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Restoring Original Christianity—for Today

Restaurando el cristianismo original—¡para hoy! 

Iglesia de Dios Cristiana y Bíblica

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Fred R. Coulter

Ministro

Julio 15, 2021

 

Queridos hermanos,

 

          Cuando entendemos la Palabra de Dios, comprendemos que las promesas del pacto de Dios, comenzando con los 10 Mandamientos, fueron en realidad lo que llamamos una constitución. Sin embargo, esta no era entre hombres. En vez, era entre Dios y los hijos de Israel. Note la propuesta de Dios al pueblo en el Monte Sinaí: “Ahora por tanto, si por cierto obedecen Mi voz y guardan Mi pacto, entonces serán un tesoro especial para Mí sobre toda la gente; porque toda la tierra es Mía. Y serán para Mi un reino de sacerdotes y una nación santa.’ Estas son las palabras las cuales hablarás a los hijos de Israel.”  Y Moisés vino y llamó a los ancianos del pueblo, y puso ante ellos todas estas palabras las cuales el SEÑOR le ordenó. Y todo el pueblo respondió juntamente y dijo, “Todo lo que el SEÑOR ha hablado haremos.” Y Moisés regresó las palabras del pueblo al SEÑOR” (Éxodo 19:5-8)

          Después que Israel aceptó la condición de Dios de obedecer Su voz, Él personalmente habló los 10 Mandamientos—el fundamento de Su Pacto especial con la nación. Luego, Él le dio a Moisés las leyes, estatutos, ordenanzas y juicios que daban los detalles del Pacto completo (Éxodo 21-23). Luego Moisés dio la propuesta completa a todos los hijos de Israel: “Y Moisés vino y le dijo a la gente todas las palabras del SEÑOR, y todos los juicios. Y toda la gente respondió con una sola voz y dijo, “Todas las palabras las cuales el SEÑOR ha dicho, haremos.” Y Moisés escribió todas las palabras del SEÑOR, y se levantó temprano en la mañana, y construyó un altar en la base de la montaña y doce pilares de acuerdo a las doce tribus de Israel. Y envió hombres jóvenes de los hijos de Israel quienes ofrecieron ofrendas quemadas, y sacrificaron ofrendas de paz de bueyes al SEÑOR. Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la mitad de la sangre la roció sobre el altar. Y tomó el libro del pacto, y leyó a los oídos de la gente. Y ellos dijeron, “Todo lo que el SEÑOR ha dicho haremos, y seremos obedientes.” Y Moisés tomó la sangre y la roció sobre la gente, y dijo, “He aquí la sangre del pacto, el cual el SEÑOR ha hecho con ustedes concerniente a todas estas palabras”” (Éxodo 24:3-8). Así, el Pacto fue ratificado.

          Encontramos en el libro de Deuteronomio otro requerimiento vital para completar el pacto de Israel con Dios: ““Estos son los mandamientos, los estatutos, y los juicios los cuales el SEÑOR nuestro Dios ordenó enseñarles para que puedan hacerlos en la tierra a donde van a poseerla, que puedan temer al SEÑOR su Dios, guardar todos Sus estatutos y Sus mandamientos los cuales les ordeno, usted, y su hijo, y el hijo de su hijo, todos los días de su vida, y para que sus días puedan ser prolongados.

          “Oye por tanto, Oh Israel, y se diligente a ello, para que pueda irles bien, y que puedan multiplicarse grandemente, como el SEÑOR Dios de nuestros padres les ha prometido, en la tierra que fluye con leche y miel.

          “Oye, Oh Israel. Nuestro único Dios es el SEÑOR, el SEÑOR. Y amarán al SEÑOR su Dios con todo su corazón y con toda su alma y con toda su fuerza. Y estas palabras las cuales les ordeno en este día estarán en sus corazones” (Deuteronomio 6:1-6).

          Así, el fundamento para el Pacto/Constitución para la nación de Israel fue el amor de Dios y la ley de Dios. Esta contenía leyes de adoración (religión) y leyes civiles—incluyendo la ejecución de castigos. Sin embargo, la historia de Israel y luego de Judá, muestra que la gente fallaba repetidamente al obedecer a Dios y adherirse a su Pacto/Constitución con Dios.

          Hoy, vemos lo mismo en USA: no guardamos el pacto/Constitución de USA. A pesar de tener más Biblias que cualquier otro país en el mundo, el gobierno y la mayoría de la gente han dado sus espaldas a Dios y lo desobedecen ¡con impunidad!

          Mientras estamos rechazando al Dios verdadero de Israel, Su ley y Sus mandamientos, el ateísmo está creciendo y llegando a ser más y más militante en contra de cristianos de cualquier creencia. Estamos repitiendo los mismos pecados que nuestros padres antiguos. Note: Y el SEÑOR testificó en contra de Israel y en contra de Judá, por todos los profetas, por todos los videntes, diciendo, “Vuélvanse de sus malos caminos y guarden Mis mandamientos y Mis estatutos, de acuerdo a toda la ley la cual ordené a sus padres, y la cual envié a ustedes por Mis siervos los profetas.”

          “No obstante, ellos no escucharon, sino endurecieron sus cuellos, como el cuello de sus padres que no creyeron en el SEÑOR su Dios. Y rechazaron Sus estatutos y Su pacto el cual hizo con sus padres, y Sus advertencias que testificó contra ellos. Y fueron tras vanidad, y llegaron a ser vanos, y fueron tras las naciones alrededor de ellos, respecto a quienes el SEÑOR les había pedido no hacer como ellos” (II Reyes 17:13-15).

          Oseas también advirtió a Israel de los juicios inminentes de Dios por rechazarlo a Él: “Oigan la Palabra del SEÑOR, hijos de Israel, porque el SEÑOR tiene una controversia con los habitantes de la tierra, “No hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Jurando, y mintiendo, y matando, y robando, y cometiendo adulterio ellos se escapan; y sangre toca sangre. Por tanto la tierra llorará, y todo el que vive en ella languidecerá, con las bestias del campo y con las aves de los cielos. Sí, el pez del mar también será llevado.Mi pueblo está destruido por carencia de conocimiento. Porque han rechazado el conocimiento, Yo también los rechazaré de ser como un sacerdote para Mí. Ya que han olvidado la ley de su Dios, Yo también Me olvidaré de sus hijos” (Oseas 4:1-3, 6).

          En verdad, nuestros pecados enormes están subiendo delante de Dios. Y así como el Israel antiguo sufrió los juicios de Dios por fallar amarlo y obedecerlo, nosotros así mismo como sus descendientes estamos sufriendo los juicios de Dios. Dios dijo que las bendiciones y maldiciones que Él dio a Israel los seguirían en cada generación desde el tiempo de dar la Ley hasta el fin.

          Un resumen de las bendiciones:“Y sucederá, si oyen diligentemente a la voz del SEÑOR su Dios para observar y para hacer todos Sus mandamientos los cuales les ordeno hoy, el SEÑOR su Dios los colocará en alto sobre todas las naciones de la tierra. Y todas estas bendiciones vendrán sobre ustedes y los alcanzarán si obedecen la voz del SEÑOR su Dios” (Deuteronomio 28:1-2). Todas las bendiciones son listadas en los versos 3-14.

          Un resumen de las maldiciones: Y todas estas maldiciones vendrán sobre ustedes, y los perseguirán y alcanzarán, hasta que sean destruidos porque no obedecieron la voz del SEÑOR su Dios para guardar Sus mandamientos y Sus estatutos los cuales Él les ordenó. Y estarán sobre ustedes por señal y por maravilla, y sobre su semilla para siempre [las bendiciones y las maldiciones]. Porque no sirvieron al SEÑOR su Dios con alegría y con regocijo de corazón por la abundancia de todas las cosas” (Deuteronomio 28:45-47). Todas las maldiciones están listadas en los versos 15-68.

          Sin embargo, el Nuevo Pacto/Constitución cristiana basada en la promesa de vida eterna es mucho más grande—incluso supremamente superior a la que Dios dio a Israel. De esto escribe Pablo en Hebreos: “Pero de otro lado, Él [Jesucristo como nuestro Sumo Sacerdote] ha obtenido un ministerio supremamente más excelente, tan grandioso como el pacto superior del cual Él es también Mediador, el cual fue establecido sobre promesas superiores” (Hebreos 8:6). (No hay espacio suficiente en esta carta para escribir un resumen del Nuevo Pacto, así que lo dejaremos para el futuro.)

          No hay duda que estamos enfrentando tiempos muy difíciles. Todos nosotros necesitamos permanecer cerca de Dios en oración y estudio, reclamando las promesas de Su protección (Salmo 91). Mientras tanto, debemos continuar alimentando el rebaño de Dios, los hermanos de Jesucristo, con la verdad de la Palabra de Dios—de modo que todos podemos ser fortalecidos a través del Espíritu Santo de Dios.

          Debemos continuar predicando el Evangelio al mundo. Esto estamos haciendo con una presencia incremental—a través de la Biblia, de nuestros libros y publicaciones, y especialmente a través de nuestras páginas web. Dios continúa dando incremento sustancial en el número de gente que usa nuestros sitios web—casi 4 millones de visitas por año.

          Hermanos, todo esto es hecho posible ya que Dios abre las puertas y llama a gente nueva. Además, estamos alcanzando a muchos hermanos que están queriendo volver a Dios. Les agradecemos sus diezmos y ofrendas que fielmente dan. Como siempre, usamos todos los diezmos y ofrendas de Dios para alimentar el rebaño de Dios y predicar el Evangelio al mundo. Qué las bendiciones de Dios estén sobre ustedes mientras ustedes se paran en gracia, caminan en fe, creen en esperanza y viven en amor.

 

Con amor en Cristo Jesús,

 

Fred R. Coulter

 

FRC

 

 

 
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