Génesis

  Éxodo

  Levítico

  Números

  Deuteronomio

  Josué

  Jueces

  I Samuel

  II Samuel

  I Reyes

  II Reyes

  Isaías

  Jeremías

  Ezequiel

  Oseas

  Joel

  Amós

  Abdías

  Jonás

  Miqueas

  Nahúm

  Habacuc

  Sofonías

  Hageo

  Zacarías

  Malaquías

  Salmos

  Proverbios

  Job

  Cantos de Salomón

  Rut

  Lamentaciones

  Eclesiastés

  Ester

  Daniel

  Esdras

  Nehemías

  I Crónicas

  II Crónicas

Volver a Jueces


Jueces 7

1. Y Jerubaal (él es Gedeón) y todo el pueblo que estaba con él, se levantaron temprano y acamparon junto al pozo de Harod, de modo que el ejército de los madianitas estaba al lado norte de ellos, junto a la colina de Moré, en el valle.

2. Y el SEÑOR le dijo a Gedeón, “El pueblo que está contigo es demasiado para Mí para entregar a los madianitas en sus manos, no sea que Israel se jacte contra Mí, diciendo, ‘Mi propia mano me ha salvado.’

3. Ahora, por tanto, habla a los oídos del pueblo, diciendo, ‘El que esté temeroso y miedoso, que regrese y se vaya temprano del Monte de Galaad.’ ” Y se volvieron veintidós mil del pueblo. Y permanecieron diez mil.

4. Y el SEÑOR le dijo a Gedeón, “El pueblo todavía es demasiado. Tráelos al agua, y ahí te los probaré. Será que de quien Yo te diga, ‘Este irá contigo,’ el mismo irá contigo. Y de quien sea que te diga, ‘Éste no irá contigo,’ el mismo no irá.”

5. Y él bajó al pueblo al agua. Y el SEÑOR le dijo a Gedeón, “Cualquiera que lama el agua con su lengua, como lame el perro, lo apartarás; también todo el que se doblegue sobre sus rodillas para beber.”

6. Y el número de los que lamieron, llevándose su mano a la boca, fue trescientos hombres. Pero todo el resto del pueblo se doblegó sobre sus rodillas para beber agua.

7. Y el SEÑOR le dijo a Gedeón, “Te salvaré con los trescientos hombres que lamieron, y entregaré a los madianitas en tu mano. Y que se vaya toda la otra gente los demás, cada hombre a su lugar.

8. Y el pueblo tomó provisiones en su mano, y sus cuernos de carnero. Y él envió lejos al resto de Israel, cada hombre a su carpa, y retuvo solamente esos trescientos hombres. Y el ejército de Madián estaba debajo de él en el valle.

9. Y aconteció que aquella noche el SEÑOR le dijo, “Levántate, desciende al ejército, porque lo he entregado en tu mano.

10. Pero si tienes miedo de descender solo, desciende con Pura, tu sirviente, al ejército.

11. Y oirás lo que dirán. Y después tus manos serán fortalecidas para descender contra el ejército.” Entonces él descendió con Pura, su sirviente, al borde de las filas en el ejército.

12. Y los madianitas, y os amalecitas, y todos los hijos del oriente yacían a lo largo del valle como langostas en multitud, y sus camellos sin número, como la arena junto al mar en multitud.

13. Y cuando había llegado Gedeón, he aquí, un hombre madianita le dijo un sueño a su compañero, y dijo: He aquí, soñé un sueño, y he aquí una torta de pan de cebada cayó en el ejército de Madián, y llegó a una carpa, y la golpeó de modo que cayó, y la volcó, de modo que la carpa quedó plana.”

14. Y su compañero respondió y dijo, “Esto no es nada más que la espada de Gedeón el hijo de Joás, un hombre de Israel, porque en su mano Dios ha entregado a Madián y a todo el ejército.”

15. Y sucedió que cuando Gedeón oyó la narración del sueño y su significado, adoró. Y él volvió al ejército de Israel y dijo, “¡Levántense, porque el SEÑOR ha entregado al ejército de Madián en su mano!”

16. Y dividió a los trescientos hombres en tres compañías. Y puso un cuerno de carnero en la mano de cada uno con cántaros vacíos y antorchas dentro de los cántaros.

17. Y les dijo, “Mírenme, y hagan lo mismo. Y he aquí, cuando yo llegue al extremo del campamento, sucederá que como yo haga, así harán ustedes.

18. Cuando yo toque con el cuerno de carnero, yo y todos los que estén conmigo, entonces ustedes también toquen el cuerno de carnero alrededor del campamento, y griten, ‘¡Por el SEÑOR y por Gedeón!’ ”

19. Entonces Gedeón y los cien hombres con él llegaron al borde del campamento al comienzo de la vigía media. Y ellos habían recién puesto la vigía. Y tocaron los cuernos de carnero y rompieron los cántaros que tenían en sus manos.

20. Y las tres compañías tocaron los cuernos de carnero y rompieron los cántaros y sostuvieron las antorchas en su mano izquierda y los cuernos de carnero en su mano derecha para tocarlos. Y gritaron, “¡Una espada por el SEÑOR y por Gedeón!”

21. Y ellos se pararon, cada uno en su lugar, alrededor del campamento. Y todo el ejército corrió, y dio voces, y huyó.

22. Y los trescientos tocaron los cuernos de carnero. Y el SEÑOR puso la espada de cada uno contra su compañero, incluso a través de todo el ejército. Y el ejército huyó a Bet Sita en Zererat, a la frontera de Abel-mehola, a Tabat.

23. Y los hombres de Israel fueron llamados de Neftalí, y de Aser y de todo Manasés, y ellos corrieron tras los madianitas.

24. Y Gedeón envió mensajeros a través de todo el Monte Efraín, diciendo, “Desciendan contra los madianitas y quítenles los abrevaderos de Bet-Bara y Jordán.” Entonces se juntaron todos los hombres de Efraín. Y capturaron los abrevaderos de Bet-Bara y Jordán.

25. Luego tomaron dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb. Y mataron a Oreb sobre la roca Oreb, y mataron a Zeeb en el viñedo de Zeeb. Y persiguieron a Madián y le trajeron las cabezas de Oreb y Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.

 

Volver a Jueces
  Mateo

  Marcos

  Lucas

  Juan

  Hechos

  Santiago

  I Pedro

  II Pedro

  I Juan

  II Juan

  III Juan

  Judas

  Romanos

  I Corintios

  II Corintios

  Gálatas

  Efesios

  Filipenses

  Colosenses

  I Tesalonicenses

  II Tesalonicenses

  Hebreos

  I Timoteo

  II Timoteo

  Tito

  Filemón

  Apocalipsis

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados