Génesis 

  Éxodo 

  Levítico 

  Números 

  Deuteronomio 

  Josué 

  Jueces 

  I Samuel 

  II Samuel 

  I Reyes 

  II Reyes 

  Isaías 

  Jeremías 

  Ezequiel 

  Oseas 

  Joel 

  Amós 

  Abdías 

  Jonás 

  Miqueas 

  Nahúm 

  Habacuc

  Sofonías 

  Hageo 

  Zacarías 

  Malaquías 

  Salmos 

  Proverbios 

  Job 

  Cantos de Salomón

  Rut 

  Lamentaciones

  Eclesiastés 

  Ester 

  Daniel 

  Esdras 

  Nehemías 

  I Crónicas 

  II Crónicas 

Volver a I Pedro


I Pedro 3

1. De la misma manera, ustedes esposas, sométanse ustedes mismas a sus propios esposos para que, incluso si cualquiera no es obediente a la Palabra, a través del comportamiento de las esposas ellos puedan ser ganados sin una palabra,

2. Habiendo atestiguado su comportamiento casto cumplido con reverencia;

3. Cuyo adorno, no es el externo de trenzar el cabello, o llevando joyas de oro, o vistiendo vestidos costosos;

4. Sino su adorno es la persona interna del corazón, manifestada en la incorruptible joya de un espíritu manso y tranquilo, el cual es de gran valor a la vista de Dios.

5. Porque en esta forma también las mujeres santas del pasado quienes esperaban en Dios se adornaron ellas mismas, estando en sujeción a sus propios esposos;

6. Incluso como Sarah obedeció a Abraham, llamándolo señor; y ustedes son sus hijas, si están haciendo lo que es correcto, y no están asustadas por ninguna intimidación.

7. De la misma manera, ustedes esposos, vivan con sus esposas de acuerdo al conocimiento, como con un vaso más débil, dándoles honor como mujeres, y como coherederas de la gracia de vida para que sus oraciones no puedan ser cortadas.

8. Ahora, el objetivo es que todos ustedes sean de una sola mente, simpatizando, amando a los hermanos, compasivos y amigables;

9. No devolviendo mal por mal, o abuso por abuso, sino una bendición, sabiendo que ustedes fueron llamados a esto: que deberían heredar una bendición.

10. Porque aquel quien desee amar la vida, y ver días buenos, restrinja su propia lengua del mal, y no le permita a sus labios hablar engaño.

11. Evite el mal, y continuamente practique el bien. Busque la paz, y persígala fervientemente

12. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y Sus oídos están abiertos a sus súplicas. Pero la cara del Señor está en contra de aquellos quienes practican maldad.

13. Y ¿hay alguien quien les hará daño si ustedes son seguidores de aquello que es bueno?

14. Ahora, por otro lado, si ustedes sí padecen sufrimiento por amor a la justicia, son benditos. Pero no deberían estar temerosos del terror de ellos, y no deberían dejarse intimidar.

15. Sino santifiquen al Señor Dios en sus propios corazones, y siempre estén preparados a dar una respuesta a cualquiera que les pregunte la razón de la esperanza que está en ustedes, con mansedumbre y reverencia;

16. Teniendo una buena conciencia de que, mientras ellos puedan hablar contra ustedes como malhechores, aquellos quienes estén revelando su buena forma de vida en Cristo puedan ser avergonzados.

17. Porque es mejor, si esa es la voluntad de Dios, que ustedes sufran mientras hacen el bien que sufrir por hacer el mal;

18. Porque Cristo ciertamente sufrió una vez por los pecados, el Justo por el injusto, para poder traernos a Dios; por un lado, Él fue condenado a muerte en la carne; pero por otro lado, fue vivificado por el Espíritu

19. Por el cual también fue y predicó a los espíritus en prisión,

20. Los cuales desobedecieron en un tiempo pasado, cuando una vez la paciencia de Dios estuvo esperando en los días de Noé, mientras el arca estaba siendo preparada, en la cual unos pocos—es decir, ocho almas—fueron salvados a través de agua;

21. De lo cual un cumplimiento similar es el bautismo, y ahora está salvándonos—no la eliminación de la suciedad de la carne, sino una apelación a Dios por una buena conciencia a través de la resurrección de Jesucristo,

22. Quien ha ido al cielo y está a la mano derecha de Dios, ángeles y autoridades y poderes, habiendo sido puestos en sujeción a Él.

 

Volver a I Pedro
 
Para frases, use comillas
  Mateo 

  Marcos 

  Lucas 

  Juan 

  Hechos 

  Santiago 

  I Pedro 

  II Pedro 

  I Juan  

  II Juan 

  III Juan 

  Judas 

  Romanos 

  I Corintios 

  II Corintios 

  Gálatas 

  Efesios 

  Filipenses 

  Colosenses 

  I Tesalonicenses 

  II Tesalonicenses 

  Hebreos 

  I Timoteo 

  II Timoteo 

  Tito 

  Filemón 

  Apocalipsis 

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados