Génesis 

  Éxodo 

  Levítico 

  Números 

  Deuteronomio 

  Josué 

  Jueces 

  I Samuel 

  II Samuel 

  I Reyes 

  II Reyes 

  Isaías 

  Jeremías 

  Ezequiel 

  Oseas 

  Joel 

  Amós 

  Abdías 

  Jonás 

  Miqueas 

  Nahúm 

  Habacuc

  Sofonías 

  Hageo 

  Zacarías 

  Malaquías 

  Salmos 

  Proverbios 

  Job 

  Cantos de Salomón

  Rut 

  Lamentaciones

  Eclesiastés 

  Ester 

  Daniel 

  Esdras 

  Nehemías 

  I Crónicas 

  II Crónicas 

Volver a II Samuel


II Samuel 18

1. Y David numeró al pueblo que estaba con él, y puso sobre ellos capitanes de millares y capitanes de centenas.

2. Y David envió una tercera parte del pueblo bajo la mano de Joab, y una tercera parte bajo la mano de Abisai el hijo de Sarvia, hermano de Joab, y una tercera parte bajo la mano de Itai el geteo. Y el rey dijo al pueblo, “También saldré ciertamente con ustedes yo mismo.”

3. Pero el pueblo respondió, “No saldrás, porque si huimos, no pondrán su corazón en nosotros, incluso si la mitad de nosotros muere; porque ahora tú vales diez mil de nosotros. Y ahora es mejor que tú permanezcas para ayudarnos desde la ciudad.”

4. Y el rey les dijo, “Haré lo que sea bueno a sus ojos.” Y el rey se paró al lado de la puerta, y todo el pueblo salió por cientos y por miles.

5. Y el rey les ordenó a Joab, y Abisai, e Itai, diciendo, “Por amor a mí sean suaves con el joven, con Absalón.” Y todo el pueblo oyó cuando el rey dio encargo a todos los comandantes respecto a Absalón.

6. Y el pueblo salió al campo contra Israel. Y la batalla fue en el bosque de Efraín.

7. Y el pueblo de Israel fue muerto ahí delante de los siervos de David. Y hubo aquel día una gran matanza de veinte mil,

8. Porque la batalla fue extendida ahí sobre la faz de todo el país. Y el bosque devoró más gente aquel día de la que devoró la espada.

9. Y Absalón se encontró con los siervos de David. Y Absalón montaba sobre una mula, y la mula fue bajo las densas ramas de un gran roble. Y su cabeza se aferró del roble, y él fue llevado arriba colgando entre el cielo y la tierra. Y la mula debajo de él se fue.

10. Y un cierto hombre vio y lo contó a Joab, y dijo, “He aquí, vi a Absalón colgando de un roble.”

11. Y Joab dijo al hombre que le dijo, “Ahora, he aquí tú lo viste, y ¿por qué no lo golpeaste ahí al suelo? Yo te habría dado diez shekels de plata y un cinto.”

12. Entonces el hombre dijo a Joab, “Aunque recibiera mil monedas de plata en mi mano, aun así no extendería mi mano contra el hijo del rey, porque a nuestros oídos el rey te encargó a ti y a Abisai y a Itai, diciendo, ‘Cuidado ustedes quienes van contra el joven, contra Absalón.’

13. O yo habría obrado falsamente con mi propia vida, porque no hay asunto oculto al rey, y tú mismo te habrías puesto contra .”

14. Y Joab dijo, “No puedo quedarme aquí contigo.” Entonces tomó tres lanzas en su mano y las clavó en el corazón de Absalón mientras aún seguía vivo en medio del roble.

15. Y diez hombres jóvenes que llevaban la armadura de Joab, rodearon y golpearon a Absalón y lo mataron.

16. Entonces Joab tocó el cuerno de carnero, y el pueblo volvió de perseguir a Israel, porque Joab refrenó al pueblo.

17. Y ellos tomaron a Absalón y lo arrojaron en una gran fosa en el bosque. Y pusieron sobre él un gran montón de piedras. Y todo Israel huyó, cada uno a su carpa.

18. Ahora Absalón, en su tiempo de vida, había tomado y levantado para sí mismo un pilar el cual está en el Valle del Rey, porque dijo, “No tengo hijo que guarde mi nombre en memoria.” Y llamó al pilar según su propio nombre. Y es llamado monumento de Absalón hasta este día.

19. Entonces Ahimaas, el hijo de Sadoc, dijo, “Y déjame correr y llevar las noticias al rey, de cómo el SEÑOR lo ha vengado de sus enemigos.”

20. Y Joab le dijo, “No llevarás noticias hoy, sino que llevarás buenas noticias algún otro día. Pero hoy no llevarás noticias porque el hijo del rey está muerto.”

21. Y Joab dijo a Cusi, “Ve dile al rey lo que has visto.” Y Cusi se inclinó ante Joab y corrió.

22. Y Ahimaas, el hijo de Sadoc, volvió a decir a Joab, “Aun así lo que sea que pase, por favor déjame correr también tras el cusita.” Y Joab dijo, “¿Por qué correrás, hijo mío, si no tienes buenas noticias listas?”

23. Pero él dijo, “Aun así lo que sea que pase, ¡déjame correr!” Y él le dijo, “Corre.” Y Ahimaas corrió por el camino de la llanura y corrió pasando al cusita.

24. Y David estaba sentado entre las dos puertas. Y el centinela subió al techo sobre la puerta del muro, y alzó sus ojos y miró, y he ahí un hombre estaba corriendo solo.

25. Y el centinela gritó y lo dijo al rey. Y el rey dijo, “Si él está solo, hay noticias en su boca.” Y él vino rápidamente y se acercó.

26. Entonces el centinela vio a otro hombre corriendo. Y el centinela llamó al portero y dijo, “He aquí otro hombre está corriendo solo.” Y el rey dijo, “Él también trae noticias.”

27. Y el centinela dijo, “Veo que el correr del primero es como el correr de Ahimaas, el hijo de Sadoc.” Y el rey dijo, “Él es un buen hombre y viene con buenas noticias.”

28. Y Ahimaas llamó y dijo al rey, “¡Paz!” Y él cayó sobre su cara delante del rey, y dijo, “Bendito sea el SEÑOR tu Dios, Quien ha entregado a los hombres que alzaron su mano contra mi señor el rey.”

29. Y el rey dijo, “¿Está a salvo el joven Absalón?” Y Ahimaas respondió, “Cuando Joab envió al siervo del rey, y a tu siervo, vi un gran alboroto, pero no supe lo que fue.”

30. Y el rey dijo, “Pasa a un lado, párate aquí.” Y él pasó a un lado y se quedó quieto.

31. Y he aquí vino Cusi. Y Cusi dijo, “Buenas noticias, mi señor el rey, porque el SEÑOR te ha vengado este día de todos aquellos quienes se levantaron contra ti.”

32. Y el rey dijo a Cusi, “¿Está a salvo el joven Absalón?” Y Cusi respondió, “Puedan los enemigos de mi señor el rey y todos los que se levantan contra ti para hacerte daño, ser como el joven.”

33. Y el rey se conmovió mucho, y subió a la habitación que está sobre la puerta y lloró. Y mientras iba, él dijo esto, “¡Oh, hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Oh que yo hubiera muerto por ti, Oh, Absalón, hijo mío, hijo mío!”

 

Volver a II Samuel
 
Para frases, use comillas
  Mateo 

  Marcos 

  Lucas 

  Juan 

  Hechos 

  Santiago 

  I Pedro 

  II Pedro 

  I Juan  

  II Juan 

  III Juan 

  Judas 

  Romanos 

  I Corintios 

  II Corintios 

  Gálatas 

  Efesios 

  Filipenses 

  Colosenses 

  I Tesalonicenses 

  II Tesalonicenses 

  Hebreos 

  I Timoteo 

  II Timoteo 

  Tito 

  Filemón 

  Apocalipsis 

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados