Génesis 

  Éxodo 

  Levítico 

  Números 

  Deuteronomio 

  Josué 

  Jueces 

  I Samuel 

  II Samuel 

  I Reyes 

  II Reyes 

  Isaías 

  Jeremías 

  Ezequiel 

  Oseas 

  Joel 

  Amós 

  Abdías 

  Jonás 

  Miqueas 

  Nahúm 

  Habacuc

  Sofonías 

  Hageo 

  Zacarías 

  Malaquías 

  Salmos 

  Proverbios 

  Job 

  Cantos de Salomón

  Rut 

  Lamentaciones

  Eclesiastés 

  Ester 

  Daniel 

  Esdras 

  Nehemías 

  I Crónicas 

  II Crónicas 

Volver a I Pedro


I Pedro 2

1. Por tanto, habiendo repudiado toda maldad, y todo engaño, e hipocresías y celos, y toda calumnia,

2. Como bebés recién nacidos, anhelen la pura leche espiritual, para que por ella puedan crecer,

3. Si ustedes mismos ciertamente han probado que el Señor es graciable.

4. A Quien vienen, como a una Piedra viva, rechazada ciertamente por hombres, pero escogida por Dios, y preciosa,

5. Ustedes también, como piedras vivas, están siendo construidos como una casa espiritual—un sacerdocio santo—para ofrecer sacrificios espirituales, aceptables a Dios a través de Jesucristo.

6. Por esta razón dice en la escritura, “He aquí, Yo coloco en Zión la Piedra angular, escogida y preciosa; y aquel que crea en Él nunca será avergonzado.”

7. La preciosidad es para ustedes, por tanto, quienes creen; pero para aquellos que desobedecen, la Piedra que los constructores rechazaron se ha convertido en la Cabeza de la esquina,

8. Y una Piedra de tropiezo y una Roca de ofensa; especialmente para aquellos que tropiezan en la Palabra, siendo desobedientes, hacia tal incredulidad ellos también fueron designados.

9. Pero ustedes son una estirpe escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para una posesión de Dios, para que pudieran proclamar Sus excelentes virtudes, Quien los sacó de la oscuridad a Su luz maravillosa;

10. Quienes una vez no eran un pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios; quienes no habían recibido misericordia, pero ahora han recibido misericordia.

11. Amados, los exhorto, como a extranjeros y forasteros, a restringirse ustedes mismos de lujurias carnales las cuales guerrean contra el alma;

12. Teniendo su forma de vida honesta entre los gentiles para que, aunque ellos hablen contra ustedes como malhechores, a través de haber presenciado sus buenas obras, ellos puedan glorificar a Dios en el día de visitación.

13. Por lo tanto, sométanse ustedes mismos a toda institución humana por amor al Señor; ya sea al rey, como supremo,

14. O a gobernadores, como enviados por él para ejecutar venganza contra malhechores, y para alabar a aquellos quienes hacen bien.

15. Porque así es la voluntad de Dios, que al hacer bien ustedes mismos, puedan silenciar la ignorancia de hombres insensatos;

16. Como libres, y no usando su libertad como una cubierta para maldad, sino como siervos de Dios.

17. Muestren honor a todos. Amen la hermandad, reverencien a Dios y honren al rey.

18. Siervos, sométanse ustedes mismos a sus maestros con todo temor—no sólo a los buenos y gentiles, sino también a los duros;

19. Porque esto es aceptable: si, por amor de consciencia hacia Dios, cualquiera soporta dolores, sufriendo injustamente.

20. ¿Porque qué elogio hay si, desobedeciendo y siendo golpeados, lo soportan? Pero si mientras hacen bien soportan sufrimiento, esto es aceptable con Dios;

21. Porque para esto fueron llamados porque Cristo también sufrió por nosotros, dejándonos un ejemplo, que deberían seguir en Sus pasos;

22. Quien no cometió pecado; ni fue encontrado engaño en Su boca;

23. Quien, cuando fue insultado, no insultó en retorno; cuando sufría, no amenazaba, sino se encomendaba Él mismo a Quien juzga justamente;

24. Quien llevó Él mismo nuestros pecados en Su propio cuerpo sobre el árbol, para que nosotros, estando muertos a los pecados, podamos vivir hacia justicia; y por Cuyos azotes ustedes fueron sanos.

25. Porque ustedes eran como ovejas yendo por mal camino, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de sus almas.

 

Volver a I Pedro
 
Para frases, use comillas
  Mateo 

  Marcos 

  Lucas 

  Juan 

  Hechos 

  Santiago 

  I Pedro 

  II Pedro 

  I Juan  

  II Juan 

  III Juan 

  Judas 

  Romanos 

  I Corintios 

  II Corintios 

  Gálatas 

  Efesios 

  Filipenses 

  Colosenses 

  I Tesalonicenses 

  II Tesalonicenses 

  Hebreos 

  I Timoteo 

  II Timoteo 

  Tito 

  Filemón 

  Apocalipsis 

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados