Génesis

  Éxodo

  Levítico

  Números

  Deuteronomio

  Josué

  Jueces

  I Samuel

  II Samuel

  I Reyes

  II Reyes

  Isaías

  Jeremías

  Ezequiel

  Oseas

  Joel

  Amós

  Abdías

  Jonás

  Miqueas

  Nahúm

  Habacuc

  Sofonías

  Hageo

  Zacarías

  Malaquías

  Salmos

  Proverbios

  Job

  Cantos de Salomón

  Rut

  Lamentaciones

  Eclesiastés

  Ester

  Daniel

  Esdras

  Nehemías

  I Crónicas

  II Crónicas

Volver a II Timoteo


II Timoteo 1

1. Pablo, un apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, de acuerdo a la promesa de vida la cual es en Cristo Jesús,

2. A Timoteo, mi amado hijo: Gracia, misericordia y paz de Dios el Padre y Cristo Jesús nuestro Señor.

3. Estoy agradecido con Dios—a Quien he estado sirviendo desde los días de mis antepasados con una conciencia pura—porque nunca dejo de recordarte en mis súplicas noche y día.

4. Al recordar tus lágrimas, estoy anhelando verte, para poder ser llenado de gozo;

5. Cuando recuerdo la fe sincera que hay en ti, la cual vivió primero en tu abuela Lois y en tu madre Eunice—estoy convencido que vive en ti también.

6. Por esta razón, te aconsejo que avives el don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.

7. Porque Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, y de amor, y de mentalidad sana.

8. Por tanto, no deberías estar avergonzado del testimonio de nuestro Señor, ni de mí Su prisionero; sino colectivamente sufre conmigo por amor al evangelio, de acuerdo al poder de Dios,

9. Quien nos ha salvado y llamado con un llamamiento santo—no de acuerdo a nuestras obras, sino de acuerdo a Su propio propósito y gracia, la cual nos fue dada en Cristo Jesús antes de las eras del tiempo;

10. Pero ahora ha sido revelada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, Quien ha anulado la muerte, y ha traído a la luz vida eterna e incorruptibilidad por medio del evangelio

11. Hacia el cual yo fui ordenado un predicador, y un apóstol, y un profesor de los gentiles;

12. Por tal causa yo también estoy sufriendo estas cosas; sin embargo, no estoy avergonzado. Porque conozco a Quién he creído, y estoy persuadido de que Él tiene el poder de guardar lo que le he entregado para ese día.

13. Retén como estándar de doctrina las palabras sanas que oíste de mí, en la fe y el amor que son en Cristo Jesús.

14. Guarda la cosa buena que te fue entregada por el Espíritu Santo que está viviendo en nosotros.

15. Tú sabes esto, que todos aquellos que están en Asia me han rechazado, de quienes son Figelo y Hermógenes.

16. Pueda el Señor otorgar misericordia al hogar de Onesíforo porque me refrescó frecuentemente y no estuvo avergonzado de mis cadenas.

17. Porque cuando él estuvo en Roma, me buscó muy diligentemente y me encontró.

18. Pueda el Señor otorgarle que pueda encontrar misericordia del Señor en ese día y cuanto me sirvió él en Éfeso, tú sabes muy bien.

 

Volver a II Timoteo
  Mateo

  Marcos

  Lucas

  Juan

  Hechos

  Santiago

  I Pedro

  II Pedro

  I Juan

  II Juan

  III Juan

  Judas

  Romanos

  I Corintios

  II Corintios

  Gálatas

  Efesios

  Filipenses

  Colosenses

  I Tesalonicenses

  II Tesalonicenses

  Hebreos

  I Timoteo

  II Timoteo

  Tito

  Filemón

  Apocalipsis

© 2024 www.laVerdaddeDios.org Derechos Reservados