Génesis

  Éxodo

  Levítico

  Números

  Deuteronomio

  Josué

  Jueces

  I Samuel

  II Samuel

  I Reyes

  II Reyes

  Isaías

  Jeremías

  Ezequiel

  Oseas

  Joel

  Amós

  Abdías

  Jonás

  Miqueas

  Nahúm

  Habacuc

  Sofonías

  Hageo

  Zacarías

  Malaquías

  Salmos

  Proverbios

  Job

  Cantos de Salomón

  Rut

  Lamentaciones

  Eclesiastés

  Ester

  Daniel

  Esdras

  Nehemías

  I Crónicas

  II Crónicas

Volver a Salmos


Salmo 80

Al músico jefe.

“Un testimonio concerniente a los lirios”.

Un Salmo de Asaf.

1. Da oído, Oh Pastor de Israel; Tú Quien guías a José como un rebaño; Tú Quien vives entre los querubines, brilla.

2. Agita Tu fuerza delante de Efraín y Benjamín y Manasés, y ven, sálvanos.

3. Restáuranos Oh Dios, y has brillar Tu cara, ¡y seremos salvos!

4. Oh SEÑOR Dios de los ejércitos, ¿cuánto tiempo estarás enojado contra la oración de Tu pueblo?

5. Tú los alimentas con el pan de lágrimas, y les das lágrimas para beber en gran medida.

6. Tú nos haces una fuente de contienda para nuestros vecinos; y nuestros enemigos se ríen entre ellos.

7. Restáuranos Oh Dios de los ejércitos, y has brillar Tu cara, y seremos salvos.

8. Has sacado una vid de Egipto; has echado las naciones y la plantaste.

9. Limpiaste un lugar delante de ella, e hiciste que tomara raíz profunda; y ella llenó la tierra.

10. Las montañas fueron cubiertas con su sombra, y los cedros poderosos con sus ramas.

11. Ella envió sus ramas al mar, y sus brotes al río.

12. ¿Por qué has roto sus cercos, para que todos aquellos quienes pasan por el camino la arranquen?

13. El jabalí del bosque la destroza, y la bestia salvaje del campo se alimenta de ella.

14. Regresa, Te imploramos, Oh Dios de los ejércitos; mira hacia abajo desde el cielo, y observa, y visita esta vid,

15. Y el viñedo el cual Tu mano derecha ha plantado, y la rama que Tú hiciste fuerte para Ti mismo.

16. Es quemada con fuego y cortada; ellos perecen por la amonestación de Tú semblante.

17. Tu mano sea sobre el hombre de Tu mano derecha, sobre el Hijo de hombre a Quien Tú has hecho fuerte para Ti mismo.

18. Así no nos volveremos de Ti; haznos vivir, y nosotros invocaremos Tu nombre.

19. Restáuranos, Oh SEÑOR Dios de los ejércitos, haz brillar Tu cara, y seremos salvos.

 

Volver a Salmos
  Mateo

  Marcos

  Lucas

  Juan

  Hechos

  Santiago

  I Pedro

  II Pedro

  I Juan

  II Juan

  III Juan

  Judas

  Romanos

  I Corintios

  II Corintios

  Gálatas

  Efesios

  Filipenses

  Colosenses

  I Tesalonicenses

  II Tesalonicenses

  Hebreos

  I Timoteo

  II Timoteo

  Tito

  Filemón

  Apocalipsis

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados