Génesis 

  Éxodo 

  Levítico 

  Números 

  Deuteronomio 

  Josué 

  Jueces 

  I Samuel 

  II Samuel 

  I Reyes 

  II Reyes 

  Isaías 

  Jeremías 

  Ezequiel 

  Oseas 

  Joel 

  Amós 

  Abdías 

  Jonás 

  Miqueas 

  Nahúm 

  Habacuc

  Sofonías 

  Hageo 

  Zacarías 

  Malaquías 

  Salmos 

  Proverbios 

  Job 

  Cantos de Salomón

  Rut 

  Lamentaciones

  Eclesiastés 

  Ester 

  Daniel 

  Esdras 

  Nehemías 

  I Crónicas 

  II Crónicas 

Volver a Eclesiastés


Eclesiastés 12

1. Recuerda ahora a tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y se acerquen los años de vejez, cuando dirás, “No tengo placer en ellos.”

2. Cuando el sol, o la luz, o la luna, o las estrellas, sean oscurecidos, o las nubes regresen tras la lluvia,(1)

3. En el día cuando los guardadores de la casa tiemblen, y los hombres fuertes sean encorvados, y los molinos cesen porque son pocos, y los ojos de aquellos que miran por las ventanas oscurezcan,(2)

4. Y las puertas sean cerradas en las calles, cuando el sonido de la molienda sea bajo, y tú seas levantado a la voz de un pájaro, y todas las hijas de música sean humilladas;

5. También cuando ellos estén asustados de las alturas, y terrores junto al camino, y el árbol de almendro florezca, y el saltamontes sea una carga, y falte deseo; porque el hombre va a su casa larga, y los lamentadores andan por las calles.

6. Antes que la cuerda de plata sea desatada, o el tazón de oro sea roto, o la jarra sea rota en la fuente, o la rueda sea rota en la cisterna;

7. Y el polvo regrese a la tierra como estaba, y el espíritu regrese a Dios Quien lo dio.

8. “Vanidad de vanidades,” dice el Predicador; “todo es vanidad.”

9. Y más que eso, el Predicador fue sabio; él todavía le enseñó al pueblo conocimiento. Sí, él reflexionó y buscó y puso en orden muchos proverbios.

10. El Predicador procuró encontrar palabras agradables; y palabras de verdad escritas por los rectos.

11. Las palabras de los sabios son como aguijones; sí, sus palabras recogidas son como clavos hincados en casa; dadas por un Pastor.

12. Y además, por estas, hijo mío, sé advertido. Del hacer muchos libros no hay fin, y mucho estudio es cansancio de la carne.

13. Escuchemos la conclusión de todo el asunto: Teme a Dios, y guarda Sus mandamientos. Porque esto es el hombre entero.

14. Porque Dios traerá toda obra a juicio, concerniente a toda cosa secreta, si es buena, o si es mala.

 

(1) Cuando su visión se oscurezca con la edad vieja haciendo difícil ver el sol, la luna y las estrellas.

 

(2) Versos 3 y 7 son analogías poéticas describiendo el proceso de envejecimiento—debilitándose mientras la vida de uno declina hasta la muerte.

 

Volver a Eclesiastés
 
Para frases, use comillas
  Mateo 

  Marcos 

  Lucas 

  Juan 

  Hechos 

  Santiago 

  I Pedro 

  II Pedro 

  I Juan  

  II Juan 

  III Juan 

  Judas 

  Romanos 

  I Corintios 

  II Corintios 

  Gálatas 

  Efesios 

  Filipenses 

  Colosenses 

  I Tesalonicenses 

  II Tesalonicenses 

  Hebreos 

  I Timoteo 

  II Timoteo 

  Tito 

  Filemón 

  Apocalipsis 

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados