Génesis

  Éxodo

  Levítico

  Números

  Deuteronomio

  Josué

  Jueces

  I Samuel

  II Samuel

  I Reyes

  II Reyes

  Isaías

  Jeremías

  Ezequiel

  Oseas

  Joel

  Amós

  Abdías

  Jonás

  Miqueas

  Nahúm

  Habacuc

  Sofonías

  Hageo

  Zacarías

  Malaquías

  Salmos

  Proverbios

  Job

  Cantos de Salomón

  Rut

  Lamentaciones

  Eclesiastés

  Ester

  Daniel

  Esdras

  Nehemías

  I Crónicas

  II Crónicas

Volver a II Corintios


II Corintios 7

1. Ahora entonces, amados, ya que tenemos estas promesas, deberíamos limpiarnos nosotros mismos de toda profanación de la carne y el espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

2. Recíbannos; a nadie hemos hecho mal, a nadie hemos corrompido, a nadie hemos defraudado.

3. No digo esto para condenarlos porque he dicho antes que ustedes están en nuestros corazones—para morir juntos y para vivir juntos.

4. Grande es mi audacia hacia ustedes, y grande es mi jactancia en cuanto a ustedes. He sido llenado de ánimo. Estoy rebozando de alegría en todas nuestras tribulaciones.

5. Porque ciertamente, después que entramos en Macedonia, nuestra carne no tuvo ningún descanso, sino fuimos oprimidos en toda forma—afuera habían disputas, y adentro habían temores.

6. Pero Dios, Quien anima a aquellos quienes están apesadumbrados, nos animó con la venida de Tito;

7. Y no solamente con la venida de él a nosotros, sino también con el ánimo con el cual él fue consolado concerniente a ustedes, relatándonos el anhelo de ustedes, su lamento, su celo por mí; por tanto, me regocijé aún más.

8. Porque si hice que ustedes se entristecieran por la epístola, no me arrepiento, incluso si al principiolo lamenté, porque veo que esa epístola hizo que se entristecieran sólo por un corto tiempo.

9. Y así me regocijo—no porque ustedes hayan sido movidos a tristeza, sino porque se entristecieron para arrepentimiento; porque ustedes se entristecieron de una manera piadosa, para que no fueran dañados por nosotros en ninguna forma.

10. Porque tristeza hacia arrepentimiento ante Dios produce salvación de la cual no se debe estar arrepentido; pero la tristeza del mundo produce muerte.

11. ¡Porque veo como esta misma cosasu tristeza personal delante de Dioslogró tal sinceridad en ustedes! ¡Y que defensa, y que indignación, y temor, y deseo vehemente, y celo, y venganza! En toda forma han probado ustedes mismos ser puros en el asunto.

12. Ahora, cuando les escribí, no fue por amor de aquel que hizo mal, ni por amor de aquel que sufrió el mal, sino para que su sinceridad hacia nosotros pudiera ser manifestada por amor a ustedes delante de Dios.

13. Por tanto, fuimos consolados por su ánimo, y nos regocijamos aún más abundantemente en la alegría de Tito, porque su espíritu había sido renovado por todos ustedes.

14. Porque si le he alardeado algo acerca de ustedes a él, no fui avergonzado. Sino como les hablamos todas las cosas en verdad, así también nuestra jactancia de ustedes a Tito se volvió verdad;

15. Y el profundo afecto de él por ustedes es incluso mayor, porque él recuerda la obediencia de todos ustedes, como con temor y temblor lo recibieron.

16. Me regocijo de que tengo confianza en ustedes en todo.

 

Volver a II Corintios
  Mateo

  Marcos

  Lucas

  Juan

  Hechos

  Santiago

  I Pedro

  II Pedro

  I Juan

  II Juan

  III Juan

  Judas

  Romanos

  I Corintios

  II Corintios

  Gálatas

  Efesios

  Filipenses

  Colosenses

  I Tesalonicenses

  II Tesalonicenses

  Hebreos

  I Timoteo

  II Timoteo

  Tito

  Filemón

  Apocalipsis

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados