Restaurando
el Cristianismo Original—¡para hoy!
Iglesia
de Dios Cristiana y Bíblica
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Hollister, California
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iglesiadedioscristianaybiblica.org
Fred R. Coulter
Ministro
Marzo 14, 2012
Queridos hermanos,
El marco de
tiempo de este año de la Pascua y de la Fiesta de Panes sin Levadura es de tal
forma que esta carta es para
Marzo y Abril.
Hemos adjuntado 2 CDs con este envío. En un CD hemos incluido algunos sermones
que pueden usar para la preparación de la Pascua. En el otro CD encontrarán el
mensaje para el Sábado antes de la Pascua, el servicio completo de la Ceremonia
de la Pascua; el mensaje para la Noche para ser muy observada para el Señor; y
los mensajes para la Fiesta de Panes sin Levadura—los días santos, el primero y
séptimo día. Finalmente, hemos adjuntado el folleto de la Ceremonia de la
Pascua. En esta forma, tendrá todo lo que necesita para guardar la Pascua
Cristiana del Nuevo Pacto y la Fiesta de Panes sin Levadura.
Dado que los
mensajes que hemos enviado cubren la mayoría de los aspectos de la Pascua y la
Fiesta de Panes sin Levadura como son encontrados en el Antiguo Testamento,
esta carta se enfocará en el significado de la Pascua y la Fiesta de Panes sin
Levadura en el Nuevo Testamento—mientras es comparado con las variadas
practicas tradicionales del Cristianismo Ortodoxo.
El significado de la Pascua
Cristiana del Nuevo Pacto: Como enseñó
Jesús, la verdadera ceremonia de la Pascua Cristiana y su observancia adecuada está
basada completamente en Sus palabras como se registran en los evangelios. En Su
última noche de Pascua, Jesús instituyó la Pascua del Nuevo Pacto, el
fundamento de la promesa del pacto de Dios de vida eterna. Enfatizando la
importancia vital de la Pascua, Jesús le dijo a Sus apóstoles—concerniente al
lavado de pies—que si ellos no se lavaban unos a otros los pies, no tendrían “parte”
con Él. Así mismo, del pan sin levadura roto (simbolizando Su cuerpo
deshecho) y del vino (simbolizando Su sangre derramada del Nuevo Pacto),
Él dijo: “Esto háganlo en
memoria de Mí.” Mas aun,
guardar la Pascua es absolutamente necesario para recibir vida eterna, como
dijo Jesús: “ “Verdaderamente,
verdaderamente les digo, a menos que coman la carne del Hijo de hombre, y
beban Su sangre, no tienen vida en sí mismos. Aquel que come Mi carne y
bebe Mi sangre tiene vida eterna, y Yo lo levantaré en el último día. Porque Mi
carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida. Aquel que come Mi
carne y bebe Mi sangre está viviendo en Mí, y Yo en él.” (Juan 6:53-56).
De acuerdo a las instrucciones
de Jesús, el pan sin levadura roto es un símbolo de Su carne, y el vino es un símbolo
de Su sangre. (Contrario a la falsa doctrina de la transubstanciación, a la
orden del sacerdote el vino y el pan no se convierten en la carne y sangre real
de Jesús.) La Pascua es nuestro compromiso de pacto de que en esta vida física
viviremos por Jesucristo, Quien es “...el camino, y la verdad, y la vida;… Como el
Padre vivo Me ha enviado, y Yo vivo por el Padre; así también aquel que Me come
vivirá por Mí.” (Juan 14:6;
6:57).
Los
Evangelios muestran, y el apóstol Pablo escribe, que esta conmemoración es una
observancia anual de la noche
en que Jesús fue traicionado—el día 14 del primer mes de acuerdo al calendario
sagrado hebreo calculado. Este año debemos guardar la Pascua el jueves 5 de
abril al ocaso, mientras está empezando a aumentar la oscuridad, lo cual es el día
y hora, según las escrituras, cuando Jesús comenzó Su ultima Pascua con Sus apóstoles,
como se registra en los Evangelios.
Tenemos dos
libros concernientes a la observancia de la Pascua. La versión mas corta, El
día que Jesús el Cristo murió, es específicamente sobre la última Pascua de
Jesús y la crucifixión. Es especialmente útil para una revisión pre-Pascua.
Dado que la Pascua Cristiana del Nuevo Pacto es central para el Plan de Dios, Satanás
el diablo ha hecho todo lo que puede para seducir a la gente a apartarse de su
observancia como la enseñó Jesucristo. Además de la observancia tradicional judía
del 15, las iglesias de denominación “cristiana” y las organizaciones de este
mundo practican variadas versiones falsificadas, haciendo casi que imposible
que la gente conozca como y cuando la Pascua debe ser observada. Estas
religiones confían en sus propias tradiciones hechas por hombres en vez
de la Palabra de Dios. Como resultado, sus prácticas conflictivas tienen poca o
ninguna semejanza a lo que la Biblia realmente enseña.
El segundo
libro, La Pascua Cristiana, fue publicado primero en 1993, con la
tercera edición expandida y publicada en el 2010. Escribí este libro
primariamente a causa de la confusión y caos concerniente a la Pascua—incluso
entre algunas iglesias de Dios. Con más de 500 páginas, este libro cubre
literalmente todo aspecto de la historia y practica de la Pascua—Antiguo
Testamento, la Pascua judía tradicional de los exiliados, y la Pascua Cristiana
del Nuevo Pacto como es enseñada por Jesús en el Nuevo Testamento. Si no tiene
estos libros, puede solicitarlos y se los enviaremos sin costo alguno.
El cristianismo ortodoxo esta en un completo desorden
Además de la
Pascua judía tradicional un día después en el 15, el cristianismo de este mundo
esta en completo desorden por practicar lo que ellos llaman “La Cena del Señor,”
“La Comunión,” o “La Eucaristía—el Sacrificio de la Misa.” Aunque ellos reclaman
que Cristo murió por sus pecados y se apropian para sí mismos del Cristo
crucificado y Su sangre derramada, no saben virtualmente nada acerca de su
significado verdadero. ¿Por qué? La respuesta es simple: Ellos no le creen
realmente a la Biblia o las instrucciones especificas de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo, a Quien ellos profesan adorar y reclaman como Salvador. Además
de su adoración en domingo y observancia de los festivos paganos, aquí hay una
lista de sus prácticas no bíblicas que han oscurecido la verdadera Pascua de
Dios del Nuevo Pacto:
·
No
usan el calendario calculado hebreo sagrado de Dios. Usan el calendario
gregoriano.
·
Pocos
incluso entienden que Jesús fue crucificado en el día de Pascua.
·
Sus
observancias no son mantenidas en la noche real de la Pascua.
·
No
saben el día de la semana que Jesús fue crucificado. ¿Era miércoles,
jueves o viernes? La mayoría cree que ocurrió en un así llamado “viernes santo.”
·
No
saben cuanto tiempo estuvo Él en la tumba—¿dos noches y media mañana? ¿Como
pueden ser tres días y tres noches, como dijo Jesús?
·
No saben
cuando fue resucitado Jesús—creen que fue levantado de los muertos en la
mañana del “domingo de resurrección.”
·
La mayoría
no entiende que Easter o la pascua del mundo es el día en el cual la antigua
Babilonia adoraba a la diosa Ishtar. ¿Qué tiene que ver una diosa pagana con la
muerte y resurrección de Jesús?
·
La mayoría
usa galletas enteras, no rotas para su celebración de la “Cena del Señor,”
“Comunión,” o “Sacrificio de la Misa.”. Los griegos ortodoxos usan pan leudado
partido.
·
La mayoría
usa jugo de uva en lugar de vino; los mormones usan agua.
·
Los
católicos celebran la Eucaristía, el Sacrificio de la Misa, diariamente y en algunos
casos cada hora. Los protestantes celebran “La Cena del Señor” semanalmente, el
domingo. Los Adventistas del séptimo Día la observan cuatro veces al año (el
primer Sábado de cada trimestre).
¡Que confusión! Sin embargo Dios
no es autor de confusión. Cada una de estas religiones clama seguir la Biblia—pero
están siguiendo prácticas falsas y mentirosas. La verdad es, ninguna de
estas prácticas puede ser encontrada en la Biblia. Ellas son mandamientos y
tradiciones de hombres. Aunque puedan leer ciertos pasajes de la Biblia,
esto es exactamente como Isaías profetizó: “¡Estén aturdidos y asombrados! ¡Cieguen sus ojos y sean ciegos!
Ellos están borrachos, pero no con vino; tambalean, pero no por bebida
fuerte, porque el SEÑOR ha derramado sobre ustedes el espíritu de sueño
profundo, y ha cerrado sus ojos; Él ha cubierto a los profetas y a
sus gobernantes, y a los videntes. Y la visión de todos ha
llegado a ser para ustedes como las palabras de un libro que esta sellado, el
cual ellos dan a uno que es aprendido diciendo, “Por favor lee esto,” y él
dice, “No puedo, porque está sellado.” Y el libro es entregado a quien no es
aprendido, diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No soy aprendido.”
“Y el SEÑOR dijo, “Porque este pueblo se acerca a Mí con
sus bocas, y con sus labios Me honran, pero su adoración de Mí es conforme a
las tradiciones de hombres aprendidas por rutina, y su temor hacia Mi es enseñado
por los mandamientos de hombres; por tanto, he aquí, procederé a hacer de
nuevo una obra estupenda entre este pueblo, incluso una obra estupenda y
una maravilla, porque la sabiduría de sus sabios morirá, y la sabiduría de sus
inteligentes desaparecerá.” ¡Ay de aquellos que profundizan para
esconder sus propósitos del SEÑOR! Y sus obras están en la oscuridad, y
dicen, “¿Quien nos ve? ¿Y quien nos conoce?”
“¡CIERTAMENTE, USTEDES HAN VOLTEADO LAS COSAS AL
REVÉS! ¿Será el alfarero considerado como el barro de alfarero; porque la
obra dirá de quien la hizo, “Él no me hizo… [evolucionamos de la babosa y los monos]?” ¿O la cosa formada le dirá a quien la formó, “Él no tuvo
entendimiento… [nuestras
propias tradiciones son mejores que los caminos de Dios]?” (Isaías 29:9-16).
Que perfecta descripción del
cristianismo ortodoxo moderno—el cual prefiere la tradición humana sobre
la obediencia a lo que Jesús enseñó a Sus discípulos. El “cristiano” de hoy
puede profesar creen en Jesús y reclama amar a Dios, pero rechaza lo que
Jesús enseñó—por tanto en realidad ¡está negando a Dios! Un profesar creer en
Dios o en Jesús no es conversión hacia salvación. Concerniente
a tales falsas creencias, el apóstol Santiago escribe: “¿Cree usted que Dios es uno? Hace bien en
creer eso. Incluso los demonios creen y tiemblan de miedo. ¿Pero está deseoso de entender, Oh
hombre tonto, que fe… [una
creencia profesada] sin
obras es muerta?” (Santiago
2:19-20). La verdadera creencia y fe lo motivarán a amar y obedecer a
Dios.
Note lo que Pablo escribe acerca
de tal profesión y actitud: “Ellos personalmente profesan conocer a Dios, pero en sus
obras Lo niegan, siendo
abominables y desobedientes, y reprobados hacia toda buena obra.” (Tito 1:16).
Esto confirma exactamente lo que
dijo Jesús: “No todo el que
me dice, ‘Señor, Señor,’ entrará en el reino del cielo; sino aquel que esta
haciendo la voluntad de Mi Padre, Quien está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día, ‘Señor,
Señor, ¿No profetizamos por medio de Tu nombre? Y ¿No echamos demonios
por medio de Tu nombre? Y ¿No hicimos muchas obras de poder por medio de
Tu nombre?’ Y entonces les confesaré, ‘Nunca los conocí. Apártense de Mí,
ustedes quienes obran ilegalidad.’ ” (Mateo 7:21-23).
No puede haber duda que estos
pasajes aplican al protestantismo y catolicismo. Ellos profesan Su nombre—“Señor,
Señor,” “Jesús, Jesús”—pero “no están haciendo la voluntad de Mi Padre, Quien
esta en el cielo.”
En el Evangelio de Lucas
encontramos este registro: “¿Y
por qué Me llaman, ‘Señor, Señor,’ pero no practican lo que digo?
Todo el que viene a Mí y escucha Mis palabras y las practica, les mostraré a
que se parece: Él es como un hombre construyendo una casa,
quien excavó profundo y colocó el fundamento sobre la roca; y un diluvio
vino, y el torrente golpeó contra esa casa, pero no pudo sacudirla, porque
estaba fundada sobre la roca.
“Pero el que ha escuchado Mis palabras
y no las ha practicado es como un hombre que construyó una casa en la
superficie de la tierra, sin un fundamento; y cuando el torrente
golpeó contra ella, cayó de una, y la ruina de esa casa fue grande.” ” (Lucas 6:46-49).
Estas enseñanzas profundas de Jesús
aplican también a la observancia de la Pascua, la cual es una parte esencial de
una verdadera obediencia cristiana a Dios. ¿Pero quien exactamente debería
participar de la Pascua? Sólo aquellos que están en verdadero pacto
espiritual con Dios el Padre y Jesucristo—a través de arrepentimiento, pacto
del bautismo por inmersión total en agua, y el recibimiento del poder del Espíritu
Santo por el engendramiento de Dios el Padre—deberían participar de la Pascua
cristiana del Nuevo Pacto.
Al participar de la Pascua
cristiana del Nuevo Pacto cada año, todos los cristianos verdaderos renuevan
su relación de pacto con Dios el Padre y Jesucristo para vida eterna. Al contrario,
todas las practicas religiosas, tradiciones y enseñanzas del cristianismo
ortodoxo son evidentemente falsas—¡no hay salvación en ellas en lo
absoluto!
Dios planeó el día exacto de la Pascua antes de la fundación del
mundo
Desde la
eternidad del pasado, antes de la fundación del mundo, Dios el Padre y Dios el
Hijo planearon y predeterminaron el día que Jesucristo moriría. En toda
la historia del universo, ningún otro día se compara. En verdad, el Cordero de
Dios fue “muerto
desde la fundación… [tiempo en el que Dios colocó el fundamento] …del mundo.” (Apocalipsis 13:8). En
aquel mismo tiempo, Dios sabía que el único sacrificio que podría salvar a la
humanidad del pecado sería la muerte de Su Hijo, en el día de la Pascua. Este
sacrificio es tan inmensamente supremo que será recordado en las eras de la
eternidad.
Este día de destino fue la máxima
culminación de la batalla espiritual por las vidas de los hombres; una batalla
librada entre Jesucristo—Hijo de Dios y Salvador de la humanidad—y Satanás el
diablo, el adversario de Dios y destructor de la humanidad. Esta feroz batalla
espiritual estuvo centrada en Jerusalén, pero su resultado determinaría el
destino del mundo y toda la humanidad—pasado, presente y futuro. Era el poder
de Dios contra el poder de Satanás; el Defensor contra el adversario; amor
contra odio; bien contra mal; humildad contra orgullo; compasión contra
brutalidad; justicia contra pecado; y perdón contra condenación.
Todas las fuerzas y poderes del
mal del mundo fueron reunidas juntamente contra un solo hombre, Jesucristo—el
Hijo de Dios. ¿Quien llegaría a ser victorioso? ¿El bien triunfaría finalmente
sobre el mal?
Por sanar al enfermo, resucitar
al muerto, y enseñar el amor de Dios, Jesucristo fue condenado, golpeado,
azotado brutalmente, vilipendiado, ridiculizado y crucificado. Sin embargo Él
fue fiel hasta el final—dando Su vida como el sacrificio perfecto por los
pecados del mundo.
Incluso los propios discípulos
de Jesús, a quienes Él les había enseñado por tres años y medio, no entendieron
el significado del día de la Pascua. Mientras observaban morir a Jesús y Su
cuerpo siendo colocado en la tumba, ellos estaban desconcertados. Para ellos parecía
que el mal había ganado—los establecimientos políticos y religiosos que los mantenían
en esclavitud fueron victoriosos. Todos ellos sintieron un oscuro pensamiento y
desespero porque Jesús, el Mesías de Dios, fue muerto y sepultado. Estaba más allá
de su más loca imaginación que Jesús volvería a vivir después de tres días y
tres noches en la tumba. Porque Él fue levantado de los muertos por el
poder de Dios el Padre.
La mayoría de la gente en el
mundo occidental han escuchado el muy citado verso de la Biblia, Juan 3:16—“Porque Dios amó tanto al mundo, que dio Su
único Hijo engendrado, para que todo el que crea en Él no pueda morir, sino
pueda tener vida eterna.” Sin
embargo tienen poco o ningún entendimiento acerca de su significado real—aunque
la inspirada Palabra de Dios, desde Génesis hasta Apocalipsis, revela la
historia completa. En verdad, es porque “Dios amó tanto al mundo” que Él nombró
a Jesús para morir en el día de la Pascua del 30 d.C—una fecha establecida
desde la fundación del mundo.
Mas aun, al usar la Palabra de
Dios, el calendario sagrado hebreo calculado, y los verdaderos hechos históricos,
podemos remontar desde este importantísimo día de Pascua hasta establecer
precisamente cuando nació Jesús; cuando comenzó Su ministerio, la longitud de
Su ministerio; cuanto tiempo estuvo en la tumba; cuando fue resucitado; y Su
final ascensión al cielo.
El significado en el Nuevo Testamento de
la Fiesta de Panes sin Levadura: Ya que nos centraremos en el significado de la Fiesta de Panes sin
Levadura en el Nuevo Testamento, puede leer un resumen de su significado en el
Antiguo Testamento en el libro Días festivos ocultos o Días Santos de
Dios—¿cuales?, paginas 142-148.
Dios ordenó a los hijos de
Israel a remover toda la levadura de sus casas antes de la Pascua, la cual es también
un día separado de comer pan sin levadura (Éxodo 12:8). Ellos debían
terminar de remover toda la levadura antes de que comenzara la Pascua y
los siete días de la Fiesta de Panes sin Levadura. Solo pan sin levadura debía
ser comido a través de la Fiesta (versos 15-20; 13:6-7; Levítico 23:6; etc.).
Como hemos visto, es
requerido que todos quienes observan la Pascua cristiana del Nuevo Pacto sean
bautizados. Sin embargo, no es necesario ser bautizado para guardar la
Fiesta de Panes sin Levadura; así, los niños y aquellos que están comenzando a
aprender de las Fiestas de Dios pueden participar en esta Fiesta de siete días.
Pero deben así mismo remover la levadura de sus casas y comer pan sin levadura
por siete días como Dios lo ordena. Este año, el primer día es el 7 de
abril, un Día Santo, y el séptimo día es el 13 de abril, otro Día Santo.
En el Nuevo Testamento, Pablo enseñó
a los gentiles convertidos a observar la Fiesta de Panes sin Levadura en la
misma manera como los hijos de Israel. Al escribir a los Corintios, Pablo definió
la levadura como un símbolo de pecado y de la naturaleza humana pecaminosa—una
naturaleza que es “inflada” con vanidad y orgullo. La iglesia en Corinto había
estado tolerando un grave pecado de inmoralidad en el cual un hombre estaba
teniendo relaciones sexuales con su madrastra. Pablo escribió: “Su jactancia [en esto] no
es buena. ¿No saben que un poco de levadura leuda la masa entera?” (I Corintios 5:6.) En vez de aborrecer
tal conducta, la estaban perdonando—incluso gloriándose en eso. Pablo tuvo que
corregirlos severamente porque el pecado de ese individuo había comenzado a leudar
a toda la congregación con una actitud pecaminosa—la cual a su vez los llevaría
a una conducta pecaminosa. Él entonces les ordenó remover al individuo
de la congregación, así como habían removido la levadura de sus casas.
Pablo les recordó que así como tenían
sus casas sin levadura en preparación para la Fiesta, ellos debían también “sacar
la levadura” de pecado de sus vidas espirituales a través de Jesucristo. “Por tanto, límpiense de la vieja levadura [de pecado], para que puedan convertirse en una nueva masa [sin pecado en Cristo], incluso como están sin levadura [en sus casas]. Porque Cristo nuestra Pascua fue
sacrificado por nosotros. Por esta razón, GUARDEMOS LA FIESTA, no con la
vieja levadura, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con el
pan sin levadura de sinceridad y verdad.” (versos 7-8).
La declaración de Pablo—“Guardemos
la fiesta”—es bastante enfática, y debería callar a aquellos que enseñan
falsamente que Pablo estaba ocupado aboliendo las Fiestas de Dios. Claramente,
esto es un mandado directo a los gentiles convertidos del Nuevo Testamento a
guardar la Fiesta de Panes sin Levadura. Pablo soporta su autoridad declarando:
“Si cualquiera piensa de si
mismo que es un profeta o espiritual, reconozca que las cosas que les
escribo son mandamientos del Señor.” (I Corintios 14:37). Eso es lo que Pablo enseñó a todas las
iglesias (I Corintios 7:17).
Nuevamente Pablo enfatizó el
significado espiritual de la Fiesta de Panes sin Levadura cuando él amonestó a
los colosenses a abandonar sus caminos y naturaleza pecaminosa y remplazarlos
con el carácter de Cristo y Sus atributos de amor y justicia (Colosenses
3:1-17).
Como simiente espiritual de
Abraham, los cristianos bautizados deben vestirse de Jesucristo—para
llegar a ser como Él (Gálatas 3:26-29). “Cristo en ustedes, [es
la] la esperanza de gloria” para los cristianos (Colosenses 1:27). Al
observar la Fiesta de Panes sin Levadura, los cristianos aprenden que a través
del poder del Espíritu Santo deben vencer el pecado, vivir por cada Palabra de
Dios, desarrollar el carácter de Cristo, caminar en fe, creer en esperanza y
vivir en el amor de Dios.
La Noche para ser muy
observada: Esta noche, la noche de Nisan 15, comienza la Fiesta de
siete días de Panes sin Levadura. A los hijos de Israel se les ordenó celebrar
la Noche para ser muy observada en conmemoración de su éxodo de Egipto y su salvación
del yugo de esclavitud (Éxodo 12:40-42). También fue en la misma noche—el “mismísimo
día” de Nisan 15—430 años antes que el Señor Dios prometió en Su pacto con
Abraham librar a sus descendientes de la esclavitud (Génesis 15:12-18).
Para los verdaderos cristianos,
la Noche para ser muy observada tiene un intenso significado espiritual. Esa
misma noche el cuerpo de Jesús estaba colocado en la tumba—comenzando Sus tres días
y tres noches “en el corazón de la tierra” (Mateo 12:40). Esta noche fue un
cumplimiento de la promesa de pacto de Dios a Abraham en la cual Dios prometió morir
para cumplir Su contrato espiritual. La muerte de Jesús fue confirmada cuando
su cuerpo fue colocado en la tumba mientras el día de la Pascua estaba
terminando al ocaso y la Noche para ser muy observada estaba comenzando. Así
como los hijos de Israel debían regocijarse del hecho de que Dios los había
librado de su esclavitud en Egipto, los verdaderos cristianos, la simiente
espiritual de Abraham, deben regocijarse en esta noche porque es el comienzo de
su salvación de la esclavitud del pecado y su éxodo del Egipto
espiritual (Apocalipsis 11:8).
La palabra éxodo es derivada
del griego exhodos—ex, significa “salir de,” y hodos,
significa “camino.” Por lo tanto, éxodo significa “el camino de
salida.” Guiados por Dios, el éxodo fue el “camino de salida” de Israel de la
tierra de Egipto (símbolo de pecado y esclavitud al pecado). Así mismo,
Jesucristo es el único “camino de salida” de la humanidad para escapar de la
esclavitud del pecado, de sí mismo y de Satanás. En Su ultima Pascua Jesús dijo,
“Yo soy el Camino”—hodos (odoV)—el “camino de salida,” el éxodo del pecado. Nuestro
caminar cristiano con Dios comienza cuando tenemos nuestros pecados perdonados
a través de la sangre derramada de Jesús como es representado por la Pascua. Luego
es cuando comenzamos nuestro viaje fuera del pecado y del camino de vida
destructivo, a través del amor, devoción fiel y obediencia—caminando en el
amor y gracia de Dios, viviendo por cada Palabra de Dios, y guardando Sus
mandamientos a través de la gracia de Dios. Todo esto es representado por la
Fiesta de Panes sin Levadura.
La resurrección de Jesús
de los muertos: Después de estar en la tumba exactamente tres días y
tres noches, Jesús fue resucitado de los muertos por el poder del Padre
mientras el Sábado semanal regular, Nisan 17, estaba terminando al ocaso
durante la Fiesta de Panes sin Levadura (El día que Jesús el Cristo murió, pp.
71-81). Él no fue resucitado en una mañana de domingo—ni en el llamado
“domingo de resurrección” del cristianismo ortodoxo. Él fue resucitado al
cierre del Sábado semanal al ocaso, justo antes de que comenzara el primer día
de la semana.
Temprano en la mañana del primer día de la
semana, cuando María Magdalena y otros fueron a la tumba, un ángel les dijo específicamente
que Jesús ya había resucitado, que Él no estaba allí (Marcos 16:2-7; Lucas
24:1-6; Juan 20:1-10). Una traducción literal para “el primer día de la semana”
es “el primero de las semanas”—es decir, el primer día del conteo de 7 semanas
para Pentecostés. El griego indica que este “primer día de la semana” era el Día
de la Ofrenda de la Gavilla mecida.
El Día de la Ofrenda de la
Gavilla mecida: La ofrenda de los primeros frutos es altamente
significativa para Dios. Israel fue instruida: “Lo primero de los primeros frutos de su tierra
traerán a la casa del SEÑOR su Dios” (Éxodo 23:19). En ese día—el primer día de la semana durante la
Fiesta de Panes sin Levadura y el primer día del conteo de 50 días a Pentecostés—el
sumo sacerdote debía tomar una gavilla especial de los primeros frutos de la
cosecha de cebada y trigo para elevarla y mecerla delante del Señor para que la
gente fuera aceptada por Él (Levítico 23:9-11). Este ritual
incomparable era simbólico de la ascensión de Jesucristo al trono de Dios el
Padre después que Él fue resucitado de los muertos—para ser aceptado como
lo primero de las primicias de Dios y el sacrificio perfecto por los pecados de
la humanidad.
El apóstol Juan verificó la ascensión
de Jesús en ese día: “Pero
María estuvo de pie afuera de la tumba llorando; y mientras lloraba, se inclinó
hacia abajo y miró dentro de la tumba. Y vio dos ángeles de blanco
quienes estaban sentados, uno a la cabeza y el otro a los pies, donde había
sido colocado el cuerpo de Jesús. Y ellos le dijeron, “¿Mujer, porque estás
llorando?” Ella les dijo, “Porque se han llevado a mi Señor, y no sé
dónde Lo han colocado.”
“Y después de decir estas cosas, ella dio vuelta y vio a
Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dijo, “¿Mujer, porque estás
llorando? ¿A quién estas buscando?” Pensando que era el jardinero, ella le
dijo, “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde Lo has colocado, y yo me Lo
llevaré.” Jesús le dijo, “María.” Volteándose, ella Le dijo, “Rabboni”; es
decir, “Maestro.” Jesús le dijo, “No Me toques, porque todavía no he
ascendido a Mi Padre. Pero ve a Mis hermanos y diles que estoy ascendiendo
a Mi Padre y a su Padre, y a Mi Dios y a su Dios.” ” (Juan 20:11-17).
Luego en la noche de aquel mismo
día, Jesús se apareció a los discípulos y les mostró Sus heridas de la crucifixión:
“Después, cuando la noche
se acercaba ese día, el primer día de las semanas, y las puertas
estaban cerradas donde los discípulos se habían reunido por miedo a los
judíos, Jesús vino y se paró en el medio, y les dijo, “Paz sea a
ustedes.” Y después de decir esto, les mostró Sus manos y Su costado. Entonces
los discípulos se alegraron porque habían visto al Señor.” (Juan 20:19-20).
Cuando Jesús se mostró a Sí
mismo a los discípulos después que Él fue levantado de los muertos, Él
personalmente les reveló de las Escritura que Su muerte y resurrección fueron
pre-ordenadas: “Y les dijo,
“Estas son las palabras que les hablé cuando estaba aun con ustedes, que
todas las cosas que fueron escritas concerniente a Mí en la Ley de
Moisés y en los Profetas y en los Salmos deben ser cumplidas.” Entonces
les abrió sus mentes para entender las Escrituras, y les dijo, “De acuerdo
a como esta escrito, era necesario para el Cristo sufrir, y resucitar de los
muertos al tercer día.”
(Lucas 24:44-46).
Pablo confirmó que Jesús fue la “primicia”
de la resurrección de los muertos, el primero de la cosecha espiritual
de Dios. A Su regreso, en el tiempo de la primera resurrección, todos los que
son de Cristo serán resucitados para vida eterna: “Pero ahora Cristo ha sido levantado de los
muertos; Él ha llegado a ser el primer fruto de aquellos que han dormido.
Porque ya que por un hombre vino la muerte, por un hombre
también vino la resurrección de los muertos. Porque como en Adán
todos mueren, así también en Cristo todos serán hechos vivos. Pero cada uno en
su propio orden: Cristo el primer fruto; luego, aquellos que son de
Cristo a Su venida.” (I
Corintios 15:20-23). (Para mas detalles acerca de la Ofrenda de la Gavilla
Mecida, vea El día que Jesús el Cristo murió, pp. 83-93.)
Referencias adicionales a la
Fiesta de Panes sin Levadura en los Evangelios: La Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura son dos Fiestas
distintas que caen en días separados, aunque consecutivos—el 14 y el 15. Las
dos fiestas tienen significados diferentes, pero relacionados. Lucas,
sin embargo, registra que había llegado a ser una práctica común referirse a
toda la época de fiesta de 8 días como “Pascua.” “Entonces la fiesta de panes sin
levadura, la cual es llamada Pascua, estaba aproximándose” (Lucas 22:1).
Con esto en mente podemos
entender mejor ciertas referencias “difíciles” a la Pascua y la Fiesta de Panes
sin Levadura en el Evangelio de Juan. “Entonces la Pascua de los judíos estaba cerca… Entonces cuando Él estuvo en Jerusalén en la Pascua, durante la
fiesta, muchos creyeron en Su nombre, mientras observaban los milagros que
Él estaba haciendo.” (Juan
2:13, 23). “Entonces la
Pascua, una fiesta de los judíos, estaba cerca.” (Juan 6:4). Como el tiempo de la ultima
Pascua de Jesús se aproximaba, Juan escribió: “Ahora la Pascua de los judíos estaba cerca…” (Juan 11:55); “Ahora seis días antes de la Pascua…” (12:1); y “Entonces antes de la fiesta de la Pascua…” (13:1).
En estos y otros pasajes, Juan señala
la importancia de la Pascua y la Fiesta de Panes sin Levadura. Pocos entienden,
sin embargo, que el Evangelio de Juan es estructurado en el marco de las
Fiestas y Días Santos. Esto hace al Evangelio de Juan no solo un registro de la
vida y enseñanza de Jesús, sino también un registro histórico de las Fiestas de
Dios.
· La cosecha de Pentecostés—Juan 4:35
· La Fiesta de Trompetas— Juan 5:1
· La Fiesta de Tabernáculos y el Último
Gran Día— Juan 7
A través de los Evangelios, las
Fiestas y Días Santos de Dios proveen el marco para la cronología del
ministerio de Jesucristo. Interesantemente sin embargo, hay “cero”
testimonios escritos indicando que la verdadera Iglesia apostólica alguna vez
aprobara los festivos observados ahora por el cristianismo ortodoxo.
Otras referencias a la Fiesta de
Panes sin Levadura en el Nuevo Testamento: El libro de Hechos es un microcosmos de la Iglesia de Dios y el
ministerio del apóstol Pablo desde alrededor del 30 d.C al 67 d.C. Cuando es examinado
cuidadosamente, llega a ser aparente que Lucas registró eventos relacionados
a las Fiestas y Días Santos. Esto significa que los apóstoles estaban
usando el calendario hebreo calculado para registrar los tiempos de estos
eventos, en vez del calendario romano. Escribiendo acerca del encarcelamiento
de Pedro en el 44 d.C, Lucas registra: “Entonces por aquél tiempo, el rey Herodes extendió sus manos
para perseguir a algunos de aquellos de la iglesia; y mató a
Santiago, el hermano de Juan, con la espada. Y cuando vio que esto agradó a los
judíos, procedió a prender a Pedro también. (Ahora aquellos eran los
días de pan sin levadura.) Y después de arrestarlo, lo puso en prisión,
entregándolo a cuatro grupos de cuatro soldados para cuidarlo con la intención
de sacarlo al pueblo después de la temporada de Pascua.” (Hechos 12:1-4).
En un intento engañoso de dar la
apariencia que la Iglesia apostólica observaba Easter, los traductores
de la versión King James incorrectamente tradujeron la palabra
griega para Pascua, pascha (pasca), en Hechos 12:4 como “Easter.” En todos los otros lugares ellos
tradujeron correctamente pascha como “Pascua.” Sin embargo, como hemos
visto, “Pascua” fue también usada en referencia a todos los ochos días de
Pascua y Panes sin Levadura, lo cual debería ser adecuadamente traducido como “la
temporada de la Pascua”—y nunca “Easter.”
El séptimo día de la Fiesta de
Panes sin Levadura: Indudablemente Jesucristo, los apóstoles
y la Iglesia primitiva del Nuevo Testamento observaron todos los siete días
de la Fiesta de Panes sin Levadura. Aunque no encontramos una referencia
especifica al séptimo día de la Fiesta, el registro de Lucas en el 58 d.C
demuestra que algunos de los discípulos guardaban toda la fiesta de siete días
con los hermanos gentiles en el norte de Grecia. “Pero zarpamos [Lucas y su grupo] de Filipo después de los Días de Pan sin
Levadura; y en cinco días fuimos a ellos a Troas, donde permanecimos por
siete días.” (Hechos 20:6). Esto
indica claramente que los gentiles convertidos observaban toda la Fiesta,
incluyendo el séptimo día.
En el Nuevo Testamento vemos que
hay paralelos espirituales con el séptimo día de la Fiesta de Panes sin
Levadura desde el libro de Éxodo. Específicamente, Dios rescató a los hijos de
Israel de Faraón y sus ejércitos en el séptimo día de la Fiesta, al
traerlos sin peligro a través del mar Rojo sobre tierra seca. Cuando los
egipcios los siguieron en el mar, Dios liberó las aguas, destruyendo a Faraón y
a su ejercito (Éxodo 14).
Como una nación empapada en la adoración
satánica del sol y varios dioses falsos, Egipto es representado en la Escritura
como un símbolo de pecado. Faraón era un tipo de Satanás, y su ejército
simbolizaba los espíritus demoniacos. Así como Faraón y sus ejércitos
persiguieron a los hijos de Israel después que Dios los había rescatado de
Egipto, así Satanás y sus demonios pueden (y traen) ataques espirituales sobre
los cristianos convertidos, intentando esclavizarlos nuevamente al yugo del
pecado.
Así, podemos ver en el Nuevo
Testamento que el séptimo día de la Fiesta de Panes sin Levadura representa
como Dios, a través de Jesucristo, nos ha rescatado del poder de Satanás. “Siendo fortalecidos con todo poder de
acuerdo al poder de Su gloria, hacia toda resistencia y paciencia con gozo;
dando gracias al Padre, Quien nos ha hecho calificados para la participación de
la herencia de los santos en la luz; Quien nos ha rescatado personalmente
del poder de la oscuridad y nos ha transferido al reino del Hijo
de Su amor; en Quien tenemos redención a través de Su propia sangre, incluso
la remisión de pecados” (Colosenses
1:11-14).
Cuando Jesús llamó a Saulo para
llegar a ser Pablo, el apóstol a los gentiles, Él le dijo porque lo había
escogido: “Ahora levántate, y
párate sobre tus pies; porque Yo te he aparecido para este propósito: para
nombrarte un ministro y un testigo de lo que has visto y de lo que te revelaré.
Te estoy seleccionando personalmente de entre la gente y los gentiles, a
quienes ahora te envío, para abrir sus ojos, para que ellos puedan
volver de la oscuridad a la luz y de la autoridad de
Satanás a Dios, para que puedan recibir remisión de pecados y una herencia
entre aquellos que han sido santificados a través de fe en Mi.’ ” (Hechos 26:16-18).
Como el “dios de este mundo,” Satanás
ciega la mente de aquellos a quienes él ha engañado (II Corintios 4:4). Él también
es llamado el “príncipe del poder del aire,” quien guía a aquellos de este
mundo al pecado y desobediencia: “Ustedes estaban muertos en transgresiones y pecados, en los cuales
caminaron en tiempos pasados de acuerdo al curso de este mundo, de acuerdo al
príncipe del poder del aire, el espíritu que está ahora trabajando dentro de
los hijos de desobediencia; entre quienes también todos nosotros una vez
tuvimos nuestra conducta en las lujurias de nuestra carne, haciendo las cosas
deseadas por la carne y por la mente, y éramos por naturaleza los hijos
de ira, así como el resto del mundo.” (Efesios 2:1-3).
Pablo fue a instruir a los
Efesios sobre como luchar sus batallas espirituales contra Satanás el diablo y
vencerlo a través del poder de Dios y la sangre de Jesucristo: “Finalmente, mis hermanos, sean fuertes en el
Señor, y en el poder de Su fuerza. Vístanse toda la armadura de Dios para que
puedan ser capaces de aguantar contra las artimañas del diablo porque no
estamos luchando contra carne y sangre, sino contra principados y contra
poderes, contra los gobernadores del mundo de la oscuridad de este siglo,
contra el poder espiritual de maldad en lugares altos. Por tanto,
tomen toda la armadura de Dios para que puedan ser capaces de resistir en el
día malo, y habiendo resuelto todas las cosas, estar de pie.
“Estén por tanto, teniendo sus lomos ceñidos con verdad, y
vistiendo la coraza de justicia, y teniendo sus pies calzados con la preparación
del evangelio de paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe,
con el cual tendrán el poder de apagar todos los dardos llameantes del maligno;
y vístanse el casco de salvación, y la espada del Espíritu, la cual es la
Palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el
Espíritu” (Efesios 6:10-18).
Los cristianos deben vencer a Satanás
y resistir sus ataques a través de la sangre del Cordero, aun si esto les
cuesta sus vidas físicas: “Y
el gran dragón fue echado fuera, la serpiente antigua que es llamada el
diablo y Satanás, quien está engañando al mundo entero; fue echado abajo a
la tierra, y sus ángeles fueron echados abajo con él. Y oí una gran voz en el
cielo decir, “Ahora ha venido la salvación y el poder y el reino de nuestro
Dios, y la autoridad de Su Cristo porque el acusador de nuestros hermanos ha
sido echado abajo, quien los acusa día y noche delante de nuestro Dios. Pero
ellos lo vencieron a través de la sangre del Cordero, y a través de la palabra
de su testimonio; y no amaron sus vidas hasta la muerte.” (Apocalipsis 12:9-11).
Jesús oró al Padre que Su pueblo fuera librado
del “maligno”—Satanás (Juan 17:15). Él también nos dijo que debemos orar y
rogarle a Dios diariamente que Él nos rescate del maligno (Mateo 6:13). Hay
muchos pasajes en el Nuevo Testamento que muestran como Dios nos rescata del
pecado y Satanás. Esta continua batalla espiritual—de vencer el pecado, a Satanás
y al mundo—refleja el significado especial del séptimo día de la Fiesta de
Panes sin Levadura en el Nuevo Testamento.
Como aprenderá y experimentará guardando el Sábado,
la Pascua (para aquellos que son bautizados) y todas las Fiestas de Dios—combinado
con la influencia del Espíritu Santo de Dios dentro de nosotros—Él las ha
creado y diseñado como ocasiones especiales para enseñarnos como debemos
crecer en gracia y conocimiento en preparación para la vida eterna.
Hermanos, oramos que tengan una
Pascua y una Fiesta de Panes sin Levadura maravillosamente bendecidas. Que puedan
continuar venciendo el pecado, a ustedes mismos y a Satanás a través del poder
del Espíritu Santo. Que puedan continuar creciendo en la gracia y el
conocimiento de Dios. Que puedan continuar amando a Dios el Padre y a
Jesucristo con todo su corazón, mente y ser.
Gracias por su amor continuo y
oraciones por los hermanos y por nosotros. Oramos por ustedes diariamente, que
Dios los fortalecerá, inspirará, sanará y verá por ustedes a través de
cualquier prueba que puedan estar enfrentando en este mundo malo. Gracias por
su apoyo fiel a través de sus diezmos y ofrendas. Pueda Dios continuar bendiciéndolos
con Su amor y gracia en su vida diaria.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter