Génesis

  Éxodo

  Levítico

  Números

  Deuteronomio

  Josué

  Jueces

  I Samuel

  II Samuel

  I Reyes

  II Reyes

  Isaías

  Jeremías

  Ezequiel

  Oseas

  Joel

  Amós

  Abdías

  Jonás

  Miqueas

  Nahúm

  Habacuc

  Sofonías

  Hageo

  Zacarías

  Malaquías

  Salmos

  Proverbios

  Job

  Cantos de Salomón

  Rut

  Lamentaciones

  Eclesiastés

  Ester

  Daniel

  Esdras

  Nehemías

  I Crónicas

  II Crónicas

Volver a Mateo


Mateo 24

1. Y después de salir, Jesús partió del templo; y Sus discípulos vinieron a Él para señalar los edificios del templo.

2. Pero Jesús les dijo: “¿No ven todas estas cosas? Verdaderamente les digo, no quedará aquí ni siquiera piedra sobre piedra que no sea tirada abajo.”

3. Y mientras Él se estaba sentando en el Monte de los Olivos, Sus discípulos vinieron a Él solo, diciendo, “Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas? Y ¿Cuál será la señal de Tu venida, y de la terminación de la era?”

4. Entonces Jesús respondió y les dijo, “Estén en guardia, para que nadie los engañe.

5. Porque muchos vendrán en Mi nombre, diciendo, ‘Yo soy el Cristo’; y engañarán a muchos.

6. Y oirán de guerras y rumores de guerras. Miren que no dejen que estas cosas los perturben. Porque es necesario que todas estas cosas tengan lugar, pero el fin no es aún.

7. Porque nación se levantará contra nación, y reino contra reino; y habrá hambres y pestilencias y terremotos en diferentes lugares.

8. Ahora, todas estas cosas son el comienzo de dolores.

9. Entonces los entregarán a aflicción, y los matarán; y serán odiados por todas las naciones por amor a Mi nombre.

10. Y entonces muchos serán dirigidos al pecado, y se traicionarán unos a otros, y se odiarán unos a otros;

11. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;

12. Y porque la ilegalidad será multiplicada, el amor de muchos se enfriará.

13. Pero el que perdure hasta el fin, ese será salvo.

14. Y este evangelio del reino será proclamado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones; y luego vendrá el fin.

15. Por tanto, cuando vean la abominación desoladora, la cual fue hablada por Daniel el profeta, de pie en el lugar santo (quien lea, entienda),

16. Entonces aquellos que estén en Judea huyan a las montañas.

17. Aquel que esté en el terrado no baje a sacar nada de su casa;

18. Y aquel que esté en el campo no vuelva a tomar sus vestidos.

19. Pero ¡ay de aquellas mujeres que estén esperando hijo, y de aquellas que estén amamantando bebés en aquellos días!

20. Y oren que su huida no sea en el invierno, ni en Sábado;

21. Porque entonces habrá gran tribulación, tal como no la ha habido desde el principio del mundo hasta este tiempo, ni la habrá nuevamente.

22. Y si aquellos días no fueran limitados, ninguna carne sería salva; pero por amor a los elegidos aquellos días serán limitados.

23. Entonces si cualquiera les dice, ‘He aquí, aquí está el Cristo,’ o, ‘Él está allí,’ no lo crean.

24. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y maravillas, para engañar, si es posible, aun a los elegidos.

25. He aquí, se los he predicho.

26. Por lo tanto, si ellos les dicen, ‘¡Vengan y vean! Él está en el lugar desolado’; no vayan. ‘¡Vengan y vean! Él está en las cámaras secretas’; no lo crean.

27. Porque como la luz del día, la cual sale del oriente y resplandece tan lejos como el occidente, así será la venida del Hijo de hombre.

28. Porque donde sea que el cuerpo muerto pueda estar, estarán las águilas reunidas.

29. Pero inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol será oscurecido, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos.

30. Y luego aparecerá la señal del Hijo de hombre en el cielo; y entonces todas las tribus de la tierra lamentarán, y verán al Hijo de hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. 

31. Y Él enviará a Sus ángeles con el gran sonido de una trompeta, y ellos reunirán a Sus elegidos desde los cuatro vientos, desde un fin del cielo hasta el otro.

32. Ahora, aprendan esta parábola de la higuera: Cuando sus ramas ya se han hecho tiernas, y brotan sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca.

33. En la misma manera también, cuando vean todas estas cosas, sepan que está cerca, incluso a las puertas.

34. Verdaderamente les digo, ésta generación no pasará en ninguna manera hasta que todas estas cosas hayan tenido lugar.

35. El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras nunca pasarán.

36. Pero concerniente a ese día, y a la hora, nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, sino solamente Mi Padre.

37. Entonces como fue en los días de Noé, así también será a la venida del Hijo de hombre.

38. Porque como en los días que fueron antes del Diluvio, estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en matrimonio, hasta el día que Noé entró al arca;

39. Y no fueron conscientes hasta que el Diluvio vino y se los llevó a todos lejos; así también será a la venida del Hijo de hombre.

40. Entonces dos estarán en el campo; uno será tomado, y el otro será dejado;

41. Dos mujeres estarán moliendo en el molino; una será tomada, y la otra será dejada.

42. Vigilen, por tanto, porque no saben a qué hora viene su Señor.

43. Pero sepan esto, que si el señor de la casa hubiera sabido a qué hora vendría el ladrón, habría estado vigilando, y no habría permitido que su casa fuera forzada.

44. Por tanto, ustedes también estén listos. Porque el Hijo de hombre viene a la hora que no piensan.

45. ¿Quién entonces es el siervo fiel y sabio que su señor ha colocado sobre su casa, para darles comida en el tiempo debido?

46. Bendito es ese siervo, quien cuando venga su señor lo encuentre haciendo así.

47. Verdaderamente les digo, él lo colocará sobre toda su propiedad.

48. Pero si ese siervo malo dijera en su corazón, ‘Mi señor demora su venida,’

49. Y comienza a golpear a sus consiervos, y come y bebe con el borracho,

50. El señor de ese siervo vendrá en el día que no espera, y a la hora que no sabe.

51. Y lo cortará en pedazos y señalará su porción con los hipócritas. Allí será el lloro y crujir de dientes.”

 

Volver a Mateo
  Mateo

  Marcos

  Lucas

  Juan

  Hechos

  Santiago

  I Pedro

  II Pedro

  I Juan

  II Juan

  III Juan

  Judas

  Romanos

  I Corintios

  II Corintios

  Gálatas

  Efesios

  Filipenses

  Colosenses

  I Tesalonicenses

  II Tesalonicenses

  Hebreos

  I Timoteo

  II Timoteo

  Tito

  Filemón

  Apocalipsis

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados