Génesis

  Éxodo

  Levítico

  Números

  Deuteronomio

  Josué

  Jueces

  I Samuel

  II Samuel

  I Reyes

  II Reyes

  Isaías

  Jeremías

  Ezequiel

  Oseas

  Joel

  Amós

  Abdías

  Jonás

  Miqueas

  Nahúm

  Habacuc

  Sofonías

  Hageo

  Zacarías

  Malaquías

  Salmos

  Proverbios

  Job

  Cantos de Salomón

  Rut

  Lamentaciones

  Eclesiastés

  Ester

  Daniel

  Esdras

  Nehemías

  I Crónicas

  II Crónicas

Volver a Salmos


LIBRO III (SALMO 73-89)

(Ver apéndice B)

 

Salmo 73

Un Salmo de Asaf.

1. Verdaderamente Dios es bueno para Israel, incluso para aquellos que son puros de corazón.

2. Pero en cuanto a mí, mis pies habían casi tropezado; mis pasos habían casi resbalado,

3. Porque fui envidioso del arrogante cuando vi la prosperidad del malvado,

4. Porque no hay angustia en su muerte, y su fuerza es firme.

5. No están en problemas como otros hombres; ni están plagados como otros hombres.

6. Por tanto el orgullo es una cadena alrededor de su cuello. La violencia los cubre como un vestido.

7. Sus ojos se destacan con grosura; tienen más que lo que el corazón pudiera desear.

8. Se burlan y hablan con malicia; en su arrogancia amenazan opresión.

9. Colocan su boca contra los cielos, y su lengua camina a través de la tierra.

10. Por tanto aguas de abundancia son bebidas por ellos.

11. Y dicen, “¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?”

12. He aquí, estos son los malvados, quienes prosperan en el mundo; ellos incrementan en riquezas.

13. Con seguridad he hecho mi corazón puro en vano y lavado mis manos en inocencia,

14. Porque durante todo el día he sido plagado y castigado cada mañana.

15. Si digo, “Hablaré así;” he aquí, habría traicionado la generación de Tus hijos.

16. Cuando pensé entender esto, fue muy doloroso para mí

17. Hasta que entré al santuario de Dios; entonces entendí el fin de ellos.

18. Con seguridad Tú los colocarás en lugares resbaladizos; Tú los derribarás a destrucción.

19. ¡Cómo han sido traídos a desolación, como en un momento! Están absolutamente consumidos con terrores,

20. Como un sueño cuando uno despierta; así, Oh SEÑOR, cuando despiertes, despreciarás su imagen,

21. Porque así mi corazón fue afligido y fui punzado en mis riñones.

22. Tan tonto fui, e ignorante; fui como una bestia ante Ti.

23. No obstante siempre estoy Contigo; Tú me has sostenido por mi mano derecha.

24. Me guiarás con Tu consejo, y después me recibirás para gloria.

25. ¿A quién tengo en el cielo sino a Ti? Y aparte de Ti no deseo nada en la tierra.

26. Mi carne y mi corazón fallan, pero Dios es la roca de mi corazón y mi porción para siempre,

27. Porque he aquí, aquellos quienes están lejos de Ti perecerán; Tú has destruido a todos quienes de Ti van prostituyéndose.

28. Y para mí, es bueno para mí acercarme a Dios; he hecho al SEÑOR Dios mi refugio, para que pueda declarar todas Tus obras.

 

Volver a Salmos
  Mateo

  Marcos

  Lucas

  Juan

  Hechos

  Santiago

  I Pedro

  II Pedro

  I Juan

  II Juan

  III Juan

  Judas

  Romanos

  I Corintios

  II Corintios

  Gálatas

  Efesios

  Filipenses

  Colosenses

  I Tesalonicenses

  II Tesalonicenses

  Hebreos

  I Timoteo

  II Timoteo

  Tito

  Filemón

  Apocalipsis

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados