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Restoring Original Christianity—for Today

Restaurando el cristianismo original—¡para hoy! 

Iglesia de Dios Cristiana y Bíblica

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Hollister, California 95024-1442

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Fred R. Coulter

Ministro

 

Junio 15, 2022

         

Queridos hermanos,

 

          Esperamos que hayan tenido una maravillosa Fiesta de Pentecostés. Nosotros tuvimos un grandioso día 49 y 50—¡Pentecostés! Que cumplimiento de profecía tan tremendo que será este día. Todos los santos a través de la historia serán resucitados a vida eterna. Bajo Jesucristo como “Rey de reyes y Señor de señores,” salvaremos al mundo y a toda la humanidad. De otro lado, cuando la primera resurrección tenga lugar en verdad, el mundo va a creer que esto es una invasión de extra-terrestres—lo cual será cierto: ¡Jesús y todos los santos resucitados organizados en el ejército más grande de la historia del mundo! Desde el gran Mar de Vidrio, Jesús nos guiará de regreso a la tierra y destruirá a todos los ejércitos de la Bestia y de las naciones. Luego, después que Satanás y los demonios son encerrados en el abismo, paz genuina llegará finalmente a la tierra por mil años.

          Antes que todo esto tenga lugar, sin embargo, habrá un gran y final engaño en la tierra—una paz falsa, organizada por Satanás el diablo. La gente pensará que la humanidad ha resuelto finalmente todos sus problemas ¡sin Dios! Pero eso será un gran engaño—que dura 3 años y medio. Ultimadamente, esa “paz” se acabará y el mundo entero caerá en guerras y desastres como es mostrado en el libro de Apocalipsis. Cubrimos aquellas profecías en nuestra cata de Marzo/Abril.

          Todavía, desde ahora y ese entonces, hay muchas profecías que deben ser cumplidas. Y a causa de la velocidad de las comunicaciones modernas, podemos tener noticias de última hora desde casi todo lugar en la tierra—así veremos eventos mientras que se están desarrollando.

          Sin embargo, tan increíble como pueda parecer, y a pesar del gran número de Biblias en el mundo, las profecías verdaderas de Dios permanecen un gran misterio para casi toda la gente—incluso a la mayoría de los que profesan ser cristianos. ¿Por qué? Porque no creen verdaderamente las Escrituras ni tampoco obedecen lo que Dios ordena.

          Hace cierto tiempo estuve hablando con un hombre quien, después de declarar que él era un “cristiano americano,” me preguntó, “¿Por qué hay tantas iglesias “cristianas” en el mundo? ¿Por qué no puede haber solo una? Todo esto es muy confuso para mí” Le dije que la verdad era simple en verdad—“¡La gente quiere decirle a Dios que hacer, en vez de hacer lo que Dios les dice que hagan! Más aun, los hombres creen que pueden mejorar la perfecta Palabra de Dios al adicionar sus propias ideas humanas, tradiciones y festivos.” Aunque él estuvo de acuerdo con la respuesta, como muchos lo estarían, él no tenía ni idea sombre lo que en realidad yo le estaba diciendo. Así que lo dejé para que pensara en la respuesta que le di.

          La culpa de esta condición can en las cabezas de los líderes religiosos de este mundo. Jesús dijo: “No todo el que me dice, ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino del cielo; sino aquel que está haciendo la voluntad de Mi Padre, Quien está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día [el día de juicio—y todos irán delante de la silla de juicio de Cristo para dar cuentas], ‘Señor, Señor, ¿No profetizamos por medio de Tu nombre? Y ¿No echamos fuera demonios por medio de Tu nombre? Y ¿No hicimos muchas obras de poder por medio de Tu nombre?’ Y entonces les confesaré, ‘Nunca los conocí. Apártense de Mí, ustedes quienes obran ilegalidad’” (Mateo 7:21-23). Si, ellos tienen “una apariencia exterior de piedad, pero [están] negando el poder de la verdadera piedad” (II Timoteo 3:5).

          Mientras la mayoría de la gente es sincera, se les enseña que lo que están haciendo es lo “correcto.” Después de todo, sus líderes religiosos usan la Biblia (pero no toda la Biblia). Pero lo que no comprenden es que la desobediencia trae ceguera espiritual—una realidad ficticia, una ilusión. Ni comprenden que Satanás el diablo está activamente engañando al mundo entero (Apocalipsis 12:9) a través de sus siervos—los líderes religiosos y del gobierno.

          Esto pasa de dos maneras: Primero, cuando alguien escucha el Antiguo Testamento siendo leído, y rechazan creerle a Dios y obedecerlo, allí permanece un velo sobre sus mentes. El apóstol Pablo escribe: “Pero sus mentes [de los Israelitas] fueron cegadas; porque hasta la hora presente el mismo velo no ha sido removido, sino permanece a la lectura del Antiguo Pacto; cuyo velo es removido en Cristo. Porque hasta este día, cuando Moisés es leído, el velo yace sobre sus corazones. Pero cuando sus corazones se vuelvan al Señor [esto es, se arrepienten y le creen a Dios], el velo es quitado” (II Corintios 3:14-16).

          Segundo, Pablo escribe que la gente generalmente está bajo la influencia del engaño, caminando “de acuerdo al curso de este mundo, de acuerdo al príncipe del poder del aire [Satanás el diablo], el espíritu que está ahora trabajando dentro de los hijos de desobediencia; entre quienes también todos nosotros una vez tuvimos nuestra conducta en las lujurias de nuestra carne, haciendo las cosas deseadas por la carne y por la mente, y éramos por naturaleza los hijos de ira, así como el resto del mundo” (Efesios 2:2-3). Él agrega: “Pero si nuestro evangelio es escondido, es escondido para aquellos que están pereciendo; en quienes el dios de esta era ha cegado las mentes de aquellos que no creen,…” (II Corintios 4:3-4).

          En verdad, el mundo continúa en su engaño más que en cualquier tiempo en la historia. El profeta Isaías nos dice porque: “Será incluso como cuando un hambriento sueña, y he aquí, él come, pero despierta y su alma está vacía; o como cuando un hombre sediento sueña, y he aquí, él bebe; pero despierta, y he aquí, está débil y su alma esta anhelante.¡Estén aturdidos y asombrados! ¡Cieguen sus ojos y sean ciegos! Ellos están borrachos, pero no con vino; tambalean, pero no por bebida fuerte, porque el SEÑOR ha derramado sobre ustedes el espíritu de sueño profundo, y ha cerrado sus ojos; Él ha cubierto a los profetas y a sus gobernantes, y a los videntes. Y la visión de todos ha llegado a ser para ustedes como las palabras de un libro que esta sellado, el cual ellos dan a uno que es aprendido diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No puedo, porque está sellado.” Y el libro es entregado a quien no es aprendido, diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No soy aprendido.” Y el SEÑOR dijo, “Porque este pueblo se acerca a Mí con sus bocas, y con sus labios Me honran, pero su adoración de Mí es conforme a las tradiciones de hombres aprendidas por rutina, y su temor hacia Mi es enseñado por los mandamientos de hombres” (Isaías 29:8-13).

          Si, los hombres quieren parecer religiosos, dar servicio de labios a Dios, mientras se deleitan en sus propias obras y tradiciones. Así la mayoría de la gente cree que Dios aprueba sus caminos incluso cuando saben que tales prácticas son en realidad paganas y contrarias a la Palabra de Dios—tal como los festivos de las religiones de este mundo. Consecuentemente, Satanás ciega sus ojos y entendimiento. Isaías agrega: “Por tanto, he aquí, procederé a hacer de nuevo una obra estupenda entre este pueblo, incluso una obra estupenda y una maravilla, porque la sabiduría de sus sabios [eruditos] morirá, y la sabiduría de sus inteligentes desaparecerá. [de modo que llegan a ser tontos   (Romanos 1:18-21)] (verso 14).

          Este es el camino amplio que lleva a la muerte como dijo Jesús: “porque ancha es la puerta y amplio es el camino que lleva a la destrucción, y muchos [la mayoría] son aquellos que entran a través de ella” (Mateo 7:13). Este es el camino del mundo y el mundo ama lo suyo (Juan 15:19). Pero Dios nos ordena no amar el mundo—no vivir como el mundo. El apóstol Juan escribió: “No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si cualquiera ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que está en el mundo—la lujuria de la carne, y la lujuria de los ojos, y el orgullo pretencioso de la vida física—no es del Padre, sino es del mundo. Y el mundo y su lujuria está desapareciendo, pero aquel que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (I Juan 2:15-17).

          Mientras todas las religiones claman un camino para Dios, sus reclamos son vacíos y sin valor en realidad. De hecho, tuercen y distorsionan las Escrituras en rebelión contra Dios: “¡Ay de aquellos que profundizan para esconder sus propósitos del SEÑOR! Y sus obras están en la oscuridad, y dicen, “¿Quién nos ve? ¿Y quién nos conoce?” ¡Ciertamente, ustedes han volteado las cosas al revés! ¿Será el alfarero considerado como el barro de alfarero; porque la obra dirá de quien la hizo, “Él no me hizo?” ¿O la cosa formada le dirá a quien la formó, “Él no tuvo entendimiento?”” (Isaías 29:15-16).

          ¿A quien Dios hace responsable? Primariamente, Él acusa a los ministros, profetas y sacerdotes. El profeta Ezequiel expone el gran error y rebelión de ellos: “Hay una conspiración de sus profetas en medio de ella, como un león rugiente desgarrando su presa. Ellos han devorado almas; han tomado el tesoro y cosas preciosas; ellos hicieron muchas viudas en medio de ella.  Sus sacerdotes han hecho violencia a Mi ley [clamando que ha sido abolida] y han profanado Mis cosas santas. No han puesto diferencia entre lo santo y lo profano, y no han enseñado la diferencia entre lo impuro y lo puro, y HAN OCULTADO SUS OJOS DE MIS SÁBADOS, y Yo soy profanado entre ellos.Y sus profetas se han cubierto ellos mismos con blanqueador, viendo visiones falsas y adivinando mentiras hacia ellos, diciendo, ‘Así dice el Señor DIOS;’ cuando el SEÑOR no ha hablado” (Ezequiel 22:25-26, 28).

          Dios no ve esto como simple ignorancia o carencia de conocimiento de los líderes religiosos. Él lo declara como lo que es en verdad—¡una conspiración deliberada! Dios ha hecho que más de 9 billones de Biblias sean impresas en casi todo idioma de modo que la verdad podría ser conocida—si tan solo la gente creyera y obedeciera verdaderamente a Dios (Marcos 13:10). Pero la gente tiene cerrado sus ojos a la verdad, a pesar de tener la Biblia disponible—incluso en sus teléfonos inteligentes. Si ellos buscaran la Palabra de Dios podrían conocer la verdad. Pero ¡la han rechazado! Así, no entienden la Biblia ni el plan de Dios para la humanidad.

          Por ejemplo: Los “cristianos” saben que la navidad no es enseñada en la Biblia. Pero desde que se les dijo que eso conmemora el nacimiento de Jesús, participan voluntariamente en lo que es considerado una práctica cristiana autorizada. La gente cree que su “bondad” es aceptada por Dios porque son sinceros, aun si está mal. Dios dice de otro modo: “Pero al malvado Dios dice, “¿Qué derecho tienes para declarar Mis estatutos, y tomar Mi pacto en tu boca? Sí, odias ser enseñado, y echas Mis palabras tras de ti. Cuando viste un ladrón, entonces estuviste complacido de estar con él, y has tenido parte con adúlteros.

          “Das tu boca al mal, y tu lengua enmarca engaño. Te sientas; hablas contra tu hermano; calumnias al hijo de tu propia madre. Estas cosas has hecho, y He guardado silencio; pensaste que era como tú, pero te reprenderé, y las colocaré en orden ante tus ojos. Ahora considera esto, tú que olvidas a Dios, no sea que te desgarre en pedazos, y no haya nadie que libre” (Salmo 50:16-22).

          Dios también acusa a los líderes de gobierno y políticos. “Sus gobernadores en medio de ella son como lobos desgarrando la presa, para derramar sangre y destruir almas, para conseguir ganancia injusta” (Ezequiel 22:27). Esto describe perfectamente a los líderes de gobierno de este mundo. La mayoría de ellos llegan al cargo con medios modestos y terminan ricos. ¿Cómo? Se llama política—mienten, engañan y roban.

          En verdad, ¿qué clase de sociedades tienen creadas las así llamadas naciones “cristianas”? En vez de amor, amabilidad y bondad; en vez de honestidad, justicia y verdad—¿qué encontramos? Isaías responde: “Ay de aquellos que atraen iniquidad con cuerdas de vanidad, y pecado con cuerdas de carreta; quienes dicen, “¡Dese Él prisa y acelere Su obra, para que podamos verla; y que el propósito del Santo de Israel se acerque y venga, para que podamos saber!” ¡Ay de aquellos que llaman al mal bien y al bien mal; que ponen oscuridad por luz y luz por oscuridad; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!

          “¡Ay de aquellos que son sabios a sus propios ojos, y prudentes a su propia vista! ¡Ay de aquellos que son poderosos para beber vino, y hombres de fuerza para mezclar bebida fuerte: quienes justifican al malo por un soborno, y quitan la justicia del justo de él! Por tanto como el fuego devora el rastrojo, y la llama quema la paja; su raíz será como podredumbre, y sus flores subirán como polvo porque han desechado la ley del SEÑOR de los ejércitos, y despreciado la Palabra del Santo de Israel. Por tanto, la ira del SEÑOR está encendida contra Su pueblo, y Él ha extendido Su mano contra ellos, y los ha afligido;En todo esto Su ira no está apartada, sino Su mano está extendida inmóvil” (Isaías 5:18-25).

          Las religiones y gobiernos de este mundo son ciegos y corruptos porque han rechazado la Palabra de Dios como un estándar para vivir. Así, todos los problemas que vemos son el resultado del juicio y corrección de Dios, el cual llega automáticamente porque las leyes y mandamientos de Dios están siempre activas y funcionando sobre todos—individuos, comunidades y naciones. Este es el mundo en el que vivimos, y el mundo continuará de esta manera hasta el regreso de Jesucristo.

          ¿Cómo debemos vivir en el mundo, pero no ser parte del mundo? Mientras vivimos aun en el mundo, no somos parte del mundo—Babilonia la Grande. Juan escribe: “‘Porque todas las naciones se han emborrachado del vino de la furia de su fornicación, y los reyes de la tierra han cometido fornicación con ella, y los comerciantes de la tierra se han vuelto ricos a través del poder de su lujo.” Y escuché otra voz desde el cielo, diciendo, “Sal de ella [no viva como lo hace el mundo], pueblo Mío, para que no tengas parte en sus pecados, y no recibas de sus plagas, porque sus pecados han llegado tan lejos como el cielo, y Dios ha recordado sus iniquidades” (Apocalipsis 18:3-5).

          Nuevamente, vivimos en el mundo, pero no somos parte del mundo—esto es, no vivimos como lo hace el mundo. En Su oración final antes que Él fuera arrestado, Jesús dijo: “Pero ahora vengo a Ti [Padre]; y estas cosas estoy hablando mientras aún en el mundo, para que puedan tener Mi gozo cumplido en ellos. Les he dado Tus palabras, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, así como Yo no soy del mundo. No oro que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, así como Yo no soy del mundo.

          “Santifícalos en Tú verdad; Tu Palabra es la verdad. Así como Me enviaste al mundo, Yo también los he enviado al mundo. Y por amor a ellos Me santifico a Mí mismo, para que ellos también puedan ser santificados en verdad. No oro por éstos solamente, sino también por aquellos que creerán en Mí a través de su palabra; que todos ellos puedan ser uno; así como Tú, Padre, estás en Mí, y Yo en Ti; que ellos también puedan ser uno en Nosotros, para que el mundo pueda creer que Tú sí Me enviaste” (Juan 17:13-21).

          Estamos apartados del mundo, santificados por la verdad de Dios—y por el Espíritu Santo. Aunque vivimos en el mundo y debemos ser una luz para el mundo, no somos parte del mundo.

          ¿Qué es lo que hacemos que verdaderamente nos separa del mundo? Lo primero es el amor de Dios y nuestra observancia de Sus mandamientos. Emparejado con el Espíritu Santo en nosotros, este es el fundamento de nuestra relación con Dios, Como nos ordenó Jesús, “El primero de todos los mandamientos es, ‘Oye, Oh Israel. Nuestro único Dios es el Señor, el Señor. Y amarán al Señor su Dios con todo su corazón, y con toda su alma, y con toda su mente, y con toda su fuerza.’ Este es el primer mandamiento. Y el segundo es como este: ‘Amarán a su prójimo como a ustedes mismos.’ No hay otro mandamiento más grande que estos”” (Marcos 12:29-31).

          Jesús también adicionó otro mandamiento de amor—debemos amarnos unos a otros como Jesús nos amó: “Un nuevo mandamiento les doy; que se amen el uno al otro en la misma forma en que Yo los he amado, así es como deben amarse el uno al otro.Como el Padre Me ha amado, Yo también los he amado; vivan en Mi amor. Si guardan Mis mandamientos, vivirán en Mi amor; así como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre, y vivo en Su amor. Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo pueda vivir en ustedes, y que su gozo pueda ser pleno. Este es Mi mandamiento: Que se amen uno al otro, como Yo los he amado” (Juan 13:34; 15:9-12).

          En su primera epístola, Juan nos dice cómo debemos vivir en el amor de Dios y amarnos unos a otros. “Hijitos míos, no deberíamos amar de palabra, ni con nuestras lenguas; más bien; deberíamos amar en hecho y en verdad. Y en esta forma sabemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de Él, que si nuestros corazones nos condenan [porque estamos fallando], Dios es más grande que nuestros corazones, y sabe todas las cosas. Amados, si nuestros corazones no nos condenan, entonces tenemos confianza hacia Dios. Y cualquier cosa que podamos pedir recibiremos de Él porque guardamos Sus mandamientos y practicamos aquellas cosas que son agradables a Su vista.

          “Y este es Su mandamiento: que creamos en el nombre de Su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, exactamente como Él nos dio mandamiento. Y aquel que guarde Sus mandamientos está viviendo en Él, y Él en él; y por esto sabemos que Él está viviendo en nosotros: por el Espíritu el cual Él nos ha dado” (I Juan 3:18-24).

          En vez de ser conformados al mundo, nuestras mentes deben ser renovadas y transformadas a través del Espíritu Santo: “Los exhorto por tanto, hermanos, por las misericordias de Dios, a presentar sus cuerpos como un sacrificio vivo, santo y bien agradable a Dios, el cual es su servicio espiritual. No se conformen ustedes mismos a este mundo, sino sean transformados por la renovación de sus mentes para que puedan probar lo que es bien agradable y bueno, y la perfecta voluntad de Dios” (Romanos 12:1-2).

          Es por eso que oramos y estudiamos cada día. Este es el proceso de salvación. Diariamente crecemos y vencemos, mientras desarrollamos la mente de Cristo (Filipenses 2:5). Crecemos en amor y gracia, mientras amamos a Dios y guardamos Sus leyes y mandamientos por el poder de Su Santo Espíritu. Mientras nos rendimos a Dios, Él escribe Sus leyes y mandamientos en nuestros corazones y mentes, de modo que estaremos caminando en el camino del Señor: “Y por este estándar sabemos que lo conocemos: si guardamos Sus mandamientos.si cualquiera está guardando Su Palabra, verdaderamente en aquel el amor de Dios está siendo perfeccionado. Por este medio sabemos que estamos en Él. Cualquiera que reclame vivir en Él está obligándose a sí mismo también a caminar incluso como Él mismo caminó” (I Juan 2:3, 5-6).

          Note lo que escribió el apóstol Pedro de nuestra conversión y transformación de vivir como vive el mundo a vivir el camino de Dios: “Consecuentemente, dado que Cristo ha sufrido por nosotros en la carne, ármense a sí mismos también con la misma mente porque aquel que ha sufrido en la carne ha dejado de vivir en pecado para este fin: que no viva más su tiempo restante en la carne para las lujurias de los hombres, sino para la voluntad de Dios. Porque el tiempo pasado de nuestras vidas es suficiente para haber hecho la voluntad de los gentiles, cuando nosotros mismos caminábamos en libertinaje y lujuria, y éramos corrompidos con vino, parrandas, bebidas e idolatrías desenfrenadas. Viendo esta diferencia en su comportamiento, están asombrados que ustedes no corren con ellos en las mismas corrupciones desbordantes [en sus fiestas paganas a sus dioses], y los insultan” (I Pedro 4:1-4).

          Pablo también escribió sobre “salir de este mundo” a vivir el camino de Dios a través de Cristo. “Así entonces, declaro y testifico esto en el Señor que ustedes ya no deben caminar incluso como el resto de los gentiles están caminando, en la vanidad de sus mentes, teniendo su entendimiento oscurecido, siendo alienados de la vida de Dios a través de la ignorancia que está en ellos, por la dureza de sus corazones. Ellos han desechado todos los sentimientos, y se han rendido a sí mismos al libertinaje, a obrar cada impureza con deseo insaciable.

          “Pero ustedes no han aprendido así a Cristo; si ciertamente lo han escuchado y han sido enseñados en Él, de acuerdo a la verdad en Jesús: Que concerniente a su antigua conducta, ustedes se quiten el viejo hombre, el cual es corrupto de acuerdo a la lujuria engañosa; y que sean renovados en el espíritu de su mente; Y que se pongan el nuevo hombre, el cual es creado en justicia y santidad de la verdad de acuerdo a Dios” (Efesios 4:17-24).

          Finalmente, Pablo escribe el máximo estándar de nuestra conducta: “Por tanto, sean imitadores de Dios, como hijos amados; y caminen en amor, incluso como Cristo también nos amó, y Se dio a Sí mismo por nosotros como una ofrenda y un sacrificio de aroma perfumado a Dios” (Efesios 5:1-2).

          Así es como debemos vivir en el mundo—pero no ser del mundo.

          Hermanos, debido a su amor y oraciones a través del poder de Dios, todos nosotros juntos somos capaces de servir a los hermanos y predicar el Evangelio mientras nos preparamos para la vida eterna. Les agradecemos por su amor y oraciones, mientras que oramos por ustedes diariamente pidiéndole a Dios que los bendiga con Su amor, gracia, sanidad y animo espiritual. Gracias por su apoyo continuo a través de sus diezmos y ofrendas. Continúe amando a Dios y amándose unos a otros en toda manera. Que el amor, la gracia y la bendición de Dios estén con usted en toda circunstancia.

 

Con amor en Cristo Jesús,

 

Fred R. Coulter

 

FRC

 

 

 

 
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