Génesis

  Éxodo

  Levítico

  Números

  Deuteronomio

  Josué

  Jueces

  I Samuel

  II Samuel

  I Reyes

  II Reyes

  Isaías

  Jeremías

  Ezequiel

  Oseas

  Joel

  Amós

  Abdías

  Jonás

  Miqueas

  Nahúm

  Habacuc

  Sofonías

  Hageo

  Zacarías

  Malaquías

  Salmos

  Proverbios

  Job

  Cantos de Salomón

  Rut

  Lamentaciones

  Eclesiastés

  Ester

  Daniel

  Esdras

  Nehemías

  I Crónicas

  II Crónicas

Volver a II Corintios


II Corintios 4

1. Por tanto, teniendo este ministerio, de acuerdo a como hemos recibido misericordia, no somos pusilánimes.

2. Porque hemos renunciado personalmente a las cosas escondidas de ganancia deshonesta, no caminando en mañosa astucia, ni manipulando la Palabra de Dios engañosamente; sino por manifestación de la verdad, nos estamos encomendando nosotros mismos a toda conciencia de hombre delante de Dios.

3. Pero si nuestro evangelio es escondido, es escondido para aquellos que están pereciendo;

4. En quienes el dios de esta era (1) ha cegado las mentes de aquellos que no creen, no sea que la luz del evangelio de la gloria de Cristo, Quien es la imagen de Dios, brille hacia ellos.

5. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús el Señor, y nosotros mismos sus siervos por amor a Jesús

6. Porque es Dios Quien ordenó a la luz brillar de la oscuridad, Quien brilló en nuestros corazones la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la cara de Jesucristo.

7. Ahora, tenemos este tesoro en vasos terrenales para que la supremacía del poder pueda ser de Dios,  y no de nosotros.

8. Por todos lados somos presionados duro, pero no aplastados; perplejos, pero no desesperando;

9. Perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos;

10. Siempre llevando en nuestros cuerpos la muerte del Señor Jesús, para que la vida de Jesús pueda también ser manifestada en nuestros cuerpos.

11. Porque aquellos de nosotros que estamos viviendo estamos siempre entregados a muerte por amor a Jesús, para que la vida de Jesús pueda ser también manifestada en nuestra carne mortal.

12. Así entonces, de un lado, la muerte está trabajando en nosotros; y de otro lado, la vida está trabajando en ustedes.

13. Y teniendo el mismo espíritu de fe, de acuerdo a como está escrito, “Creí, por tanto he hablado,” nosotros también creemos; por tanto también hablamos,

14. Sabiendo que Quien levantó al Señor Jesús de los muertos también nos levantará a través de Jesús, y nos presentará con ustedes.

15. Porque todas las cosas son por amor a ustedes, para que la gracia abundante pueda hacer rebosar el agradecimiento de muchos hacia la gloria de Dios.

16. Por esta razón, no nos desanimamos; pero si nuestro hombre exterior está siendo traído a decadencia, aun así el hombre interior está siendo renovado día a día.

17. Porque la ligereza momentánea de nuestra tribulación está trabajando para nosotros una plenitud de gloria inmensurablemente más grande y eterna;

18. Mientras consideramos no las cosas que son vistas, sino las cosas que no son vistas. Porque las cosas que son vistas son temporales; pero las cosas que no son vistas son eternas.

 

(1) mundo

 

Volver a II Corintios
  Mateo

  Marcos

  Lucas

  Juan

  Hechos

  Santiago

  I Pedro

  II Pedro

  I Juan

  II Juan

  III Juan

  Judas

  Romanos

  I Corintios

  II Corintios

  Gálatas

  Efesios

  Filipenses

  Colosenses

  I Tesalonicenses

  II Tesalonicenses

  Hebreos

  I Timoteo

  II Timoteo

  Tito

  Filemón

  Apocalipsis

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados