Restaurando
el Cristianismo original—¡para hoy!
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Fred R. Coulter
Ministro
Noviembre 14, 2012
Queridos hermanos,
¡La elección ha terminado! Después de
gastar más de 2 billones de dólares en la elección presidencial en USA, ¡nada
ha cambiado! Barrack Hussein Obama es presidente por otros 4 años. Y el
Congreso es esencialmente el mismo. A pesar de todas las buenas intenciones de Mitt
Romney y aquellos millones que deseaban enfrentar la realidad de la condición
de la nación—para cambiar las cosas para mejorar y hacer lo que es correcto—fueron
superados en números y votos. Dejando a un lado el pensamiento claro, la mayoría
fue persuadida por mentiras descaradas, promesas falsas, temor, odio y basado
en emociones. Esta elección reveló una diciente población demográfica: el
numero de “gente buena y sincera” que creen en Dios y mantienen valores
cristianos está disminuyendo rápidamente—especialmente en la tonta
juventud y población de jóvenes adultos quienes son llevados por la vanidad, la
búsqueda de placer, la rebelión e ilegalidad, los deportes, el sexo y maniobras
del gobierno. Sin duda, la mayoría de la gente ha sacado a Dios de la religión,
del gobierno, de la educación, de las finanzas y de sus vidas personales. La “mayoría
moral” ha sido reemplazada por la nueva “mayoría inmoral.”
De otro lado, aquellos que conocen sus
Biblias entienden que todos nuestros problemas son en realidad corrección
de Dios a causa del pecado descarado—publico y privado. Es cierto: ¡Como
sembremos, así cosecharemos! Como nación hemos olvidado a Dios y rechazado
Sus mandamientos—así, estamos agobiados por el pecado. Como la gente es
corrupta, así tenemos un gobierno corrupto—Federal, estatal y local. Como
resultado, tenemos problemas financieros gigantes y un desempleo record; crimen
rampante, abuso de alcohol, y abuso de drogas (legal e ilegal); e incremento de
enfermedad. Vemos la descomposición de la familia—una tendencia creciente en
madres solteras e hijos sin padres. Estamos acosados con problemas inmensos del
clima—sequías record, tormentas, inundaciones, propagación de cultivos
fallidos, tornados, huracanes así como calor y frío record.
¿Cómo pasó todo esto? ¿Cómo alcanzamos tan
espantosa condición? A pesar del hecho que mucha gente puede reconocer estos
evidentes problemas, parece que es casi que imposible traer algún cambio real. ¿Por
qué? La respuesta de la Escritura es: Hay tantos hombres y mujeres malvados en
posiciones de poder causando una multitud de problemas. Sin embargo,
sorprendentemente, los versos claves en Proverbios 29 describen claramente las diferencias entre los
gobernadores rectos y los gobernadores malvados:
“Cuando los justos
están en autoridad, el pueblo se alegra; pero cuando el malo gobierna, el
pueblo lamenta” (verso 2). “El rey establece la
tierra por justicia, pero el que toma soborno la derriba” (verso 4). “Si un gobernador escucha a las mentiras, todos sus siervos son
malvados” (verso 12). “Cuando los malvados
son multiplicados, la trasgresión incrementa” (verso 16). Por
lo tanto, reina la ilegalidad.
Mientras pocos entienden esto, la Biblia revela a los lideres viles por
lo que son: “El vil no será llamado mas liberal [noble], ni el avaro dicho ser bondadoso. Porque el vil
hablará disparate, y su corazón obrará iniquidad, para practicar hipocresía y
para hablar error contra el SEÑOR, para hacer el alma del hambriento vacía,
y quitará la bebida del sediento. También las armas [métodos] del vil son malas; piensa caminos malvados para
destruir al pobre con palabras mentirosas,
incluso cuando el necesitado habla bien.” (Isaías 32:5-7). Note el resultado final de tal
maldad e ilegalidad en el gobierno y la religión: “Los malos caminan a cada lado cuando la
vileza es exaltada entre los hijos de hombres” (Salmo 12:8). Que increíble descripción tan precisa
del mundo de hoy. Casi que toda área de la sociedad ha abandonado a Dios y
exaltado la vileza.
Veamos como ha pasado esto. Las profecías de Jeremías al Israel antiguo
tienen un cumplimiento dual—también son para nuestro tiempo. Note
cuan claramente Dios describe el comportamiento de las naciones
modernas de Israel: “Oigan la Palabra del SEÑOR,
Oh casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. Así dice el SEÑOR,
“¿Qué injusticia han encontrado sus padres en Mi, que se han ido lejos de Mi
y han caminado tras vanidad, y han llegado a ser vanos? Ni dijeron, ‘¿Dónde
está el SEÑOR Quien nos hizo subir fuera de la tierra de Egipto, Quien
nos guió a través del lugar desolado, a través de una tierra de desiertos y de
abismos, a través de una tierra de lugares secos, y de profunda oscuridad, a
través de una tierra que ningún hombre pasó a través, y donde ningún hombre
vivió?’ Y Yo los traje a un país abundante, para comer su fruto y su bondad;
pero cuando entraron, profanaron Mi tierra e hicieron Mi herencia una
abominación.
“Los sacerdotes
no dijeron, ‘¿Dónde está el SEÑOR?’ Y quienes manejan la ley no Me conocieron;
los gobernadores también se rebelaron contra Mí, y los profetas
profetizaron por Baal y caminaron tras cosas que no benefician. Por tanto Yo contenderé con ustedes,” dice el SEÑOR, “y
contra los hijos de sus hijos [los descendientes modernos de las 12
tribus de Israel] contenderé.” (Jeremías
2:4-9).
En efecto, Dios nos dice piensen en esto—miren
alrededor del mundo y vean: “¿Ha cambiado una nación sus
dioses quienes aun no son dioses? Pero Mi pueblo ha cambiado su gloria por
eso lo cual no beneficia. Sean espantados,
Oh cielos, en esto, y estén asustados horriblemente; sean desolados
absolutamente,” dice el SEÑOR, “Porque Mi pueblo ha cometido dos males; Me
han abandonado, la Fuente de aguas vivas, y excavado cisternas para sí mismos,
cisternas rotas que no pueden retener agua.” (versos 11-13). Hoy, la
gente no quiere la Verdad de Dios, o la Verdad de la Palabra de Dios como su estándar
por el cual vivir. En vez, todos quieren “hacer lo que es recto en sus propios
ojos,” de acuerdo a sus propios malos pensamientos. Así, ¡las transgresiones
son multiplicadas!
Así mismo, el profeta Isaías escribió de
nuestro tiempo. De hecho, Dios específicamente le dijo que escribiera Sus
palabras para el tiempo del
fin—y Dios ha preservado Sus
palabras para nosotros hoy. Note cuan similar su mensaje es del de Jeremías: “Ve, escribe esto ante ellos en
una tableta, y anótalo en un libro, para que pueda estar para el tiempo por
venir por siempre, que este es un pueblo rebelde, hijos mentirosos. Son
hijos quienes no oirán la ley del SEÑOR; quienes dicen a los videntes, “No
vean,” y a los profetas, “No nos profeticen cosas rectas, háblennos cosas
suaves, profeticen ilusiones; salgan del camino, sepárense del camino,
causen al Santo de Israel cesar de delante de ustedes.” Por tanto así dice el Santo
de Israel, “Porque han despreciado esta palabra, y confían en opresión y
perversidad, y confían en ellas; por tanto esta iniquidad será para ustedes
como una grieta lista por caer, aumentando en un muro alto, cuya ruptura llega
repentinamente, en un instante. Y Él lo romperá
como la ruptura de la vasija del alfarero que es aplastada en pedazos.
Él no perdonará, de modo que allí no será encontrado en los fragmentos un trozo
para traer fuego del hogar, o para tomar agua del pozo.”” (Isaías 30:8-14).
Reacio de creerle a Dios y enfrentar la
realidad, este mundo—bajo Satanás el diablo—ha creado una realidad falsa, con
mentiras y engaños tejidos a través de todo aspecto de la vida. Esto es
particularmente reflejado en el endeudamiento nacional y los hábitos de gasto. Sin
duda, el mundo ha amontonado demasiada deuda—cientos de trillones de dólares—que
es imposible de calcular, y mucho menos ser pagado. Sin embargo, a causa de la codicia, lujuria,
codicia insaciable rayando en locura, ¡somos incapaces de parar! Como Jeremías
declara: “Porque todos desde el mas insignificante
de ellos incluso al mas grande de ellos es avaro por ganancia; y desde el
profeta incluso hasta el sacerdote, todos negocian falsamente. También han sanado ligeramente al herido de la hija de
Mi pueblo, diciendo, ‘Paz, paz,’ cuando no hay paz. ¿Estuvieron
avergonzados cuando habían cometido abominación? No, no estuvieron avergonzados
en lo absoluto, ni pudieron sonrojarse; por tanto caerán entre aquellos que
caen. En el momento en que los castigue, serán abatidos,” dice el SEÑOR.
“Así dice el
SEÑOR, “Párense en los caminos y vean, y pregunten por las viejas sendas donde esta
el buen camino y caminen en el, y encontrarán descanso para sus almas. Pero
ellos dijeron, ‘No caminaremos en el.’ También coloqué vigilantes sobre
ustedes, diciendo, ‘Oigan el sonido del cuerno de carnero.’ Pero ellos
dijeron, ‘No oiremos.’
“Por tanto oigan,
ustedes naciones, y sepa, Oh congregación [las iglesias de Dios hoy en día], que les pasará a ellos. Oiga, Oh tierra; he
aquí, traeré mal sobre esta gente, incluso el fruto de sus pensamientos porque
no han oído a Mis palabras, ni a Mi ley, sino que la han rechazado.….’
‘Su propio mal los corregirá, y sus apostasías los
reprobarán; por tanto conozcan y vean que es un mal y cosa
amarga que han abandonado al SEÑOR su Dios, y que Mi temor no está en
ustedes,” dice el Señor DIOS de ejércitos.” (Jeremías 6:13-19;
2:19).
El gran pecado del aborto: A pesar de los pecados listados arriba, nuestra obsesión
nacional con la depravación sexual—pornografía, sexo rampante entre los jóvenes,
homosexualidad, matrimonio del mismo sexo y otras perversidades impensables—son
los grandes pecados trayendo la ira de Dios sobre esta nación. El Señor Dios
Mismo dijo a Israel—a nuestras naciones de hoy en día: ““¿Cómo los perdonaré por esto?
Sus hijos Me han abandonado, y han jurado por aquellos que no son dioses. Cuando los había alimentado a la
saciedad, entonces cometieron adulterio, y se juntaron en tropas en una casa de
ramera. Eran como sementales vigorosos, bien alimentados en la mañana;
cada uno relinchando tras la esposa de su prójimo. ¿No debería castigar por
estas cosas?” dice el SEÑOR. “¿Y no será vengada Mi alma sobre una
nación tal como esta?” (Jeremías 5:7-9; también vea Levítico 18:3, 24-30).
En el Israel antiguo, a causa de sus grandes pecados
sexuales, ellos tenían que eliminar los hijos no deseados. Lo hacían así
sacrificando sus hijos e hijas pequeños a los ardientes ídolos de los dioses de
Moloc y Baal. “Porque los hijos de Judá han hecho mal
en Mi vista,” dice el SEÑOR. “Han colocado sus abominaciones en la casa la cual es
llamada por Mi nombre, para contaminarla. Han construido los lugares altos de
Tófet, el cual está en el valle de hijo de Hinom, para quemar sus hijos
y sus hijas en el fuego; el cual Yo no les ordené, ni siquiera
esto vino a Mi mente” (Jeremías 7:30-31).
Dios les advirtió una y otra vez, en la Ley
y a través de Sus profetas, que Él los castigaría por estas abominaciones malvadas. Él le ordenó a Jeremías:
“Y di, ‘Escuchen la Palabra del SEÑOR, Oh reyes de
Judá, y pueblo de Jerusalén. Así dice el SEÑOR de ejércitos, el Dios de Israel,
“He aquí, traeré mal sobre este lugar, el cual causará los oídos de aquel que
oiga zumbar. Porque Me han abandonado, y han
profanado este lugar y han quemado incienso en el a otros dioses a quienes ni
ellos ni sus padres han conocido, ni los reyes de Judá, y han llenado este
lugar con la sangre de inocentes. También han construido los lugares altos de
Baal para quemar a sus hijos con fuego por ofrenda quemada a Baal, lo
cual nunca ordené ni hablé, ni llegó eso a Mi mente” (Jeremías 19:3-5).
Más aun, Dios llama a
estos infantes y pequeños niños sacrificados ¡SUS HIJOS! Dios es Quien los
creo, formándolos en el vientre. Todos ellos le pertenecen a Él. Dios denunció
al Israel antiguo por sacrificar niños. ““Y han tomado
sus hijos y sus hijas, a quienes ustedes han dado a luz para Mí, y los sacrificaron a estas
imágenes para ser devorados. ¿Es esto, sus prostituciones un asunto muy
pequeño? Ustedes
han sacrificado Mis hijos y los entregaron y les hicieron pasar a través de
fuego” (Ezequiel
16:20-21).
En la misma manera que Dios dio la tierra
prometida al Israel antiguo, Dios también nos dio, a sus descendientes, las tierras mas escogidas del
mundo. Como hicieron sus ancestros, así su moderna descendencia hace hoy. A través
del aborto, niños no nacidos están siendo sacrificados a demonios, así como en
el Israel antiguo: “Y ellos sirvieron a sus
ídolos, los cuales fueron un lazo para ellos. Sí, ellos sacrificaron sus
hijos e hijas a demonios, Y derramaron sangre inocente, incluso la sangre de
sus hijos y de sus hijas, a quienes sacrificaban a los ídolos de Canaán; y la
tierra fue contaminada con sangre [del inocente]. Y fueron profanados con sus obras, y se prostituyeron tras sus propias invenciones” (Salmo 106:36-39).
Como hemos caído—sí, habiéndonos apartado deliberadamente y
rechazado la Palabra de Dios para llegar a ser corruptos descaradamente en
nuestras propias malas imaginaciones y abominaciones malvadas. Como resultado,
una mayoría de la gente hoy en día componen la nueva “mayoría inmoral,” revolcándose
y deleitándose en la maldad y pecado. Y el peor de tales pecados es el
asesinato de niños no nacidos como un “derecho” legal bajo ley—sancionada y
aprobada por el gobierno—¡en oposición directa a Dios mismo! ¡Piense en eso! Solamente
en USA, desde el comienzo del aborto legalizado, mas de 52 millones de niños no
nacidos han sido asesinados “legalmente,” y esto continua a una tasa de 1.2
millones cada año.
Sin embargo, hay una “minoría moral” de
personas quienes creen en Dios y en Su Palabra y están esforzándose para
detener el aborto. Hay pocas organizaciones, tal como la Organización
Nacional para el Derecho a la Vida, esforzándose para hacer que la gente
entienda que un niño es un humano al momento de la concepción. La mayoría
de mujeres recién embarazadas no entienden que tan solo 26 días después de la concepción,
el latido del corazón del niño recién concebido puede ser escuchado. A través
de los esfuerzos de tales organizaciones, muchos niños han sido salvados de los
cuchillos de los doctores de abortos. Que vergüenza que ellos nunca puedan ser
capaces de eliminar completamente este gran mal. Pero podemos ser agradecidos
por tales esfuerzos; de otro modo el número de abortos sería mucho más grande.
En verdad, dista mucho esta practica
malvada de las palabras de la Declaración de Independencia de las Trece
Colonias Originales, la cual proclama: “Mantenemos estas verdades ser auto
evidentes, que todos los hombres son creados iguales, que son dotados por su
Creador con ciertos derechos inalienables, entre estos están la vida, la
libertad y la búsqueda de felicidad…” Porque profesamos ser un pueblo
“cristiano” y declaramos Su nombre en este documento, Dios está manteniendo a
esta nación responsable a Su Palabra y al preámbulo de nuestra Declaración de
Independencia. Sin embargo, dado que hemos abandonado a Dios, Sus juicios están
llegando sobre nosotros como olas de océanos imparables—rugiendo sobre nosotros
una tras otra. A menos que un gran número de personas se arrepienta y vuelva a
Dios, Sus juicios continuarán cayendo sobre nosotros con mayor frecuencia e
intensidad, justo como profetizado en Levítico 26 y Deuteronomio 28.
Incluso cuando Dios trae el más severo de
los juicios y castigos, Él reconoce
el arrepentimiento—de los individuos, así como de una comunidad o la nación.
““Si se vuelven, Oh Israel,” dice el SEÑOR,
“Regresen a Mí. Y si apartan sus abominaciones fuera de Mi vista, entonces no
serán removidos, y juraré, ‘Como el SEÑOR
vive,’ en verdad, en juicio, y en justicia; entonces las naciones se bendecirán
a sí mismas en Él, y en Él se glorificarán.”” (Jeremías 4:1-2).
Dios aboga a Israel arrepentirse y hacer lo
que es correcto: “Lávense ustedes mismos, límpiense ustedes mismos; repudien el mal
de sus obras de delante de Mis ojos; cesen de hacer el mal; aprendan a
hacer el bien; busquen juicio, reprueben al opresor. Juzguen al huérfano,
aboguen por la viuda. Vengan ahora, y razonemos juntos,” dice el SEÑOR. “Aunque
sus pecados sean como escarlata, serán tan blancos como la nieve; aunque
sean rojos como carmesí serán como la lana. Si están dispuestos y son
obedientes, comerán lo bueno de la tierra; pero si se rehúsan y rebelan,
serán devorados con la espada;” porque la boca del SEÑOR lo
ha hablado.” (Isaías
1:16-20).
Nuevamente, a través de Ezequiel, Dios dice: “Cuando Yo le diga al malvado, ‘Oh malvado, seguramente
morirás;’ si no hablas para advertirle al malvado de su camino, aquel malvado
morirá en su iniquidad; pero Yo exigiré su sangre de tu mano Pero, si adviertes al
malvado de su camino, para apartarse de el; si él no se aparta de su camino,
morirá en su iniquidad, pero tú habrás librado tu alma. Y tú, hijo de hombre,
habla a la casa de Israel. Así hablarán ustedes, diciendo, ‘Cuando
nuestras transgresiones y pecados estén sobre nosotros y estemos
desperdiciándonos en ellos, ¿Como entonces viviremos?’ Diles, ‘Como Yo
vivo,’ dice el SEÑOR Dios, ‘No tengo deleite en la muerte del malvado, excepto
que el malvado abandone su camino, y viva. Vuélvanse, vuélvanse de sus caminos
perversos; porque ¿Por que morirán, Oh casa de Israel?’” (Ezequiel. 33:8-11).
Entiendo que esta carta
contiene algunas predicciones muy serias y advertencias terribles de Dios. Sin
embargo, no esté desalentado o desanimado, porque Dios el Padre y Jesucristo ha
llamado a cada uno de nosotros para ser reyes y sacerdotes en Su reino
glorioso. Cuando Cristo regrese, entonces seremos capaces de ayudar a
deshacer todos estos males y traer el reinado justo de Dios sobre todo el
mundo. ¡Piense en cuan glorioso eso será!
Acción de Gracias: Después de ver como nos paramos ante Dios hoy en día,
recordemos como comenzamos como una nación al darle gracias a Dios por Su
misericordia y gracias y por darnos esta gran tierra. Por favor continúe orando
por esta nación, y orando por las bendiciones de Dios y la protección sobre
todo Su pueblo.
Hermanos, nuevamente, gracias por su
amor y sus oraciones. Como nunca antes, necesitamos permanecer cerca de Dios en
oración y estudio, preparándonos para Su gran reino por venir. Gracias por su
apoyo continúo a través de diezmos y ofrendas. Oramos por usted cada día que
Dios lo continúe bendiciendo a usted y a los suyos en toda forma. Recuerde,
cada día debemos pararnos en gracia, caminar en fe, creer en esperanza y
vivir en amor. Así es como podemos ir a través de aquellos tiempos difíciles
por delante.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC