Restaurando el cristianismo original—¡para
hoy!
Iglesia de Dios Cristiana y Bíblica
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Fred R. Coulter
Ministro
Mayo/Junio 2021
Mayo 19, 2021
Queridos hermanos,
Dado
que el Día 49 y Pentecostés cayeron a mediados de mayo, estamos combinando las
cartas de mayo y junio en una sola. Esperamos que Dios los haya bendecido con
una gran Fiesta de Pentecostés, así como nosotros la tuvimos aquí en Hollister.
Estamos casi listos para enviar el libro expandido El Plan de Dios para la
humanidad revelado por Su Sábado y Sus Días Santos a la publicadora.
Para aquellos en la lista de correos, no tendrán que solicitar su nueva copia
porque automáticamente se lo enviaremos inmediatamente sea impreso. Para
aquellos que usan exclusivamente nuestros sitios web y no están en la lista de
correos, necesitarán enviarnos un correo electrónico con su dirección de modo
que podremos enviarles una copia.
El
Sábado y los días santos de Dios conmemoran eventos mayores de intervención
directa de Dios en el curso de la historia humana y señalan eventos
proféticos futuros revelados en la Escritura. Sin embargo ¡el mundo es
ignorante de lo que estos días representan!
¿Por
qué el mundo no entiende? ¡Hoy hay más Biblias en más idiomas que en
cualquier otro tiempo en la historia! Hay billones de Biblias impresas y
billones de Biblias digitales. Sume a esto las muchas organizaciones
“cristianas” mundialmente y denominaciones con millones de iglesias—así como
miles de programas de TV, programas radiales, sitios web, y blogs que
aparentemente predican a partir de la Biblia. Y hay millones de libros sobre la
Biblia—y miles de revistas.
Pero
todo esto es de poco provecho. Las enseñanzas distorsionadas de los hombres y
las falsas doctrinas de la “religión organizada” sólo han inundado al mundo con
confusión. Falsas enseñanzas cuidadosamente manipuladas promueven una salvación
falsa simplista que promueve una gracia ilegal que requiere poca o ninguna
obediencia a Dios.
Así,
el cristianismo hoy en día debería ser llamado correctamente “cristianismo
falso.” Mientras los predicadores leen de la Biblia, con variados grados de
entendimiento, simplemente no comprende la verdad de Dios y Su plan verdadero
de salvación. Incluso los mejores teólogos fallan completamente en el verdadero
significado de las profecías de Dios—especialmente aquellas concernientes al
tiempo del fin y el regreso de Cristo. De otro lado, algunos tienen un poquito
de entendimiento acerca del “poder de la bestia” por venir y la “marca de la
bestia.” Sin embargo, ¡al final carecen del entendimiento del verdadero “Plan
Maestro” de Dios para la humanidad!
¿Por
qué? A causa de su casi universal creencia en ciertas falsas enseñanzas y
su rechazo deliberado (si no es odio) del Sábado Bíblico y de ¡los días santos
de Dios! Los profesores del “falso cristianismo” creen y enseñan que Jesús y el
apóstol Pablo han abolido la Ley, y que el Antiguo Testamento ha sido cumplido.
Así nosotros no tenemos necesidad de eso hoy. El resultado es que han llegado a
ser ciegos espiritualmente. Adoptan de todo corazón la observancia del domingo
y observan los festivos populares de este mundo—¡creyendo que están haciendo la
voluntad de Dios! Esto es como escribió Pablo: Satanás los ha engañado y cegado
sus mentes al verdadero Evangelio del Reino de Dios. Él escribe: “Pero si nuestro evangelio es escondido, es escondido para
aquellos que están pereciendo; en quienes el dios de esta era [Satanás] ha cegado las
mentes de aquellos que no creen, no sea que
la luz del evangelio de la gloria de Cristo, Quien es la imagen de Dios,
brille hacia ellos” (II Corintios 4:3-4).
Dios
advirtió de esto hace mucho a través del profeta Isaías: “¡Estén aturdidos y asombrados! ¡Cieguen sus ojos y sean
ciegos! Ellos están borrachos, pero no con vino; tambalean, pero no por
bebida fuerte, porque el SEÑOR ha derramado sobre ustedes el espíritu de
sueño profundo, y ha cerrado sus ojos; Él ha cubierto a los profetas
y a sus gobernantes, y a los videntes. Y la visión de todos ha llegado a ser para ustedes como las
palabras de un libro que esta sellado, el cual ellos dan a uno que es aprendido
diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No puedo, porque está sellado.”
Y el libro es entregado a quien no es aprendido,
diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No soy aprendido.”
“Y el SEÑOR dijo, “Porque este pueblo se acerca a Mí con
sus bocas, y con sus labios Me honran, pero su adoración de Mí es conforme a
las tradiciones de hombres aprendidas por rutina, y su temor hacia Mi es
enseñado por los mandamientos de hombres; por tanto, he aquí, procederé a hacer de nuevo una obra
estupenda entre este pueblo, incluso una obra estupenda y una maravilla,
porque la sabiduría de sus sabios morirá, y la sabiduría de sus inteligentes
desaparecerá”” (Isaías 29:9-14).
Debemos
entender los misterios del Reino de Dios: Jesús hablaba deliberadamente
a las multitudes en parábolas de modo que ellos no comprenderían
lo que Él les estaba diciendo en realidad. “Y Sus
discípulos vinieron a Él y preguntaron, “¿Por qué les hablas en parábolas?”
Y Él respondió y les dijo, “Porque ha sido
dado a ustedes el saber los misterios del reino del cielo, pero esto no ha sido
dado a ellos. Porque quienquiera que tenga entendimiento,
a él más será dado, y tendrá abundancia; pero quienquiera que no tenga entendimiento,
incluso lo que tiene le será quitado.
“Por esta razón les hablo a ellos en parábolas, porque
viendo, ellos no ven; y oyendo, ellos no oyen; ni entienden. Y en ellos es
cumplida la profecía de Isaías, la cual dice, ‘Oyendo ustedes oirán y en
ninguna forma entenderán y viendo verán, y en ninguna forma percibirán; porque
el corazón de esta gente se ha engordado, y sus oídos son sordos para oír, y
sus ojos han cerrado; no sea que ellos vean con sus ojos, y oigan con sus oídos,
y entiendan con sus corazones, y sean convertidos, y Yo los sane.’
“Pero benditos son sus ojos, porque ven; y sus oídos,
porque oyen. Porque verdaderamente les
digo, muchos profetas y hombres justos han deseado ver lo que ustedes
ven, y no han visto; y oír lo que ustedes oyen, y no han oído” (Mateo
13:10-17).
Sin
embargo, para entender los misterios de Dios debemos primero amar a Dios y
guardar Sus mandamientos, como lo escribe el apóstol Juan: “Por este estándar sabemos que amamos a los hijos de
Dios: cuando amamos a Dios y guardamos Sus mandamientos [comenzando
con los 10 mandamientos]....y Sus mandamientos no son pesados.” (I Juan 5:2-3).
Juan
dio también una advertencia a aquellos quienes no guardan los mandamientos de
Dios—llamándolos mentirosos quienes no conocen a Dios: “Y por este estándar sabemos que lo conocemos: si
guardamos Sus mandamientos. Aquel que dice, “lo
conozco,” y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en
él” (I Juan 2:3-4). Porque son mentirosos que no pueden conocer la
verdad de Dios o comprender Su plan para la humanidad.
Juan
deja claro que debemos guardar la Palabra de Dios—cada palabra de Dios, como
dijo Jesús en Mateo 4:4. Juan continua: “Por otro
lado, si cualquiera está guardando Su Palabra, verdaderamente en
aquel el amor de Dios está siendo perfeccionado. Por este medio
sabemos que estamos en Él. Cualquiera que reclame vivir en Él está
obligándose a sí mismo también a caminar incluso como Él mismo caminó”
(I Juan 2:5-6). Lo que escribe Juan está de acuerdo con este Salmo: “El temor [y amor] del SEÑOR es el comienzo de la sabiduría; un buen
entendimiento tienen todos aquellos que hacen Sus mandamientos, Su
alabanza permanece para siempre” (Salmo 111:10).
La
sabiduría, amor y Espíritu de Dios revelan el misterio de Dios: Al
escribir a los corintios, Pablo deja claro que para entender el “misterio de
Dios” debemos tener la sabiduría, amor y Espíritu de Dios. En verdad, ¡esta es
la única forma para entender las cosas profundas de Dios! Él escribe: “Y mi mensaje y mi predicación no fue en palabras
persuasivas de sabiduría humana; más bien, fue en demostración del Espíritu y
de poder; para que su fe pudiera no estar en la sabiduría de hombres, sino en
el poder de Dios.
“Ahora, nosotros hablamos sabiduría entre los maduros espiritualmente;
sin embargo, no es la sabiduría de este mundo, ni de los
gobernadores de este mundo, quienes están llegando a nada. Más bien,
hablamos la sabiduría de Dios en un misterio, incluso la sabiduría
escondida que Dios pre-ordenó antes de los siglos hacia nuestra gloria…
Pero de acuerdo a como está escrito, “El ojo
no ha visto, ni el oído ha oído, ni han entrado al corazón del
hombre, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que lo aman””
(I Corintios 2:4-9).
Esto
también aplica a profecía. Algunas cosas no pueden ser entendidas por medios
humanos solamente. Sólo Dios puede revelar el verdadero significado de la
profecía y sus secuencias cronológicas. Como nota Pablo, esto viene a través
del Espíritu de Dios y Su Palabra: “Pero Dios nos las
ha revelado por Su Espíritu, porque el Espíritu examina todas las
cosas—incluso las cosas profundas de Dios. Porque
¿quién entre los hombres entiende las cosas del hombre excepto por el
espíritu del hombre el cual está en él? En la misma manera también, nadie
entiende las cosas de Dios excepto por el Espíritu de Dios.
“Ahora, no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el
Espíritu que es de Dios, para que podamos saber las cosas graciablemente
dadas a nosotros por Dios; tales cosas también hablamos, no en palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino en palabras enseñadas por el
Espíritu Santo para comunicar cosas espirituales por medios
espirituales. Pero el hombre
natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque son tonterías para él,
y no puede entenderlas porque son discernidas espiritualmente” (I
Corintios 2:10-14).
Algunas
de las cosas profundas de Dios son secuencias de profecía del fin del tiempo
difíciles de comprender. Sin embargo, con el Espíritu de Dios podemos entender
la Palabra de Dios—incluso profecías difíciles. Jesús explica: “Las palabras que les hablo [toda palabra de la
Biblia], son espíritu y son vida” (Juan
6:63).
Con
estas cosas en mente, estamos listos para examinar los pasajes bíblicos claves
concernientes a Pentecostés, al regreso de Cristo y la primera resurrección. Y
como mostrará la Escritura, ¡estos eventos ocurrirán muy diferente de lo que la
gente ha imaginado!
Entendiendo
Pentecostés, la primera resurrección y el regreso de Jesucristo
El
regreso de Jesús tiene en realidad tres fases—dos relacionadas a
Pentecostés, y una relacionada a la Fiesta de Trompetas. Su regreso no es completado
de repente en un solo día, como muchos suponen.
Fase
uno
comienza 2 años en los 3 años y medio de la Gran Tribulación, con la apertura
del sexto sello. Note que Juan vio en visión: “Y
cuando abrió el sexto sello, miré, y he aquí, hubo un gran terremoto; y el sol
se volvió negro como el pelo de cilicio, y la luna se volvió como
sangre; y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como una higuera echa
sus últimos higos cuando es sacudida por un viento poderoso. Entonces el
cielo se apartó como un rollo de papel que está siendo enrollado, y toda
montaña e isla fue sacada de su lugar” (Apocalipsis 6:12-14).
Cuando
los cielos son “enrollados como un rollo,” todo el mundo entonces verán
“la señal del Hijo de hombre en el cielo”
(Mateo 24:30). Jesús dijo: “Porque como la luz del
día, la cual sale del oriente y resplandece tan lejos como el occidente, así será la venida del Hijo de hombre” (Mateo
24:27). Esto significa que la señal del Hijo de hombre aparecerá como un
“segundo sol.” Esto es verificado por el profeta Malaquías: ““Porque he aquí, el día viene, ardiendo como un horno
consumidor; y todo el orgulloso, y todo hacedor de maldad, será rastrojo. Y el
día que viene los quemará,” dice el SEÑOR de los ejércitos, “y no les
dejará ni raíz ni rama” (Malaquías 4:1). Esto se refiere a las guerras
que tendrán lugar durante el resto de la tribulación.
Pero
note lo que Malaquías dice concerniente al pueblo de Dios: “Pero a ustedes quienes temen Mi nombre, el Sol de
Justicia se levantará, y sanidad estará en Sus alas. Y ustedes
saldrán y crecerán como terneros del establo” (verso 2).
Este
“Sol de Justicia” es la señal del Hijo de hombre que “brilla desde el
oriente al occidente”—el “segundo sol.” Este evento asombroso afectará a toda
persona en la tierra—y al principio la gente creerá que esta es la segunda
venida de Cristo. Juan escribe: “Y los reyes de la
tierra, y los grandes hombres, y los hombres ricos, y los capitanes jefes, y
los hombres poderosos, y todo siervo, y todo hombre libre se escondió a
sí mismo en las cuevas y en las rocas de las montañas; Y decían a las montañas
y a las rocas, “Caigan sobre nosotros, y escóndanos del rostro de Quien se
sienta en el trono, y de la ira del Cordero porque
el gran día de Su ira ha venido, y ¿Quién tiene el poder de estar de pie?””
(Apocalipsis 6:15-17). Sin embargo, como veremos, Satanás convencerá al mundo
que esto no es el regreso de Jesús, sino una invasión del espacio
exterior. Y Satanás moverá al mundo a pelear en contra de ¡esta “invasión”!
Este
evento del “segundo sol” probablemente ocurrirá en el penúltimo
Pentecostés—cuando los 144,000 de las 12 tribus de Israel y la “gran e
innumerable multitud” serán salvados y sellados. (Sin embargo, estos 2 grupos
no serán inmediatamente cambiados de carne a espíritu porque el toque de la
séptima trompeta no ocurrirá sino hasta el siguiente Pentecostés—cuando
la primera resurrección. tendrán lugar en realidad.)
Esta primera
fase durará un año—desde Pentecostés a Pentecostés—y el “segundo sol”
continuará brillando en el cielo a través de aquel tiempo. Piense en la
magnitud del cumplimiento de esta profecía.: “He aquí,
Él viene con las nubes, y todo ojo lo verá,…. y
todas las tribus de la tierra gemirán por causa de Él…” (Apocalipsis
1:7). Todo ojo verá la señal del Hijo de hombre, aquel “segundo sol”—¡por
todo un año! Esto muestra que Dios le estará dando a todo el mundo un año para
que se arrepientan. ¡Pero lo rechazarán! En vez, continuarán siguiendo
a Satanás el diablo y pelearán unos contra otros como lo vemos en Apocalipsis
8-11. Dado que este “segundo sol” permanecerá estacionado por un año, la gente
comenzará a considerarlo una anomalía. Las guerras de los sellos 5 y 6 tendrán
lugar como esta profetizado porque la humanidad asumirá que este “segundo sol”
permanecerá sin moverse. Sin embargo, para el próximo Pentecostés, este
“segundo sol” se moverá ¡muy cerca de la tierra!
Fase
dos: Cuando el séptimo ángel toque la séptima trompeta, eso señala la
primera resurrección y la segunda fase del regreso de Jesús. Tan solo
momentos antes que la séptima trompeta suene, los “dos testigos” de
Dios—quienes fueron muertos por la bestia—serán levantados de los muertos. Sus
cuerpos habrán estado en las calles de Jerusalén por 3 días y medio. Una voz
del cielo los llamará a ascender al cielo. Ellos serán los últimos mártires
resucitados de los muertos. (Esto cumple absolutamente el dicho que “los
últimos serán los primeros”) Mientras los “dos testigos” están ascendiendo
hacia las nubes, la séptima trompeta sonará. Esto es cuando comienza la primera
resurrección. En aquel preciso momento, el “segundo sol” brillando en los
cielos se moverá hacia la tierra. Cuando alcance las nubes, se detendrá
de repente y será transformado en un inmenso “mar de vidrio” flotando en las
nubes sobre Jerusalén (Apocalipsis 15). Esto ocurrirá probablemente en
Pentecostés, un año después que la “señal del Hijo de hombre” apareció
originalmente en el Pentecostés anterior.
Jesús
describe este evento: “...y entonces todas las tribus
de la tierra lamentarán, y verán al Hijo de hombre viniendo sobre las nubes
del cielo con poder y gran gloria. Y Él
enviará a Sus ángeles con el gran sonido de una trompeta, y ellos reunirán a
Sus elegidos desde los cuatro vientos, desde un fin del cielo hasta el
otro” (Mateo 24:30-31).
En
visión, Juan ve comenzar la primera resurrección cuando el séptimo ángel suena
la séptima trompeta—la última trompeta. Esto es también cuando el gobierno del
mundo es transferido de Satanás a Jesucristo: “Entonces
el séptimo ángel tocó su trompeta; y hubo grandes voces en el
cielo diciendo, “Los reinos de este mundo han llegado a ser los reinos de
nuestro Señor y Su Cristo, y Él reinará en los siglos de eternidad.”
“Y los veinticuatro ancianos, quienes se sientan delante de
Dios sobre sus tronos, cayeron sobre sus caras y adoraron a Dios,
diciendo, “Te damos gracias, Oh Señor Dios Todopoderoso, Quien es, y Quien
era, y Quien debe venir; porque has tomado para Ti mismo Tu gran
poder, y has reinado. Porque las naciones estaban furiosas, y Tu ira ha venido,
y el tiempo de los muertos para ser juzgados, y para dar la recompensa a Tus
siervos los profetas, y a los santos, y a todos aquellos que temen Tu
nombre, los pequeños y los grandes; y para destruir a aquellos que
destruyen la tierra”” (Apocalipsis 11:15-18).
Pablo
escribe de la primera resurrección: “Ahora digo esto,
hermanos, que la carne y la sangre no pueden heredar el reino
de Dios, ni la corrupción hereda incorrupción. He aquí, les muestro un misterio: no todos dormiremos, sino que
todos seremos cambiados, en un instante, en el parpadeo de un ojo, a la
última trompeta; porque la trompeta sonará, y los muertos serán
levantados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados. Porque esto corruptible debe vestirse de
incorruptibilidad, y esto mortal debe vestirse de inmortalidad. Ahora,
cuando esto corruptible se haya vestido de incorruptibilidad, y esto
mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces sucederá el dicho que
está escrito: “La muerte es tragada en victoria”” (I Corintios
15:50-54).
Aquí
está como Juan describe la primera resurrección.: “Y
miré, y he aquí, una nube blanca, y uno como el Hijo de hombre
sentado sobre la nube, teniendo una corona de oro en Su cabeza; y en Su mano
estaba una hoz afilada. Y otro ángel salió del templo, gritando con gran voz a
Quien estaba sentado sobre la nube, “Empuja Tu hoz y cosecha, porque el tiempo
ha venido para que coseches; porque la cosecha de la tierra está madura.”
Y Quien estaba sentado sobre la nube empujó Su hoz
sobre la tierra, y la tierra fue cosechada” (Apocalipsis 14:14-16). Esto
muestra que la primera resurrección es comparada a una cosecha de granos.
En la
parábola del sembrador, Jesús declara que la primera resurrección es en verdad
como una cosecha de granos: “Y Él respondió y
les dijo, “Aquel que siembra la buena semilla es el Hijo de hombre; Y el campo es el mundo; y la buena semilla, esos son los
hijos del reino;… y la cosecha es el fin
de la era, y los segadores son los ángeles.… Entonces
los justos resplandecerán en adelante como el sol en el reino de su Padre”
(Mateo 13:37-39, 43).
Todos
los muertos en Cristo quienes estarán en la primera resurrección serán
resucitados primero. Luego aquellos santos quienes estén vivos serán cambiados
instantáneamente de humanos a espíritu (I Tesalonicenses 4:14-17). Los ángeles
tomarán a todos los que sean resucitados o cambiados hasta el mar de vidrio.
Juan escribe: “Y vi un mar de vidrio mezclado con
fuego, y aquellos que habían obtenido la
victoria sobre la bestia, y sobre su imagen, y sobre su marca, y sobre
el número de su nombre, de pie sobre el mar de vidrio, teniendo las
liras de Dios. Y estaban cantando la canción de
Moisés, el siervo de Dios, y la canción del Cordero, diciendo, “Grandes
y asombrosas son Tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos
son Tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no Te temerá, Oh Señor, y
glorificará Tu nombre? Porque solo Tú eres santo; y todas las
naciones vendrán y adorarán delante de Ti, porque Tus juicios han sido
revelados”” (Apocalipsis 15:2-4).
Esto
completa la fase dos del regreso de Jesús. Todos los santos
resucitados estarán en el mar de vidrio desde aquel Pentecostés hasta la Fiesta
de Trompetas, un periodo de casi 4 meses y medio. Durante este tiempo,
numerosos eventos necesitarán tener lugar antes que los santos y Jesús puedan
regresar a la tierra para establecer el Reino de Dios.
Eventos a
ocurrir mientras estamos en el mar de vidrio
El
primer evento a ocurrir después que los santos estén en el mar de vidrio con
Cristo será el derramamiento de la ira de Dios—las “7 últimas plagas”—las
cuales son la venganza de Dios en contra de Satanás el diablo, sus demonios y
todos los malvados que pelearon contra Dios. “Y
después de estas cosas miré, y he aquí, el templo del tabernáculo del
testimonio en el cielo estaba abierto. Y los siete ángeles que tenían las últimas
siete plagas salieron del templo; estaban vestidos de lino, puro y
brillante, y ceñidos alrededor del pecho con corazas de oro. Y una de las cuatro criaturas vivientes le dio a los
siete ángeles siete frascos de oro, llenos de la ira de Dios, Quien vive en los
siglos de eternidad. Y el templo estaba lleno con el humo de la
gloria de Dios, y de Su poder; y nadie fue capaz de entrar en el templo hasta que
las siete plagas de los siete ángeles fueron cumplidas” (Apocalipsis
15:5-8).
Mientras
las “7 últimas plagas” están siendo derramadas (Apocalipsis 16), por lo menos 8
cosas tendrán lugar en el mar de vidrio antes de que Cristo y los santos
regresen a establecer el Reino de Dios en la tierra:
1) Los santos
recibirán sus nombres nuevos (Apocalipsis 2:17).
2) A los santos
les serán dadas sus recompensas (I Corintios 3:8; Apocalipsis 11:18; 22:12; II
Juan 8).
3) Jesús
presentará los santos a Dios el Padre, diciendo: “Declararé
Tu nombre a Mis hermanos; en medio de la iglesia cantaré alabanza a Ti…
Estaré confiando en Él… [y proclamará] ‘He aquí, Yo y los hijos que Dios Me ha dado””
(Hebreos 2:11-13).
4) Los santos
recibirán sus asignaciones como reyes o sacerdotes (Apocalipsis 20:6).
5) El matrimonio
del Cordero y Su novia tendrá lugar (Apocalipsis 19:6-8).
6) La cena
matrimonial tendrá lugar (Apocalipsis 19:9; Mateo 22:1-13).
7) Los santos
atestiguarán las “7 ultimas plagas” derramadas—la venganza de Dios (Apocalipsis
15:5-8; 16:1-21; Salmo 149:4-9). La séptima plaga es la batalla de Armagedón.
8) Los santos
serán reunidos en el ejercito de Dios y pelearán con Cristo mientras regresan a
la tierra a establecer el Reino de Dios (Apocalipsis 19:11-21; Zacarías
14:1-9).
Así,
la Palabra de Dios revela que así como Dios comenzó la iglesia en Pentecostés
al enviar el Espíritu Santo, Él completará la cosecha de Su iglesia—las
primicias espirituales—en Pentecostés. En aquel día, Dios resucitará de los
muertos a todos los santos rectos—desde Abel, el primer mártir, hasta los “dos
testigos,” los mártires finales. En la resurrección todos seremos cambiados en
el parpadeo de un ojo y dados cuerpos gloriosos, inmortales como los hijos e
hijas espirituales de Dios el Padre. “...estamos
esperando al Salvador, el Señor Jesucristo; Quien transformará
nuestros cuerpos viles, para que puedan ser conformados a Su cuerpo glorioso,
de acuerdo al trabajo interno de Su propio poder, por el cual Él es capaz
de someter todas las cosas a Sí mismo” (Filipenses 3:20-21). Como seres
espirituales glorificados, brillaremos como las estrellas del cielo (Daniel 12:1-3;
Mateo 13:43).
Compartiremos
la misma existencia eterna y gloria como Jesucristo: “El
Espíritu mismo da testimonio conjuntamente con nuestro propio espíritu, testificando
que somos hijos de Dios. Entonces si somos
hijos, somos también herederos—verdaderamente, herederos de Dios y
coherederos con Cristo—si ciertamente sufrimos junto con Él, para poder
también ser glorificados junto con Él” (Romanos 8:16-17). Es por eso
que Pablo llama a la primera resurrección una resurrección superior
(Hebreos 11:35-40). Finalmente, Juan escribe: “¡He
aquí! ¡Que glorioso amor nos ha dado el Padre, que deberíamos ser
llamados los hijos de Dios!…. [Y] sabemos que
cuando Él sea manifestado, seremos como Él, porque lo veremos exactamente como
Él es” (I Juan 3:1-2).
El
libro de Apocalipsis proclama: “Bendito y santo es
aquel que tiene parte en la primera resurrección; sobre este la segunda muerte
no tiene poder” (Apocalipsis 20:6). Como es representado por la Fiesta
de Pentecostés, los cristianos esperan recibir vida eterna y gloria en la
primera resurrección. (Romanos 8:14-18; I Juan 3:1-3).
Fase
tres del regreso de Jesucristo: Después que la segunda fase del regreso
de Cristo sea completa en el mar de vidrio con el matrimonio del cordero y la
iglesia (Apocalipsis 19:1-9), la fase 3 tiene lugar en la siguiente
Fiesta de Trompetas. Jesús regresa a la tierra con todos los santos
glorificados para terminar la batalla de Armagedón y tomar pleno control de
todo el mundo y establecer el Reino de Dios: “Y vi el
cielo abierto; y he aquí, un caballo blanco; y Quien se sentó sobre el es
llamado Fiel y Verdadero, y en justicia Él juzga y hace guerra. Y Sus ojos eran
como una llama de fuego, y sobre Su cabeza habían muchas coronas; y
tenía un nombre escrito que nadie conoce excepto Él. Y estaba vestido con un vestido sumergido en sangre;
y Su nombre es La Palabra de Dios.
“Y los ejércitos en el cielo estaban siguiéndolo sobre
caballos blancos; y estaban vestidos en lino fino, blanco y puro.
Y de Su boca sale una espada afilada, para con ella
poder herir a las naciones; y las pastoreará con una vara de hierro; y
Él pisa el lagar de la furia y la ira del Dios Todopoderoso. Y sobre Su vestido y sobre Su muslo tiene un nombre
escrito: Rey de reyes y Señor de señores.
“Luego vi un ángel de pie en el sol; que gritó con una fuerte
voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo, “Vengan y
júntense a la cena del gran Dios para que puedan comer la carne de
reyes, y la carne de capitanes jefes, y la carne de hombres
poderosos, y la carne de caballos, y de aquellos que se sientan sobre
ellos, y la carne de todos, libres y esclavos, y pequeños y grandes.”
Y vi a la bestia y a los reyes de la tierra
y a sus ejércitos, reunidos para hacer guerra contra Quien se sienta
sobre el caballo, y contra Su ejército. Y la
bestia fue tomada, y con él el falso profeta quien obraba milagros en su
presencia, por los cuales había engañado a aquellos que recibieron la
marca de la bestia y a aquellos que adoraron su imagen. Esos dos fueron
echados vivos dentro del lago de fuego, el cual quema con azufre; y el resto
fue muerto por la espada de Quien se sienta sobre el caballo, la misma
espada que sale de Su boca; y todas las aves fueron llenas con sus carnes”
(Apocalipsis 19:11-21).
Esto
completa las tres fases del regreso de Jesucristo.
Como
hemos visto, el regreso de Cristo, la resurrección de los santos, y todas las
actividades del mar de vidrio ocurren como parte de las primeras dos fases.
El regreso real de Jesús con los santos a la tierra es la tercera fase.
Todo este periodo de tiempo—alrededor de 1 año y 4 meses y medio—es necesario
porque la toma de control de Jesús de todo el mundo será lo más grande, el evento
más fenomenal a llegar a este mundo desde el diluvio de Noé.
Nuevamente
hermanos, este es el futuro glorioso que esperamos. Que Dios el Padre y
Jesucristo continúe dándoles fortaleza y resistencia para permanecer fieles.
Que Dios los bendiga con Su amor, los proteja, los sane, y les de poder para
continuar creciendo en gracia y conocimiento. Gracias por sus oraciones por
nosotros y por todos los hermanos. Gracias por sus diezmos y ofrendas, las
cuales siempre son usadas para alimentar el rebaño de Dios y para predicar el
Evangelio al mundo.
Con amor en
Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC