Génesis 

  Éxodo 

  Levítico 

  Números 

  Deuteronomio 

  Josué 

  Jueces 

  I Samuel 

  II Samuel 

  I Reyes 

  II Reyes 

  Isaías 

  Jeremías 

  Ezequiel 

  Oseas 

  Joel 

  Amós 

  Abdías 

  Jonás 

  Miqueas 

  Nahúm 

  Habacuc

  Sofonías 

  Hageo 

  Zacarías 

  Malaquías 

  Salmos 

  Proverbios 

  Job 

  Cantos de Salomón

  Rut 

  Lamentaciones

  Eclesiastés 

  Ester 

  Daniel 

  Esdras 

  Nehemías 

  I Crónicas 

  II Crónicas 

Volver a II Corintios


II Corintios 2

1. Ahora estoy resuelto dentro de mí mismo no ir nuevamente a ustedes en tristeza.

2. Porque si los entristezco, ¿quién es el que me alegra, si no es el que ha sido entristecido por mí?

3. Y esto mismo les escribí, no sea que cuando llegue, pudiera tener tristeza de aquellos en quienes me debiera regocijar; porque tengo confianza en todos ustedes, que mi gozo es el gozo de todos ustedes.

4. Porque de mucha aflicción y angustia de corazón les escribí con muchas lágrimas—no para que pudieran estar entristecidos, sino para que pudieran conocer el desbordante amor el cual tengo por ustedes.

5. Pero si alguien ha causado tristeza, él no me ha afligido, sino a todos ustedes, por lo menos en parte (para que yo no pueda sobrecargarlo).

6. Para tal persona este castigo, el cual fue infligido por la mayoría de ustedes, es suficiente;

7. Así que por el contrario, ustedes deberían más bien perdonarlo y animarlo, no sea que tal persona sea destruida con tristeza abrumadora.

8. Por esta razón, los exhorto a confirmar su amor hacia él.

9. Ahora, por esta causa les escribí, para poder saber si son obedientes en todo al probarlos.

10. Pero a quien ustedes perdonen algo, yo también perdono; y si yo también he perdonado algo, a quien sea que se lo haya perdonado, por amor a ustedes perdoné en la persona de Cristo;

11. Para que no podamos ser engañados por Satanás, porque no somos ignorantes de sus maquinaciones.

12. Ahora, cuando vine a Troas a predicar el evangelio de Cristo, y una puerta me fue abierta por el Señor,

13. No tuve descanso en mi espíritu porque no fui capaz de encontrar a Tito, mi hermano; entonces los dejé y entré a Macedonia.

14. Pero gracias sean a Dios, Quien siempre nos guía triunfantes en Cristo, y manifiesta la fragancia de Su conocimiento a través de nosotros en todo lugar.

15. Porque para Dios somos perfume dulce de Cristo entre aquellos quienes están siendo salvados y entre aquellos quienes están pereciendo;

16. Para aquellos quienes están pereciendo, somos un hedor de muerte hacia muerte; pero para aquellos quienes están siendo salvados, somos una fragancia de vida hacia vida. ¿Y quién está calificado para tales cosas?

17. Porque no somos como los muchos, que para su propio beneficio están corrompiendo la Palabra de Dios; sino hablamos con sinceridad, como de Dios, y delante de Dios, y en Cristo.

 

Volver a II Corintios
 
Para frases, use comillas
  Mateo 

  Marcos 

  Lucas 

  Juan 

  Hechos 

  Santiago 

  I Pedro 

  II Pedro 

  I Juan  

  II Juan 

  III Juan 

  Judas 

  Romanos 

  I Corintios 

  II Corintios 

  Gálatas 

  Efesios 

  Filipenses 

  Colosenses 

  I Tesalonicenses 

  II Tesalonicenses 

  Hebreos 

  I Timoteo 

  II Timoteo 

  Tito 

  Filemón 

  Apocalipsis 

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados