Génesis

  Éxodo

  Levítico

  Números

  Deuteronomio

  Josué

  Jueces

  I Samuel

  II Samuel

  I Reyes

  II Reyes

  Isaías

  Jeremías

  Ezequiel

  Oseas

  Joel

  Amós

  Abdías

  Jonás

  Miqueas

  Nahúm

  Habacuc

  Sofonías

  Hageo

  Zacarías

  Malaquías

  Salmos

  Proverbios

  Job

  Cantos de Salomón

  Rut

  Lamentaciones

  Eclesiastés

  Ester

  Daniel

  Esdras

  Nehemías

  I Crónicas

  II Crónicas

Volver a Romanos


Romanos 15

1. Ahora, nosotros quienes somos fuertes en la fe estamos obligados a apoyar a aquellos quienes son débiles, y no complacernos a nosotros mismos.

2. Por consiguiente, cada uno de nosotros complazca a su prójimo para bien, hacia edificación;

3. Porque incluso Cristo no se complació a Si mismo; más bien, como está escrito, “Los reproches de aquellos quienes Te están reprochando han caído sobre Mí.”

4. Porque todas las cosas que fueron escritas antes fueron escritas para nuestra instrucción, para que a través de la resistencia paciente y el ánimo de las Escrituras podamos tener esperanza.

5. Ahora, pueda el Dios de paciencia y ánimo otorgarles ser de la misma mente uno hacia el otro de acuerdo a Cristo Jesús,

6. Para que con un acuerdo y una boca puedan glorificar al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

7. Por tanto, recíbanse uno al otro, de acuerdo como Cristo también nos ha recibido, para la gloria de Dios.

8. Ahora, les digo que Jesucristo ha llegado a ser un siervo a la circuncisión por la verdad de Dios, para poder confirmar las promesas dadas a los padres;

9. Y que los gentiles puedan glorificar a Dios por Su misericordia, exactamente como está escrito: “Por esta causa Te confesaré entre los gentiles, y alabaré Tu nombre.”

10. Y nuevamente dice, “Regocíjense, todos ustedes gentiles, con el pueblo de Él”;

11. Y nuevamente, “Alaben al Señor, todos ustedes gentiles; y alábenlo, todos ustedes pueblos.”

12. Y nuevamente, Isaías dice, “Habrá una raíz de Isaí, y el que se levante gobernará a los gentiles: en Él todos los gentiles esperarán.”

13. Pueda el Dios de esperanza llenarlos ahora con todo gozo y paz en creer que puedan abundar en esperanza y en el poder del Espíritu Santo.

14. Pero yo mismo estoy también persuadido concerniente a ustedes, hermanos míos, que ustedes están llenos de bondad, y están siendo llenados con todo conocimiento, y son capaces de amonestarse el uno al otro.

15. Así entonces, yo les he escrito más valientemente, hermanos, en parte como una forma de recordarles, a causa de la gracia que me fue dada por Dios,

16. Para poder ser un ministro de Jesucristo hacia los gentiles para desempeñar el servicio santo de enseñar el evangelio de Dios; para que la ofrenda de los gentiles pueda ser aceptable, siendo santificados por el Espíritu Santo.

17. Por tanto, tengo razón para jactarme en Cristo Jesús en cuanto a las cosas pertenecientes a Dios.

18. Porque no presumiré hablar acerca de cualquier cosa que Cristo no haya resuelto a través de mí por la obediencia de los gentiles, a través de palabra y obra,

19. A través del poder de señales y maravillas, en el poder del Espíritu de Dios; tanto que en una gira desde Jerusalén a Ilírico, he predicado plenamente el evangelio de Cristo;

20. Y ciertamente, he aspirado predicar el evangelio de Cristo donde el nombre de Cristo no fuera conocido, para no poder construir sobre el fundamento de otro.

21. Pero incluso como está escrito: “Aquellos a quienes Él no había sido proclamado, verán; y aquellos quienes no habían oído entenderán”;

22. Por esta razón también, he sido impedido muchas veces de venir a ustedes.

23. Pero ahora, no habiendo lugar en estas regiones que no hayan oído el evangelio, y teniendo un gran deseo de venir a ustedes por muchos años,

24. Cuando sea que pueda ir a España, vendré a ustedes porque espero verlos mientras paso por Roma, y de ahí ser enviado adelante por ustedes después de haber disfrutado su compañía por un tiempo.

25. Pero ahora estoy yendo a Jerusalén para ministrar a los santos.

26. Porque aquellos en Macedonia y Acaya estuvieron complacidos de hacer una cierta contribución para los santos pobres quienes están en Jerusalén.

27. Ahora, ellos se complacieron en hacer esto, y son deudores de ellos porque si los gentiles han compartido en las cosas espirituales de ellos, ellos deberían a cambio ministrarles incluso en cosas físicas. 

28. Por tanto, cuando haya terminado esta tarea, y haya entregado seguramente en sus manos el fruto que fue recogido, partiré hacia España y  vendré a ustedes.

29. Yo sé que, cuando venga a ustedes, vendré en la plenitud de la bendición del evangelio de Cristo.

30. Ahora los exhorto, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo, y por el amor del Espíritu, a esforzarse junto conmigo en oraciones a Dios a favor mío

31. Para poder ser librado de aquellos en Judea quienes son incrédulos, y que mi servicio en traer este fruto a Jerusalén pueda ser aceptable a los santos;

32. Para poder venir a ustedes en gozo por la voluntad de Dios, y poder ser refrescado con ustedes.

33. Ahora, el Dios de paz esté con todos ustedes. Amén.

 

Volver a Romanos
  Mateo

  Marcos

  Lucas

  Juan

  Hechos

  Santiago

  I Pedro

  II Pedro

  I Juan

  II Juan

  III Juan

  Judas

  Romanos

  I Corintios

  II Corintios

  Gálatas

  Efesios

  Filipenses

  Colosenses

  I Tesalonicenses

  II Tesalonicenses

  Hebreos

  I Timoteo

  II Timoteo

  Tito

  Filemón

  Apocalipsis

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados