aquel Quien es el Creador, Quien es bendito en
las eras. Amén”
(Romanos 1:20-25).
Satanás el diablo, quien es el “príncipe
del poder del aire”
(Efesios 2:2) y anti-Cristo, esta detrás de los muchos engaños que elevan lo
creado por encima del Creador. Un vehículo que él utiliza para alcanzar esto en
la sociedad hoy en día es, paradójicamente, la educación pública.
Una antigua profesora, Beverly K. Eakman, es
la actual directora ejecutiva del Consorcio Nacional de Educación y autora de Clonación
de la mente Americana: Erradicando la moral a través de la educación
(Huntington House). En su artículo revelador “Bushwhacking Johnny,” publicado
en la edición de septiembre del 2002 de Revista de Crónicas, Eakman expuso
como el sistema educativo está destruyendo la verdad, la moral y el pensamiento
independiente en los jóvenes estudiantes de hoy al usar lo que es llamado “disonancia
cognitiva” para desorientarlos psicológicamente. Ella escribe: “Cuando la
disonancia cognitiva es empleada en contra de una persona que no lo sospecha—o
peor, en contra de una audiencia cautiva tal como niños de colegio—el objetivo
a corto plazo es estimular individuos inseguros para encontrar compañía,
llevando a la mentalidad de grupo (pandilla). Esto hace más fácil reversar
los valores mantenidos por la mayoría. La ‘verdad’ puede incluso ser puesta
en contra de sí misma—por ejemplo, ‘libertad de expresión’ es usado ahora para legitimar
pornografía [y otros estilos de vida degradantes e inmorales]. La propia
libertad de expresión de la gente fue diseñada para protegerlos pero son
dejados no solo vulnerables sino sospechosos del principio en sí.
“¿Qué ‘nuevos valores’ están tratando los
educadores de inculcar? Aquí hay una lista de 7 puntos, dada a los educadores
en Carolina del norte en un taller de práctica:
No hay ni correcto ni
equivocado, solo respuestas condicionadas.
El bien colectivo es más
importante que el individual.
Consenso es más importante que
principios.
Flexibilidad es más importante
que logro.
Nada es permanente excepto el
cambio.
Todas las éticas son
situacionales; no hay moral absoluta.
No hay perpetradores, solo víctimas.
“Note que todos los elementos de esta lista
no involucran ningún tema particular; más bien, reflejan ‘resultados’ éticos
que se esperan que un niño ‘internalice.’ ”
Eakman continua: “La disonancia cognitiva ‘es
una reacción estresante mental o emocional causada al intentar reconciliar dos
creencias opuestas, inconsistentes, o que están en conflicto mantenidas simultáneamente
[doble mente].’… Así la disonancia cognitiva no es un lavado de cerebro, ni
tampoco es una publicidad subliminal. Es más como preparar a alguien para una caída
psicológica. Esta juega con la mente al oponer varias ‘autoridades’ percibidas
una en contra de otra [padres, profesores, amigos, líderes políticos, líderes
religiosos y especialmente Dios y la obediencia a Él], exacerbando tensiones [en
las mentes de los estudiantes]. Después de un poco, las deliberaciones
intelectuales se apagan, y las emociones toman control. Solo los individuos de
voluntad más fuerte pueden resistir—[y son marcados como] ‘los problemáticos.’
“Así fue mi generación (los baby boomers),
educados para ‘necesitar’ nuestros compañeros más de lo que necesitábamos
nuestros principios, haciéndonos marcas fáciles para tales tácticas como la
disonancia cognitiva. Nuestros hijos son ahora blanco facilísimo, con normas
civilizadas siempre bajo ataque … [en donde] todas las elecciones son
igualmente legitimadas…. Hoy, disonancia cognitiva es un método
institucionalizado usado para alimentar a la fuerza lo que sea políticamente
conveniente” (www.BeverlyE.com, negrilla y comentarios en corchetes
agregados).
El uso de disonancia cognitiva no está
limitado a educación. Es usado en religión por el clero, en el gobierno por
políticos y burócratas, en música, en entretenimiento y en todas las otras
formas de medios de comunicación. Consecuentemente, muchas sociedades
alrededor del mundo son por lo visto capturadas en una espiral descendente de inmoralidad
(ilegalidad multiplicada) que se está aproximando rápidamente a la degradación
e híper-inmoralidad de Sodoma y Gomorra. Pocas voces de cordura son levantadas
para advertir en contra de la carnicería de maldad e inmoralidad—y tales voces
son generalmente rechazadas, ridiculizadas o silenciadas.
Analizando los métodos de mercadeo que los
proveedores de maldad han usado en los pasados 50 años para alcanzar sus metas,
David Kupelian escribe: “Como americanos, hemos llegado a tolerar, abrazar e
incluso abogar por muchas cosas que habrían horrorizado a la generación de
nuestros padres. Cosas como el aborto a demanda virtualmente hasta el momento
de nacimiento, jueces prohibiendo los 10 Mandamientos en lugares públicos, una
explosión nacional de sexo en los colegios, la lenta inanición de los
discapacitados, miles de homosexuales abiertamente desobedeciendo la ley [con
el gobierno aprobando demostraciones publicas obscenas y grotescas de actos
sexuales hetero y homosexuales] y ‘casándose,’ y pornografía en internet creando
adictos sexuales nocturnos en millones de casas de clase media.
“Al mismo tiempo, nuestras cortes han
restregado quirúrgicamente los salones de clase de América, limpios de todo
vestigio de religión en la cual esta nación fue fundada—el cristianismo.
“La pura verdad es, dentro del espacio de
nuestros tiempos de vida, mucho de lo que los americanos alguna vez
aborrecieron ha sido empaquetado, perfumado, envuelto en papel de regalo, y
vendido a nosotros como si tuviera gran valor. Al jugar hábilmente en
nuestros sentidos valores nacionales de igualdad, generosidad y tolerancia,
aquellos mercaderes nos han persuadido a abrazar como ilustre y noble aquello
lo cual todas las previas generaciones desde la fundación de América rechazaron
como gravemente auto-destructor—en una palabra, malvado” (El mercadeo del
mal, pp. 11-12, negrilla y comentarios en corchete agregados).
Como resultado, ¡el mundo de hoy esta al revés!
Dado que la gente ha rechazado la verdad de Dios, Dios los ha dado a sus
propias ilusiones. La Verdad, especialmente la Verdad de la Palabra de Dios, ha
sido marcada como error y mentira, y error y mentira ha sido empaquetado como
verdad. Una frase bien conocida de Dresden James ilustra esta paradoja:
“Cuando una bien empaquetada red de mentiras
ha sido vendida gradualmente a las masas durante
generaciones, la verdad parecerá
absolutamente absurda y su
hablante un loco delirante.”
(Fin del extracto de Festivos ocultos o Días
Santos de Dios—¿Cuáles?)
Considerando el mundo en el que vivimos,
debemos estar en guardia de modo que no somos atrapados por las estrategias de Satanás—las
cuales subvertirían nuestro amor, fe y obediencia a Dios. Debemos creer la
verdad, amar la verdad, y obedecer la verdad de Dios—toda palabra
de la Escritura. Recuerde, nuestro entendimiento del plan de Dios es Su regalo
para nosotros a través de la revelación de Su Palabra.
Isaías enfatiza que debemos mantener
nuestros ojos en la meta del Reino de Dios. Esto comienza con el Sábado,
el cual incluye los días santos: “Así dice el SEÑOR,
“Guarden justicia y hagan justicia; porque Mi salvación está próxima a
venir, y Mi justicia a ser revelada [el regreso de Jesús está cerca]. Bendito es el
hombre que hace esto, y el hijo de hombre que se aferra a esto; que
guarda el Sábado de profanarlo; y guarda su mano de hacer algo malo.”… Porque así dice el
SEÑOR, “Al eunuco que guarde Mis Sábados [y días
santos], y escoja las cosas que Me agradan,
y se agarre de Mi pacto;
Incluso a ellos daré dentro de Mi casa y dentro de Mis
muros un lugar [Nueva Jerusalén] y un nombre
mejor que de hijos e hijas; les daré un nombre eterno [salvación eterna]
que no será cortado. …[Esta bendición estará en
aquellos quienes se unan a sí mismos al Señor] para
servirle y para amar el nombre del SEÑOR, para ser Sus siervos, todos los que se
guarden de profanar el Sábado, y se agarren de Mi pacto” (Isaías
56:1-2, 4-6).
Aproximémonos a las Fiestas y días santos
que vienen con estas cosas en mente—con amor y gozo, sabiendo que
a través de estos días altos maravillosos, Dios ha revelado a Su pueblo el
conocimiento de Su plan y propósito para la humanidad. Pablo nos anima a
recordar que “nuestra salvación está ahora más cerca que cuando creímos
primero. La noche está casi terminada, y el día está acercándose; por tanto,
desechemos las obras de oscuridad y vistamos la armadura de luz” (Romanos 13:11-12).
Hermanos, nuevamente les damos gracias
por su amor, fe y oraciones. Entendemos que toda nuestra fortaleza viene de
Dios el Padre y Jesucristo, la Cabeza de Su Iglesia. Oramos por ustedes
diariamente—por su salud y sanidad, y por las bendiciones de Dios para levantarlo
cuando este caído, para animarlo en tiempos de angustia, y fortalecerlo en
tiempos de prueba. Les agradecemos por su fidelidad continua al enviar los
diezmos y ofrendas de Dios, de modo que todos nosotros podemos continuar justos
para amar y servir a Dios con todos nuestros corazones y mentes.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC